Partida Rol por web

La Guerra de las Llanuras.

Capítulo 7. La Primera Batalla.

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09/09/2017, 13:18
Director

Nugo cabalgaba a lomos de Rayo Rojo, su fiel poni de guerra de pelaje colorado. El Kark de Todos los Enanos marchaba orgulloso a la cabeza del mayor ejército que la memoria colectiva de su raza recordaba. Nunca antes se habían juntado tantos guerreros en una columna y pronto se unirían muchos más.

Cuatro de los cinco thogs del Codo del Enano marchan junto a él con la cabeza bien alta. Aquellos valeroso gobernadores habían podido aportar un total de tres mil valerosos soldados a la causa de Nugo. Unidos a los tres mil batalladores que Nugo había sacado de su ciudadela ya hacían de aquel ejército un mortal enemigo para casi cualquiera. A última hora se habían sumado otros mil enanos del noroeste. Siete centenares de soldados del Cañón Púrpura eran el resultado de las negociaciones con su líder, Nalin Martillo de la Tormenta. Trescientos siete Olvidados, Brogar había insistido mucho en recontar hasta el último de sus reclutas, pues tenía fe en todos ellos y decía que el arrojo de uno solo de sus enanos valía por el de tres o de cuatro enanos comunes. A parte de éstos dos osados guerreros con los que Nugo contaba dese siempre, tan sólo el thog Dzgrad señor de Cuerno en el salvaje noroeste había acudido a la leva, aportando una centena de infantes.

Junto a Nugo marchaba la tohgsi de Cañón Púrpura sobre una cabra de gran tamaño y enrevesados cuernos cuyo pelaje lanudo era oscuro como el tizón. También montaban sobre jabalís los cuatro thogs del Codo del Enano y Dzgard y al igual que Nalin Brogar lo hacía sobre una cabra blanca cedida por la toghsi de su rebaño. Tras ellos avanzaba la columna de interminables soldados entre, infantería, lanceros, ballesteros, carros de guerra, armas de asedio y caballería.

A ambos lados del camino que surcaba la interminable columna se abrían paso los inmensos campos cubiertos por un manto verde que constituían aquellas vastas llanuras que habían cobijado a los enanos desde tiempos inmemoriales. No quedaba ni rastro de lo que un día fue la calzada del enano, la cual unía las diversas y diseminadas poblaciones de las llanuras, con las grandes ciudadelas a las que rendían pleitesía en el Codo del Enano. Pocas eran las construcciones enanas con las que se habían topad y aún quedaban en pie.

Los incontables años de guerra habían hecho estragos en la zona. Muchas eran las villas que habían sido arrasadas, muchas las granjas destruidas. Los signos de la batalla se contaban por doquier. Viejos e inservibles carros de guerra abandonados aquí y allá, restos de cuerpos enanos y de los pieles verdes comidos por las alimañas. Espadas, hachas, cascos y corazas abandonados por sus difuntos propietarios. Un sinfín de evidencias que hablaban de que aquel territorio era peligroso y que estaba en constante guerra eran los que se topaban cada pocas horas de trayecto.

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09/09/2017, 13:20
Nugo

- Poco aporta el noroeste a tu causa. – Dijo Gidum thog de Colina Verde mientras hurgaba en el interior de su ancha nariz plagada de verrugas. Se trataba de un thog ya anciano, con la cabeza calva y la barba blanca hasta los pies. – Tan solo un mercenario y dos casas. Menos de mil soldados he contado yo.

- Ves el vaso medio vacío, Gidum. – Replicó Nugo tratando de rebajar la tensión. – Yo he contado más de mil. Mil uno creo recordar. – El kark estalló en una sonora risotada que se contagió a todos salvo a Gidum.

- Al margen de las bromas… - Intervino Brudin, togh de Colina Serpeante. Aquel enano hacía una veintena de años que había accedido al trono bajo la montaña. Aún conservaba el color castaño de su cabello casi intacto salvo por una mecha blanca que surgía de su flequillo hacia la parte trasera de su cabellera. Su barba en cambio permanecía intacta con un color brillante y adornada con decenas de anillos. - …es cierto que solo dos toghs han acudido a tu leva, Nugo. ¿No crees que debería haber sanciones para el resto?

- Sólo dos han acudido y mucho me parece ya. – Respondió bastante más serio aquel enano. - Todos sabéis de los problemas del noroeste. Sabéis que son tan serios como los del este. Los trasgos campan a sus anchas y si hemos decidido marchar sobre las llanuras del este, es porque los norteños saben defender bastante mejor sus tierras que los años de las tierras sobre las que marchamos.

- ¡Bien dicho! – Exclamó Dzgard señor de Cuerno. Era cierto que la villa de Cuerno era una de las más grandes del noroeste. Más de diez mil enanos vivían tras sus muros y cultivaban los campos alrededor de su fortaleza. Tan solo cien enanos parecían muy poco aporte a aquella campaña a tenor de los números, pero lo cierto era que Dzgard, un joven enano que acababa de ascender al trono tras la muerte de Szgloin, su padre no podía dejar indefensa la ciudad más septentrional del reino enano. Eran ellos quienes más ataques recibían y quienes más bajas acumulaban en la guerra del noroeste contra los trasgos. Aquel enano de ojos azules y cabellos rubios no podía enviar más soldados, pero tampoco quería quedarse al margen de aquella contienda. Por eso viajó frente a cien de sus más aguerridos enanos para hacer valer la alianza con Nugo.

