Partida Rol por web

Aquella muchacha pensaba mucho, y pensaba bien. La verdad, su razonamiento y su entendimiento era el mayor aporte a la clase, aunque fuera cuando ya había terminado. 

-Me asombra lo que dice, señorita. No esperaba saber que la había tocado tan dentro. Ese era mi objetivo, así que me ha hecho muy feliz. Veamos, la Historia debe ser vivida, porque en el pasado eran personas como usted y yo, y solo podemos entenderlos si nos ponemos en su piel... Piel azul en este caso.-Dijo sonriendo. 

-Vivir el pasado nos permitirá evitar que en el futuro se cometan errores. Además, es maravilloso ver cómo se enfrentaban a los problemas. En particular, como dice, Egipto y el Oriente Próximo tienen, y lo he visto en persona, una magia antigua. Muy poderosa. La hay malvada en ella, y pelear con ella es difícil, pero sobre todo, es antigua, y poderosa, y muy hermosa. Quien no debe ser nombrado, consiguió allí mucho poder, malvado, pero muy importante. El poder hay que saber usarlo, señorita Grindelwald. Lo sabemos perfectamente 

Despacho de Ulfric von Hoggen

Se había estado sintiendo un poco resfriado los días anteriores, pero terco como era había preferido no avisar a nadie, ni pedir pociones o ir a la enfermería y claro que le pasaría factura. Terminó perdiendo una clase por ello y ahora debía ir a donde le profesor para hablarlo, además de ver si podía recuperarla. Por lo menos había podido enviar la prueba que habían visto en clase.

Tocó la puerta del subdirector y esperó a que lo dejara pasar con algo de nerviosismo interno, no sabía si de frente el hombre iba a quitarle puntos y darle una mala calificación por su falta o podría pensar algo para solucionarlo.

Me alegra haber acertado tardíamente con el objetivo de aquella clase, a sabiendas de que esta conversación marcará un precedente en mi tras conocer un poquito más al Profesor. - Gracias por sus palabras, lo valoro. - respondo cortés. - La historia marca un camino, que no necesariamente debe ser transitado por derecho u obligación. Solo es una guía, un aprendizaje. Por ejemplo, soy la sobrina nieta de uno de los magos oscuros más poderosos que tuvo el mundo mágico, pero no por ello, yo soy Gellert. No por ello, haré el mismo camino que él, soy Annelie... Mi camino, mis decisiones...- respondo al citar un ejemplo claro, con el registro que ha dejado sentado mi tío abuelo, está claro que es inevitable. 

Y más allá de que estas palabras me hubieran condenado a sufrir la maldición cruciatus por parte de mi Padre, al fin de cuentas es la cruda verdad. Jamás podré ser él, incluso si lo fuera, no tomaría esas decisiones. Él hizo historia, a su manera y todos los que seguimos después, la haremos de otra forma. 

- Voldemort descubrió que existe la posibilidad de entregar tu humanidad para convertirse en alguien más poderoso. Se ha nutrido de una sabiduría Arcana que jamás ha comprendido en profundidad. La magia oscura no es mala, es útil e interesante si se sabe usar con una mente libre de ambición, libre de egoísmo. - confieso y continúo. - Allí está la cuna de las maldiciones, los horrocruxes, y la transformación en su máximo esplendor. La magia sin varita... La conexión con los elementos, con nuestro propio yo mágico. Es... Un sitio lleno de conocimiento, de información que en manos ignorantes puede ser letal. - respondo con sinceridad, es que me fascina aquellos lugares y mi anhelo de crear maldiciones se ha fundamentado en esas investigaciones que Padre permitía con tal de parecerme a mi tío abuelo. 

- Así es, Profesor. -

Seguía mirando con asombro a aquella joven, en cuyas venas, como estaba diciendo, corría la sangre de uno de los dos magos tenebrosos más poderosos del siglo XX. Entonces, recordó con cierta angustia la pregunta que había realizado en el test... 

