Partida Rol por web

Heironeus, tu humilde siervo te implora una vez más tu favor - declamo, con la rodilla izquierda en tierra y el cuerpo ergido, el rostro mirando hacia arriba - otórgame tus dones, oh Invencible.

De mis manos parece surgir un pálido resplandor dorado, durante un breve instante.

Baedal escupe a un lado, revisa los nudos de las cuerdas que le atan y suelta un pequeño gruñido.

Que diablos, el oro es para los valientes.

Con pies de plomo comienza a avanzar por la pasarela.

Tras unos minutos de inpección, revisando cada palmo antes de dar un paso, llegas al centro, donde ves la columna de aire. Una vez allí, ves que sale del suelo, y no está agujereado el suelo como en un primer momento pensasteis.

Al ver caer al ser en añicos y polvo, Tarvish pide de nuevo los dones de Pelor y apretando sus manos contra la cabeza, nota como sus oidos se sanan y los derrames internos dejan de doler.

Tras ello, intercede por sus compañeros, lanzando una ligera sanacion sobre Voll, Pruddle y Baedal.

El enano observa la columna de aire interesado.

La batalla ha sido dura. Parecia que iban a poder con nosotros.... Los pensamientos de Pruddle son encontrados, se queda absorto en ellos, Parece que mis heridas no revisten gravedad, puedo seguir el dia, ya llegara la hora de descansar

Sin darse apenas cuentas todos sus compañeros ya estan activos. Ve como Baedal ya ha cruzado el puente, y como mete la espada en una especie de columna y como le empieza a levantar...

CUIDADO BAEDAL. ¡ESPERA QUE COJAMOS LAS CUERDAS PARA ASEGURARTE!

El semiorco observa interesado las acciones del enano mientras sus manos aferran con fuerza la soga que lo une a su cintura

Ya se ha movido, por la pasarela y consiguió ubicarse del otro lado de la abertura con lo que el cáñamo se pandea sobre la sección destruida de pasarela y sobre la columna de aire. Al notar como el aire hace fuerza deja escapara unos pies de sus manos para ver si el aire la levanta... y hasta donde - Que curioso - comenta más para si que para sus compañeros - Veis hacia donde va el aire? - pregunta finalmente intentando entender la situación

El enano extrae la espada, clava una rodilla en la tierra y mira hacia arriba.

Tengo la impresión de que esto es otra especie de ascensor. Esos guerreros de aire eran guardias y los guardias se ponen para proteger algo, un tesoro, una persona o una puerta...

Sudando visiblemente a causa de la tensión, Baedal comienza a desanudar las cuerdas de su cintura.

Lo siento pero estas cuerdas no creo que sean buena idea, podrían arrastraros detrás de mi o impedir que yo ascienda por la corriente de aire, no se cuanta fuerza hará este viento.

- Espera! - desde el otro lado de la pasarela, que le impide acercarse tan rápido como quisiera, Petrus hace oir su voz

- Quizás tienes razón... pero lo cierto es que si te sueltas no podras bajar... quizás debamos atar un par de cuerdas e intentar sostenerte mientras investigas... Quizás consigamso hacerte bajar... Lo peor que puede pasar es que la fuerza de ese viento nos haga subir a todos... y eso no es malo. No me gustaría que estuvieras solo en donde sea que te lleve el aire. Puede ser peligroso -

No debemos olvidar que encontramos un cadáver con signos extraños en la sala de las lámparas - reflexiono en voz alta - Tal vez sufrió una caída desde aquí, pues esa nos pareció la causa de la muerte - añado, tratando de distinguir alguna señal de dónde termina el abismo que está a nuestros pies.

No creo que usara el ascensor, pues para ello habría tenido que derrotar a los guardias, y parecían llevar aquí largos años. Es un plan atrevido, pero podría funcionar. Yo subiré con Baedal. Aunque no tengo su agilidad, este anillo y la protección de Heironeus deberían ser suficientes para conseguir esta empresa.

Sin embargo, creo que debemos reconsiderar la cuestión de las cuerdas, no creo que sea tan inconveniente llevarlas atadas, y si la fuerza del aire no es suficiente mejor aún, podremos vencerla en caso de necesidad... - termino - ¿Qué opináis?