Partida Rol por web

Los pilotos empiezan a hacer maniobras para descender en un sector, que se ve despoblado del planeta, e inician su descenso con cautela.

Mientras la tensión empieza a llenar el ambiente, los pilotos concentrados en el descenso, el maestro Jorus habla:

"Mientras ustedes van, yo monitorearé el área desde acá, si siento algúna perturbación de la fuerza, como de Vergere saliendo, la retrasaré para que podamos interrogarla, una vez en tierra, pueden comunicarse a través de estos..."- les pasa unos comunicadores portátiles a cada uno.

"Están todos equipados?" - pregunta con suspicacia mientras los mira como escrutándolos-

Aren atiende con atención las instrucciones mientras los pilotos realizan la aproximación, todo parecía muy incierto y no sabían que encontrarían al tomar tierra.

El jedi tomó uno de los comunicadores ajustandoselo y realizando unas pruebas para ver que funcionaba correctamente, tras comprobar que su sable de luz estaba bien ajustado al cinto estuvo listo.

Preparado!

El viaje se realiza más rápido de lo esperado y, por lo que Korina nos relata, mi maestra puede estar en cualquier sitio de este sistema pues es especial para personas que desean desaparecer del mapa. Será como encontrar una aguja en un pajar y, si Vergere no comete errores y no quiere ser encontrada, dudo mucho que consigamos hacerlo.

Nuestros acompañantes nos indican el plan y nos preguntan si estamos preparados para comenzar la operación. Reviso que llevo mi sable de luz y el resto de mi equipo:

"Tengo mi comunicador, mi dispensador de cable, mi cuchillo de supervivencia, mi capa aislante y mi barra luminosa. Tengo todo lo que puedo necesitar."

Respondo a los presentes:

 - "Estoy preparado."

Me cubro con la capa, preparado para salir a lo que nos espere en el exterior, sin saber realmente en qué equipos nos dividiremos y si eso será realmente una buena idea en un lugar que puede ser mucho más hostil de lo que esperamos o pensamos.

Habíamos llegado a nuestro primer destino, y empezaba la cacería. En un planeta del borde exterior que parece que no rige ninguna ley, no extrañaría ver gente armada y con trajes de combate así que sin dudarlo dos veces, me levante de mi puesto en la cabina y me dirigí a los camarotes que nos habían asignado, una vez allí me vestí la armadura obtenida en la anterior lucha.

Una vez puesta recogí el resto de mi equipo y armas comprobando que todo se encontraba operativo y sobre todo las armas cargadas y me dirigí a la sala donde se encontraban mis compañeros.

Estaban hablando de separarnos en grupos lo cual no me parecía una mala opción asi podríamos abarcar mas territorio y encontrarles antes.

Acepte el comunicador que me ofrecieron, hice una comprobación de funcionamiento y lo guarde.

-yo ya estoy listo, cuando queráis comenzamos la cacería-

Estaban arribando a destino y a Rann le preocupaba su equipo. Las celdas de energía habían sido cargadas al máximo, la pistola enfundada en su compartimiento bajo su chaqueta y aun sentía que le faltaba algo.

Echó un vistazo rápido hacia las tres cabezas robóticas que descansaban en su camarote: Mir, MuntDor y Numero 3… todas funcionales, todas desactivadas. En su mochila cabrían como máximo dos de ellas. Frustrado, chasqueó la lengua; ¿En que había estado pensando cuando las trajo a los tres? Tendría que dejar una aquí o a dos si quería ser más práctico. Examinó la abolladura en el chasis de Mir y un recuerdo rápido del derrumbe le vino a la cabeza, frunció el ceño, ligeramente deprimido.

“Hoy no amigo, creo que es tu turno” le dijo a nadie en particular mientras agarraba a Numero 3 y lo metía en la mochila.

Sus compañeros tal vez desaprobaran traer una cabeza de robot a una posible pelea entre Jedis y Sith, todo el asunto superaba al joven mecánico por mucho. No sabía muy bien que se esperaba de él, viajar fuera de Meshif había sido su única motivación para aceptar este viaje pero ahora que las cosas se ponían serias ¿Qué papel le tocaba representar a el?

Con esta y muchas otras preguntas rondando en su cabeza se dirigió a la sesión de información antes de salir a un planeta desconocido.