- Por cierto, señorita Grindelwald... ¿no la habré molestado con la última pregunta del test, no? Desde luego, no era mi intención, y ya veo que usted opina que no es él. Ahí estoy totalmente de acuerdo. Las acciones de uno mismo definen más que la sangre lo que uno ha de ser. Sin embargo, no desearía remover en demasía el hecho de que su apellido sea Grindelwald, más allá de lo necesario. Los magos, o los muggles, nos definimos con los hechos de nuestro corazón, de nuestra alma, lo que en el fondo, reflejan estas máscaras, por eso en el caso de alguno podrían haber mostrado otro aspecto... de algo escondido de su ser. 

Decidió redirigir la conversación hacia la temática egipcia. Annelie Grindelwald estaba demostrando unos conocimientos muy avanzados sobre el tema, lo cual era muy agradable en alguien de su edad. 

- La ambición de poder ha sido el gran problema de la humanidad mágica y no mágica en toda su Historia. La Magia no puede ser usada por nosotros sin un estudio adecuado, sin una filosofía adecuada, que nos permita integrarnos con ella y usarla de modo adecuado. Eso no lo entendieron ni Quien-No-Debe-Ser-Nombrado ni Gellert Grindelwald.  En Egipto tenemos ejemplos de una magia vivida, y no impuesta o dominada a medias. Tenemos ejemplos de poderes amplios pero que podían ser usados por muchos, en una cierta armonía y orden, como la que imponía el Nilo. Algo semejante pasaba en Mesopotamia. 

-Egipto es fascinante. Allí estuve en algunas tumbas, así que algo saldrá en la próxima clase... Pero es peligroso para quien se acerca sin prepararse. Usted lo ha dicho bien. - Sentenció el profesor. 

DESPACHO DE ULFRIC VON HOGGEN

Ulfric estaba retocando algunos comentarios en unos pergaminos, que tenían Runas Antiguas sobre ellos, y levantó la cabeza al oír que tocaban a la puerta del despacho. El despacho estaba decorado con infinidad de objetos antiguos y un montón de libros de un montón de temas

-¡Adelante! -Indicó extrañado, no estaba esperando a nadie...

- No me ha molestado, es inevitable Profesor. Aunque claro, una Grindelwald no puede evitar que su ancestro esté ahí presente. Es un todos los días, no se preocupe. - respondo sincera, sonriendo con total tranquilidad. - Así es, podré decir que hay un pasado corriendo por mis venas pero también hay un corazón aquí. - señalo mi pecho. - Que anhela hacer su camino, no importa como, pero me gustaría ser diferente a mi tío abuelo, en muchos sentidos. - confieso inundada por la determinación. 

- Es muy interesante lo que dice, en verdad si no le molesta, me gustaría tomar té con usted y conversar en sus ratos libres. Aprendo mucho, y se agradece. - digo contenta, personas así valen la pena siempre conocer. - Yo creo que cuando tienes un conocimiento en tu mano más un abanico de resultados, está en uno, decidir que hacer con ello. El mayor error de cualquier mago, es creer que la grandeza está en adquirir un poder superior a los demás, para que estos puedan temer o rendir pleitesía. Un grave error, porque la grandeza parte de una base y es la humildad... Como el señor Ollivanders, un genio creando varitas y gracias a él, hoy podemos usar un conductor de magia... Por su labor, allí hay grandeza, Señor. 

- Me apetece mucho conocer esos lugares, seguramente cuando egrese de aquí lo haré. 

-Creo, señorita Grindelwald, que es usted muy madura y excepcional para su edad, y con lo que dice me reafirmo. Estas generaciones han vivido una verdadera tragedia, y su familia ha estado relacionada con ella... Y usted no lo niega no se siente orgullosa, simplemente lo asume y construye sobre ello, algo diferente a lo anterior. La felicito por ello. Aun así, evitare si llega el momento, tratar más allá de lo necesario su familia. 

