Partida Rol por web

Sin perder tiempo entro en la hayajiro después de asegurarme de que los controles se han quedado como deben para franquearnos el paso. Sigo andando mientras asiento, dando a entender a Kagura que la he entendido y apartando a Hideo con suavidad.

-Siempre en el medio, Asano...- Con un movimiento muy poco elegante me dejo caer delante del cañón y empiezo a ajustar los mandos.- ¿Sabéis una cosa?. Me tenéis bastante hartito con lo de Fukui-sama, Fukui-sama.- Sin dejar de rezongar (y de imitar la voz de Kagura con el tono más irritante y agudo que puedo conseguir) sigo cambiando los parámetros y adaptando el cañón a mis preferencias personales.- Nunca antes me habíais llamado Fukui-sama, y detesto ese nombre. Me hace pensar en laaaaaargas discusiones acerca del precio de las mercancías, ceremonias del té que duran horas y nada de tiempo para holgazanear.- Por fin con el barco en la mira ajusto una vez más todo mientras les sigo leyendo la cartilla, la verdad es que me cabrea un montón el temita del "-sama".- Así que la próxima vez que alguien me llame Fukui-sama sin una muy buena razón voy a pasar directamente a mandar a susodicha persona a tomar viento.- Hago fuego con toda la mala leche de la que soy capaz y me giro hacia mis amigos, que al parecer están erigiendo murallas para apartarme de ellos.- ¿Ha quedado claro o tengo que hacer una obra kabuki para que lo entendáis?.

- Ha quedado cristalino, Fukui-sama..- comento con muchísima sorna mientras intento arreglar el desaguisado que estaba haciendo con el maldito motor.

Arisa esboza una pequeña sonrisa al ver cómo Nami coge a Toshiie y se despide de él con la mano, antes de echar a seguirle junto con los demás. Tras llegar a la intersección, la psíquica da un respingo al ver cómo Nami se desploma de esa forma y se gira hacia Sachiko, casi esperando que ella pueda saberlo.

Tras escuchar a ambas, la joven se queda pensativa y finalmente se quita la máscara para ponérsela a Nami. Al menos así tardará más en mordernos si necesita sangre… Pero no quiero tener que matarla.

- Aunque la salida esté por allí, seguramente la Ryugujou no haya llegado, pero podríamos prepararla para salir con ella… Lo mejor sería ir directamente a la Ryugujou. No sé qué es la “Eisenfaust” y aquí no puedo usar mis poderes para verlo. - confiesa sacudiendo la cabeza y girándose hacia el doctor, esperando que él tenga alguna respuesta.

¡NO, ISAE! - chilla Korusu con voz tan furiosa como aterrada - ¡NO LO HAGAS!

Su voz queda ahogada por el intenso pitido que amenaza con hacerle explotar la cabeza.

El grito de Isea aumenta de volumen hasta que enronquece. El brillo de sus manos se manifiesta tenuemente antes de desvanecerse y que la psíquica caiga al suelo con las manos sujetándose la cabeza.

¡Lyashi-san! - Sachiko se arrodilla junto a Isae y le sujeta la cabeza con las manos - Tranquila. Deja que el poder se vaya y el zumbido desaparecerá. Te pondrás bien.

Toshiie ayuda a colocar a Nami sobre la espalda de Yûki - ¡Eh, viejo! Tú eres el experto en kabane ¿Qué le está pasando?

Creo que es el Impulso - responde el científico - El siseo de antes debía ser algún tipo de mecanismo que controla el flujo sanguíneo al cerebro. Al abrirlo permitió la llegada al cerebro de más sangre infectada y por eso fue capaz de derribar esa puerta metálica a patadas. Sin embargo no se puede permitir que ese aumento se prolongue demasiado o acabaría convirtiéndose en kabane. Lo que le está pasando es el resultado de la deprivación brusca.

Ya, muy interesante - rezonga Toshiie - ¿Y cuándo se le pasará?

