Por lo que parece igual no hay sitio para todos aquí arriba. Me quedo con Alfio.
Podemos suponer que te tomas 20 y desciendes con los demás.
Las escaleras bajan hasta una habitación más pequeña que hay debajo del santuario, una habitación que parece ocupada por una presencia de otro mundo. La sala no es grande, quizás con no más de quince pies de ancho y el doble de esta distancia de largo, pero casi parece como si fuera mucho más grande de lo que es, como si contuviera tanta energía que su existencia rebasase las simples fronteras de las paredes y el suelo. Es como si, en vez de encontraros bajo tierra, estuvierais en los cielos.
El suelo está hecho de mármol muy pulido debido al paso de incontables pisadas y limpio del polvo que parece omnipresente por toda la parte superior del templo. A ambos lados de la habitación hay tres estatuas: Solinari, Kiri-Jolith y Mishakal a la derecha, y Branchala, Majere y Habbakuk a la izquierda. En la parte más alejada de la habitación, al otro lado de las escaleras, se levanta una estatua de diez pies parecida a la estatua de Paladine de arriba, aunque gastada y agrietada. El tiempo ha hecho que su cara muestre una aparente tristeza y tiene los brazos extendidos, como si ofreciera algo a alguien, aunque sus manos estén vacías.
Asumo que estáis al final de las escaleras, pero todavía sin poner el pie en la habitación.
Amílcar está buscando trampas. Gnart y Hank, en las escaleras.
No encuentras trampas en la sala.
Asumo que has mirado las baldosas. Faltaría mirar cerca de las estatuas.
-El suelo parece limpio--informa Amílcar al grupo de aventureros, que poco a poco se ha ido agolpando en la pequeña estancia--Voy a examinar las efigies.
Otra vez igual, me tomo 20 y si cuento con la ayuda de Gnart lo hacemos en la mitad de tiempo (uno por cada lado).
Kolthar se arrodilla ante la estatua de Kiri-Jolith y murmura una plegaria de agradecimiento.
La estatua de Paladine que esta ofreciendo algo a alguien, ese algo ¿podría ser una espada corta XD?
De repente, cuando Amílcar se acerca a la estatua de Paladine en su búsqueda de trampas, una nueva visión os asalta.
El joven acólito tropieza en las escaleras, cayendo pesadamente al duro suelo de piedra, pero no suelta ningún grito. Se levanta enseguida y busca con la mirada la de la gran estatua que hay al final de la habitación, que parece estar observándole.
El acólito avanza hasta que llega ante Paladine y mira a la cara de su deidad mientras las lágrimas le ruedan sin control por las mejillas.
Padre, la oscuridad ha llegado, susurra el acólito, ahogando el llanto y frotándose las lágrimas.
El Reverendo Padre ha sido asesinado y los otros sacerdotes están muriendo... El Gran Maestro nos ha traicionado a todos.
El joven cae de rodillas y baja la cabeza mientras la pena y el miedo le invaden, arrancando sollozos que le estremecen todo el cuerpo.
¿Qué puedo hacer? ¡Yo solo soy un novicio... y su poder es tan grande!, grita hacia la habitación vacía.
Una luz suave y reconfortante empieza a llenar la habitación, como si el sol se estuviera levantando por el horizonte y haciendo que el acólito levante la mirada con sorpresa. Sus ojos se agrandan y abre la boca conmocionado mientras su mirada sorprendida descubre la fuente de la luz: Paladine acuna entre sus manos extendidas una espada corta cuyo filo cristalino parece contener un rayo de sol dorado en sus profundidades.
El joven acólito se levanta lentamente y coge cautelosamente el arma, lo que hace la luz tenue brille con fuerza durante un momento, bañando su cara de luz cálida. Traga saliva y mira de nuevo hacia los ojos de Paladine, hacia una cara de piedra que parece reflejar tristeza.
Gracias, Paladine. Ya sé lo que debo hacer, susurra antes de volverse y empezar a caminar hacia las escaleras, hacia su destino...
Cita:
Premio ;-)
No hay trampas ni nada interesante.
Aquí no hay nada más. Subamos y veamos qué hacer con las puertas de arriba. - comenta Gnart con dificultad tras haber sido afectado por una nueva visión.