- Estás muy callado Murabar de Colina Rapaz. – Nugo llamó la atención de uno de aquellos toghs, uno con el cabello oscuro y la tez morena. Era uno de los thogs que llevaba más tiempo al cargo de su ciudadela, pero no así de los más veteranos entre los presentes. Aquel enano de ojos oscuros y penetrantes accedió al cargo de togh a la tierna edad de treinta años y cumplidos los ciento veinticuatro a punto estaba de acumular todo un siglo al cargo de su pueblo.

- Pienso. – Respondió. – Sólo pienso.

- ¿Y en qué piensas hermano? – Intervino Rhidrum. Se trataba de un togh con cincuenta años al frente de los suyos. Era de todos los toghs del Codo del Enano quien menos aportaba a la compañía. Aquel joven enano que cargaba tan solo con casi dos siglos a sus espaldas tan solo había podido aportar un cuarto de millar de soldados. Era de todas la casa más pequeña en el Codo, de ahí el nombre de su casa, Colina Chata.

- No sé si fue buena idea después de todo dejar marchar solo a Berbagar sobre Rocadura. – Tan solo es eso, aclaró Murabar.

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09/09/2017, 13:22
Director

Si, el ejército de Nugo debía contar a esas alturas con tres mil quinientos guerreros de los Valles del Oeste. Debían de haberse reunido unos días atrás en un punto acordado el noroeste de donde se encontraban. Pero las noticias hablaban de que las tropas enemigas se estaban replegando sobre Rocadura y si los pieles verdes lograban parapetarse en la antigua fortaleza enana, la victoria se tornaria en una larga y tediosa pugna con excesivas bajas.

Fue por eso que Nugo le pidió a Berbagar a través de mensajeros que marchara sobre Rocadura. Estaban bastante más cerca que ellos de aquel enclave y sus fuerzas debían ser más que suficientes para derrotar a sus enemigos en campo abierto sin demasiadas bajas. Berbagar aceptó y la columna de Nugo siguió los pasos establecidos, dirigirse al vado de Piernascortas para cruzar el río,  Shesh-sal y reunirse a posteriori con Berbagar una vez tomada Rocadura.

Fue Thordu junto a sus cincuenta fieles guerreros quien marchó en busca de Berbagar y quien posteriormente regresó con la confirmación de las órdenes fue una paloma enviada por los maestres de los valles del Oeste. Las directrices de Thordu eran las de permanecer bajo las órdenes de Berbagar una vez comunicado el mensaje del Kark de todos los enanos y así lo hizo.

Notas de juego

En el siguiente turno lo suyo es que planteeis las dudas que se os ocurran.

  • ¿Por qué ninguna casa del este aporta tropas?
  • ¿Qué pasó en Rocadura, cómo lo supieron, quien está al mando de las tropas enemigas de Rocadura?
  • ¿Con cuantos soldados y de que clase cuenta la compañía, lanceros, infantería, ect...?
  • ¿Qué papel jugará cada comandante o general?
  • ¿Dónde se espera que tenga lugar la primera batalla?
  • ¿Cuántas tropas se estima que tenga el enemigo?

Lo que se os ocurra, pero dadle brío!

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19/09/2017, 18:38
Nalin

Nalin permaneció la mayor parte del camino callada y escuchando con atención las decisiones que Nugo había tomado, pues al fin y al cabo no conocía demasiado esas tierras, más que por comentarios y leyendas que hubiera podido escuchar.

Muchas eran las historias que se contaban en su aldea acerca de ese lugar, guerras, grandes enanos caídos en batalla, largos y angustiosos asedios... pero de no ser por los restos de aquellas batallas que iban encontrando a su paso, el paisaje le pareció realmente apacible y hermoso.

A pesar de haber prestado toda su atención, algunas dudas le rondaban la cabeza.

Nalin interrumpió a sus compañeros. - ¿Cómo hemos sabido de este repliegue de tropas? ¿Alguien sabe contra qué nos enfrentamos realmente? Quiero decir... a cuántos enemigos o qué unidades forman parte de su ejército y... ¿quién es su líder en Rocadura? Nalin sabía que probablemente no obtendría una respuesta demasiado detallada, pero su mente inquieta necesitaba datos para empezar a pensar en alguna estrategia.

- Por otra parte, Nugo, qué esperas de cada uno de nosotros cuando entremos en batalla. Nalin se quedó mirando al Kark a la espera de respuestas. Esperaba no ser demasiado impertinente con tanta pregunta. - No es que dude de vosotros, pero me sentiré más tranquila si conozco el plan. 

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20/09/2017, 10:05
Director

Nugo se giró hacia Nalin con una sonrisa bajo su espesa barba canosa, sin embargo ésta tan sólo salió a la luz gracias a la expresión de sus ojos y sus cejas arqueadas. El Kark parecía satisfecho de que por fin alguien le preguntara algo con cierta lógica acerca de la futura batalla que iban a librar. Para disponer una estrategia inteligente debían conocer a su enemigo, debían saber en que terreno iba a tener lugar el combate y aunque no todos los números con los que trabajaba eran exactos, si tenía ciertos datos orientativos sobre el enemigo.