No debería tardar mucho, pero mientras tanto estará indefensa.

La Eisenfaust es la hayajiro de Airin - jadea Nami en respuesta a Arisa - Es lo que usó para probar las armas de Kuroda en las estaciones de Kaerikumo y Shimonoseki.

¡No son mías! - replica él, indignado - ¡Me obligaron a hacerlo!...

De alguna manera Hideo se las apaña para conseguir que el extraño motor acelere sin que reviente ninguna tubería. Desde el techo de la locomotora, Sakura consigue impactar a un kabane con su lanzagranadas. La explosión no sólo hace pedazos al monstruo sino que derriba a tres más de encima de la Ryugujou. A su lado, Izume dispara su fusil pero no parece que logre impactar a ninguno.

¡Maldición! - protesta Izume - Esos desgraciados no...

Lo que fuera a decir queda totalmente oculto por la detonación del cañón. El retroceso del disparo hace que todo el tren se sacuda haciendo que Sakura e Izume pierdan el equilibrio. Takeshi consigue acertar en la base del cañón y destrozar por completo la cabina de disparo. El ánima del arma se desprende y tras aplastar parte de la cubierta cae pesadamente al mar...

Takeshi observa con satisfacción cómo el disparo acaba con el arma principal del enemigo. Por desgracia no es el único cañón que tiene y los demás ya están girando para disparar contra la Ryugujou, que a pesar de haberse librado de muchísimo peso va acelerando con una lentitud exasperante.

No está nada mal, niñato - dice una voz ronca. Un brutal mordisco desgarra el cuello de Takeshi. Por un segundo se escucha un sonido de deglución mientras la sangre del joven es succionada antes de que su captora lo lance contra una pared. Aturdido y medio inconsciente, Takeshi cae al suelo. Sus ojos captan la visión borrosa de una figura embutida en una armadura que se pone a los mandos del cañón...

La muchacha dio rienda suelta a su poder...y se arrepintió de inmediato. Un fuerte dolor que subía por sus manos, como si unas raíces estuvieran intentado penetrar sus venas y alcanzar su corazón, hizo palpitar sus brazos. Un fuerte zumbido en su cabeza la hizo gritar de dolor, tanto que prácticamente su grito se convirtió en una mueca agónica silenciosa, pero pasó muy rápido, pues Sachiko se puso a su lado y con palabras tranquilizadoras la guió para que volviera a su ser. 

Se separó un poco de la kabaneri, sorprendida de la reacción de sus poderes, jadeando y casi sin fuerzas. Prácticamente no se había dado cuenta que había caído al suelo y se acababa de incorporar. - Gra....gracias. - murmuró, sin dirigirse a nadie en particular, pues estaba algo desorientada. 

Se levantó como pudo y cogiendo todas sus cosas siguió al resto, algo aturdida y respirando en profundidad para recuperar el resuello y poder enfocar la vista. 

Dolor. Dolor masivo en el cuello porque no sé qué demonios está pasando pero duele que te cagas y...ME ESTÁN MORDIENDO! 

Algo me he roto al chocar contra la pared contra la que "algo" me ha estampado, y no soy capaz de ver durante unos cuantos segundos. con manos titubeantes intento parar la hemorragia del cuello, y respiro hondo mientras pienso qué demonios puedo hacer. Parece que no ha sido tan horrible, y aprovecho que la figura está concentrada en lo del cañón para arrastrarme en silencio sepulcral hasta la puerta y salir del vagón. Eso me dará algo de tiempo. Avanzo tambaleante hasta entrar en la locomotora, no sé dónde está la loca de las bombas pero sé que tenía un chisme que hacía BUM-BUM.

-¡Sakura!.- Empiezo con voz ronca en el pasillo entre vagones.Cojo aire para que se me oiga.- ¡Hay un puto chupasangres en el vagón del cañón!.

