Partida Rol por web

Me uno a mis dos compañeros que hablaban.

¡EI! Yo también me apunto a una clase particular de intrigas políticas entre Colores. Me gustaría saber cuánto debo guardarme las espaldas en este lugar y de quién.

Esperaba entablar algo más de relación con los demás. Aquellos eran mis compañeros de estudios, y estaríamos allí durante un tiempo. Quién sabe si alguno de ellos tendrá alguna posición de poder algún día.

¿Te unes Bethanie?

La chica estaba como distraída, aunque tenía toda la pinta de estar escuchando.

Me da un pequeño susto el hecho de oir como el chico se dirige a mi, no parecía estar interpretando muy bien mi papel de recoger las cosas. Asi que me giro un tanto sonrojada y le miro.

- Eh, sí claro, me encantaría.

No lo habia visto venir, eso era peligroso. Pero aun asi respondí con jovialidad.

-Hablaba sobre la clase de trazo, pero ¡yo se unas cuantas historias de guerra! Sí quieres ayuda, solo dinos. Mi hermano es un experto arruinando cosas. Asi que si quieres dificultad extra, lo puedes llamar. 

Mientras hablaba lo veia a los ojos, buscando obviamente alguna beta que delatara el color que trazaba. Aunque a menos que sea obvio, aun me confundia entre el color natural de los ojos y el provocado por el halo. 

Dos guardias con armadura plateada se ponen firmes al ver aparecer a tu padre el cual les muestra un papel y os dejan pasar sin decir nada.Accedeis a una sala llena de bancos,escritorios,carteles,colas de espera y escribanos que estaba llena de gente.Saltaba a la vista que todas las transacciones comerciales de la Cromería,pasaban por allí.Incluso había filas para los nobles y éstas estaban atendidas por más escribanos que cualquier otra.Un incesante murmullo llenaba la sala si bien todo el mundo se mostraba respetuoso y nadie alzaba el tono más de lo debido.Un hombre de avanzada edad se acercó a tu padre y te miró asintiendo.Tras despediros por última vez,tu padre se marchó dejándote con el hombre

El viejo te condujo hasta una mesa donde un escribano empezó a tomar tus datos personales.Transcurrió casi media hora hasta que todo estuvo debidamente apuntado y entonces el anciano se puso nuevamente en movimiento en dirección a unas escaleras que empezó a subir en silencio seguido por ti.Te condujo a una sala completamente blanca,con una mesa y una silla de madera.La iluminación provenía de un extraño cristal blanco encastrado en la pared.

-"Esta es la sala de examenes.Yo soy el magíster Thorwil y te realizaré esta primera prueba.Empecemos"-el anciano se sienta y de una bolsa que cuelga de su cinto saca unas fichas.El anciano te realiza distintas pruebas en donde tienes que ir nombrando los colores que ves y ordenando las fichas.No sabes cuánto estás allí pero parecen haber transcurrido varias horas.Cuando termináis el hombre se pone en pie y tras guardar todo te hace un gesto para que le sigas

Si he de ser sincero, la verdad es que no estoy teniendo demaisados problemas, la primera prueba es sencillita dentro de lo que cabe, pero cuando dijo que esta era la sala de los exámenes empecé a imaginarme rellenando papiros y papiros con preguntas que no llegaba a entender. Decir los coñores que iba viendo me hizo recordar los juegos de mi infancia con mi madre. Buscando objetos con ese color o diciendo el color del objeto que me señalaba. Lo que me arrancó una sonrisa y una mueca de nostalgia al mismo tiempo.

Tras un rato, que me pareció incluso más largo que la toma de datos, que allí al menos estaba de pie... el magíster se levanta pidiéndome que le acompañe. Enarco una ceja y le miro dubitativo antes de emprender la marcha, no se muy bien qué me espera en la siguiente prueba y otra vez el nerviosismo se apodera de mi. Camino tras él mientras tamborileo con mis dedos en sus palmas de las manos tratando de reducir el incremento de nervios en mi interior.

