Partida Rol por web

Ves  a ambas criaturas moverse por la sala. Se mueven como constructos y parecen constructos. Debe tratarse , casi con seguridad, de Defensores Férreos. De ser ciertas tus suposiciones  os enfrentáis a un seres creados con la única misión de enfrentarse a quien entre en este lugar. Y lo harán a muerte.

Por la construcción de sus cuerpos, un diseño simple pero robusto y una sensibilidad nula al dolor, deduces que soportarán bastante daño antes de caer. 

Unos perros forjados, se habían activado y se lanzaron contra nosotros. Otra vez teníamos que poner nuestras habilidades en práctica. Esperaba que nos fuera mejor que la última vez, que casi dejamos la vida.

Antes de que los mecánicos defensores de la forja tengan ocasión de echárseme encima y destrozarme, mis valientes compañeros acuden presurosos en mi auxilio, arriesgando sus vidas en defensa de la mía.

Estas criaturas han sido específicamente creadas para proteger el lugar hasta las últimas consecuencias y no cejarán en su empeño, pero yo también he sido adiestrada para desactivar esta clase de ingenios arcano-mecánicos que mi Casa lleva siglos construyendo.

Por una vez es a mí a quien me corresponde ayudar al mercenario en apuros y no al revés; al valeroso Raith que en apenas un par de días ha pasado de ser un empleado a convertirse en un amigo de confianza.

Sin más armas que mi magia, trato de alejar la atención del defensor férreo de mi apurado camarada, pero el sabueso de metal consigue esquivarme sin esfuerzo aparente.

Había conseguido descolgarme por la cuerda en un tiempo récord y así Alhandra no tenía que enfrentarse sola a los perros mecánicos que guardaban la olvidada sala. Uno de ellos es lo suficiente mente rápido como para clavarme los dientes antes de tan siquiera conseguir sacar mi espada, pero eso iba a cambiar.

- Retrocede criatura. Suelto un sablazo mientras desenvaino la espada intentando que la metálica criatura ceje en su empeño.

Si Sellion y Raith han bajado ágilmente, Threkor es pura destreza. Salta desde el otro extremo del agujero volando durante unos instantes antes de agarrar la cuerda. Enrosca los pies en la cuerda al mismo tiempo que se balancea frenando su peso con sus extremidades inferiores. El balanceo le lleva, en el último momento y a tan sólo un metro del suelo, al hueco que hay junto a Raith. Seguramente Raith, si no fuese por el dolor de su pierna, temiese que en cualquier momento le cayese un elfo encima...

Neliandra extrae su espada larga y da un paso rápido hacia la derecha del perro que ha intentado atacarle. De esta forma lo deja contra la pared. Pero para sorpresa de todos no ataca a este perro. Balancea su arma y golpea al perro que tiene atrapado el gemelo de Raith.¡CLANG! Una de las placas del lomo del constructo sale disparada. Debajo de ella una especie de piel de cuero se rasga dejando salir una especie de aceite oscuro a borbotones. La criatura suelta la pierna del guerrero.

El perro se revuelve hacia la devota mujer de Olladra...¡CLANG! Una de las piernas del perro metálico se quiebra cuando Raith, con toda la rabia acumulada que le ha dado el intenso dolor, golpea con su arma. El perro no da muestras de dolor pero sus ojos iluminados con luz roja parpadean durante un instante amenazando con apagarse. Pero ha sido sólo un instante antes de cobrar un renovado fulgor.

Alhandra aprovecha la ocasión. Sabe como dañarlos alterando el patrón mágico que les da vida. Para ella es como deshacer una prenda de ropa hilo a hilo. Se mueve por la sala rodeando a la criatura hasta colocarse al otro lado de Threkor. Prepara la alteración mágica antes de llegar hasta el "animal". No quiere quedarse parada junto a aquella bestia si no es para atacar. Concentra su poder en la palma de su mano. Toca los cuartos traseros del animal y, durante un instante, ve en su interior el patrón. Pero justo cuando descarga su magia pierde esa vista interior, fallando el ataque...

Sellion dispara su ballesta contra el mismo enemigo. Pero el temor de  herir  al guerrero o al pícaro, ya que ambos se encuentran entre él y su objetivo, le hacen fallar. El virote rebota peligrosamente en el muro de la Forja.

-¡Aaah!- grita terriblemente Neliandra.

Uno de los perros desgarra el antebrazo de la clérigo.Ambos perros metálicos se encuentran diametralmente colocados alrededor de Neliandra. Como si de una jauría se tratasen lanzan dentelladas metálicas contra ella.  

Como en respuesta al ataque de ambos perros Threkor intenta rematar al que se encuentra entre él y Alhandra. Su estoque busca una cavidad entre las placas y casi lo consigue. Pero el cosntructo está bien diseñado. La placa curvada hacia fuera de su cuello desvía el ataque.

Una de las criaturas estaba rodeada, así que era fácil que alguno de nosotros encontrar un hueco por donde colar un filo y herirlo.

Viendo que no he tenido muy buena fortuna a la hora de desarticular al primero de los mastines arcano-mecánicos y que mis compañeros han centrado todos sus esfuerzos en él, me encamino a por el segundo.

La feroz criatura se ensaña en estos momentos con mi amiga Neli y temo que si no actúo deprisa, la sacerdotisa de Ollandra no tardará en caer, víctima de los defensores de la forja. Sin ella y su magia sanadora, todos estamos perdidos aquí abajo. Así pues, no me queda más remedio que arriesgarme de nuevo y actuar.