Tambaleante y esperando que todos me hayan escuchado me meto en la locomotora, donde supongo que están Kagura y Hideo...voy con ambas manos apretándome la herida del cuello

-Creo que hay un kabaneri en el otro vagón a los mandos del cañón.- Digo con voz trémula y tambaleándome.- Y yo estoy desarmado...

¿Impulso? Arisa frunce el ceño extrañada, entendiendo al menos parte de la explicación. 

- ¿Y eso le pasa a cualquier kabaneri? Porque si es así... Asano-san y los que tenga cerca podrían estar en peligro. -murmura, frunciendo los labios. La respuesta de Nami y el doctor hace que sacuda la cabeza - No discutiremos de eso ahora. Lo ideal sería destruir la Eisenfaust para evitar que esto se repita, pero... - mira a los demás, cada vez más preocupada - Somos pocos y no tenemos poderes... Yûki-san, tú decides. - dice finalmente, girándose hacia ella. 

Yûki se quedó muda cuando escuchó a Arisa otorgandole toda la responsabilidad. En ese momento se sentía responsable de al menos la mitad de las vidas y no podía arriesgarlas, sobre todo a su amada Sachiko, a la cual miraba ahora con intensidad.

Pero ella, ella era mujer de acción. No podia permitir que el mal siguiera imperando si ella podía poner remedio.

- No nos esperan... - murmuró. - Pero no quiero exponeros. Quien pueda venir conmigo, que lo haga, el resto deberá marchar para poner a Sachiko-chan a salvo junto al doctor. -

Miró por encima de su hombro a Nami - ¿Necesitas unos minutos para recuperarte o te marchas con mi pequeña para protegerla? -

Por suerte el motor había aguantado a pesar de lo viejo que estaba y avanzábamos a toda prisa y bastante estables (siempre y cuando se tuviera en cuenta que Takeshi acababa de disparar un cañón tan potente a la vez que íbamos a máxima velocidad). Visto que no podía hacer nada más salvo esperar que la caldera no explotase subo a la cabina de control justo cuando oigo los gritos del ingeniero sin conseguir entender lo que dice hasta que al fin entra desangrándose por el cuello. Me quedo congelado un momento sin atreverme a acercarme por si los instintos saltan. No tenía buenos recuerdos de asistir a compañeros desangrándose.

- Takeshi, ¿que arma han usado? - no me atrevía a acercarme sin más por lo que pudiera hacerle pero tampoco podía pedirle a Kagura que fuera si el ingeniero estaba infectado. Por lo que haciendo de tripas corazón termino por acercarme para ver si había señales de infección.

Me quedo mirando a Hideo un segundo con cara de "eres tonto o tienes una conmoción cerebral?". Respiro hondo y me sobrepongo al miedo que estoy sintiendo de estar muriéndome, y sigo apretando el lateral de mi cuello con las manos.

-Los dientes, Hideo.- Comento con una tranquilidad horripilante.- Una cosa con armadura ha usado los dientes para abrirme el cuello, ha dado un buen trago a mi sangre y me ha estampado contra una pared. Lo bueno es que creo que no me he infectado, o al menos no siento nada raro...

Suelto una mano para rebuscar en uno de mis bolsillos hasta que encuentro un pañuelo y me lo pongo en el cuello, parando la hemorragia.

-No tengo armas, pero hay que librarse de ese puñetero chupasangres antes de que reviente la Ryugujou con un cañonazo...

Al ver su cara me relajo, era imposible que estuviera infectado ain embargo lo que comenta no me gusta lo más mínimo. 

- Kagura,  si puedes ayuda a que nuestro ingeniero pueda seguir quejandose. Es lo único que acompaña con perfección el ruido del motor y lo echaría de menos.- le pido a la maquinista antes de dirigirme hacia el vagón del cañón a toda prisa con la guadaña en riste.

No lo sé - le responde Kuroda a Arisa - No he podido estudiar tanto a los kabaneri, pero todos los que conozco tienen esa capacidad.

