Partida Rol por web

Keroberos parece tranquilizarse un poco, empieza a mover levemente el rabo y se estira sobre tus piernas, algo más tranquila, empiezas a mirar a la gente, la ves perdida en sus pensamientos, alguno parece que vaya con prisas, mirando insistentemente su reloj, como si con ello pudiera conseguir que el tiempo se detuviera, un señor algo mayor te sonríe, parece una sonrisa fraternal, y luego parece que se vuelva a perder en sus propios pensamientos.

Sigues observando a la gente, algo más relajada, pasan varias paradas, y suspiras...

Sientes de repente como se te erizan los pelos de la nuca, buscas con la mirada y allí la ves, en el otro vagón, sentada entre dos ancianas puedes ver a la niña de esta mañana, la ves mirando a la gente, es tan pequeña que no llega con sus pies al suelo, así que va moviendo las piernas de arriba hacia abajo, observa a todo el mundo, y de repente su mirada se clava en la tuya...

¿Otra vez esta niña? - Takako se queda mirando a la chiquilla, pero solo unos segundos, la desvía enseguida para volver a acariciar a Keroberos y mirarlo - Seguro que una de estas viejas es su abuela... aunque con lo grande que es Barcelona, ya es casualidad que me la encuentre dos veces al día...

El viaje se te hace eterno, por fin llegas a arco de Triunfo y sales a la calle, te diriges a paso rápido hacia la zona donde vive Carles, pero llegando allí te das cuenta que no conoces exáctamente su dirección...

Seré torpe... si nunca he ido a su casa... ¿cómo se me ocurre ir sin pedirle la dirección?

Con un suspiro de resignación saca el móvil y busca, esta vez en la lista de llamadas hechas, el número de Carles... para llamarlo y preguntarle a dónde está su casa.

Sigue con Keroberos en brazos.

Recordando tu última experiencia con el móvil, buscas la última llamada realizada con algo de nerviosismo, le das al botón de llamada y te lo acercas a la oreja... Después de tres tonos escuchas al otro lado de la línea la voz de Carles...

Si?

Takako suspira aliviada al ver que no pasa nada raro.

¿Carles? Soy yo... verás es que... no sé dónde vives...

Jajajajajajaja

Perdona, tienes razón, mira hacemos una cosa, ve al MacDonalds que hay en Plaza Catalunya que voy para allí, verás, mi madre no se encuentra muy bien y mejor que no subas a casa, lo siento, si no tienes dinero te invito a comer... No tardo, vale?

Antes de que te de tiempo a contestar escuchas como cuelga el teléfono...

Sales del bar, parece haber refrescado el tiempo y te abrochas hasta arriba la chaqueta. Te diriges hacia la boca del metro sin poder evitar ir mirando a todos lados, esperando ver a la niña...

Llegas sin ninguna novedad a tu casa. Está silenciosa, como cada noche que llegas... Kero-Bero te espera impaciente delante de la puerta, moviendo el rabo empieza a hacerte monerías...

Al ver que la niña ha desaparecido, Takako llega completamente feliz a su casa... parece ser que eso va a ser un capítulo más en su vida y ya está, no tendrá que ver ni a Hans ni a Roberto nunca más... era todo perfecto.

¡Holaaaa Keeeerooo!

Se agacha para acariciarlo y hacerle unos mimitos, mientras coge del cajón su collar y se lo pone.

¿Vamos a dar una vuelta? Pero corta, ¿eh? Que aun no he hecho los deberes

Y volviendo a coger la llave, salen de la casa y van a dar una vuelta.

Das un paseo tranquilo por tu barrio. Te sientes mucho mejor, todo parece haber sido una de esas pesadillas, de las que parece que no puedes despertar. Vuelves a subir a casa, sabes que todavía falta bastante para que vuelvan tus padres y tienes toda la casa para ti. No puedes evitar al ir entrando encender todas las luces, nunca habías tenido miedo a la oscuridad, y ahora te da la impresión que en cada rincón oscuro se pueda esconder alguien.