Luego, se quedó asombrado también de la petición de la alumna. Asombrado y encantado. -Señorita, tiene aquí en mi despacho o donde quiera que yo esté, un lugar para conversar, por supuesto. Aquí puede ver muchos libros, algunos incluso copias de documentos anteriores a Roma y Grecia, donde hay muchos conocimientos, muchas realidades mágicas. Pero, adquirir estos conocimientos implica adquirir una responsabilidad sobre ellos, por eso, el que ha aprendido bien, no yerra en su camino y puede, entre varios caminos, tomar el correcto. Hay conocimientos en el mundo mágico que destruirían la sociedad tal como la conocemos, pero no es esa capacidad la que les hace poderosos. Es como decía en clase, vivir con las fragilidades de uno lo hace fuerte, no el poder amedrentar a todos por hacerse un trono rodeado de vasallos. El uso del poder no para el dominio...

Por último, asintió. Egipto y Mesopotamia eran dos lugares de antigua y arcana magia, y tenían un magnetismo especial: En la clase espero al menos darle una pequeña visión de esos lugares para que la espera de le haga más breve...

Despacho de Ulfric von Hoggen

Jace por alguna razón nunca había ido al despacho del subdirector en sus años en Hogwarts, por una razón u otra iba era a su salón de clases para hablar con él, por lo que al entrar miró por unos momentos con curiosidad alrededor. Le gustaba mucho las aventuras, viajes y la historia, por lo que le pareció completamente fascinante. Sin embargo, se centró, aquello no era una visita social. —Buenas profesor Von Hoggen. He venido para hablar con usted sobre mi ausencia en la última clase de Historia de la Magia. — dijo con cortesía, el nerviosismo seguía en él, no estaba acostumbrado a que le sucedieran cosas así, no con sus estudios.

Despacho de Ulfric von Hoggen

Ulfric miró a aquel alumno que entraba por la puerta. Lo reconocía de su expediente, pero no lo había visto en su clase... Su nombre... Si, efectivamente, aquel era... Apartó los documentos con Runas, se puso en pie y le saludó con la mano:

-Señor Prince, un placer conocerle. ¿Quiere algo? ¿Té, café? No tengo más aquí. -Revisó en sus anotaciones, y asintió sonriendo - Ha faltado a clase, por lo que veo, a mí clase. ¿Puedo saber la razón?  ¿Ha faltado a alguna más? Espero que no sea nada grave, pero siempre podemos solucionarlo. Dígame qué qué necesita. - Le invitó a sentarse en un sofá con mesa baja, algo oculto entre dos estanterías, con un sillón a su lado. Un lugar que invitaba a estar tranquilo y no hablaba de que el profesor fuese a tomar ninguna mala medida

- Muchas gracias Profesor, puede hablar sobre mi familia, no hay problema. Es más, aquí en Inglaterra el efecto Gellert es algo más normal. Pero en Durmstrang fue complejo, me pusieron la vara muy alta y te haces o te haces allí. Me tocó hacerme, así que no se preocupe. Pese a todo era muy buen mago, poderoso, solo que su mente y alma, estaban podridas. - confieso con total sinceridad, y quizás, si lo hubiera conocido, si hubiera compartido tiempo con él, no sería así. Estaba ciego, perdido en sus capacidades, en la facilidad que tenía de hacerse con el control para estar por encima de los demás. 

Asintiendo ante sus otras palabras, sonrío feliz. - Y así será, he descubierto en usted una fuente inagotable de conocimiento y sé que me verá seguido para aprender más. Soy muy consciente de ello, pero uno antes de adquirir poder, debe arreglar esto. - señalo la mente. - Y esto. - señalo el corazón. - No somos nada si no estamos en armonía. Lamento que mi Padre nunca aprendió ello, pero sus acciones conmigo me han enseñado a ser otra persona. Gracias por la conversación, Profesor. 

