Partida Rol por web

La tormenta se nos cae encima y las palabras provenientes de la nave no son más que la confirmación que aquello que ya sentíamos en nuestros huesos. Vemos que el peligro nos ataca como una amenaza atmosférica y poco podemos hacer más que resguardarnos hasta que la tormenta pase. Por suerte para nosotros, nuestros exploradores consiguen encontrar un buen refugio y nos cobijamos en su interior para no perecer.

Entro en el lugar y me arropo con mi capa aislante, mientras intento concentrarme en meditar profundamente. Deseo ser capaz de sentir a mi alrededor para así ser capaz de sentir cualquier fluctuación en La Fuerza que me ayude a entender el camino que tenemos por delante y cual es la voluntad de La Fuerza en los acontecimientos que están por venir.

La tormenta no tenía pinta de arreciar y cada vez se mostraba peligrosa, rápidamente Torhuk indico que había encontrado una cueva en la que nos podríamos refugiar mientras pasaba el temporal.

No nos quedaba otra opción, aunque una cueva, tácticamente hablando, no era el mejor sitio para encerrarse. Una vez dentro ajuste mis prendas de abrigo para intentar mantener el máximo del calor corporal. Y volví a empuñar mi fusil, ahora habría dos frentes que vigilar, la entrada de la cueva y como mantenernos en ella calientes.

-Alguno sería capaz de hacer un fuego o algo para entrar en calor- dirigiéndome a mis compañeros.

Dicho esto me pongo justo en la entrada de la cueva –yo me encargo de la primera guardia-
 

Conforme avanzaban por el gélido paraje Aren sentía más y más frío, encontrar aquella cueva pareció un alivió pero aun así el frío se hacía demasiado intenso como pare poder realizar nada más. Aren se quedó quieto sin poder si quiera concentrarse en la fuerza, se frotaba el pecho con fuerza y moviendo los brazos y piernas intentando hacer circular su sangre y mantener así su calor corporal.

La nieve se aparta ante mi a medida que voy avanzando, no me resulta difícil moverme en aquél ambiente. Seguimos avanzando durante unos minutos cuando Sand y yo detenemos al grupo:-Empieza nevar, eso es bonito y peligroso por que el clima va a empezar a empeorar y por la velocidad de los copos de nieve, no tardaremos mucho en ver una tormenta.-le digo a Sand. Me giro hacia al resto:-En marcha.-

Avanzamos un poco más cuando recibimos una transmisión de la nave: teníamos la tormenta encima y había que buscar refugio. Sand y yo nos adelantamos y encontramos una cueva. Nos acercamos y con un vistazo rápido parece deshabitada. Salgo y le indico al resto que entren a refugiar-se. 

Mientras entran saco la vara de fuego de uno de los bolsillos del chaleco y la enciendo. Aquello nos mantendría calientes durante un rato. Me acero a la entrada de la cueva y busco algo de madera para aumentar el fuego. Veo a Aren tiritando de frío:-Veo que tienes más frío que el resto, si lo necesitas tengo una capa aislante que te ayudará.- le comento al joven Jedi congelado. Sand se encargará de hacer la guardia en la cueva:-Yo me encargo de vigilar el interior por si aparece el dueño de la cueva.-comento al grupo.

A medida que Torhuk enciende la vara de fuego, el ambiente pasa de estar muy frio a estar un poco helado, disminuyendo cualquier riesgo de hipotermia por inactividad.

Como efecto secundario, eso si, mucho del hielo y nieve de la entrada de la caverna empieza a derretirse lentamente,goteando al piso y formando una pequeña poza de agua en la entrada.

Algo de humo de la combustión sale de la vara, el cual se va hacia la salida de la caverna.

La nieve arrecia afuera, mientras, los ojos avezados de Sand hacen guardia.

Repentinamente Sand hace un movimiento brusco con el rifle y lanza un par de disparos hacia afuera. Al parecer ha visto que algo se movìa.

Rann y Aren, mientras, parecen no estarla pasando no tan bien y en el caso del Mon Calamari, empieza a estornudar repetidamente*, no acostumbrado al hielo de aca. Aren, por su parte, parece demasiado interesado en estar cerca de la pequeña vara de fuego que , a la vez que ilumina, da calor.

Anaron, parece estar meditando en la parte mas alejada de la entrada de la caverna, arropado en sus vestiduras, y finalmente Korina, al lado de Sand, en la entrada , parece muy preocupada.

Pasan unos minutos, en los que, afortunadamente, no sucede nada más malo, cuando escuchan decir a Korina:

"Finalmente, ya esta pasando muchachos..."

Se asoma para ver el sendero, pero su frase no alcanza a terminar de ser completada y una gran mancha blanca cae desde la parte superior (por fuera de la caverna), aferra a la Jedi, y las dos figuras caen unos 10 metros rodando por la ladera nevada de la montaña.

La nieve continúa cayendo, y su intensidad parece que, a ratos disminuyera.

Los minutos transcurrían mientras esperábamos a que la tormenta amainara. El calor de la vara de fuego hizo más llevadero el tiempo. Mientras Sand hacía guardia disparó varias veces a la oscuridad. En cuanto oí los disparos, me acerqué a él:-Has visto algo, verdad? Hace rato que noto algo raro en el ambiente. Estate atento.-le comento mientras hecho un vistazo a la tormenta.

Me vuelvo al interior de la cueva con el resto. Rann y Aren estaban tiritando a pesar del calor de la vara de fuego. Yo tenía frío pero lo aguantaba bien y el poncho de camuflaje ayudaba:-Tomad, chicos, calentáos con esto.-les digo mientras saco la capa aislante de la mochila y se la doy.

