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La Guerra Interminable

SANTUARIO

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25/01/2016, 20:16
Director

El camino hasta el Santuario no fue facil. Las heridas recibidas en el combate contra el caballero de Hades ralentizaron la marcha los primeros días. Aunque a medida que iban recuperandose, los jovenes podían moverse con más libertad. Gracias a su resistencia y a las curaciones mediante agujas de Xao se recuperaron antes de lo que habría hecho cualquier persona normal.
No obstante el camino fue dificil por otras causas. Ya que se encontraron algo a lo que habían estado ajenos hasta el momento. La Guerra.
Aunque en teoría era una guerra en cubierta entre Atenea y Hades, lo cierto es que la población civil recibía bastante castigo. Por parte del Oscuro, obviamente. Los caballero de Atenea procuraban mantenera al margen a los inocentes, no así los de Hades. Que buscaban cualquier oportunidad para debilitar a sus contrincantes.

Durante el viaje se encontraron con varias patrullas de soldados, y algún que otro bandido que se equivocó de victima. También encontraron pueblos arrasados, derruidos hasta el último ladrillo. Y sin ningún cuerpo visible, que era lo más preocupante.

Así pasaron los días. Hasta que pudieron vislumbrar el monte donde sabían se encontraban las doce casas de oro y el palacio de la Diosa. Tan sólo les quedaba un día de viaje, dos a lo sumo. Si avanzaban rápido hoy seguro que podrían llegar al pueblo que estaba justo a los pies del Santuario.

Notas de juego

Bueno. Continuamos. :)

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01/02/2016, 21:16
Ryu Kazama

El hogar de los caballeros de oro y santuario de Atenea se alzaba ante nosotros. El lugar que solo conocíamos por las historias que nos contaba el Guardián cuando éramos pequeños y soñábamos con conseguir nuestra armadura. El largo camino y los terribles efectos de la guerra parecían desaparecer y con un entusiasmo renovado digo:

-Vamos compañeros apresuremos el paso, Atenea y los caballeros de oro ya están a la vista, al fin podremos cumplir con nuestro deber de caballeros y ayudar a detener a Hades. Debemos dar la noticia de la destrucción de nuestro hogar y de lo que hemos visto hasta ahora.

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01/02/2016, 22:42
Athan Dalaras

El refugio, o lo que quedaba de él, se quedo atrás, a unos cuantos pasos. No tanto como me hubiese gustado, debido a las graves heridas de algunos de mis camaradas tardamos más de lo previsto. Por mi parte yo solo quería avanzar todo lo posible, más cuando allá donde pasábamos las crueles señales de la guerra entre los dos bandos era evidente.

 

Una batalla entre caballeros, normalmente no se decide intervenir, quizás por orgullo, no obstante cuando hay vidas inocentes en medio la pelea pierde todo la honorabilidad. Un santo podía enfrentarse entre un igual a un servidor del oscuro, un civil, una persona común en cambio no. Eran presa fácil, y un cebo para todos aquellos que tenemos unos principios.

Por fortuna no todo parecía ir mal, o al menos la escena no era tan desesperanzadora como al principio conforme acortábamos distancia con el Santuario, la fortaleza por excelencia, protegida por los mejores de entre nuestras filas, especialmente cuando nosotros apenas habíamos comenzado aquella senda tan sacrificada.

El Santuario parece aguantar, lo cuál era de esperar. - Comenté mientras empezaba a liderar al grupo, al fin y al cabo era de la zona pese haber estado alejado durante media vida. Las montañas y bosques siguen en su sitio, aunque a mi pesar teñidos de sangre y dolor. - Será mejor que descansemos en Oropos, es el pueblo más cercano y la última parada antes de llegar a nuestro destino, así que debemos estar preprados para lo que nos podamos encontrar. - Añadí pareciendo más a una orden que a una sugerencia.

Cuanto más cerca estaba de aquel poblado más intranquilo me encontraba. Incluso algunos gestos me delataron, el ceño fruncido, temple aún más severa y sombría, y hasta mis pasos eran algo más rápidos.

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03/02/2016, 17:09
Mikhail

Seguir el ritmo del más rápido era... cansado. Pero no tanto como lo que llevaba a las espaldas, como los meses de entrenamiento. Podía hacerlo si me apresuraba.

Los muertos descienden y al menos yo... no puedo sentirme tranquilo. La sombra de la duda susurra que quizá hayamos llegado tarde. Pero la esperanza la disipa... y sonrío.

No pueden haber caído.

Me digo a mí mismo. Pronto me veo con mis compañeros con ideas divididas... y niego.

No os preocupéis. Athan, hermano, ¿qué te preocupa?

Le pregunto, con un tono comprensivo. Parecía un poco fuera de sí... y en estos momentos los hermanos, al igual que las cabezas de una hydra, deben estar juntos.

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07/02/2016, 10:48
Athan Dalaras

Dí unos cuantos pasos más en silencio después de aquella pregunta lanzada por el alemán, Mikhail. Debía de admitir que la respuesta no me era tan sencilla, o al menos plantearla, no obstante tenía que dar alguna ya que parecía preocupado o tal vez interesado en lo que pasaba por mi mente.

Finalmente me detuve y le miré a la cara, mi templanza seguía en su sitio, o donde debería estar. Señalé con el dedo a un punto en el horizonte, aún no se podía vislumbrar nada salvo árboles y montañas. - Por ahí está Oropos, es el pueblo más cercano del Santuario, lugar de entrenamiento de algunos caballeros, y se dice, que Athena reside allí custodiada por los admirados Caballeros de Oro, los más fuertes entre sus filas. Su poder está muy lejos de los de plata, y aún más de nosotros. - Después de aquella descripción que realmente no era nada reveladora guardé silencio un momento para observar el punto que señalicé antes.