La pendiente del túnel es cada vez más empinada, y el aire trae olor a pólvora quemada, el calor de los incendios y los ecos de los cañonazos. Sachiko se aferra al kimono de Arisa mientras Toshiie camina junto a Yûki sin dejar de vigilar a Nami.

Ya estoy bien - Nami se baja de la espalda de Yûki y tras mirar a Sachiko y Kuroda, que se encoge de miedo, vuelve a mirar a Yûki - Os esperaremos aquí.

¡Esperad un momento! - protesta Kuroda - No podéis dejarme aquí con esa... - señala a Nami con una mano temblorosa - con... ¡ella!

¿Prefieres venir fuera con nosotros, viejo? - pregunta Toshiie con sorna - ¿Donde están volando los cañonazos y tu precioso gas rojo?

Kuroda agacha la cabeza y se sienta contra la pared. Sachiko tira de la manga de Yûki para que se agache y poder besarla en la mejilla - Ten cuidado - le susurra al oído...

Cuando Yûki, Arisa, Isae y Toshiie salen del túnel se encuentran con unas vistas atroces: una gran sección de la muralla ha sido derribada y a través del hueco se ve uno de los barcos acorazados humeando desde una gran torreta destrozada. En el patio, entre cráteres de explosiones, cuerpos destrozados y soldados del Kokuryukai que avanzan en tromba hacia el castillo, la Ryuguou avanza ganando velocidad por la vía que lleva a un edificio situado a poca distancia del túnel. Su aspecto resulta algo extraño hasta que uno se fija en que faltan los cinco vagones de cola, los cuales yacen destrozados en el fondo de un enorme cráter. Siguiendo la misma vía hay un gran apartadero (1) en el que se encuentra la Eisenfaust, que también se mueve en dirección al túnel.

El cañón de la hayajiro, humeando por su último disparo, está girando lentamente para apuntar a la Ryugujou. Hideo baja corriendo de la locomotora y tras una frenética carrera empieza a forcejear con la puerta de la torreta del cañón.

Yûki aún sentía el calor del cuerpecito de Sachiko cuando la estrechó un segundo entre sus brazos tras recibir su beso infantil. Sus pasos apresurados se detuvieron un momento al ver lo que tenían delante de ellas. Apretó los dientes y corrió con todas las fuerzas que le restaban en dirección a donde estaba Hideo, mientras desenfundaba su rifle de vapor. Cuando llegó a la distancia que consideró eoportuna, se propulsó en uno de sus saltos imposibles para caer al lado del kabaneri y ayudarlo a abrir la puerta. O en caso de que fuera innecesario, a acabar con quien  estuviera dentro manejando el cañón.

Isae se había recuperado de un momentáneo vahído, y gracias a los dioses habían llegado a su destino, alejándose de aquella habitación horrible. 

Vio las dos poderosas máquinas en una carrera para llegar a lo que sería su salvación frente a los disparos inmisericordes del barco que quedaba a flote, y a la tercera preparándose para disparar. Yûki salió corriendo y dio uno de sus poderosos saltos, pero ella no sabía qué hacer en esa situación. 

Ella era una conductora, una cortesana o como mucho, una joven muchacha armada con una ballesta de vapor y con mucha puntería. Aunque últimamente había desarrollado sus poderes más de lo que nunca se hubiera atrevido a soñar...

-¿Cómo puedo ayudar?- preguntó, corriendo hacia la máquina.

Con su sonrisa lobuna al haber acertado a aquellos hijos de puta Sakura escucha a Takeshi y comienza a dirigirse hacia el vagón

-"¡Izume,mi amor,te dejo solo un momento!¡No dejes que estos cabrones te rocen!"-prepara su rifle de vapor sin dejar de avanzar-"¡Ya voy,Takeshi-sama!"-le habían llamado así por lo que así debía ella dirigirse al del trío¿por qué?A saber pero si le consideraban un maestro por algo sería

En cuanto llegó a su destino buscó al kabaneri y sin darse un respiro disparó al medio muerto aquel