Dos guardias con armadura plateada custodian la puerta pero cuando les enseñas tu hoja de admisión se apartan y te dejan pasar sin decir nada,indicándote una puerta que hay en un patio la cual se abre y aparece un anciano con porte digno

-"Buenos días,jovencita,soy el magíster Thorwil ¿cuál es tu nombre?"-espera tu respuesta y asiente-"Muy bien,pues hemos de esperar a otra joven que viene también hoy a examinarse.Espera aquí,no creo que tarde en llegar,en seguida vengo a buscaros"-dice el hombre internándose de nuevo en el edificio y cerrando la puerta,dejándote sola en el patio

Me siento petrificada, a pesar de tener unas ganas enormes de salir de la cárcel que se había convertido mi casa para mí, estaba completamente aterrorizada, no sabía lo que me esperaba tras esa puerta.

-Mi-mi nombre es Edith Blake. -tras decirle mi nombre a aquel hombre, le sonreí levemente y esperé paciente cuando se fue en busca de otra chica que había entrado igual de tarde que yo.

Dos guardias con armadura plateada custodian la puerta pero cuando les enseñas tu hoja de admisión se apartan y te dejan pasar sin decir nada.Frente a una puerta cerrada hay una joven dama esperando

Gracias -respondió con educación a los guardias, haciendo una leve reverencia con el vestido y caminando hacia adelante. Había cosas aprendidas que no se podían olvidar o ignorar fácilmente, como ser educada. 

Suspiró mientras junto a ella caminaba el criado llevando su enorme baúl, ¿podría llevarlo hasta su dormitorio? Esperaba que no se lo hicieran llevar a ella, vale que no era una noblecita convencional pero de aquí a tener que cargar el peso de su súper baúl. De todos modos, aun debía pasar el examen, Sybill pensaba ya como si fuera una estudiante, pero todavía no había pasado la prueba. 

Miró a la chica morena y le dedicó una leve sonrisa.

Disculpa -esperó que la mirara-, ¿podrías informar a los de dentro que ya he llegado? Soy Marie Sybill Dellacroix, gracias -le sonrió con amabilidad y esperó a que se fuera a hacer sus tareas, ya que no dudaba que era parte del servicio de aquel lugar.

Mientras espero dando pasos de un lado a otro, impaciente, aparece una chica, probablemente de mi edad, probablemente noble, y se acerca a mí con desparpajo, seguida por un hombre que cargaba un pesado baúl.

Disculpa -esperó que la mirara-, ¿podrías informar a los de dentro que ya he llegado? Soy Marie Sybill Dellacroix, gracias -le sonrió con amabilidad y esperó a que se fuera a hacer sus tareas, ya que no dudaba que era parte del servicio de aquel lugar.

 Cuando creo que voy a estallar de ira, no puedo si no soltar una gran carcajada, al punto de tener que enjugarme las lágrimas que se me escapaban. Me meso el pelo y aliso mi vestido pacientemente, haciéndola esperar de forma consciente.

-Mi nombre es Edith Blake, un placer conocerla, Marie. -le sonrío, más que nada para no volver a reírme- No soy ninguna sirvienta, mis padres no hubiesen permitido que me ocupase de los quehaceres de la mansión cuando teníamos criados que lo hiciesen. Aun así, entiendo su confusión, ¿mi aspecto no es tan refinado como debería, no? -me encojo de hombros- Era de las pocas formas que tenía de hacer rabiar a mi padre, ¿tú también has venido para presentarte a la prueba? -cambio radicalmente de tema obviando mis educadas costumbres, que, en realidad, no solía usar.

Sus ojos se abrieron de par en par y sus mejillas se tiñeron de rojo carmesí. 

