Partida Rol por web

La melodía de la hermosa elfa dejo a Oliver en un estado de paz nunca antes alcanzado por este. Acto seguido hablo sigmund y una vez acabo oliver vio como sigmund fijaba sus ojos en los suyos esperando una aprobación que sin duda oliver otorgo a este.

Emprendieron de nuevo el camino, y oliver todavía se estaba riendo del percance de Áran con su corcel. No pronuncio nada al respecto, quería pasar desapercibido lo máximo posible.

En principio oliver pensó que fue buena idea el ir por la senda que dijo Nae, pero poco a poco noto que en el grupo iba decayendo el animo y tampoco ayudaba que el camino se fuera haciendo mas lúgubre, la tranquilidad del mismo, la niebla que se levantaba a su paso no parecía presagiar nada bueno. Cuantos recuerdos vinieron a la cabeza de Oliver, de nuevo sintió estar en el ejercito de Spingard y de nuevo con su compañero Sigmund al que fijo su mirada recordando cuando estaba bajo su mando y miles de caminos igual al que estaban recorriendo en ese mismo momento se llenaban sin previo aviso de bandidos y delincuentes capaces de segar la vida de cualquiera con tal de llevarse unas monedas de oro o algo que llevarse a la boca. Espero que en estos primeros dias tengamos paz y tranquilidad.

Llego el momento de descansar y buscar un lugar para hacer noche. Encontraron una pequeña loma y cerca de ella se prepararon para descansar. Oliver escucho como Lihem decia que alguien tenia que explorar los alrededores y oliver estubo apunto de ofrecerse pero se lo penso mejor y espero a hablar con sigmund a ver este como repartia las tareas del grupo. Al rato despues de haber desaparecido brevemente Áran se ofrecio para recoger leña a lo que oliver contesto... Estupendo Áran, como bien dices, mejor dormir caliente que no frio. Oliver esbozo una pequeña sonrisa Cuantas veces habre dormido a la intenperie sin nada mas que mi armadura como abrigo.

Viendo como se desenvolvía el grupo, oliver se acerco a Sigmund y.... Sigmund, conociendote como te conozco seguro que ya estas pensando en que tareas realizara cada uno de nosotros, pero vengo a anticiparme y me gustaria que me pusieras en la guardia de esta noche, me da igual en cual de todas , pero me gustaria hacer guardia. Oliver se penso dos veces lo que estaba apunto de comentarle a sigmund pero al final lo hizo en un susurro...Viejo amigo, el camino que hemos dejado atras ¿no te ha dado como malas vibraciones?, todo tan tranquilo aparentemente. Sabes me ha recordado las miles de emboscadas de las que hemos sido presas mientras serviamos al ejercito.

Oliver se quedo plantado al lado de Sigmund esperando una contestación a su ofrecimiento de quedarse de guardia en alguno de los turnos de la noche.

Calypso observó cómo al talentoso malabarista se acercaba a su lado y le preguntaba acerca de sus conocimientos sobre enfermedades e intoxicaciones. Le respondió con total franqueza.

- Lo cierto es que domino bastante ese área ¿Por qué me lo preguntas? ¿Acaso tienes algún tipo de malestar? -preguntó preocupado.

Escrutó el rostro de su compañero de viaje en busca de algún indicio de intoxicación, pero no logró percibir nada.

Áran se alejó del grupo con el pretexto de saciar sus necesidades fisiológicas e inició una ligera inspección de los alrededores de la zona. Tras varios minutos sin percibir más que los ruidos naturales del bosque decidió volver al grupo y ofrecerse para buscar leña para alimentar un fuego.

La noche había caído sobre el grupo y el fuego ya ardía en el centro cuando Nae creyó percibir algo extraño en los sonidos del bosque. Algo allí no era natural, alguno de aquellos sonidos no se correspondía con lo que ella conocía tan bien. Escrutó la oscuridad del bosque con la mirada pero sus ojos de elfa no lograron distinguir más que negrura.

Acabó de tocar el ney y el silencio invadió todo el lugar. Miro a sus compañeros que la observaban de manera absorta, Nae enrojeció levemente pero ninguno de ellos se dio cuenta. A continuación recogieron y partieron sin más dilación. El viaje resultó apacible pero poco a poco la niebla fue inundando el camino y se vieron obligados a detenerse. Eligieron un pequeño claro para pasar la primera noche. La joven elfa sentía un presentimiento extraño mientras observaba el bosque pero no podría definir qué era. Conocía el lugar donde estaban y los animales que allí vivían pero algo le decía que algo no cuadraba.