Pasaron unos minutos y veo a Korina salir de la cueva, dice algo pero no consigo escuchar-la antes de que desaparezca:-KORINA!!!-grito y de un par de zancadas alcanzo la entrada de la cueva. miro la situación y miro a Sand:-Voy a buscarla. En cuanto se hayan calentado, seguidnos.-le digo mientras desenvaino la espada de mi padre y salgo en busca de Korina.

El frío parecía más llevadero cuando la dulce llama hizo su aparición con su vivo baile, Aren aproximaba las manos al pequeño fuego captando el calor necesario para volver a templarse, parecía un respiro en mitad de la tormenta pero apenas duro unos instantes pues los gritos de Torhuk pronto terminaron con la tranquilidad.

Korina había desaparecido entre la nieve, arrastrada por algún tipo de animal o bestia, Aren aprovecho los últimos instantes junto al fuego mientras se aferraba la capa buscando su sable laser yendo tras el esclavo.

Un fuego se había prendido para calentarnos, algo más acogedor para poder pasar la tormenta mientras decide permitirnos seguir nuestro camino. De pronto, algo se lleva a Korina, una mancha blanca que cae desde lo alto y la arrastra hacia una caída.

Torhuk se lanza detrás de ella y yo los sigo sin dudarlo. El frío no me ha calado tan hondo como a algunos de mis compañeros, por lo que no titubeo ni un instante en acompañarle:

 - "Yo iré contigo."

Saco el sable de luz y lo mantengo en mi mano mientras sigo al Noghri en su intento por rescatar a la Caballero Jedi de un peligro que no esperaba de ninguna manera.

Parece que ya nos preparamos nuevamente para partir, estar encerrado en una cueva no es el sitio ideal. Korina se acerca a la entrada de la cueva, cuando una mancha blanca se abalanza sobre ella y caen colina abajo, rápidamente me salen los reflejos de soldado y teniendo el arma preparada abro fuego sin dudarlo. No sé lo que será pero si nos ha atacado a nuestro favor no estará.

Al salir se dan cuenta de que la visibilidad es prácticamente nula, la nieve se arremolina por todos lados, y aunque ha disminuido muchisimo ,lo único que pueden ver son las marcas frescas de algo que "rodó" ladera abajo, perdiéndose a una buena distancia.

La tormenta ha disminuido en gran cantidad, pero el manto blanco que cubre toda la ladera y una extensión masiva del camino por donde venían los podrían llevar a escoger un camino equivocado, y caer por la ladera.

No se siente mas sonido que el silbido del viento y una corriente fria que poco a poco va disminuyendo.

Al salir fuera de la cueva, la visibilidad era escasa, debido a la tormenta de nieve, veo que algo, seguramente el rastro Korina al caer por la ladera de la montaña. Me esfuerzo por encontrar una ruta para bajar por la montaña e intentar no morir en el intento de rescate.  

Hola,

El talento no funciona así.

Orientación

Sabes como orientar a otros a través de terrenos peligrosos. Puedes usar una acción rápida para indicar el camino de menor resistencia a un aliado en línea de visión que pueda verte, oírte y entenderte. El aliado ignora los efectos de terreno difícil en su próximo turno. No puedes usar este talento en ti mismo.
Requisito: Entrenado en percepción.

Afecta solo a un aliado, como puedes ver,

Saludos. 

La tormenta parece haber disminuido pero sigue siendo un gran problema a la hora de encontrar qué ha sido lo que ha atacado a Korina. Intento ver a mi alrededor, pero el polvo blanco dificultad mucho la visión. Avanzo detrás de Torhuk ladera abajo para intentar encontrar a la Jedi mientras me mantengo preparado para luchar contra el atacante, haya sido lo que haya sido.

Al salir nuevamente de la cueva la visilidad es muy limitada, la capa era la única protección improvisada para la ventisca, apenas unas huellas intentan marcar el camino antes de ser eliminadas por el fuerte viento.

El jedi procuraba avanzar y no perder de vista a Torhuk quien parececía moverse bien por entorno tan hostiles. Aren tenía portaba el sable de luz apagado en su mano mientras la adrenalina intentaba mantener su cuerpo caliente.

Al ver que el disparo no es claro y puedo dar a la jedi decido contener mi disparo. Veo como Torhuk Sale rápidamente de la cueva decido seguirle.

Al caer Korina, Sand decide detener su instinto, dado que puede darle a la Jedi en igual manera que a la amenaza. Espera que salga Torhuk, y lo sigue.

Luego, Anaron y Aren, salen también de la caverna. Anaron lleva su sable de luz encendido.

El aún impresionado Rann, sale después de todos a tropezones en la nieve.

Bajo la dirección del explorador, Sand fácilmente le sigue el paso y los dos se mueven raudos hacia el camino donde venían, siguiendo las huellas del rodado de la Jedi y la criatura que la botó.

La rapidez con la que bajan, eso sí no les da chance para esperar a sus compañeros que se mueven un poco mas lento, pero que aún los pueden ver.

Tras una leve persecución aun no habíamos encontrado nada, pero no deberíamos estar muy lejos ya que el característico ruido de un sable luz encendido se escuchaba relativamente cerca.

La nieve caía copiosamente y la visión se dificultaba por momentos, Aren tenía el sable de luz apagado para que su propia luz no le impidiera ver a los lejos, aún podía divisar a sus compañeros y procuró aferrar el paso todo lo posible sin desorientarse a fin de poder regresar a la cueva.