¡Lo siento! ¡En serio! -tomó aire profundamente y lo soltó de golpe- Perdona, solo que te vi aquí de pie... Y... No sé por qué pensé que eras una sirvienta, que tonta soy, tu vestido es muy bonito -se golpeó la cabeza con la mano y sacó la lengua a modo de disculpa-. Llámame Sybill, por favor, o Syb. Pero Marie... Lo odio -puso los ojos en blanco y volvió a sonreír.

Miró a la puerta y la miró a ella de nuevo, dio un par de saltitos, visiblemente nerviosa y resopló.

¿Hace mucho que esperas? Sí, vengo para la prueba... Y estoy muy nerviosa. 

Las dudas sobre qué pasaría si no la cogían no se iban de su mente, ni de su estómago. Maldita sea, tenía ganas de vomitar y todo.

En ese momento la puerta se abre y aparece un hombre mayor que os observa en silencio con una agradable sonrisa

-"¡Las últimas aspirantes del año,espero!"-exclama,dándose la vuelta y entrando de nuevo,sin esperar si le seguís o no.

Accedeis a una sala llena de bancos,escritorios,carteles,colas de espera y escribanos y,sorprendentemente,estaba llena de gente. Saltaba a la vista que todas las transacciones comerciales de la Cromería,pasaban por allí.Incluso había filas para los nobles y éstas estaban atendidas por más escribanos que cualquier otra.Un incesante murmullo llenaba la sala si bien todo el mundo se mostraba respetuoso y nadie alzaba el tono más de lo debido.

El anciano os condujo hasta una mesa donde un escribano empezó a tomar vuestros datos personales.Transcurrió casi otra hora hasta que ambas estuvisteis apuntadas y entonces el hombre se puso nuevamente en movimiento en dirección a unas escaleras que empezó a subir en silencio seguido por vosotras.Os condujo a una sala completamente blanca,con una mesa y una silla de madera.La iluminación provenía de un extraño cristal blanco encastrado en la pared

-"Esta es la sala de examenes.Yo soy el magíster Thorwil y os realizaré esta primera prueba.Empecemos"-el anciano se sienta y de una bolsa que cuelga de su cinto saca unas fichas y llama al primer aspirante.Durante un par de horas todos vais pasando por la mesa y observando las fichas.El anciano os realiza distintas pruebas en donde tenéis que ir nombrando los colores que veis.Una vez acaba el último,el hombre se pone en pie y,cogiendo los apuntes que ha ido tomando hace un gesto para que le sigais

-Syb entonces, -le sonrío- no te preocupes, ha sido muy gracioso, una buena entrada.

Callo de golpe cuando el anciano que me había recibido con anterioridad se acerca a nosotras y nos insta a seguirle.

Tardamos una eternidad en dar nuestros datos y en terminar todo el tema burocrático, yo no paraba de lanzarle miradas de impaciencia a Syb, mostrando con ello lo realmente nerviosa que estaba. 

Después, subimos por unas escaleras y entramos en una sala completamente blanca, donde casi tengo que entrecerrar los ojos. El anciano saca unas fichas, y, una por una, nos las enseña y tenemos que identificar los colores que vemos en ellos.

¿Esta es la primera prueba? ¿Qué fácil, no? Si todas son así no entiendo qué ve la gente de complicado en esto.

Se quedó mirando a toda la gente que había allí, reconoció un par de personas, sobre todo de la mesa de los nobles... De las fiestas de sus padres, más que por amistad propia y los saludó con una sonrisa educada y un ligero movimiento de cabeza. Estaba allí e iba a honrar a su familia, ya que aquella era una posición honorable no iba a echarlo todo por la borda convirtiéndose ahora en una mal educada. Además, que no costaba nada tener un poco de modales. 

Con impaciencia y curiosidad siguió al anciano, a los aspirantes y a la chica que acababa de conocer, Edith. Sybill no era una chica insegura, pero en un lugar donde no conocía a nada, a nadie y no sabía lo que iba a pasar, prefería tener la retaguardia protegida. Y esta era Edith. 