-Sigmund, antes de que repartas las tareas quería decirte que me permitas ir a inspeccionar el territorio a mi, Lihem tiene razón y sería importante hacer una leve exploración. Conozco estos lugares y el tipo de animal que vive por aquí por lo que no correré ningún riesgo y de todas formas sé defendere.-dijo la joven con firmeza. Veía a sus compañeros inquietos pero ella sabía que no tenían que temer a nada del bosque, si algo había extraño serían personas que como siempre eran las que creaban los conflictos ya que a los animales si no les atacas no se te acercan.

Naedunëa se acercó lentamente a Áran.

-Áran si finalmente vas tu a por la leña te recomendaría que no te alejaras mucho. Aunque conozco estos lugares, con la niebla que hay sería difícil seguirte el rastro en caso de que te perdieras.- Nae se dió la vuelta y fue hacia el lugar en el que iba a extender su saco de dormir.

Thorin había sacado su pipa y empezaba a fumar sentado sobre una pequeña roca cuando uno de los humanos se presentó llamándole "gran jinete enano" y le ofreció su compañía preguntándole sobre sus motivaciones para el viaje y sobre las ciudades enanas.

El enano giró el cuello lentamente con rostro serio, separó la pipa de su boca y sostuvo la mirada de su compañero. Al cabo de dos segundos se inclinó hacia atrás y elevó el rostro al cielo para romper en una sonora carcajada.

- Jajaja ¡Que me parta un rayo!  ¡Gran jinete enano! Jajajaja -tras unos segundos en los que serecuperó de la risa habló de nuevo con su voz profunda y grave -Yo soy Thorin, hijo de Dorin y recorría las ciudades del norte buscando un misterioso material para mejorar las aleaciones metálicas en la forja cuando me topé con la desgraciada muerte del duque Ojesu -se detuvo e hizo una reverencia al aire murmurando algo para sí mismo- Consternado por la injusticia de la situación ofrecí mis servicios al nuevo duque, que me relató sus planes y accedí encantado a aportar mi hacha a esta misión.

A continuación cogió aire para afrontar la respuesta a la última pregunta. Su rostro se llenó de orgullo tras aquella poblada barba.

- Eres un insensato, amigo Áran. Un enano te puede hacer explotar la cabeza hablándote de sus ciudades sin que hagas la más mínima muestra de interés, pero puede ser peor si eres tú el que preguntas... jajaja -de nuevo rompió en carcajadas - Provengo de los Salones de los señores de Burak-Zal y te puedo asegurar que no existe maravilla en el mundo que supere la belleza de aquel lugar... -se acercó a Áran y continuó susurrando -ni siquiera la elfa que nos acompaña y a la que todos miráis embobados... -una nueva y leve carcajada iluminó su rostro y recuperó el volumen normal -No hay nada más impresionante para los ojos que la espléndida Gulak-Zalun, cuya grandeza alcanza tales cotas que resulta inútil intentar describirla con palabras, me temo que habrás de visitarla para conocerla ¡Oh!, y si a lo largo de tu vida se te presenta la oportunidad de ver Zirad-Dulad, aprovéchalo. No son muchos los no-enanos que han disfrutado de sus maravillas, pero todos los que lo han hecho no han cabido en su asombro.

Se inclinó hacia atrás y continuó fumando la pipa con total tranquilidad, observando a Áran por si realizaba algún otro comentario.

Thorin se encontraba sentado hablando con Áran cuando de pronto se levantó y se subió a una pequeña roca de forma que su rostro quedaba a la altura de los demás. Tiró su pipa al suelo y declaró en voz alta:

- Queridos compañeros, hemos asistido a los impresionantes malabares de nuestro amigo Áran y a las melodías de nuestra guía elfa. Ahora quiero obsequiaros con parte de la cultura enana. He de decir que no soy muy talentoso en cuando a las nociones artísticas... ¡Oh! Nadie como Rigaa para entonar este cántico. Deberíais ver cómo ella hace salir aquella poderosa voz desde sus barbas haciendo temblar los propios cimientos de la tierra... La canción dice así:

Las rocas, la piedra, la tierra talló

cual dios diseñando la flor,

clavando, picando a su padre cantó

a su hijo esta nuestra canción.

Con una pinta en la mano,

un barril vacío a sus pies

y una montaña de hierba de enano

la que fuma un elfo en un mes.

Zirad-Dulad, Gulak-Zalun

los ojos no alcanzan a ver

la gran maravilla enana ¿lo veis?

¿quien vive en el bosque después?

Con una pinta en la mano,

un barril vacío a sus pies

y una montaña de hierba de enano

¿quien vive en el bosque después?

Terminó el cántico acompañado con un torpe y sencillo baile sobre la roca, tras lo que se volvió a sentar y alcanzó de nuevo la pipa, para seguir fumando.