- Verás Nalin, algunos de los mejores batidores de Gea son enanos. - Sonrió el Kark mirando a los enanos que cabalgaban a su lado en tan diversas monturas. Por como sonrieron y afirmaron parecían muy de acuerdo con su líder. - ¡Por muy silenciosos que se crean los elfos, por muy minuciosos que piensen que son a la hora de estudiar el terreno, los enanos somos mejores!

Nugo ejecutó una sonora risotada emulada por prácticamente todos los karks, thogs y señores enanos que marchaban al frente de la compañía. Todos rieron salvo Nalin. La thogsi miró con recelo a aquellos señores. Por supuesto que sabía de la habilidad de los batidores enanos. Ella misma tenía entre los suyos a grandes enanos en ese campo. Aquel gesto de Nugo la dejaba en mal lugar. Si ya era de por sí difícil ser hembra conviviendo entre tal cantidad de varones, más se complicaría si pensaban que era estúpida.

La cara de Nalin se tornó agria mirando a Nugo con cierto resentimiento y fue entonces cuando Nugo se percató de su error. A decir verdad, en ocasiones Nugo parecía un niño. Hacía cosas sin pensarla demasiado, decía otras sin pensar en sus consecuencias. No lo hacía por maldad ni mucho menos y tampoco por necedad. Nugo era un enano inteligente, mucho más que la mayoría. Un buen líder, buen orador y buen estratega, pero a veces le traicionaba cierta inocencia intrínseca en él.

- Por supuesto que Nalin, Martillo de la Tormenta, líder de las Hermanas de la Galerna y Thogsi de Cañón Púrpura conoce de la tradición enana en lo que se refiere al campo del rastreo y la batida. - Dijo el Kark en cuanto se dio cuenta de su fallo.- ¡Ella misma posee a algunos de los mejores batidores y ella misma ejerció esa labor cuando tan sólo era una chiquilla! ¡Lo se porqué la conocí en aquella época y se que pocas hay como ella!

Los enanos dejaron de reír al instante. Nugo dejó claro con aquellas palabras que no pretendía faltar a Nalin y corroboró su validez como thogsi y como pieza fundamental al frente de aquella columna. Lo cierto era que tan sólo Nalin reparó en la mentira que acababa de formular. Nugo no la conocía mientras ejercía como batidora muchos años atrás. Ella nunca había ejercido tal papel. Era cierto que Cañón Púrpura contaba con buenos rastreadores, pero ella nunca formó parte de aquella unidad. Sin embargo, esa afirmación le devolvía la credibilidad perdida instantes atrás y sólo ella y el propio Nugo podían conocer la falsedad de aquel dato.

- Mis batidores contaron más de veinte mil alimañas verdes en las llanuras. - Dijo Nugo con cierta pesadumbre en aquellas palabras. - Más de la mitad se ha desplazado a Rocadura al saber de nuestra llegada. Ellos también tienen espías. - El Kark cerró el puño. - Han dejado varias compañías en las llanuras a la espera de nuestra llegada. Saben que difícilmente podrán hacernos frente, pero lo cierto es que sea como sea nos retrasará. Si se fortifican en Rocadura... - Negó con la cabeza. - ...allí el combate será más igualado. Por eso he desviado a Berbacar y he mandado a Harthor unirse a él. Deben detener el avance sobre la fortaleza, tomarla si es posible y defenderla hasta nuestra llegada.

- ¿Satisfecha? - Preguntó Murabar, thog de Colina Rapaz.

- No del todo. - Sonrió Nalin. - Todavía no me han dicho quienes son los líderes del enemigo.

- ¡Oh, si querida! - Exclamó Nugo. - Me olvidaba de eso. Mi cabeza... ya no es la de antes. Espero que me llegue para dirigir bien esta contienda. - Nugo se detuvo unos instantes para pensar y ordenar los nombres e ideas que rondaban su cabeza. - Verás, están Bargart de la tribu Pies Sombríos, Zhuul de la tribu Pico de Hierro y Duzturg de la tribu Garra de Oso. Pactaron una alianza con la sierpe Eokhrani y el señor de la guerra Tlishat Lengua Venenosa. No obstante todos han enviado lugartenientes en su nombre. Bugrar está al mando de tres mil pieles verdes del Oso, Dushor y Gahar al mando de otros tantos Sombríos, Gruunt el Toro tiene a dos mil Hierros a su cargo y se habla de otra columna de unos mil pieles verdes reclutados del valle. Pero esos últimos no está claro. Prácticamente todas sus tropas se dividen entre infantería ligera y arquearía.

- ¡Eso no es nada! - Sonrió Rhidrun thog de Colina Chata. - ¡Les aplastaremos en menos de lo que tardo en trajinarme a una de mis esposas!

Todos salvo Nugo, Nalin y Brogar rieron ante aquella broma. A Nalin simplemente no lo hizo gracia, a Nugo le pareció una afirmación temeraria. Entre ocho y diez mil trasgos sedientos de sangre no era algo para tomarse a broma nunca. Brogar ya había combatido muchas veces contra ellos. Conocía sus tácticas y conocía los nombres de alguno de aquellos lugartenientes. No eran estúpidos como alguno de aquellos enanos pensaba y luego estaba el asunto de la sierpe. Un gran dragón rojo no era algo para reír. Si hacía aparición en medio de la batalla podía decantarla con cierta facilidad.