Kolthar mira estupefacto la espada que porta entre las manos.
No has sido forjada por ningun mortal, hecha por un Dios.
La visión lejos de reconfortar al minotauro, le cargan con responsabilidades que pesan más que el botín del grupo que carga a sus espaldas.
Ahora siq ue lo tengo claro, no soy digno...
Murmura meneando la cabeza mientras aguarda su turno para subir por la cuerda.
-Por fin encontramos una visión positiva en el templo y, lo que es más extraño si cabe, a un dios dignándose a ayudar a un simple mortal--comenta Amílcar con toda la ironía del mundo--Ya era hora, ya.
El nómada parece estar de acuerdo con el comentario de Gnart y comienza a caminar hacia las escaleras. No obstante, cuando pasa junto a Kolthar, el arquero pone una mano en el hombro del minotauro y afirma como el que no quiere la cosa:
-La espadita de la imagen espectral es muy similar a la que portas, sí. Cuídala bien, no vaya a ser que el tipo de la barba que hay ahí detrás termine enojándose con nosotros. Pero deja de decir tonterías. Por supuesto que eres digno de ella, cualquiera de nosotros lo sería después de lo que estamos haciendo por los estupendos y magníficos dioses.
Una vez más queda absolutamente claro que el abanasinio ha sufrido en su vida algún tipo de trauma con el concepto de deidad. Probablemente se trate de alguna reminiscencia del tiempo en el que los seres celestiales abandonaron a Krynn a su suerte.
Editado para encajar mejor el último post de Kolthar, que casi nos pisamos. xD
Bueno, antes de que sigáis a las otras puertas, os recuerdo que el esqueleto de la sala del viento tenía un medallón, una daga y un anillo que nadie ha cogido. Si alguien lo coge para el botín que lo diga y lo apunte. Si no, pues para los próximos aventureros que vengan al templo. Igual vais sobrados de tesoro ;-)
Al recibir la visión, me llevo una mano a la frente mientras me apoyo sobre la pared. Una vez que pasa, miro de otra manera a Kolthar y la espada que porta Am igo mÃo, ten por seguro que si no fueras digno no portarÃas esa espada. Llévala con orgullo pues es un regalo del mismÃsimo Paladine. asintiendo a mis propias palabras Creo que, aunque no sea lo que buscamos, nuestra estancia aquà ha llegado a su fin. Por algún motivo debÃamos de encontrar este arma divina, solo nos queda saber para qué propósito.
Pensé que alguien los habÃa cogido, pero si no, los pillo yo y ya los identificaré a la noche
Habrá ahora que echar un vistazo a las puertas secretas con magia a ver si somos capaces de averiguar algo de ellas.
Yo no tengo el conjuro de detectar magia pero puedo tirar algo si el master nos deja asi...
Cita:
Ya lo hizo Quivalen antes: abjuración débil.
Cuando coges la daga, te sientes algo más débil, como si hubieses perdido fuerza.
Lo siento, silvanesti. Creo que tus poderes disminuyen levemente al cogerme. Estuve consagrada a Mishakal, pero fui corrompida en los tristes ataques al templo.
La voz la escuchas en tu cabeza. Miras a tu alrededor, pero ninguno de tus compañeros parece haber escuchado nada, pues siguen a lo suyo.
Tienes un nivel negativo. Elige qué conjuro memorizado de nivel 3 pierdes.
Al agarrar la daga, una debilidad me invade y caigo de rodillas. Con las pocas fuerzas que me quedan, lanzo la daga lejos de mí
Ese objeto está maldito, no lo toqueís. digo mientras me llevo una mano a la cabeza.
Te odio, os odio a todos
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: TS Vol - Quivalen
Dificultad: 14+
Resultado: 9(+4)=13 (Fracaso)
No me sueltes. Necesito ser redimido en un templo del Bien. Los silvanesti siempre habéis defendido la Luz.
La voz te suplica cuando vas a soltar la daga.
Tirada oculta
Tirada: 1d20(+12)
Motivo: Engañar daga
Resultado: 18(+12)=30
La voz parece sincera.
Tú decides. Es justo antes de que la sueltes.
Cita:
Bórralo ;-)