Rann rechazó el comunicador mientras sonreía tímidamente, señaló al comunicador miniaturizado que tenía en su muñeca.

“Gracias, pero ya tengo uno, solo déjame hacerle algunos ajustes rápidos” nadie entendió realmente lo que hacía, pero el logró que funcionara rápidamente, hizo sus pruebas correspondientes y asintió ante la pregunta del hombre mientras le mostraba la pistola oculta.

El chico estaba preparado... pero ¿para qué exactamente? Eso era una pregunta que ni el mismo podía responder

Tras la respuesta de la Jedi Korina, no quedo del todo satisfecho, pero me conformo con lo que hay. Notamos la salida del hiperespacio, con la consecuente deceleración de la nave. Korina sigue explicando que el Maestro Jorus se quedará en la nave y nos informará de cualquier alteración en la Fuerza que perciba, eso nos indicará si Vergere y Darth Corun están en el planeta.

Antes de aterrizar volvemos al camarote y recogemos nuestros equipos. Compruebo la celula de energía de la pistola y la extra que tenía, ambas al 100%. Saco de mi mochila el poncho de camuflaje de mi madre y me envuelvo con él. La espada de mi padre brillante como el día en que la recibí, dieciséis años atrás. la envainé y la até a mi espalda dejando mi brazo izquierdo descubierto por el poncho. Dejo el arco y las flechas para ir más discreto. Le pido al droide de protocolo si tienen una pistolera, para poder transportar la pistola blaster de Ash. Parece que sí tienen una por que al cabo de unos minutos aparece con una y me la da. La ato alrededor de mi cintura y enfundó la pistola. la saco un par o tres de veces para comprobar el movimiento y si he de cambiarla de sitio. No parece que haga falta moverla y la dejo en mi lado izquierdo. 

Salgo de la habitación y me reúno con el resto en la sala donde Korina nos había explicado la misión. Acepto el comunicador que me ofrecen y lo ajusto al canal de operación del resto:-Preparado y listo.-contesto ante la pregunta del maestro Jorus

Así, descienden a un páramo blanco, cubierto de nieve, que esta a pocos kilómetros de Rumilak , una de las ciudades mas "alejadas" del ajetreo de posibles ojos curiosos.

El terreno, principalmente rocoso debajo de la capa de nieve, se mostraba inhóspito y extrañamente silencioso. Bosques de arboles bajos (2 metros app) se estremecieron cuando la nave se acercó al claro del páramo.

Antes de bajar, Korina se enfunda (y les pasa a ustedes también) unos gruesos abrigos de piel y unas botas adhoc, junto con un set de respiradores acuáticos (mas vale prevenir que improvisar, diria ella).

Descienden, y la nave se empieza a elevar ruidosa dentro de la inmensidad del páramo, y el silencio reinante.

Cuando la nave se eleva lo suficiente, pueden ver el grisáceo cielo que, aunque no se ve un sol alumbrando plenamente, les proporciona de luminosidad como si estuviera a punto de atardecer (imaginense como si fuera tipo 6 de la tarde en la vida real). Se pueden distinguir formas, colores perfectamente hasta mas menos 50 metros en todas direcciones, desde ahi en adelante, la distancia los deja distinguir formas mas vagas.

Korina empieza sacando una especie de HoloMapa, lo pone en la punta de su mano, y al encender, se proyecta una flecha hacia la dirección donde se encuentra la ciudad y marca un par de kilómetros de distancia de caminata.

"He cambiado la opinión sobre separarnos por ahora..."- les dice - "...recuerden que cualquier actitud extraña puede insinuar que somos y a que venimos, y lo que menos queremos es alertar a Vergere...".

Acto seguido le dice a los padawans - "...Escondan su presencia por un rato, Vergere les alcanzó a enseñar eso?"

Lo dice mas que como una reproche, con un legítimo interés de saber cuanto les enseñó su maestra.

A los demás (especialmente a Rann, que se muestra curioso con todas las cosas nuevas) les dice: "Intentemos mantener el silencio de nuestro andar lo más que podamos, especialmente cuando lleguemos a las afueras de la ciudad..."

Luego activa el comunicador personal que les dieron, y dice: "Acá grupo explora 1, ojo de aguila, nos oyen?".

