Partida Rol por web

 Después de llegar al castillo, me acerqué a Sir Aidan y le saludé amistosamente:

 - Saludos, buen caballero. ¿Sería posible que pudiéramos tener una pequeña conversación a solas, por favor?.

 Era posible que los temas que tratásemos fuera algo que el caballero, por la razón que fuera, no querría que se supiera, y decidí ser discreto. Además, ya que necesitaría su buena disposición, no deseaba contrariarle.

 Mientras hablábamos, mis dos perros nos miraban fijamente sentados en un rincón, mientras mi halcón hacía lo propio posado desde una cerca.

Aidan asíntió y siguió al mago -Veo que sois amante de los animales- dijo con simpatía pues en su religión había una fuerte unión entre la naturaleza, las deidades y el hombre. -Sir Aidan de Burcombe.  Caballero a las órdenes de Sir Roderick de Salisbury.- Se presentó -Decidme pues de que os gustaría hablar- continuó mientras buscaba algún lugar donde descansar

 Miré al caballero con una sonrisa divertida, antes de responder con buen humor:

 - Memnoch el mago a las órdenes de Sir Roderick de Salisbury. - Antes de agregar, con tono serio. - Sin embargo, ¿me equivoco si os pregunto, ¿también practicáis el antiguo arte, Sir Aidan?. ¿Qué hechizos conocéis?.

 Esperé pacientemente a que mi interlocutor lo confirmara o lo negase. naturalmente, como caballero, podía pretender negarlo, pero yo sabría que estaría mintiendo y me sentiría decepcionado.

-Veo que sois directo.  Me gusta- dijo ante las palabras de Menoch -Soy Druida si, no es algo que esconda pues me enorgullece serlo.  He tenido que realizar grandes sacrificios para serlo y estoy convencido de mi senda.  Me especializo en en viajar a través de los pastos o en hacer que Pies Seguros, mi montura, se mueva más rápido.  De hecho pretendí rendirme luego de recibir esta herida- dijo señalando el corte en su rostro -Mi objetivo era capturar al líder del ejército enemigo y hacerlo prisionero usando mis dones- dejó escapar un suspiro -Sin embargo mi magia falló y no logré hacerlo- hizo una pausa y agregó -Perdonad que os pregunte pero tengo curiosidad.  ¿Cómo fue vuestra iniciación a qué habéis tenido que enfrentaros?-

 Me reí de buena gana antes de responder:

 - Yo no soy exactamente un druida, aunque no descarto serlo en el futuro, pues procedo de una familia de ellos. Me gusta viajar y aprender cosas nuevas, lo que me lleva a lo siguiente, si os interesa: ¿Os gustaría intercambiar conjuros conmigo?. Yo conozco los que permiten comunicarse con los animales y curar a los demás.

 Si estaba interesado en capturar al líder, no solo le deseaba buena fortuna, estaba seguro de que mis conjuros le serían muy útiles para tal tares. Además, los suyos me interesaba y parecían interesantes.

-Podría hablar con el resto de los druidas de mi orden y consultarles.  Quizás os permitan participar de algunos rituales aunque ya sois demasiado entrado en años como para iniciaros.  ¿Conjuros?- preguntó -No sé que clase de magia practiquéis pero la nuestra, la de los druidas, proviene de un vínculo con la naturaleza y los dioses y estar en contacto con ellos es algo que lleva muchos años para aprenderse y que debe mantenerse durante toda la vida.  No es que pueda deciros que palabras pronunciar y que gestos hacer con las manos y de esta forma trasmitiros mi conocimiento.  No funciona así.  Deberíais estudiar con nuestros druidas, normalmente por alrededor de unos quince años y luego realizar una iniciación en la que se manifestaran vuestros dones o moriréis reclamado por los dioses.  Esa es la senda del druida esa es la forma en la que aprende un druida.-  guardo un segundo de silencio mientras pensaba.  -Habéis provocado mi curiosidad  ¿Cómo es vuestra magia?-

 Como respuesta, le digo, mientras señalo a mis amigos animales:

 - ¿Qué os apetece que hagan?. Decídmelo y yo les pediré que lo hagan, para que podáis ver el hechizo en acción. En cuanto a la magia que podéis enseñarme, nos os preocupéis, si estáis dispuesto a enseñarme, la aprenderé sin problemas, en el don que tenemos los magos: Aprender todo tipo de magia a través del estudio y la observación.

Aidan asintió ante la propuesta del mago y observó detenidamente para ver si lograba entender lo que el mago hacía.  -Me pilláis desprevenido.  No lo sé, haced que el halcón nos traiga algo que pertenezca a Lady Ealasaid.  No os preocupéis, es mi amiga y luego se lo devolveré sin involucraros en el asunto-.

 Asentí antes de mirar al ave:

 - Busca los aposentos de Lady Ealasaid y trae un objeto personal suyo,  por favor. Procura que nadie de vea. - Le pedí al halcón, en su idioma, que imité a la perfección, gracias a la magia del hechizo.

Aidan observó con atención, aquello no sólo sería interesante desde el punto de vista mágico, sino que también sería divertido al momento de devolverle lo que el ave trajera.  Aidan deseó con todas sus fuerzas que el animal le trajese alguna prenda íntima de la mujer.