Despacho de Ulfric von Hoggen

Le sonrió al hombre que al parecer era bastante carismático y eso impedía que sus nervios explotaran. Respondió el saludo con la mano para luego sentarse en el sofá que el hombre le estaba señalando, negando con la cabeza a las bebidas. —No se preocupe — desestimó, para luego ordenar sus ideas para responder las preguntas ofrecidas por el rubio. Al mismo tiempo, intentaba que sus poderes innatos no se alterasen lo suficiente como para que el mayor supiera su estado interno.

—Falté a su clase y a la de Herbología que fue justo antes. — comenzó a explicarle. —Aún no he hablado con la profesora Weiss, pero es lo siguiente que haré — le aclaró rápidamente. —Comencé a sentirme mal al inicio de la semana, pensé que era un simple resfriado y bueno, soy bastante terco, por lo que no fui a la enfermería por pociones ni le comenté a nadie. La cuestión es que justo antes de la clase de Herbología empeoré lo suficiente como para que terminara en la enfermería realmente y la Madame me hiciera quedarme allí todo el día — la mujer lo había querido tener en revisión, porque al no ir a tiempo había empeorado un poco. —Pero ya me encuentro curado. Por ello quería avisarle y ver si había alguna oportunidad de recuperar la tarea de la clase.

- Señorita Grindelwald, de verdad, me vuelve a sorprender. Veo serenidad en sus ojos, y veo que lamenta que la puedan juzgar por su sangre, y que por ella, esperen de usted ciertas cosas. Para mi, no. Es Annelie para mi, alumna de Slytherin de Hogwarts, quien se queda ensimismada mirando unas máscaras celtas y se olvida de entregar un pergamino... - lo mira, asiente...- Con un 80 de 100 en respuestas. Esa es la persona que yo veré. Le exigiré lo que usted deba ser exigida, no la veré como se vio a Gellert Grindelwald. Tiene mi palabra. - Dijo, asintiendo con la mirada el discurso que había dado. Su sonrisa era en ese momento serena, asertiva. 

Cuando ya se despedía ella, Ulfric hizo un gesto afirmativo, y terminó - Aquí la espero entonces, por si necesita ordenar sobre todo la mente, pero para cualquier cosa. Somos una única persona con muchas dimensiones, y debemos cuidarlas todas. Cuando lo desee, mis puertas estan abiertas, señorita Annelie Grindelwald. Disfrute del día. 

Aquellas palabras hacen que me brote una emoción inmensa, y rompiendo con todo el respeto que le tengo, lo abrace con fuerza como una clara señal de gratitud. En verdad era la primera vez que un adulto me veía con esos ojos, que veía algo en mi más allá de mi apellido y estoy segura de que no olvidaré esas palabras jamás en mi vida. Luego de darme cuenta que me había dejado llevar por la alegría de saber que para él soy una alumna más que el resto, me separo para disculparme. - Lo siento, es que llevo 10 años deseando escuchar esto. Gracias. - confieso con alguna que otra lágrima que rueda por las mejillas. 

- Y así será, gracias Profesor. - vuelvo a decir, ya despidiéndome de él. Estoy sorprendida, contenta, el mundo puede cambiar en verdad con personas como él. En verdad que si. 

Despacho de Ulfric von Hoggen

El señor Prince aceptó la invitación a sentarse, pero rechazó el tomar algo. Se le notaba preocupado por haber faltado, e interesado por solucionar dicha ausencia, y recuperar las horas de clase. 

- Me imagino que la profesora Weiss no tendrá problema tampoco en echarle un cable, no se preocupe. ¿Está del todo bien? No quiero cansarle... - Al ver que seguía con intención, se levantó un momento del sofá, y cogió un pergamino y se lo entregó. 