Luego de unos segundos los comunicadores tienen una respuesta de una voz conocida, Clara, quien dice:

"Acá ojo de aguila, los escuchamos fuerte y claro, cambio".

Al escuchar la respuesta Korina les hace señas, y comienzan a caminar por el páramo congelado, en dirección a una colina cercana, completamente cubierta de nieve, en la misma dirección de la ciudad.

Siempre era agradable sentir la tierra bajo los pies, era su hábitat natural y no el sintético suelo de una nave. Pronto el fuerte frío se dejo notar y Aren se arropo la túnica para mantener el calor corporal.

Parecía un lugar helado y desierto, la visibilidad no era buena del todo pero lo suficiente para poder ver que estaban solos en un lugar apartado, era hora de comenzar la búsqueda.

Aren procuró pasar desapercibido a la fuerza tal y como le había enseñado su maestra.

Mientras aterrizaba la nave Korina terminaba de darnos las instrucciones. Procedí a coger el abrigo y las botas y ponérmelo y guarde el respirador en mi cinturón.

Al bajar de la nave active el comunicador e hice una verificación de que funcionaba correctamente. Nuevamente comprobé que el fusil estaba cargado y listo e hice lo mismo con la pistola.

Parecía que nos iba a tocar dar un largo paseo hasta la ciudad.
-Cuanto antes empecemos la marcha, antes llegaremos- dirigiéndome a mis compañeros y preparándome para partir.
 

La puesta a punto del equipo y el descenso son una actividad nueva para mí. Nunca había salido de Meshif y claramente no había participado en un descenso como este. Es algo estimulante, pero debo dejar de lado mis emociones y debo enfocarme en la calma que me llevará a sentir con claridad La Fuerza y su voluntad.

Al bajar, Korina nos indica que debemos ser silenciosos y que debemos ocultar nuestra presencia. Asiento indicándole que sé como hacerlo y me concentro en que sea así.

La conexión de comunicación ya está lista con la nave y nuestras instrucciones también, por lo que comienzo mi avance sin emitir ruido alguno, junto con el resto del equipo.

Gracias a los amortiguadores de inercia de la nave, el reintegro al planeta apenas se nota, cosa que agradezco, tiendo a marearme con muchas turbulencias. Al tocar tierra la rampa de la zona de embarque se abre y nos muestra un páramo helado:-Me recuerda a mi hogar durante el invierno.-comento sin venir a cuento. Acostumbrado a la caza en invierno Torhuk adopta una postura distinta a la del resto. flexiona levemente las rodillas para que sus pies ganen fuerza y peso en la nieve, cosa que mejora su andar, dado que no tiene que doblar las rodillas en exceso. Medio inclina su cuerpo para adelante para mejorar el centro de gravedad y no perder el equilibrio. 

Mientras la Jedi Korina habla, examino el terreno: Rocoso, sus pies no sufrirán como los del resto gracias a sus pezuñas. Olfateo el aire: limpio, puro, salvaje. Era estar como en casa. Korina hizo las comprobaciones oportunas con los intercomunicadores y sugirió ir en silencio hasta la ciudad. Eso era fácil para mí. Ir en silencio era como un estado natural para mí. 

El clima helado fue un cambio inesperado para Rann, sus sentidos explotando bajo el bombardeo de nuevas experiencias. Observaba asombrado cada nuevo elemento y lo procesaba a una velocidad increíble.

Se reservó sus preguntas, otros no entenderían su emoción, nunca lo hacían. Pero por primera vez en algún tiempo el chico era feliz de nuevo, no tanto como cuando trabajaba en sus amigos, pero estaba cerca.

Sin mayor dilación asintió ante las órdenes de la jedi. No llamar la atención… no sería difícil, la gente siempre le había ignorado. Después de todo, siempre ignoras al loco local por temor a que sea contagioso…

El sector montañoso se extiende hasta una gran colina, al parecer un sendero existió acá hace mucho, y la Jedi, al parecer un poco contrariada, avanza lento por la nevada colina, hundiendose unos 10 centímetros cada vez que camina, claramente no es su clima, ni su elemento.