 

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21/09/2017, 14:28
Brogar

¿Pielesverdes mi kark?—preguntó Brogar algo decepcionado— Pensé que marcharíamos contra esos malditos orejas picudas. Sólo con la mitad de los enanos aquí reunidos aplastarían a esos bastardos. ¡Diablos! Si yo y todos mis hombres activaramos la Solución Final diezmaríamos ese ejército.

Cuando el enano nombró la Solución Final sus ojos brillaron con locura.

No importa—dijo escupiendo al suelo—. A los míos y a mí no nos importan las condiciones de la batalla. Ni el lugar, ni los enemigos, ni por supuesto nada relacionado con la política.  Si no tiene algún encargo especial para nosotros mi kark, lideraré a los Olvidados en la vanguardia. Puño de Piedra y algunos jóvenes se quedaran en la retaguardia para ayudar a dirigir la batalla.

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21/09/2017, 14:57
Director

- ¿Y qué diferencia hay entre pieles verdes y orejas puntiagudas? - Preguntó en tono de mofa Gidum thog de Colina Verde. Aquel enano cuya barba era prácticamente blanca del todo debido a los muchos años que acarreaba a sus espaldas comenzó a reír de una forma desmesurada.

El resto de enanos que avanzaban a la cabeza de aquella compañía le imitó repitiendo las chanzas de aquel vetusto enano. Todos salvo Nugo y Nalin rieron a gusto durante un buen rato. Se notaba que los enanos del Codo aún se creían muy superiores al resto de miembros de su raza y en especial a los de las llanuras a quienes consideraban como a unos paletos sin nada en la cabeza.

Aquellos thogs se burlaban de aquellas palabras como si de una estupidez se tratase. Brogar no entendió el porque de darle tanta coba a aquel simple comentario. Para él y para los suyos estaba muy clara la diferencia que había recalcado cuando supo a quien se enfrentarían. Sin duda combatir al lado de aquellos generales no iba a ser fácil. Eran cabezotas y cascarrabias y no atenderían fácil a razonamientos lógicos.

Nugo miró a Nalin con resignación y ella le devolvió un gesto similar. Se notaba que ninguno de los dos aprobaba aquellas actitudes ancladas en el más decrépito de los pasados. Difícil sería cambiar a aquellos señores enanos defensores de las tan arraigadas creencias de antaño y en las obsoletas castas enanas.

- Olvidados... - Gidum tosió producto de su descontrolada y repentina risa y tras aclararse la voz volvió a preguntar. - ¿Dime, Olvidado, cuál es la diferencia?

Notas de juego

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21/09/2017, 15:13
Brogar

Brogar rió con fuerza junto al resto de los thogs. Alguno incluso podría pensar que se estaba tomando a broma su propio comentario, pero no, realmente se estaba riendo de todos esos enanos. Todos habían parado de reír mientras el maestro de los Olvidados seguía riendo, hasta que de pronto paró y miró son severidad a Gildum.

¿Hace cuanto no batalláis contra los elfos thog Gildum? Seguramente vuestra barba tendría color en ese entonces. Y claro, con el paso del tiempo uno ya no recuerda las cosas con claridad. ¡Pero algunos no hemos dejado de batallar contra los enemigos del Pueblo Enano en ningún momento! ¡Algunos no nos hemos podido tomar el lujo de olvidar las batallas!

Desde que el kark los había convocado era la segunda  vez que Brogar se encaraba con un thog. Siguiendo las costumbres enanas, nadie habría tolerado que alguien de baja casta como el maestro Olvidado se dirigiera así ante el líder de un clan. Pero la causa por la que luchaba siempre, le habían dado una posición extraña dentro del Pueblo Enano. No era nadie pero a la vez era alguien. Y la fuerza y el convencimiento con el que hablaba, ayudaban a su posición.

Ilustraré la ignorancia del thog Gildum y la de cualquier otro que haya olvidado tan importante conocimiento las principales diferencias entre orejas picudas y pielesverdes—dijo con sarcasmo—. Los pielesverdes son estúpidos. Pero en el sentido mayor de la palabra. Se presentan en la batalla sin estrategia y mal equipados, confiando sólo en su número y su fortaleza física. Los orejas picudas mi buenos thogs, son harina de otro costal. Traicioneros y engañosos. Sin honor. Huyen de la batalla. ¿Acaso no son los malditos elfos los que siempre nos han infringido nuestras peores derrotas?

Brogar terminó su discurso.

¿Quieres derrotar a un piel verde? Aplástalo. ¿Quieres derrotar a un oreja picuda? No dejes que te engañe. ¿Quieres ganar una guerra? No hagas gala de tu estulticia.

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22/09/2017, 10:36
Director

- ¡Bruuu! - Gruñó Gidum visiblemente enfadado. - ¿Habráse visto tamaña desfachatez? - Susurró por lo bajo ante la mirada atónita y el asombro de todos ante la reflexión de Brogar.