PERGAMINO PRUEBA INICIAL AUTOCORREGIBLE <-- (pulsar)

- Sus compañeros cubrieron esto, a ver qué tal le sale, puede hacerlo aquí o luego. En cualquier caso, lo otro que hicimos en clase fue hablar de los Celtas, probándonos unas máscaras que revelaban en nuestra propia piel, como un tatuaje, nuestros patronus. Eso si, nos volvían de color azul. Si quiere... - Se levantó, pronunció unas palabras en céltico a una máscara, y se la tendió- Puede probársela, y decirme porque cree que los celtas iban así a la batalla. Los druídas les imponían las máscaras, cada uno tenía su patronus revelado, y luego al combate, ¿porque lo llevaban al combate?

A Ulfric von Hoggen le sorprendió la reacción de Annelie. Cuando le abraza, él le devuelve el abrazo, un tanto torpemente... Sonríe, la verdad, ha conseguido tocar el alma de su alumna, y eso le alegra. Le ofrece su pañuelo para secarse las lágrimas, y sin palabras, le pone la mano en el hombro, tranquilizadoramente, amigablemente. 

- Hasta luego, señorita Annelie, gracias por haber disfrutado de la clase. Disfrute del día. 

Despacho de Ulfric von Hoggen

—No se preocupe, ya estoy bien, la enfermera no me habría dejado irme de lo contrario. — podía ser muy insistente si quería. Suspiró un poco más aliviado queriendo creerle y que la profesora Weiss también lo dejara trabajar en la clase o por lo menos hacer bien los deberes. Lo vio buscar un pergamino y lo recibió mientras leía levemente por encima mientras lo escuchaba.

—Le entregaré el pergamino cuando terminemos, lo responderé rápidamente entonces — le dijo, pues comenzarían un pequeño debate y no quería distraerse o interrumpirse mientras tanto. Escuchó entonces la pregunta recordando sobre lo que había leído y escuchado de aquella cultura. Siendo que su familia celebraba las fiestas paganas aún y que en lo personal estaba entusiasmado por las culturas antiguas, el tema le interesaba mucho. —Los Celtas creían mucho en la magia y los druidas, así que lo que ellos decían era ley, pues no solo eran sus líderes religiosos, sino también en parte políticos — comenzó pensándolo un poco. —Por lo tanto, ellos les daban protección antes de ir a la batalla, la manera de representar esta protección era por medio de las pinturas y los animales protectores. Creo que las usaban y con ello la pintura azul con este motivo. Representaban su alma, pues creían claramente en ello y con esto se sentían protegidos al tener su animal tótem acompañándolos al campo de batalla. También inspiraban miedo e intimidaban al enemigo que no estaban acostumbrados a verlos así, y al mismo tiempo creían que estos animales también representaban a sus ancestros que los bendecían para la batalla. — se aclaró un poco la garganta esperando no estarse enredando demasiado. —Claro ellos eran muggles en su mayoría y los que tenían magia terminaban siendo druidas, pues se cree que estos últimos eran magos primitivos. Pero imagino que sentían sus patronus cuando la máscara hacía su magia y sentían el calor y la tranquilidad que se tiene al tenerlo activo. Los patronus nos hacen sentir protegidos y felices, por lo que no es difícil que creyeran realmente que eran sus antepasados y espíritus guardianes, que los representaban porque en realidad parte de ello era cierto.

Seguido de sus palabras, agarró la máscara y se la colocó. Su cuerpo brillo rápidamente y al quitársela se encontraba cubierto de azul, específicamente de dibujos de Nundús bellamente decorados. Claro no es que él lo supiera realmente, pero por curiosidad se quitó la túnica y se subió las mangas para ver los colores. —Nunca había visto mi patronus así, pero ahora sé que un tatuaje de mismo quedaría bastante bien — bromeó levemente, para luego mirar con disculpa al hombre por su comentario fuera de contexto, no sabiendo si le molestaría aquello.

No pudo Ulfric dejar de notar que aquel alumno estaba interesado por el tema, o por lo menos, había trabajado adecuadamente para saber contestar a lo que fuera sobre el mundo céltico. 

