En la oscuridad de la habitación algo perturba tu sueño. Son unos pasos que tratan de no ser oídos. Alargas la mano hacia la mesita para tratar de encender la luz, pero no funciona. ¿Ha sido a causa de la tormenta? No lo sabes.
La figura que no ves, tan sólo intuyes, se dirige hacia ti.
- ¿Me oyes? - su voz es un susurro - ¿Puedes oírme?
Una leve arcada da pie al reflujo gástrico que sube por tu garganta, dejándote un mal sabor de boca.
Haz una tirada de salvación de 2d6.
En la oscuridad de la habitación algo perturba tu sueño. Son unos pasos que tratan de no ser oídos. Alargas la mano hacia la mesita para tratar de encender la luz, pero no funciona. ¿Ha sido a causa de la tormenta? No lo sabes.
La figura que no ves, tan sólo intuyes, se dirige hacia ti.
- ¿Me oyes? - su voz es un susurro - ¿Puedes oírme?
Una leve arcada da pie al reflujo gástrico que sube por tu garganta, dejándote un mal sabor de boca.
Haz una tirada de salvación con 2d6
En la oscuridad de la habitación algo perturba tu sueño. Son unos pasos que tratan de no ser oídos. Alargas la mano hacia la mesita para tratar de encender la luz, pero no funciona. ¿Ha sido a causa de la tormenta? No lo sabes.
La figura que no ves, tan sólo intuyes, se dirige hacia ti.
- ¿Me oyes? - su voz es un susurro - ¿Puedes oírme?
Una leve arcada da pie al reflujo gástrico que sube por tu garganta, dejándote un mal sabor de boca.
Haz una tirada de salvación con 2d6
Sobresaltado, Patrick trató sin éxito de encender la luz, sin mucho más tiempo de reacción ante la voz, sintió náuseas y el reflujo queriendo salir.
Motivo: Salvación
Tirada: 2d6
Resultado: 3, 3 (Suma: 6)
Motivo: Salvación
Tirada: 2d6
Dificultad: 5+
Resultado: 4 (Fracaso) [3, 1]
Entreabrió un poco los ojos, todavía danzando entre la consciencia y el sueño, para acto seguido abrirlos de par en par, la sensación de que algo no va como debería apoderándose de sus neuronas. Trató de encender la lámpara apresuradamente, pero no se hizo la luz.
Se incorporó con la misma urgencia, mirando a izquierda y derecha, esperando encontrar a alguien, pero solo captó tinieblas. Al percibir la voz, endureció el gesto. «¿Dónde cojones dejé la pipa...? ¿En la chaqueta? Me cago en...».
Notó un regustillo en el paladar, desagradable y amargo, cortesía de la inesperada arcada.
—¿Quién coño anda ahí? —preguntó a la nada, molesto, tosiendo un par de veces—. ¿Me estáis gastando una broma?
Pero su sentido de la supervivencia le hacía intuir que aquello no eran tontadas de sus compañeros.
Motivo: Salvación
Tirada: 2d6
Resultado: 6 [3, 3]
- Vístete -te ordena la voz.
Ante esa orden no te puedes negar. Algo te lo impide.
La puerta de la habitación se abre lo justo para que entre un débil haz de luz. Ves una túnica sobre tu cama, a los pies, junto a unos zapatos bajos y algo que parece un poncho grueso.
- Vístete -repite. -No tenemos tiempo que perder.
- Vístete -te ordena la voz.
Ante esa orden no te puedes negar. Algo te lo impide.
La puerta de la habitación se abre lo justo para que entre un débil haz de luz. Ves una túnica sobre tu cama, a los pies, junto a unos zapatos bajos y algo que parece un poncho grueso.
- Vístete -repite. -No tenemos tiempo que perder.
- Vístete -te ordena la voz.
Ante esa orden no te puedes negar. Algo te lo impide.
La puerta de la habitación se abre lo justo para que entre un débil haz de luz. Ves una túnica sobre tu cama, a los pies, junto a unos zapatos bajos y algo que parece un poncho grueso.
- Vístete -repite. -No tenemos tiempo que perder.
Dado que todos habéis fallado la tirada y si nadie la saca se os complican mucho las cosas, vamos a hacer una cosa. Tirad 1d6 y a quién saque más le cuento una cosa.
Motivo: Suerte
Tirada: 1d6
Resultado: 4 [4]
Adormecido, Patrick hizo lo que le ordenaban.
Motivo: Tirada
Tirada: 1d6
Resultado: 1 [1]
Quería mandar a la mierda a quien fuera que le estaba dando órdenes, pero por algún motivo no le salían las palabras. La voz desconocida imponía más que su antiguo sargento, y al igual que le ocurría con el susodicho, se puso a obedecerla sin ni siquiera pararse a pensar en lo que estaba haciendo.
Espoleado por la aparente urgencia de la voz, Isaac se apresuró en tal de ponerse la túnica y el resto de prendas. Al terminar encaró a la luz que venía de la puerta, a la espera de nuevas instrucciones.
Motivo: Tirada
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Quizás sea por tu entrenamiento de militar, pero algo dentro de tu cabeza vuelve a su sitio como si fuese un engranaje que es ajustado de nuevo.
No tienes la menor duda: te han drogado. ¿Café o cena? Quién sabe donde estaba la droga.
Mientras la persona que te ha dado la orden sale al pasillo, aprovechas para ocultar tu arma bajo el poncho.
El sonido de un silbato flota un instante en el aire. Sin tener muy claro el motivo seguís el sonido. En el pasillo del hostal hay un grupo de personas cuya ropa os recuerda mucho al k.k.k. La diferencia es que sus capuchas no terminan en punta.
Se dirigen al exterior y seguís sus pasos.
En la calle notáis que la noche está en calma por el momento, aunque es posible que la lluvia vuelva a la carga en cualquier momento. Fuera hay más gente, portan linternas y alguna antorcha. Algunos llevan largos palos de madera.
De detrás de un edificio cercano surge un hombre ataviado con ropas que recuerdan a su chaman y cuya cabeza está cubierta por una máscara con cuernos.
Se oyen tambores del camino más cercano al bosque, donde se pueden ver más figuras y luces.
- Es hora de que comience el sacrificio -dice el líder levantando las manos al cielo.
Los cultitas comienzan a andar, a varios pasos por delante y por detrás. Algunos se sitúan a los lados. Avanzáis sin más, es lo que tenéis que hacer, pues os parece lo más adecuado.
A pesar de lo que le gustaría a esta gente, puedes ejercer de nuevo tu libre albedrío. Mientras caminas tienes la certeza de que el control que tenían sobre ti se ha roto.
Bueno, si vamos drogados y de buen rollo, no creo que podamos hacer nada más que seguír
Siempre hay una solución para todo, de otra forma la partida no tendría gracia.
Isaac continuó caminando. Mientras avanzaba observaba la procesión con toda la discreción que podía, tratando de dar con Monica y Patrick, así como mantenerse atento a la extraña situación en general.
Procuró mantener una cara de póker, pero la aparición del tipo cornudo le arrancó una efímera expresión de incredulidad que no tardó en esforzarse en borrar.