Partida Rol por web

Amílcar comienza a examinar las huellas de los ¿tres draconianos?. Gracias a las observaciones de Hank, el nómada puede seguir el rastro, tarea no exenta de dificultades, pues el terreno es básicamente un pedregal y apenas si hay tierra y polvo suficientes para determinar la ruta seguida. Tras una media hora y haberos apartado algo de vuestra ruta original hacia las ruinas de Hurim, veis a unos cincuenta pies la entrada a una caverna.

Touran observa la caverna desde lejos y mira a sus compañeros.

¿Alguno se ve capacitado para acercarse sin hacer ruido?

-Yo podría intentarlo--afirma Amílcar asintiendo con la cabeza--Estoy plenamente acostumbrado a ir de caza.

El minotauro inca una rodilla en el suelo para recortar su imponente silueta y no ser tan visible. Con la lanza preparada mira atentamente la entrada de la caverna.

A mi no me mires, yo hago demasiado ruido hasta durmiendo, pero si entramos a tropel les cogeremos por sorpresa.

Amilcar los draonianos baaz son dificiles de pillar desprevenidos porque al igual que los dragones pueden detectar a criaturas por su mera presencia, además debemos tener cuidado ya que cuando mueren se convierten en piedra y pueden dejar nuestras armas incrustadas en sus cuerpos. Tambien son resistentes a algunos conjuros.

Tal vez debemos tomar otra estrategia, como no se lo esperan podemos intentar ataque por varios flancos, no nos funcionó demasiado bien la última vez pero podría funcionar.

Kolthar agita la cabeza de forma negativa, mientras aprieta los las manos en ferreos puños peludos.

Tropel. El tropel es lo mejor, juntos somos imparables y podemos entrar todos cargando con los cuernos...

El minotauro se queda pensativo y se toca las astas con las manos.

¿Has dicho que se me puede quedar un draconiano petrificado en un cuerno? vaya, eso si sería un probelma.

Mirando al interior de la caverna, me rasco la nariz durante unos segundos. A continuación, me giro hacia el resto

¿y si les obligamos a salir a ellos?, quizás se prendiéramos algo, no sé, ropa, arbustos verdes digo mientras miro alrededor buscando algún producto inflamable. Si lográramos prender algún cáctus u otra planta verde, ésta produciría un espeso humo, y quizás, haga salir a esos draconianos.

Claro, siempre está la posibilidad de que haya otra salida, pero tampoco parece que está zona sea demasiado rocosa, ¡ja! acaba con una risa sobre mi propio chiste (que solo yo entiendo, claro)

-¡Ja, ja, ja! Claro, claro--ríe Amílcar después de la propuesta de Kolthar--¿De veras te imaginas a todo el grupo entrando en tropel? ¡ja, ja, ja! ¿Y a... no sé... Quivalen, por ejemplo, embistiendo con sus poderosos cuernos para quedar finalmente empalada por la cabeza en el pétreo cuerpo de esos lagartos? ¡Ja, ja, ja!

Recuperando la compostura, el arquero se queda un instante obervando hacia la cueva para luego proseguir:

-Lo que está claro es que un buen cazador jamás acorralaría a la presa en su propia madriguera. Eso sólo conseguiría ponerle las cosas más difíciles. Supongo que si logramos que sean ellos los que salgan a nuestro terreno, habremos ganado muchos enteros.

Con una sonrisa, miro a Amil asintiendo

Exactamente. Parece que empezamos a entendernos

¿y bien? ¿qué opinais? digo dirigiéndome al resto

Hacerlos salir me parece una buena táctica. - comenta Touran mirando de soslayo a su cimitarra tras escuchar lo que ha dicho Hank.

¿A qué tipo de magia son resistentes estas bestias?

¡¡psst!! digo llevándome un dedo a los labios mientras hago gestos con la otra mano, señalando el interior de la cueva.

Acto seguido, hago un gesto de apartarse de la entrada, mientras busco algún lugar donde esconderme

Tras el aviso de la elfa, Amílcar se pone rápidamente en movimiento hacia un lateral de la cueva con el ánimo de sorprender a los draconianos con sus flechas.

Quivalen se esconde tras unas rocas cerca de la entrada. Mientras, Amílcar se posiciona junto a la boca de la caverna con gran sigilo.

Kolthar suelta un leve gruñido mientras pisa el extremo anterior de su lanza y se agacha, con la intención de que aquello que salga por la caverna se ensarte en el arma de asta.