Entrecerró los ojos también ante tanto blanco, y no pudo evitar pensar que un poco de color les iría bien. 

¿Y ya está...? ¿Qué pasará si no vemos ningún color? -le preguntó en un bajo susurro a su nueva amiga. Porque Sybill ya había decidido que Edith y ella iban a ser amigas.

La mujer está sentada ante su mesa ojeando unos papeles escritos con una letra pequeña y pulcra.No se  inmuta hasta que entra el último alumno que es cuando se pone en pie y os mira como el día anterior aunque se detiene un poco más en los tres chicos nuevos

-"Salve,discípulos.Para aquellos que no lo sepan soy la magíster Goldthorn"-se pasea entre las mesas mientras habla-"Hoy hablaremos del equilibrio.Veamos,la Gran Cadena de la Existencia hace referencia al orden de la creación y el primer eslabón sería el mismísimo Orholam.Todo lo demás,es decir,las creaciones derivarían de él"-se sitúa al principio de la clase y se apoya en la mesa-"Pero ese orden siempre se altera y ese es el principal cometido del Prisma: equilibrar.Cuando el Prisma traza en lo alto de la Cromería solo él puede percibir los desajustes mágicos del mundo y trazar el color opuesto para evitar que la desigualdad empeore y desemboque en una catástrofe.Los desajustes han sido frecuentes a lo largo de la historia antes de la aparición de Lucidonius y las consecuencias de los incendios,las hambrunas y las guerras costaron miles de vidas,cuando no millones.El supervioleta equilibra el subrojo,el azul equilibra el rojo y el verde equilibra el naranja.El amarillo aparentemente es equilibrado por naturaleza"-se detiene por si alguien quiere preguntar algo antes de continuar-"Otro modo de mantener ese equilibrio es lo que se dio en llamar El Pacto.Desde la época de Lucidonius El Pacto ha gobernado las Siete Satrapías.En esencia y para aquellos que no lo sepais los trazadores acuerdan servir a la comunidad,servicio que les reporta todas las ventajas de la autoridad,ocasionalmente riquezas y al cabo del tiempo la elección de morir justo antes o después de romper el halo y volverse locos"-sonríe mientras os mira y espera a que sus palabras os lleguen totalmente

La mujer toma asiento y mira a los tres chicos nuevos 

 -"Ayer dimos la primera clase así que hoy repetiré lo que hablamos dado que vosotros no estabais aquí y tengo entendido que no sabéis apenas nada de lo que significa trazar además los que estuvieron ayer atentos podrán aportar algo.Veamos,la magia comienza con energía,luz o calor,y su expresión siempre es física.La luxina emana de uno mismo,se puede tocar y controlar...o ser controlado por ella.Para poder hacer magia tenéis que querer hacerla,hay que imaginar o pensar que la magia emana de nosotros.Notareis que el aire frente a vosotros se condensa y chisporrotea,eso indicará que lo estáis haciendo bien.Cuando uno traza el cuerpo cambia e interpreta ese cambio como una herida.La restañará en la medida de lo posible pero es una batalla perdida de antemano"-afirma la mujer con gesto serio-"Es como luchar contra los estragos de la edad:la mayoría de los varones consiguen llegar a los cuarenta,las mujeres a los cincuenta,siempre que no rompan el halo o que ocurra algo que les haga llegar al límite y tengan que ser Liberados"-tamborilea con las uñas en la mesa-"¿Alguna duda?"-

Me habia despertado con animo, toqué un poco antes de dormir, y luego me dí un buen festín en el comedor, llegué más temprano que mucha gente, incluso, por lo que no vi a nadie, ni a mí hermano. Había visto a Ceolan buscandome cuando iba saliendo y le había explicado. El día de ayer habia sido suave y por suerte aun mañana no tenia que ver a Puño de hierro de nuevo. Aun me dolía cuando me reía. 

Cuando entré el salón estaba vacío y fui saludando a los que vinieran llegando. Me hubiera gustado tener un libro que leer para esperar, quizá en el gran jaspe pueda conseguir algunos interesantes. 

