Partida Rol por web

Después de subir casi un tercio de la altura del enorme pico, finalmente veis la estilizada aguja de piedra que forma una pluma sobre la montaña.

- Bueno... quizás este si es un lugar para descansar - reconoce la sacerdotisa que ha subido sin quejarse, pese a su armadura, al mismo ritmo que sus compañeros

- Porque este tramo parece más complicado y antes de llegar debería curarlos en serio... no la chapuza que hice allá abajo con la varita - sigue despotricando contra, a su entender la forma incorrecta de sanar gente

Kolthar mira hacia arriba y menea la testa de un lado a otro.

Los minotauros no escalan, son buenos navegando o portegiendo laberintos, pero escalando.... los dioses no le dan pezuñas a una criatura para que escale, excepto las cabras montesas, claro, pero esas huelen mal.

Comenta arrugando el hocico.

Gnart toma aire con dificultad y asiente a lo dicho por Niguel.

Al llegar a ese punto, me siento apoyándome sobre las rocas calientes mientras lanzo miradas hacia arriba, entrecerrando los ojos.

Creo que podríamos descansar y, mañana, que alguien subiera con el anillo de caida de pluma. Una vez arriba, que lanzase una cuerda, y el anillo, de forma que podamos ir subiendo uno a uno con el anillo mientras el resto va sujetando la cuerda digo mientras no dejo de mirar hacia arriba, con los ojos entrecerrados antes de volverme hacia el resto

-¡Buena idea, Quiv!--sonríe el arquero a la maga silvanesti--El único pero es que haya problemas ascendiendo o una vez arriba.

-Pero sí, lo mejor ahora será descansar un poco--concluye el nómada dando la espalda a la pluma para otear los alrededores en busca de cualquier posible amenaza.

Asintiendo, me levanto y, alzando el bastón comienzo a pronunciar unas palabras arcanas. En ese momento, una cuerda comienza a materialiarse de la nada y ascender hasta desaparecer de la vista a pocos pies de altura.

Subamos. Allí estaremos seguros durante siete horas. Eso debería de bastar para recuperar fuerzas y estar tranquilos la mayor parte de la noche.

18 de rannmont (invierno), 422 DC

Pasáis varias horas descansando en el área extradimensional conjurada por Quivalen y, cuando expira, pasáis a la base de la pluma. Dais gracias de que ninguna extraña criatura de las que merodean os moleste y, al amanecer, os disponéis a afrontar el ascenso con mayor ánimo.

Una vez dentro de la extraña morada que la elfa a generado para el grupo, Niguel demuestra que, cuando se concentra en el poder divino, es capaz de curar a sus compañeros mucho mejor que con una varita. Sin embargo llega un momento en que, agotada, opta por utilizarla para completar la tarea que empezó por sus propios medios

Una vez preparados para re-emprender la marcha, la clarigo se saca el anillo que había adoptado como propio y lo sostiene en su palma mientras comenta - Eso que comentamos ayer... Es una buena idea... es más, el primero sera quien corra, quizás, más peligro. Pero en caso necesario puede lanzarse al vacío y sabemos que no se lastimará durante el descenso. Podemos intentar cubrirlo con las armas a distancia! - acota mientras palmea la ballesta que cuelga de su espalda y que nadie le ha visto usar.

Tras observarlos uno a uno pregunta - Quien será el primero? El que quizás nos deba ayudar a trepar al resto? - agrega sin querer reconocer que ella sera casi un bulto durante la subida. De cualquier manera está dispuesta a ayudar a los demás, sabiendo que son los que la deberán izar - Puedo pedirle al señor de la justicia que durante un rato uno de Uds sea más fuerte... supongo que eso ayudará en la trepada -

Gnart no ha estado muy cómodo en el extraño espacio dimensional. Sin embargo, tras una noche de descanso el semiogro se encuentra más que bien.

Yo no debería tener problemas en subir...

A pesar del mal de altura, el reparador descanso que les proporciona el conjuro de Quivalen y las plegarias de Niguel renuevan el ánimo del arquero. Amílcar contempla la pluma y luego baja la mirada hacia su compañero semiogro:

-Ten cuidado. A la más mínima salta, nosotros te cubriremos desde abajo.

Kolthar saca los dos rollos de cuerda y se los entrega al semi ogro.

Suerte compañero.

Dice palmeando la espalda de Ganrt .

Una vez recuperada del esfuerzo realizado el día de ayer, estoy de mucho mejor humor.

Mientras comienzas a poner en marcha mi plan, me dedico a otear el horizonte, por si decidieran salir algunas abobinaciones más del interior del volcán.

Según estoy en esa tarea, cojo la daga y acaricio su empuñadura antes de sacarla y empuñarla.

Ha pasado mucho timpo. Siento no haberte tenido más ocupada, pero lo cierto es que nosotros no hemos parada, la verdad.

¿Reconoces algo de todo esto?

- Que Kiri Jolith te acompañe - murmura NIguel mientras desenfunda la ballesta y, cuidadosamente carga un virote en la misma. Una vez que lo ve preparado, con las cuerdas listas añade - Y que el señor de la justicia te de la FUERZA necesaria para emprender esta escalada -

- La ayuda que te doy no durará demasiado, así que adelante... y cuando estés allí lanza la cuerda para que los demas podamos ayudarnos con ella. Y no pierdas mi anillo! -

Una vez recuperadas sus fuerzas y estudiados sus conjuros Hank mira a Gnart. Yo puedo acompañarte, tambien tengo el conjuro Caida de pluma y puedo servirte de respaldo por lo que pudiera pasar. ¿Que dices?

Gnart comienza a trepar y llega con facilidad arriba de la pluma.