La respuesta de Brogar fue del todo inesperada para aquellos señores y en especial para Gidum. Era uno de los más antiguos thogs del Codo del Enano, quizás llevaba más tiempo al frente de su casa que el mismo Nugo, aunque de eso último no podía estar seguro. Las fechas empezaban a bailar demasiado en su cabeza con el paso de los siglos. Tan sólo el padre de Thordu, Glothar thog de Colina Ardiente, sumaba más tiempo al cargo de su casa que él. No le sentó bien que el Olvidado tuviera la insolencia de creer que podía hablarle así.

Gidum hizo el ademán de descender de su montura para encararse con aquel irreverente enano. No obstante un segundo de sensatez pasó por su cabeza y dedicó una mirada furtiva a Nugo. El Kark de todos los enanos no dijo nada, no movió un solo dedo, ni le dedicó el más mínimo de los gestos, pero Gidum entendió por la expresión de su mirada que mejor sería no descabalgar y continuar la marcha mirando al frente y manteniendo la boca bien cerrada.

Notas de juego

Turno corto, de transito. Creo que Nalin quería decir algo y no se si Brogar quiere hacer más leña o expresar lo satisfecho que se ha quedado con su comentario y la actitud de Nugo. Si han quedado dudas se pueden hacer más preguntas.

Sea como sea, si no hay más ruegos, preguntas o discusiones, el próximo turno será en el campo de batalla.

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28/09/2017, 18:58
Director

- Nugo, yo si tengo alguna pregunta que otra. - Intervino Rhidrun thog de Colina Chata. - ¿Por qué ninguna casa del este aporta tropas? Son los principales interesados. ¿Me equivoco?

- Así es Rhidrun, así es. - Respondió Nugo. - Llevan casi un año peleando por mantener sus enclaves, un año de asedios, un año de numerosas bajas. Hemos sido muy lentos a la hora de organizarnos. Piensa que antes de la última Asamblea de la Cerveza de Kark-Nugo la guerra en el este ya llevaba tiempo asolando a nuestro hermanos de las llanuras. Ese es el motivo, sus casas están muy mermadas, demasiado mermadas como para aportar tropas y mantener seguras sus ciudadelas. Muchas no pueden ni defender sus murallas de una forma efectiva. - Nugo hizo una pausa premeditada para que el thog de Colina Chata asimilara aquello. - ¿El resto de tus preguntas van por el mismo camino, hermano?

- No tengo ninguna pregunta más. - Respondió Rhidrun complacido por la respuesta a la vez que preocupado.

- ¿Dónde y cuándo se espera que tenga lugar la primera batalla? - Habló Budrin thog de Colina Serpenteante.

- Muy posiblemente tenga lugar en cualquier momento y en estas mismas llanuras. - Respondió Nugo. - Como ya he dicho ante las acertadas preguntas de Nalin, los batidores me han informado de que unos diez mil pieles verdes nos esperan, es más, estoy seguro de que marchan en nuestra dirección. - Afirmó Nugo muy seguro de sus palabras.

- ¿Te han dicho eso tus batidores? - Intervino en ese momento Dzgrad señor de Cuerno.

- No... eso no. - Respondió Nugo algo ausente.

- ¿Entonces? - Insistió Dzgard.

- ¡Porque los tenemos allí delante! - Exclamó señalando hacia el horizonte.

Fue entonces cuando todos los thogs enanos y otros señores que hasta el momento habían permanecido absortos en las explicaciones de Nugo se percataron de que toda la columna se había detenido y miraba al frente con una mezcla de horror y ganas de sangre. Cuando por fin desviaron sus rostros hacia el este se dieron cuenta de a que se estaban enfrentado. A casi dos kilómetros de distancia avanzaban millares de almas de corazón negro y cáscara verde, gris o amarillenta. Millares de aquellos seres se encontraban por doquier hasta donde les alcanzaba la vista, el combate estaba servido en menos de lo que esperaban cruzarían por fin las hachas con las mellas espadas, alfanjes y dagas de sus más arreciéremos enemigos.

- Nalin, Brogar, Rihdrun, quiero que vengáis conmigo a negociar su rendición si ha lugar. - El resto de thogs se sintió contrariado. ¿Eran una mujer y un mercenario mejores que ellos? - El resto espero que empecéis a organizar al ejército, en caso de traición, si nos asesinan, algo que no pongo en duda, alguien debe asumir el mando. Murabar, ese eres tú. 

Tras aquella aclaración los thogs parecieron complacidos poniéndose manos a la obra y repartiéndose las labores de organizar a la tropa. Hablaron con sus capitanes y éstos con sus sargentos y oficiales y pronto se pusieron en marcha y la columna que hasta ahora era una simple manada de enanos dando un paseo por las llanuras por muy organizado que fuera, se colocaron en formación creando una casi perfecta línea de combate.

- ¿Adelante? - Les dijo Nugo a los tres embajadores que acababa de designar y tiró de las riendas de Rayo Rojo seguido de forma inmediata por diez de sus mejores guardias.

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30/09/2017, 23:59
Brogar

Brogar rió con ganas al ver las caras ofendidas de todos esos thogs. Nugo no era idiota, por algo era el kark de todos los enanos y si él iba era porque si las cosas se ponían feas en la negociación, sólo él podría descabezar con éxito al ejército enemigo. Los enanos eran disciplinados y con una jerarquía asignada, pero no así los pieles verdes. Sin líderes serían una presa fácil.

