Partida Rol por web

La ráfaga impactó en uno de los servidores, pero las explosiones no parecieron causar ningún daño. Mientras tanto, el que acababa de recibir los impáctos del Ángel Sangriento, se lanzó con el servo puño en alto contra el Lobo Espacial, fallando completamente el ataque y dejando a Bolverk trabado en combate.

A pesar de que Salaphael no acertó con su disparo, Bolverk y Adenoriel tuvieron mucha mejor mano, eliminando a los servidores que portaban las armas más peligrosas. El Escudo Negro sonrió contento de que eso hubiera sucedido, pues eso ahora les dejaba sólos contra los, teóricamente, enemigos menos peligrosos.

Eso tampoco significaba que pudieran entretenerse en acabar con los otros dos o, al menos, neutralizarlos. Por eso, cuando uno atacó al Lobo Espacial, supo que él podría manejar la situación, por lo que Muerte alzó el bólter contra el otro y abrió fuego. Enseguida supo que el disparo no había sido demasiado acertado, pero al menos era un comienzo.

Muerte impactó con una única bala causando unos daños leves; pero nada del otro mundo. Mientras tanto, el servidor mantenía su ritmo de avance.

   Uno de los servidores sobrevivió a la andanada del Hermano Muerte. No obstante, estaban acabando con relativa facilidad con ellos pero a que parecían enemigos duros de pelar. En ese momento Bolverk cambió su estrategia. No era la primera vez en que Adenoriel había conectado alguno de sus implantes en un servidor y había obtenido tanto información como un potencial aliado, aunque solo sirva para recibir fuego enemigo. Bolverk envainó sus espadas sierra y se lanzó, con las manos desnudas, contra el servidor. El lobo, como si de un oso se tratase, rodeó al servidor con sus brazos tratando de abarcar los brazos del servidor, en una especie de "abrazo del oso", para que su enemigo no pudiera atacarle y solo pudiera removerse o tratar de liberarse. Bolverk hizo acopió de fuerza y habilidad para apresar a su presa, sin saber hasta qué límite llegaban las fuerzas del servidor.

   - ¡Hermano Adenoriel! ¡Todo tuyo! - Gruñó el lobo, brindándole al tecnomarine la oportunidad de acceder a la base de datos de un servidor. No hizo falta decir más, pues Bolverk sabía y confiaba en que sus Hermanos se hicieran cargo del otro servidor.

El Lobo Espacial guardó la espada sierra y abrazó al servidor, intentando inmovilizarle y consiguiéndolo en mayor o menor medida. No tenía tanta fuerza como el de aquella estación abandonada a la sombra de los tiránidos; pero sí sabía cómo moverse.

¡Concentrad el fuego en ese servidor! - gritó señalando al atacante que no estaba bajo el influjo de la presa que el Lobo Espacial estaba haciendo. Sin demorarse ni un solo instante, el Tecnomarine fue directo hacía donde estaba Bolverk y se puso a trabajar tratando de realizar la comunión del espíritu del servidor... si conseguía controlarlo y cambiar sus protocolos, quizás podrían tener un aliado en la nueva empresa que se les venía encima a él y sus hermanos. 

Mientras que Adenoriel se conectaba al servidor de combate para piratearlo, el otro servidor alzó el arma para disparar, pareciendo haber olvidado que estaba atascado el arma, por lo que sonó de nuevo el sonido sordo del percutor sin nada que disparar.

El Ángel Sangriento optó por guardar la pistola bólter, vistos los pocos aciertos que estaba logrando, y empuñar la reliquia que se le había confiado. Sin embargo, aún guardó las distancias, preparándose para cargar a aquel servidor si Muerte no lograba derribarlo. Y, con él, caería la última amenaza que tenían delante, puesto que el otro ya había sido apresado y su sistema estaba siendo invadido por el hermano Adenoriel. 

Salphael optó por cambiar de armas para enfrentarse al enemigo que quedaba mientras que el apresado parecía estar desactivado, al menos por el momento.

Mientras tanto, la conexión había sido mala por parte de Adenoriel. No había tenido en cuenta un pequeño detalle, y era la exposición por parte de los servidores a la Disformidad. En el momento en que se conectó, una especie de virus corrupto informático intentó atacar los implantes del tecnomarine, aunque éste consiguió resistir y rechazar el ataque inesperado, la sorpresa le había dejado aturdido y su implante de conexión había sido sobresaturado, lo que hizo que durante un instante no recordara bien qué estaba haciendo.

Mientras Bolverk y Adenoriel se encargaban de tratar de contener al servidor que había atacado al Lobo Espacial para ver si así se le podría desactivar u obtener alguna información de él, Salaphael y el Escudo Negro debían concentrarse en el otro. El Ángel Sangriento consideró que lo mejor iba a ser enzarzarse con él en cuerpo a cuerpo. Sin embargo, la orden del Tecnomarine había sido otra y, dado lo peligroso que era el puño de combate del servidor, Muerte optó por volver a disparar.

Por un momento, tuvo la sensación de que el bólter no iba bien, pero se concentró y la ráfaga siguiente fue tremendamente letal, hecha para aniquilar.