Repentinamente se da vuelta con la cara como iluminada, y mira a Torhuk, diciéndole:

"Tu eres un explorador no?, podrías guiarnos? Puede que tengas mejor talento que yo para esta parte del viaje"

Luego, se dirige a Sand y le dice: Soldado, no te veo tan complicado tampoco, sería posible que te adelantaras con el explorador y vayan abriendo la senda , no nos gustaría que nos estuvieran observando ojos curiosos. Solo chequeen que no sean criaturas salvajes, tampoco queremos una estampida de bichos desconocidos sobre nosotros.

 Una vez que la Jedi dice esto, pequeños copos de nieve, como movidos por el viento caprichoso, empiezan a danzar frente a ustedes.

El ceño de la Jedi se frunce, mientras mira si es que es efecto de alguna nave sobrevolando sobre sus cabezas (que, desgraciadamente no lo es), y les dice, ya levantando un poco mas la voz "no se separen, este bendito clima..."

Embelesado por el entorno noto que la Jedi Korina me habla, le presto atención y asiento ante la petición:-Será un placer.-digo y empiezo a adelantar-me. Tras unos pasos sin ninguna dificultad me giro y le pregunto a Sand:-Preparado señor soldado?-

La maravilla que se refleja en mi cara al ver los copos de nieve es solo superada por mi diversión con la irritación de la jedi, a pesar de que me cansa este terreno, me recuerda al desierto, me siento como en casa.

Atendiendo a las indicaciones de Korina asiento con la cabeza, los jedis no me gustaban y estar bajo las ordenes de uno menos aún, pero que le íbamos a hacer esta situación era un mal necesario.

Me giro hacia Torhuk –preparado- mientras empuño y preparo mi fusil laser –detrás de usted señor explorador- con una sonrisa he iniciado la marcha detrás de Torhuk.
 

El frío era intenso y pronto haría mella en el grupo, Aren se aferro la túnica a fin de mantener su calor corporal lo mejor posible, se situo junto a Korina dispuesto a iniciar la marcha.

El clima es mucho más frío de la acostumbrado, sobre todo para quienes venimos de Meshif y jamás habíamos salido de sus calurosas arenas. Veo la nieve, maravillado por un espectáculo desconocido hasta ahora, pero sin poder ignorar la gélida sensación que se apodera de la piel de mi rostro y manos. Hace frío y es la primera vez que siento tanto.

Me cubro bien con mi capa aislante, agradeciendo el haber decidido conseguir una pues sin ella, en este momento quizás estaría muriendo de hipotermia.

Korina da indicaciones para que sea Torhuk y Sand los que abran la marcha y sonrío conforme, pues son tipos muy hábiles como para marcar una vanguardia. Yo mismo intento ver a nuestro alrededor por si consigo notar algo, a sabiendas de que nunca he sido el mejor observador que hay.

Caminan un rato más por la nieve, con frio, pero en movimiento, con lo cual se mantienen bien.

Sin embargo a poco caminar se dan cuenta de lo extremo que puede ser el paisaje nevado y más aún mientras caen copos del cielo.

La colina se acerca, pero también, al parecer, la noche, quien dificulta la visibilidad de todos.

Mientras el sendero desaparece completamente bajo la nieve, Sand y Rann los guían con paso firme y cuando de repente se detienen, y los hacen vadear el camino, es porque han detectado un posible orificio, agujero o cueva en la tierra.

Todos en hilera, pueden llegar medianamente bien hasta los pies de la colina nevada, cuando de repente escuchan claramente:

"Acá ojo de Aguila, hay una tormenta en ciernes sobre ustedes, parece que la maldita hubiera salido de la nada, no debería durar mas de 10 minutos, por la rapidez de los vientos y la presión, refúgiense ese tiempo donde puedan para no sufrir inconvenientes, cambio"

Sand y Torhuk encuentran una especie de gruta que se interna un poco en la montaña, pero lo suficiente como para capear la posible tormenta y entran un poco para ver si esta deshabitada.

Al cabo de unos tensos segundos salen y les indican que la cueva, semi enterrada en nieve en el exterior, esta limpia, y todos entran.

Mientras van entrando en la caverna, los tenaces ojos de Rann pueden ver, en la lejanía por donde vinieron, una figura, cuadrúpeda blanca como la nieve, aproximadamente del porte de un animal mediano, escurrirse entre la nieve.