Partida Rol por web

Mientras Craster farfulla algo acerca de "las maneras de tratar un templo", Kolthar derriba la otra puerta. Da a una sencilla habitación que está desnuda de toda decoración o adorno, una simple sala con las paredes, el techo y el suelo blancos, aunque el polvo, la suciedad y las telarañas lo han teñido de gris.

La única cosa de interés en la habitación parece ser un pequeño altar personal situado en el centro de la parede opuesta a la entrada, encima del cual hay pequeñas estatuas de piedra representando a los dioses de la Luz.

En una rápida inspección, Gnart y Amílcar no tiene problemas para encontrar una puerta secreta tras el altar.

Miro a Kolthar con cara de resignación

Creo que es prioritario que adquiramos algún objeto con propiedades máginas que nos permita abrir puertas. Este método, tarde o temprano, nos causará un disgusto.

Si, aun me acuerdo de la puerta esa que se enfadó por tratarla a golpes y casi me come. Estas puertas de aquí abajo son más amables, se dejan golpear.

El minotauro la toma de nuevo con la puerta secreta tras el altar descargando hachazos sin piedad.

Efectivamente, la puerta parece ser otra de las que está cerrada mágicamente.

Kolthar, con algo más de esfuerzo, pues las puertas son de piedra, logra echarlas abajo.

En la sala del oeste, una suave luz semejante a la del sol parece filtrarse por el techo, proporcionando tanto iluminación como un cierto calor reconfortante. Esta habitación se parece mucho a la que habéis cruzado hace un momento, aunque el altar está en un nicho de la pared y tiene un cojín en el suelo ante él. Extrañamente, el mullido cojín parece haber escapado a los estragos del tiempo y tiene un aspecto perfecto, como si fuese nuevo. Tampoco parece haber ningún signo de polvo ni de telarañas.

Encima del altar hay una pequeña estatua: la imagen de un sol con seis rayos equidistantes.

-¡Buen trabajo, Kolthar! Ahora nos toca a nosotros. Un segundo, señores--solicita el arquero justo antes de entrar a inspeccionar la sala en busca de posibles trampas.

Por la cara que ha puesto cuando la puerta de piedra se ha venido abajo, a Alfio tampoco parece gustarle en demasía la idea de ir por ahí profanando un templo a base de golpes.

Aparte de la estatua sobre el altar, no encontráis nada más.

No hay nada aparte de la estatua. Quizá los magos podáis saber si sirve para algo. - Gnart se encoge de hombros mientras sale de la sala.

Kolthar se toma un descanso. Esta sudando por el esfuerzo de romper als puertas de piedra.

Y yo que pensaba que este hacha iba a servir de poco. Tal vez deba buscar un hacha-pico, por un extremo podría abrir las puertas de piedra y por el otro las de madera...

Dice pensativo entre jadeos.