-Bien bien, señor Prince. Buena respuesta. Vayamos por partes. Como ha dicho, en toda civilización la mayor parte numérica han sido muggles, y los celtas no eran excepción. Por eso, como ha dicho también, son los que mostraban especiales habilidades los que serían líderes y druidas. Y ahora le indico que la magia en aquellos momentos no era un secreto. Los druidas preparaban pociones y los muggles las tomaban, los druidas generaban hechizos basicos y los muggles se aprovechaban de ellos. Por ello, de algún modo, habían forjado estas máscaras que lo que hacían era infundir algo de valor y mostrar su animal totémico, ese protector que llamamos patronus. El color azul parece que fue una casualidad, pero luego se mantuvo con el tiempo y pinturas. 

Tomo aire, mientras el señor Prince asimilaba lo que acababa de decir. En general, había hablado con acierto, así que lo suyo era decirle nuevamente ir había acertado: - En lo que son las batallas, estos animales, y lo ha dicho muy bien, les proporcionaban cierta protección y seguridad, además de valor al combatir. Bien, pasemos al patronus. ¿Sabe que estás máscaras podrían mostrar un animal diferente a su patronus? ¿Que piensa de ello?

Lago Negro

Megu había citado a los alumnos en el lago, les había indicado que tendrían que llevar un traje de baño ya que la clase seria impartida en el lago. Ella procuro llegar un rato antes para estar preparada, había preparado un banco en donde podrían sentarse o dejar sus cosas, ella misma había dejado una pequeña bolsa en este banco. Cuando los alumnos fueron llegando les saludaba con una pequeña inclinación de cabeza para finalmente decir:

Buenos días a todos. Bueno… primero me gustaría decir que estoy un poco decepcionada con los que no consiguieron hacer el hechizo… ya que los que no han conseguido realizar el hechizo de la clase anterior no han venido a verme para ayudarles con el aunque les ofreci ayuda fuera de clases

Se quedo unos segundos en silencio para a continuación observar a los alumno uno momentos por si alguno quería añadir algo. Para después mirar el lago y descalzarse, con cuidado deja los zapatos en el pequeño banco que había a su lado y comienza a decir:

Podéis dejar vuestras cosas en ese banco e id entrando en el agua, espero que hayáis traído un traje de baño, solo os hará falta eso y vuestra varita

Decía mientras dejaba con cuidado su túnica dejando ver que llevaba puesto un bañador de una pieza oscuro bastante sencillo que hacia un gran contraste con su pálida piel, podía verse que no era especialmente voluptuosa ni nada por el estilo, con tranquilidad se mete en el agua que parece que no le afecta demasiado su temperatura, mientras entraba comenta mas para sí que para que le escuchen:

Vaya… en casa está el agua más fría…

Una vez ha llegado a una distancia en la que el agua le llega más o menos por encima de la cintura se detiene a esperar que lleguen los alumnos en silencio:

Os encargue una tarea optativa, ¿alguien la ha hecho? Por si no lo recordáis, e trataba de encontrar una forma de sumergirse en el agua durante un tiempo bastante prolongado…

Tras comprobar las diferentes formas en las que los alumnos habían tratado de aguantar tiempo bajo el agua (o no) dice:

Bien… os mostrare el hechizo de hoy, os permitirá respirar bajo el agua el tiempo que sea necesario… y quizás os preguntéis, ¿es útil? Bueno, eso es algo que tendréis que penar por vosotros mismos, ¿es útil poder respirar bajo el agua? Bien prestar atención.

Toma su varita y realiza un par de filigranas, no eran movimientos sencillos y era consciente, así tras realizar los movimientos una especie de esfera aparece en su cabeza conteniendo aire, la cual tras unos momentos deshace y dice:

Bien… este es el encantamiento de casco burbuja… ahora tenéis tres intentos como máximo para hacer el hechizo, una vez lo hayáis hecho tendréis que sumergiros en el agua y el alumno que aguante más tiempo ganara 10 puntos para su casa… y el que tarde menos perderá 5… el que no lo intente perderá 10.