Por desgracia, parece que el Destino ha decidido cobrarse en el peor momento todos los triunfos que me ha concedido en el pasado.

La criatura metálica no había caído bajo mi golpe como yo había pensado y parecía que una inteligencia les manejaba ya que sus ataques no eran aleatorios, iban destinados a terminar con nosotros. Me moví ligeramente para adecuarme al combate y así poner en desventaja a estos seres, mientras Alhandra se movía a socorrer a Neliandra.

- Te pondré en la chimenea de la sala de estar criatura.

Levanto la espada y la dejo caer sobre la criatura, pero su piel armada es espesa y mi golpe resbala sobre ella.

Neliandra, aturdida por el dolor, lanza un golpe demasiado flojo al constructo como para hacerle ningún daño. El golpe de su espada rebota sin ningún efecto en el cuerpo metálico. Aún así se mueve saliendo del cerco en el que se encontraba. Raith también parece aquejar su propia herida lo suficiente como para que su golpe pase a un lado del perro que le hirió anteriormente.

Parece que la suerte no está de vuestra parte en este momento. Sellion se desliza junto a la pared evitando partirse un tobillo con los escombros. Se mueve hacia la izquierda y luego hacia abajo hasta que consigue una buena linea de tiro. Apunta al perro que hay entre Alhandra y Threkor pero su virote no llega a salir de la ballesta...ha olvidado cargarla.

Los dos constructos intentan morder al guerrero y a la clérigo. Pero el combate ha entrado en una fase de la prudencia y nadie quiere arriesgar más de lo necesario. Sus dentelladas se pierden en el aire como se pierde el nuevo ataque de Threkor.

Alhandra corre en ayuda de Neliandra, su amiga desde hace tiempo y que ahora se encuentra en gran riesgo. Es una acción imprudente; una acción desesperada por temor a que algo le suceda. Pero en lugares de profunda oscuridad como este la amistad y el sacrificio por un ser querido son aún más valiosos que el propio oro.

La Cannith se mueve rodeando al perro metálico dándole una excelente oportunidad para atacar a la mujer. Correr al lado de un animal de presa es la invitación perfecta para ser atacado. La criatura se gira hacia ella y, para sorpresa de todos, no le hace nada. Se limita a verla pasar por el lado suyo.

Por el camino Alhandra visualiza el mismo patrón mágico que ha visto antes en el otro perro. Y en la palma de su mano concentra una energía pura capaz de desarticular ese patrón. Neliandra se encuentra enzarzada con el perro metálico el cual no ve venir a la Cannith. Cuando Alhandra toca el lomo del animal la magia de la artífice se descarga como una corriente eléctrica. El constructo tiembla y las luces de sus ojos parpadean... 

Uno de los perros parecía perder la energía. Sus ojos rojos parpadearon un instante, parecía que se iban a apagar. Por otro lado, Raith inició un movimiento que me dejó en ventaja sobre el otro perro.

En esta ocasión mi desesperado intento por salvar a Neli surte efecto y mi magia se canaliza a través del lomo metálico del sabueso defensor. Por desgracia, mis energías no son suficientes para desarticular completamente la amenaza y me veo obligada a intentarlo de nuevo antes de que la criatura tenga ocasión de contraatacar.

Lamentablemente, la segunda vez que trato de emplear mis poderes arcanos, el mastín mecánico está preparado para alejarse de mi pernicioso tacto.

El perro metálico había sido despachado por Threkor, Alhandra y Neliandra se enfrentaban al siguiente enemigo intentando acabar con él antes de que este terminara con nosotros.

- Va uno falta otro. Avanzo hacia el lugar del combate y ataco a la criatura metálica,con furia descargo el arma contra su costado.

El constructo metálico intenta atacar a Alhandra. La sacudida que ha recibido de ella es algo diferente al resto de daños que ha sufrido. Es como si le hubiesen arrancado algo de vida. Como si le devolviesen por un segundo a ser un objeto.

Threkor acaba de encontrar el hueco que buscaba justo en el ojo de cristal del otro perro. Su espada corta quiebra el cristal rojizo y se hunde profundamente en la cabeza del defensor

Neliandra aprovecha y golpea al perro metálico. Su golpe le quiebra una de las piernas. Una nube de chispas y fragmentos de metal golpean la pared. Herido el perro se gira hacia la clérigo y , aunque la criatura no es consciente, ha perdido toda posibilidad de cumplir con su misión.

Rodeado y herido no ve venir a Raith. Ni siquiera sabe que el otro constructo, el que acaba de matar Threkor, yace sin vida en el suelo. Su muerte también es rápida.Tampoco se da cuenta cuando deja de existir. Simplemente vuelve a ser un objeto de metal, madera y engranajes. El golpe de Raith secciona la mitad de su cuerpo con un ataque realmente poderoso.

 El gemelo del guerrero ha dejado un rastro de sangre brillante por toda la estancia...

“¡Ssssssssss-clunk!”… “¡Ssssssssss-clunk!”…

Algo sucede con los cuerpos inertes de los defensores férreos. Véis que del perro metálico que hay más al sur surge algo de su frente. ¡Un cetro rectangular!

Y cuando miráis hacia el otro constructo…un cetro triangular sobresale de su frente…