Mi kark—dijo tomando el cubo que contenía la Solución Final con un destello de locura en sus ojos—. Sólo ordenádmelo y dejaré a esas sabandijas sin líderes que les guíen al combate.

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01/10/2017, 11:48
Nugo

Nugo miró a Brogar tratando de encontrar en su semblante algún atisbo de que aquello que acababa de proponerle era una simple broma. Sin embargo, sólo halló locura en sus ojos y cierta anhelo de recibir la orden que acabara con su vida arrebatando los de los infames líderes de aquella horda. Presuponía cierta cordura en el líder de aquella tropa mercenaria, aunque se había equivocado. ¿Qué podía esperar del líder de la orden de los Olvidados? Al fin y al cabo había sido él quien la había creado y quien había instaurado sus normas.

La mirada del Kark de Todos los enanos se desvió al cubo que portaba aquella fórmula explosiva. No era la primera vez que veía la solución final y ya en el pasado había sido testigo de los estragos que podía ocasionar. No quería estar cerca si alguno de aquellos enanos suicidas decidía estar lo suficientemente acorralado o lo suficientemente cerca de un objetivo suculento como para hacerla estalla.

- Vales mucho más vivo que muerto. – Pronunció Nugo. – Creo muy sinceramente que vales mucho más que cualquier de las sabandijas con las que vamos a negociar su rendición. – Nugo hizo una pausa y se llevó la mano a la barba. – Aunque no te digo que si las cosas se ponen feas mientras estemos conversando con… - Negó con la cabeza. - ¡No olvidado!

 

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03/10/2017, 20:43
Nalin

Mientras Nalin escuchaba a los dos enanos conversando no podía evitar pensar en el error en el que se encontraban al creer que aquellos sucios dementes iban a ser capaces de llegar a cualquier tipo de negociación. O bien les traicionarían partiéndoles el cráneo cuando menos lo esperasen o directamente les habrían tendido una emboscada. Por desgracia Nalin conocía demasiado bien el proceder de los descerebrados pieles verdes. Aunque no podía evitar desconfiar de la idoneidad de aquella negociación, estaba bajo las órdenes del Kark de Todos los Enanos y no podía traicionar la confianza que había depositado en él, era una mujer de honor. En el caso de caer en una trampa no caería sin cortar todas las cabezas que le fuera posible antes de expirar.

Nalin notaba a cada paso de cabra como sus músculos se tensaban más y más. Estaba convencida de que la batalla comenzaría mucho antes de lo esperado y que lo haría de forma repentina. Ella estaría preparada y con sus armas a punto para el combate.

- ¿Qué pasa por tu cabeza de enana, Nalin? - Preguntó Nugo al ver la preocupación en el rostro de la enana.

- Respeto tus decisiones mi Kark, pero sé que esto no es más que una puesta en escena. - Dijo la enana. - Te conozco y sé que no eres tan iluso como para confiar en que esas bestias van a negociar nada. Estoy preparada para protegerte cuando las ratas verdes atenten contra tí, mi Kark. - La enana se giró hacía Brogar y le miró con una mezcla entre rabia y preocupación pero habló en tono de broma. - ¡Y tú Brogar, ni se te ocurra encender los fuegos artificiales! ¡No al menos hasta que mi Kark, Rihdrun y yo estemos lo suficientemente lejos como para no sufrir las consecuencias! Se de lo que es capaz la Solución Final...

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04/10/2017, 08:03
Director

Nugo abrió los ojos de par en par ante la reacción de Nalin. Sabía que era una enana de armas tomar, pero lo cierto fue que le sorprendió la pasión con la que expresó su opinión sin tapujos y la forma en que reprendió a Brogar con aquella mirada que hablaba por si sola. Lo cierto era que la de Cañón Púrpura tenía razón. Una negociación con pieles verdes no era más que una patraña, una farsa y no tenía demasiado sentido hacerlo, pero era lo que marcaban los cánones antes de toda batalla y no iban a cambiar eso ahora.

- Tranquila querida, estoy seguro de que Brogar podrá controlar sus incendiarias ansias. – Habló Nugo en tono de broma. - ¿No es sí Brogar?

- ¡Eso espero! – Gruñó Rihdrun que había permanecido en silencio hasta ese momento y de los cuatro parecía con diferencia el más nervioso. - ¡Yo tampoco quiero saltar por los aires!

- Si Nugo no lo ordena… - Las palabras de Brogar se quedaron ahí, pues la charla les había acortado el camino hasta el punto de encuentro con las sucias bestias que iban a dirigir al ejército enemigo en aquella tan esperada batalla.

Frente a ellos tenían a tres trasgos de aspecto fiero. Montaban sobre temibles lobos gigantes de las llanuras. Seres que casi doblaban en tamaño a sus hermanos más pequeños y sin duda mucho más violentos y fuertes que éstos. Nada más detener la marcha los tres animales empezaron a gruñir, babear y mostrar los dientes. Sus ojos rojos miraban con odio a los enanos que tenía delante y a sus monturas. Prácticamente se hubieran tirado encima de ellos de haber podido y tan sólo se lo impedían sus jinetes. Las cabras que usaban los enanos retrocedieron unos pasos ante tal amenaza, estaban nerviosas, eso era evidente y se hubieran marchado en estampida de no haber sido adiestradas para momentos así. Tan solo Rayo Rojo permaneció imperturbable ante la amenaza de los lobos.