Le quitas a Kerobero la correa y te dirijes hacia la cocina. En la nevera hayas la fiambrera que tu madre te ha dejado preparada, la metes en el microondas para calentarte la cena. Una vez has terminado y recogido las cosas te metes en tu habitación, preparada para hacer la larga lista de deberes que tienes pendiente y con ganas de que termine este largo día...

Un sonido suave, pausado pero contínuo, sale del cuarto de baño que está junto a tu habitación...

Haciendo los deberes en su habitación, Takako empieza a escuchar aquel sonido... traga saliba y mira el móvil que está a su lado, lo coge con fuerza.

¿Kero...? ¿Estás ahí...?

A la vez que estás preguntando ves a Kero estirado sobre tu cama, al escuchar su nombre levanta la cabeza y mueve el rabo débilmente, como si quisiera informarte de su presencia...

Clink... Clink... Clink...

Sigues escuchando el sonido contínuo.

Un escalofrío recorre su cuerpo al ver a Kero dormir en su cama... ¿¡por qué tenía ahora que dormir en su cama!? ¿¡Por qué no estaba en el pasillo haciendo ruidos!?

¡¡¡No estás escuchando nada!!! ¡¡¡Es tu imaginación!!!

Pone los codos sobre la mesa del escritorio y sigue haciendo los deberes tratando de concentrarse...

Intentas concentrarte al máximo, pero el sonido continúa poniéndote los pelos de punta. Es contínuo y pausado... Casi parece el ruido que hacen las gotas al caer pausadamente en la pica.

Vas escribiendo rápidamente, haciendo los deberes que te pusieron. Cuando de repente el sonido del móvil que tienes al lado te hace dar un respingo.

Mira el móvil como si fuera un auténtico asesino. Lo coge y se lo pone en la oreja.

¿Sí?

Asustada miras el móvil. Demasiadas emociones para un día hace que te esperes lo peor... Por tu cabeza pasan imágenes del estilo de cine de mas puro terror japones... Siempre te has negado a ver ese tipo de películas ya que después lo pasas mal. Y eso que eres gran amante del cine de tu pais.

Con un suspiro compruebas que en tu móvil sale el número de teléfono de Carles, con todos los acontecimiento del día te habias olvidado de él... Contestas con un hilo de voz, aunque sea su número temes llevarte alguna sorpresa...

Takako? Se escucha al otro lado de la línea... Hola... Se que es tarde, pero estaba algo preocupado. Estás bien?

Suspira aliviada... nunca se había alegrado tanto de escucharlo. Bueno, quizás siempre se alegraba un poco, pero esta vez además de escucharlo porque era Él, era porque necesitaba escuchar una voz conocida... que no fuera la de su madre.

¡Hola Carles! - responde animada, pensando que claramente se ha acabado el día de fenómenos raros, se levanta de la silla y se deja caer en la cama - Ha sido un día super raro... pero bueno, estoy bien... ¿por qué estabas preocupado?

Nota que sus mejillas se sonrojan un poco... y esboza una estúpida sonrisa.

Escuchas un suspiro de alivio al otro lado de la línea.

Que por qué?... Bueno... Un momento de silencio mientras que por fin te vuelve a llegar su voz clara. A ti que te parece, me llamas desesperada que te daba mal rollo quedarte en casa, vamos a comer y desapareces sin decir nada. Después me comentas que estas bien, pero llevo llamándote toda la tarde y el móvil lo tenías desconectado... No se... Por un momento vuelve a quedarse callado, como sopesando sus palabras... Todo es muy raro, no te parece?

Se queda escuchándolo, pensando que, claramente, tiene razón... toda la sangre le baja a los pies, seguro que se piensa que es una chica súper rara y ahora va a pasar de ella... deja de sonreír.

Ya, es que... si te contara... - pero ella no ha tenido el móvil desconectado, seguro que es cosa de los "fenómenos" - Pero me vas a tomar por loca, así que mejor no te lo cuento - se ríe nerviosamente y se pone de lado en la cama... suspirando. - Siento haberte preocupado.