Decía con una sonrisa cálida y amigable en su rostro, tras lo cual añade:

Por supuesto aquel que ha hecho la tarea optativa si no le sale el encantamiento podrá usar su otro método si lo desea

CLASE DE ENCANTAMIENTOS, LAGO NEGRO

Dana estaba deseando que llegase la siguiente clase de encantamientos, puesto que, gracias a la paciencia y el talento de Daphne, había podido aprender un hechizo con el que cumplir con la tarea que la profesora Okada había mandado con anterioridad, además de haberle pedido a Beck una pequeña muestra de branquialgas. Por ello, tras preparar sus cosas con cuidado de no olvidar nada que le pudiese hacer falta, y enfundarse su sobrio bikini negro, se visitó y salió rápidamente hacia el lago.

La profesora ya estaba allí cuando la Gryffindor llegó, así que la saludó educadamente, y esperó a que el resto de sus compañeros llegaran mientras repasaba mentalmente la pronunciación y el movimiento de varita del hechizo. Lo cierto era que aprenderlo le había costado lo suyo, así que estaba algo insegura por si no lograba realizarlo delante de sus compañeros.

A pesar de que algunos de sus compañeros ya estaban metiéndose en el agua, ella quedó algo rezagada, jugando con el frasquito en su bolsillo. No se sentía especialmente cómoda llevando únicamente el bañador delante de sus compañeros, más por un tema de intimidad que por inseguridad, puesto que estaba más que conforme con su cuerpo.

- Yo encontré dos métodos, aunque, de no ser por Daphne, me habría sido imposible conseguir uno de ellos. - Dijo aún desde fuera del agua mientras sacaba de su bolsillo el pequeño frasco con las branquialgas y se lo mostraba durante unos instantes para, después, volver a guardarlo. Conforme iba terminando la frase, iba bajando su tono de voz, quería darle a su amiga el mérito que ella pensaba que merecía, pero no quería poner sobre ella más atención de la necesaria por si aquel hecho acababa haciendo que la joven se sintiese incómoda.

Tras esto, siguiendo el ejemplo de la profesora, se deshizo de su ropa, y quedó en bikini. Después de dejar la ropa en el lugar donde les había indicado Okada, entró rápidamente, varita en mano, al agua, maldiciendo una y mil veces la baja temperatura de ésta.

Cuando logró hacerse al frío, repasó mentalmente las pautas que le había dado Daphne para lograr realizar el encantamiento de casco burbuja, y las llevó a la práctica. - ¡Caput Bullae! - Al ver que había conseguido realizarlo a la primera, sonrió ampliamente y le dedicó una fugaz mirada agradecida a la Slytherin antes de establecer contacto visual de nuevo con Okada.

Tras las muestras del resto de sus compañeros, Dana quedó complacida al ver que ella ya conocía el hechizo que iban a aprender en esa clase, y que, de hecho, lo acababa de realizar, y se apuntó mentalmente darle las gracias a Beckia por darle la idea.

Randall no daba crédito. La profesora Megu Okada les había pedido que acudieran a la nueva clase en traje de baño. No pudo evitar preguntarse lo evidente: ¿la profesora lo había hecho para verlos a todos sin camisa o en bikini? Definitivamente, el joven Slytherin seguía prefiriendo los métodos del antiguo profesor de Encantamientos, el profesor Flitwick.

-¡Lo que hacen algunas para ver jovencitos en bañador! -le murmuró Lestrange a Rowle, en tono bajo, después de escuchar las explicaciones de Okada.

Aun así, ahí estaba Randall Lestrange, con un bañador negro y luciendo un atlético torso de piel bastante pálido e escaso vello.

-¡Caput Bullae! -exclamó, utilizando su varita, decidido a realizar un mejor intento.

La tarea que Okada les había encargado no fue especialmente complicada para Randall, pese a que no había practicado hasta ese momento. El Caput Bullae le había salido a la primera, llegando a formarse un casco con aspecto de burbuja alrededor de su cabeza. Se encontraba muy emocionado por haberlo conseguido.