- Soy Dushor de los Pies Sombríos, al mando del ejército de las llanuras. – Dijo uno de aquellos desagradables seres. Aquel trasgo de orejas puntiagudas tenía un tono de piel amarillento y mortecino. Sus ojos verdes miraban con el mismo odio que lo hacía el lobo sobre el que montaba. Una cicatriz recorría todo su rostro habiendo seccionado ya de por si la pequeña nariz que poseían los de su raza. - ¿Venís a rendir vuestras armas ante nosotros? – Preguntó.

- Venimos a negociar vuestra rendición incondicional. – Respondió Nugo impertérrito.

- Que gracia. – Intervino un segundo trasgo. Se trataba de un ser menudo y escuálido de ojos violáceos y prominentes colmillos que colmaban su deforme boca. No dijo su nombre pero por sus indumentarias y la característica capa de piel de oso que portaba sobre su espalda Nugo lo identificó como Bugrar de la tribu de la Garra del Oso. - ¡No tenéis nada que hacer contra nosotros! – Gruñó.

- Estas tierras pertenecen a los señores enanos de las llanuras desde hace siglos. – Continuó Nugo sin inmutarse. – Debéis abandonarlas o…

- ¿O qué? – Gritó el tercer trasgo con un agudo tono de voz. Era un trasgo especialmente obeso y de ojos claros de un tono azul nunca visto entre los de su raza. Posiblemente indicaba que su sangre se mezcló en el pasado con la de otras razas.  Por su casco astado Nugo supuso que estaba hablando con Gruunt el Toro de Pico de Hierro. - ¡Mira lo que hago con los señores enanos!

Sobre su lobo portaba una abultada bolsa de saco cerrada con un trozo de cuerda. Gruunt tiró de uno de los cabos del nudo y éste se abrió cayendo al instante sobre el campo de batalla y de forma pesada, todo el contenido de la bolsa. Los cuatro enanos contemplaron horrorizados como la naturaleza de ese contenido era ni más ni menos que cuatro cráneos cercenados. Cuatro cabezas enanas que aún portaban sus coronas sobre la frente.

Dos de las cabezas estaban ya muy corrompidas dejando a la vista los huesos de la calavera y las vacías cuencas oculares, la tercera quedó mirando a la tierra por lo que tampoco fue desvelada su identidad, pero la cuarta clavó su muerta mirada en Nugo y éste reconoció de inmediato su rostro. Se trataba del thog Indra de Valle Soleado, un buen gobernante de una gran ciudadela ahora bajo el control de las garras de aquellas alimañas.

Nugo se quedó sin palabras. Miró con repulsa a los trasgos que habían acudido a realizar aquel teatro sin sentido y trató de reprenderlos o de maldecirlos pero no pudo articular palabra. Miró entonces a Nalin y luego a Brogar y Rihdrun tratando de buscar en ellos una salida a aquella situación. Fue entonces cuando Rihdrun comenzó a maldecir al pueblo trasgo y entre gritos, insulto y maldiciones los tres trasgos comenzaron a reír a carcajadas.

 

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04/10/2017, 09:30
Brogar

Al ver las cabezas de los enanos, el rostro de Brogar se encendió y una vena empezó a palpitar peligrosamente en la siendo del enano.

Mi Kark—dijo lentamente—. Dejadme sólo con ellos.

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04/10/2017, 11:29
Director

Nugo conocía a Indra desde hacía tiempo. Era más joven que él, pero aun así eran amigos desde hacía mucho tiempo. Fue uno de sus primeros aliados en cuanto se propuso unificar todas las tribus de las llanuras y cuando aún ni tan solo imaginaba que algún día pudiera llegar a convertirse en lo que era ahora. Indra confió en él desde el principio y le juró lealtad. Tres meses atrás se reencontraron y el thog le desveló a su Kark que la situación era límite, que debían actuar cuanto antes y Nugo le solicitó paciencia. La ayuda había llegado, pero demasiado tarde para Indra y para muchos otros thogs y señores de las Llanuras del Este.

El fuego de la ira corría por sus venas y eso era algo que prácticamente nunca le sucedía. Se consideraba a sí mismo como un enano cabal, capaz de reprimir los instintos más básicos. Un enano de sangre templada, que podía afrontar una amplia gama de situaciones con calma y serenidad y sobre todo aplicando el raciocinio que hacía falta a cada una de ellas. Pero aquello le había superado y de manera subconsciente acarició la empuñadura de su hacha. Iba a concluir la negociación allí mismo y de una forma violenta pero entonces la voz de Brogar devolvió a la realidad.

- Tranquilo Brogar. – Dijo Nugo. – No podemos romper esta pequeña tregua. No sería demasiado cortés por nuestra parte.