Oliver observo como Thorin se levantaba y llamaba la atencion del grupo dando una pequeña charla a la que le acompaño una alegre cancion. Bravo Thorin he-he-he Oliver esbozo una sonrisa y aplaudió levemente ante el cántico de este.

Lihem observó al enano, sonriendo ampliamente, y ya riendo cuándo la canción hubo terminado, y la hubo comprendido-

Ja y quién quisiera vivir en el bosque, si tuviera su famosa hierba eh!-

Comentó Elitzur alegre, desviando la mirada a los elfos presentes, a ver si tenían una contra-canción, o una respuesta.

Luego el guerrero se sentó más derecho y atento, algo le picaba en la ezpina, algo lo inquietaba, cuándo salió Nae a explorar, se la quedó mirando, como esperando que le pase algo, para reaccionar a tiempo.

-No, no soy yo el que está enfermo, sin embargo me pareció que un conocido mío al que le debo un favor estaría mejor si alguien con conocimientos de medicina le echaba un ojo a la vuelta. Tenía una extraña mancha verdosa recorriendo las venas inferiores del cuello, ¿Sabeis de qué podría tratarse?

También estoy interesado en saber más acerca del elixir de la verdad que se bebió el Duque. El amigo antes mencionado puede conseguirme alguno, y me sería muy útil para demostrar mi inocencia a la vuelta (ya deberis saber que me acusaron de ser un bandido e iban a ejecutarme).

Áran siguió la canción del enano y lo acompañó con palmas. Cuando terminó le pasó el odre de agua para que se refrescara la garganta:

-Jaja, sois un excelente trobador. ¿Podeis enseñarme alguna canción más de ese estilo? No se conocen muchas canciones enanas por estas tierras... Y habeis mencionado que pocos no-enanos entran en tierras enanas. ¿Qué podría hacer para poder contemplar semejantes maravillas? Es una lástima que no tenga un buen barril de cerveza para acompañar la conversación...

Áran mencionó a Calypso unas manchas verdosas recorriendo las venas inferiores del cuello. El clérigo meditó durante un momento, estaba seguro de haber oído algo acerca de aquello, pero no lograba recordarlo.

Desde luego no se trata de una intoxicación ni de un veneno, al menos no uno de los comúnmente conocidos. Podría tratarse de una enfermedad pero no recuerdo ahora ninguna con esos síntomas. De hecho, tal vez sea magia negra... ¿Pero conviene contárselo? No quisiera asustarlo y tampoco estoy seguro...

En cuanto tuvo claro qué comentar miró de nuevo hacia Áran.

- Pues no es una intoxicación que yo sepa, ni una enfermedad... Creo recordar haber oído algo al respecto, pero no consigo concretarlo... En cualquier caso no se trata de algo común y corriente... ¿Por casualidad tu amigo ha tenido algún tipo de contacto con la magia oscura? No tiene por qué ser así, pero podría tener cierta relación.

Calypso esperó su respuesta preocupado, no era un tema agradable ni algo que se pudiera tomar a la ligera. Por otro lado, aquel tipo de magia escapaba a sus conocimientos.

 Thorin recuperó su posición junto a Áran después de entonar aquella canción enana y apreció el entusiasmo de su compañero.

- Jajaja. Querido amigo Áran, nos espera un viaje muy largo y mi repertorio de canciones no es demasiado amplio. Convendría dosificarlas, pues tengo la sensación de que nos harán falta más adelante para levantar el ánimo en momentos de flaqueza. Y con respecto a la visita a las maravillas de los enanos, te prometo que si este viaje se salda con éxito te llevaré a las más fantásticas construcciones enanas.

Se llevó la pipa a la boca mirando de reojo hacia Áran esperando que supiera apreciar aquel gesto de confianza.

Puede que me haya precipitado, pero... ¡Qué demonios! Este Áran es un gran compañero de viaje y podrá contar con más gracia que yo las batallas que hayamos saldado juntos.

 En el tiempo previsto alcanzaron la orilla del río Galdar, que en aquella zona tenía un ancho de unos cincuenta o sesenta metros. El río nacía en el corazón del bosque, en el seno de la población élfica de los Robledales Verdes y Púrpura de la Alegría y serpenteaba por el bosque hacia el norte donde ganaba en anchura para desembocar finalmente al oeste, cerca del ducado de Fianosther. Corrían leyendas acerca de las propiedades curativas del río basándose de que se trataba de agua élfica, y había gentes que realizaban largos peregrinajes para bañarse en esas aguas o beber de las mismas con la esperanza de alcanzar la eterna vida de los elfos o de recuperar su salud.

 De pronto un caminante solitario surgió de entre la maleza a un par de cientos de metros por delante.