Los cuatro disparos del Escudo Negro impactaron en la cabeza en dos ocasiones, otra en el pecho y una última en el brazo, causando tal cantidad de daños que el servidor cayó de espaldas al suelo, cubierto por sangre y fluídos oleosos que llevaba en el interior de su cuerpo.

   Bolverk hacía fuerza en el agarre para que el servidor no escapara. Mantendría al servidor agarrado hasta que Adenoriel hubiera terminado con lo que tenía que hacer. Después, todo dependía de lo que el Hermano Tecnomarine ordenara: El servidor podría serles útil y acompañarles, como aquel ser simiesco en su anterior misión; o ser destruido después de que Adenoriel obtuviera todo lo que pudiera obtener del servidor.

El Lobo Espacial mantenía al único servidor enemigo activo entre sus brazos, con una presa más que considerable aunque el servidor aún mostraba una fuerza también sobrehumana, quizás si no fuera por la servoarmadura tendría más fuerza que el astartes, pero tal y como estaba apresado no podía usarla.

Adenoriel agitó la cabeza visiblemente cabreado - están corruptos... matadlos - dijo con la mandíbula tensa mientras daba gracias al Omnissiah por su ayuda al cortar por lo sano la posible corrupción de sus sistemas logis. Presa de un enfado supino por su falta de precaución y por estar cerca de seres contaminados por la disformidad, Adenoriel le propinó un tremendo culatazo cargado de desprecio al servidor que tenía en frente y acto seguido le hundió el servobrazo en el pecho con total odio por todo lo que no sea digno del Imperio.

Mientras que el Lobo Espacial inmovilizaba al servidor, Adenoriel le incrustó el servobrazo en la base del cuello, destrozando la cabeza del servidor de combate y salpicando la armadura y casco de Bolverk de sangre y fluidos del difunto lobotomizado.

Los servocráneos ya no estaban en el lugar, y ahora se encontraban con el pasillo más o menos libre.

Después de que Muerte aniquilara al servidor, siguiendo órdenes del Tecnomarine, éste ya tenía el bólter preparado por si era necesario ayudar a sus hermanos con el que quedaba. Sin embargo, fuese cuál fuese el plan de Adenoriel, este no debió dar resultado, pues terminó por eliminar al último enemigo.

- ¿Os encontráis bien, Hermanos? - preguntó a los demás, revisando los cargadores de su bólter - Deberíamos continuar. Y, Hermano Adenoriel, tengo una propuesta con respecto a nuestra situación actual: Una vez nos pertrechemos en la armeria, podría actuar por separado y buscar yo sólo si hay algún transporte en el pecio. Estoy acostumbrado a trabajar sólo y de forma discreta, evitando al enemigo. Nos permitiría ahorrar tiempo y hacer un mapeado más detallado.

Aquello había acabado, y parecía que sin tener que lamentar pérdidas, a pesar del armamento que portaban los servidores, que no podían tomarse a risa. Un disparo de un rifle de fusión podría ser capaz de vaporizar a alguno de ellos, o al menos parte de su cuerpo. Se acercó al capitán Polyos, para comprobar su estado y permanecer cerca en caso necesario, mientras esperaba ordenes del hermano Adenoriel. 

   Parecía mentira que se hubieran enfrentado a unos enemigos bien armados y pertrechados. Pero a cada combate el equipo iba acostumbrándose a combatir unido y, lo que era más importante, se combinaban a la perfección entre sus acciones. Así, con acciones combinadas, acabaron con los servidores que portaban las armas más peligrosas, y acabar con el resto fue pan comido. Bolverk sintió orgullo.

  - Perfecto, Hermano Muerte. Estoy perfecto. - Dijo con una sonrisilla bromista que ocultaba su casco. - Hmmm puede ser útil, Hermano Muerte... pero puede ser peligroso. No sabemos qué puedes encontrarte y no quiero perder a un hermano por el camino. No obstante, has probado sobradamente tu habilidad en combate y si alguien puede sacar ventaja de actuar en solitario, ese eres tú. No es mala idea... Divide y vencerás.

Adenoriel sonrió satisfecho después de dar muerte al último enemigo. Se mantuvo en silencio comprobando su equipo mientras de manera interna se esforzaba en eliminar los ultimos vestigios de la infección que había sufrido por culpa de su osadía. Había aprendido una valiosa lección de la peor de las maneras, y aunque en el pasado le había funcionado, debía andarse con cuidado, todo podría estar infectado. 

Escuchó con actitud serena las opiniones y propuestas de sus hermanos y asintió levemente - no me gusta la idea Hermano Muerte - le dijo con total franqueza, pero como siempre, su pargmatismo se impuso - pero es una buena idea... pero, no debemos olvidar los supervivientes que hay en la nave. Hagamos lo siguiente hermanos - comenzó a dar una ligera variación de las ordenes iniciales, o más bien, iba a ser más conciso - Nos pertrechamos en la armería, Muerte va a localizar algún transporte, Bolverk, que gracias a que tiene los sentidos más agudos sale a buscar supervivientes mientras Salphael y yo tratamos de localizar el apotecarion, si esta operativo, tratamos de reanimar el capitán, sino, nos reuniremos en el puente de mando y abordaremos el pecio - esperó la respuesta y valoración del resto de marines para ver que determinación tomaban...