Nugo miró a los ojos de Brogar pidiendo calma y encarando a Rayo Rojo hacia la enorme cabra sobre la que montaba el Olvidado. Fue entonces cuando señaló con la mirada la empuñadura de su hacha y sin dar tiempo a reacción por parte de nadie miró a Gruunt el Toro con la rabia incrustada en su mente y desenfundó su hacha de forma excepcionalmente rápida. Rayo Rojo se apoyó con sus cuartos traseros y propinó un soberano golpe en la cabeza del lobo de Toro con los delanteros. El lobo bajó irremediablemente su punto de equilibrio dejando la cabeza de si jinete a merced del hacha de Nugo y tras un portentoso golpe seccionó la cabeza del trasgo a la altura de la nariz partiéndola por la mitad exactamente y desparramando sus sesos por el campo de batalla.

- ¡Matadlos! – Gritó encolerizado el Kark de Todos los Enanos.

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04/10/2017, 11:34
Director

Notas de juego

Mapa del combate.

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06/10/2017, 09:50
Brogar

Brogar no llegó a escuchar como el Nugo daba la orden. Cuando la cabra del kark de todos los enanos golpeó al lobo de del Toro, él saltó de la que le había prestado Nalin. Lo primero que hizo fue golpear al lobo en el hocico con tan mala suerte que el cánido acabó mordiendo su puño. Pero a Brogar no le importó, la izquierda era su mano buena y con ella le propino un gancho lateral que tumbo a la bestia.

Después aprovechando que Dushor estaba atrapado bajo el peso de su montura comenzó a golpear su cabeza con ambos puños. Golpe tras golpe sin cesar en ningún momento Brogar continuó golpeando al líder de los Pies Sombríos hasta que ya no quedaba un rostro reconocible. Sus puños acabaron llenos de sangre, tanto de la del trasgo, como la suya.

Y aun así, la vena palpitante y el colérico rostro no desapareció.

Acabemos con esos bastardos.

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06/10/2017, 17:20
Director

Bugrar levantó el manto de oso que cubría su espalda y parte de su brazo descubriendo que portaba una ballesta cargada en su zurda, el brazo bueno para la mayor parte de los miembros de aquella odiosa raza. El señor de la Guerra de la tribu de la Garra de Oso dirigió su ballesta hacia Nugo con la clara intención de abatirle. El enano había descuidado su guardia tras arrancar de un hachazo media cabeza a Gruunt.

Bugrar apuntó cerrando un ojo y apretó el disparador. Nalin saltó de su cabra tratando de impedirlo pero cuando alcanzó el brazo de Bugrar con tal de desviar el disparo la saeta ya surcaba el cielo con la trayectoria fija hacia el Kark de Todos los Enanos. Nalin gritó para alertar a su líder y Nugo tuvo tiempo de girarse para ver como el virote rodaba hacia él a gran velocidad y como Rihdrun se interponía entre el kark y aquel virote.

Aquel enano cayó al suelo herido de muerte a la altura del corazón. El virote había atravesado con suma facilidad la coraza del enano y la cota de mallas que portaba por debajo y ahora una mancha carmesí comenzaba a empapar sus ropas y el suelo sobre el que Rihdrun se encontraba recostado. Nugo se lanzó al suelo con tal de recoger a su moribundo amigo y tratar de atenderle pero enseguida se dio cuenta de que nada se podía hacer por él.

Nalin se enzarzó con el trasgo, quien sin embargo logró rápidamente desembarazarse de la enana gracias a su posición elevada sobre su lobo y principalmente a las agresivas dentelladas que lanzó hacia la enana y que la hicieron apartarse por tal de no resultar herida. Brogar conmocionado por lo sucedido no reaccionó en un primer momento, pues dudaban si ayudar al kark con el herido o a Nalin con el agresivo líder trasgo.

Fuera como fuera Bugrar dio media vuelta y partió a la carrera subido en su veloz montura camino de regreso hacia el campo de batalla donde sus tropas se encontraban asentadas. Fue entonces cuando Brogar y Nalin se percataron de que una columna del ejercito trasgo había iniciado una carga contra su posición y como el grueso del ejército enano también cargaba contra ellos.

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06/10/2017, 17:32
Director


 

Notas de juego

Tropas enanas:

Falange 1: General (Nugo) 20 x 500 soldados de nivel 6 

Falange 2: General (Murabar) 15 x 500 soldados de nivel 6 

Falange 3: General (Rogd) 10 x 500 soldados de nivel 5

Falange 4: General (Gordth) 10 x 500 soldados de nivel 5

Caballeria 1: General (Gidum) 15 x 500 soldados de nivel 6 

Caballeria 2: General (Burdin) 15 x 500 soldados de nivel 4 

Ballesteros 1: General (Dzgrad) 14 x 500 soldados de nivel 4 

Ballesteros 2: General (Dzdruki) 10 x 500 soldados de nivel 4

Infantería 1: General (Nalin) 17 x 500 soldados de nivel 6 

Infantería 2: General (Brogar) 17 x 307 soldados de nivel 6 

Infantería 3: General (Dirhar) 10 x 500 soldados de nivel 5 

Infantería 4: General (Korburg) 10 x 500 soldados de nivel 4 

Tropas trasgoides:

Unidad infantería trasgoide 1: General (Gahar) 13 x 500 x soldados de nivel 3 

Unidad infantería trasgoide 2: General (Bugrar) 13 x 500 x soldados de nivel 3 

nidades de infantería trasgoide de la 3 a la 12: General 8 x 500 soldados nivel 3 

Unidades de arqueros de 1 a 3: General 8 x 500 soldados nivel 3