Llegó la hora de la clase y mí animo había decaído considerablemente, esta, por lejos era la clase más interesante y la que menos dispuesto estaba a escuchar, era cosa de la hora. Pero con todo, me esforcé por escuchar a la magister. Yo que había crecido lejos de la cromeria no me tomaba tan seriamente la religión y el tema de Lucidonius, aunque creía fuertemente en el. ¿Que otra explicación había? 

Apoyo la cabeza en el pupitre mientras la magister explica nuevamente la clase anterior, que en mí parecer fue un mejor resumen que la nuestra, y me planteó una duda que salió sin atender meditaciones.

-¿Como sabemos que estamos alcanzando el halo sino tenemos espejos o compañeros a mano? ¿Nos volveremos locos?

Eso tenia sentido, pero, ¿que era volverse loco? 

Sostuvo su mirada en la Magíster mientras daba la lección, tratando de recordar aquellos colores que eran opuestos o que se equilibraban. Quizá opuesto no fuese la definición más acertada, a su forma de ver solo conocía el blanco y el negro como colores completamente antagónicos.

Aunque de pronto algo le hizo gracia y no pudo evitar sonreír. Quizá fuese cierto, y puede que además incluso tuviesen que ver realmente los colores con la personalidad o el psique de las personas. No pudo evitar mirar a Naya mientras sonreía, sus colores eran aparentemente opuestos a los de ella.

Había llegado justo por los pelos, cuando pasé por el comedor no había nadie y estaban ya casi recogiendo. Comí rapidamente y Mescia me llevó volando a la clase, jadeando entré y di los buenos días a todos. Si no se me pegaran tanto las sábanas quizás sería un buen alumno. - Esto al final en vez de ser la Cromería va a acabar siendo El trazapódromo. - Sonreí ante mi ingenioso juego de palabras. 

Para cuando me quise dar cuenta la clase ya había empezado, como había descansado tanto mi cerebro era como una esponja, y fui absorbiendo conocimientos a base de bien, hasta que hubo algo que no me cuadró, miré al Magister entornando los ojos y levantando la mano cuando nos dio el turno de palabra, me tocó hablar después de Len, que la verdad hizo una pregunta muy interesante. - Perdone Magister... ¿ Que quiere decir que Equilibra, como lo equilibra exactamente ?¿ Eso también sirve en batalla? - Si, siempre preguntaba en la batalla, por que si la clase era cierta, no iba a ser mas que un peón del gobierno e iba a morir por luchar por una causa en la que había perdido todo.

Habia quedado de mas en el comedor, se me habia pasado el tiempo y fui corriendo para llegar la clase a tiempo. Aunque enrealidad no se porque actue de esa manera, tampoco esque me interesaba demaciado esta clase. Pero en fin, no pierdo el tiempo en sentarme.Saludar a mi hermano y fingir interes por la clases del profesor.

Atendía a lo que estaba diciendo la magistar, aunque no me quitaba de la cabeza lo de esta mañana. Estaba ciertamente entristecido y algo perdido... Y todo por una maldita frase que en el fondo ni me va ni me viene. Y no logro descubrir por qué me importa tanto... Para cuando me doy cuenta de dónde estoy la magister está preguntando si tenemos o no dudas que aclarar. ¿Por dónde empezar? Por que todo era muy bonito... trazar... chisporroteos... daba gana de empezar. Pero un temor se apoderaba de mi... ¿Cuál es nuestro límite? ¿Se puede ampliar de alguna forma?

Suspiro... proteger a los demás conlleva un sacrificio extremadamente alto...

-Yo tengo alguna duda... ¿Hay alguna forma de saber cuando te va a llegar la hora de sobrepasar tu límite? y claro... ¿Hay alguna forma de darte más tiempo?

Me sentía un poco tonto diciéndolo... pero necesitaba quitarme la duda de encima antes de continuar.