- También fue mi hogar desde que nací hasta entrar en el refugio y ser uno de los discípulos del Guardián. Según sus notas, cayeron dos de los doce. Así que no sé que pensar en como deberán estar la gente del pueblo aún a pesar de estar tan cerca de la fortaleza de los Santos. - Suspiré levemente esperando que mi preocupación fuese solamente eso, una preocupación, sin embargo, tenía razones de sobra más con todo lo que había visto para preocuparme tanto del Santuario como del pueblo.

Tenemos no, necesitamos ser más fuertes, ¿lo entiendes verdad? Nuestra debilidad nos impedirá proteger aquello que nos importa, ni luchar por nuestro deber y convicciones. - Podría sonar fatalista, pero yo lo veía como una realidad, una cruda realidad. - Será mejor que nos preparemos para lo peor, es posible que tengamos contratiempos nada agradables, así que, ¿estáis en condiciones de luchar? - Terminé de hablar con aquella pregunta que podría ser por dos motivos, determinación y físico, las heridas de ambos fueron realmente graves, yo en cambio salí prácticamente airoso, con algunas heridas superficiales.

El poder del servidor del oscuro, fue impresionante, si no fuese por la ayuda del Guardián algunos de nosotros no estaríamos aquí. Tal vez todos hubiésemos caído, cualquiera no podía continuar en el camino sin embargo cada uno de nosotros había tenido que pasar difíciles pruebas que intentaron mellar nuestra determinación de diferentes formas, y aquí estábamos, todos con armadura, los ocho. - Ignorar la pregunta, vuestra respuesta está bastante clara, ¿cierto? Así que vamos. 

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07/02/2016, 23:09
Ryu Kazama

-Cierto, así que no perdamos más tiempo y vayamos al pueblo. Los caballeros de oro son tremendamente poderosos pero no son omnipotentes. Por más que puedan derrotar a un ejército entero, no pueden estar en todos lados y para eso estamos los caballeros de bronce. Nosotros tenemos que marcar la diferencia, además, solo enfrentándonos al enemigo podremos superar nuestras debilidades. No es momento de dudar, la oscuridad no nos va a esperar.

Entonces me ajusto las cinchas que soportan la caja de la armadura y digo: -Bueno, en marcha.

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08/02/2016, 16:34
Director

Con más resolución si cabe, los jovenes avanzaron en dirección a Oropos. No estaban seguros de qué esperar. Más no obstante el pueblo parecia estar en buenas condiciones.

Athan notó algún que otro cambio, pero lo cierto es que se marchó de allí siendo muy joven y tampoco lo podría asegurar. Aun así el pueblo estaba en perfectas condiciones, y habitado. De hecho la gente se quedó mirandolos fijamente cuando entraron.

Algunos, asombrados, otros temerosos. Pero ninguno indiferente. Se diría que después de un tiempo viviendo a la sombra del Santuario ya estarían acostumbrados, pero lo cierto es que los caballeros pasan poco por aquí. Y cuando lo hacen suelen ir disfrazados.

No obstante pronto vieron soldados. Soldados que intuyeron eran del Santuario, por lo menos no parecian de Hades. Uno de ellos, con aspecto curtido se acercó a ellos seguido de dos hombres más.

Alto. ¿Quienes sois y a donde os dirigis?

Se quedó mirando un instante las cajas que llevaban a la espalda, e incluso diríais que las reconoció. Pero aun así esperó vuestras respuestas.

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11/02/2016, 23:27
Mikhail

Asiento con la cabeza ante la pregunta de Athan. Realmente sus palabras me preocupan... pero bastante tiene como para cargar con mis inseguridades. Sonrío y avanzo a su lado.

No podemos permitirnos no estar en condiciones.

Asiento también ante las palabras de Ryu, quien también parece reaccionar ante la situación. Al menos estamos juntos, es más de lo que muchos pueden pedir.

No tardamos demasiado en llegar al destino elegido por Athan y, por fortuna, todo parece bien. Aunque un guardia se nos planta delante... y nos pregunta. Y yo me pregunto... ¿Quienes son ellos?

Mikhail, de la Hydra. Caballero de bronce. Nos dirigimos al Santuario.

Respondo, presentándome, mientras hago un ademán con la mano invitando a mis compañeros a presentarse por sí mismos. No obstante, me mantengo firme, sin intención de retroceder de mi posición, por muy curtido que él parezca.

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14/02/2016, 04:10
Ryu Kazama

Doy un paso al frente, colocándome al lado de Mikhail.

-Soy Ryu, Caballero de bronce de la Cruz del Norte. ¿Sois soldados del Santuario?

Notas de juego

Iba a presentarme igual que Mikhail, pero en cuanto me di cuenta que sería Ryu de la Cruz del Norte, me sonó a nombre de culebrón venezolano y cambie la presentación. XD

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14/02/2016, 17:08
Athan Dalaras

Mis compañeros pudieron escuchar un leve suspiro, tan breve como una estrella fugaz pero pasó al fin al cabo. El pueblo era diferente a lo que yo recordaba, no obstante lo importante es que su gente estaba a salvo, lo que podría significar dos cosas. - Está intacto. Es posible que no hayan llegado tan lejos los sirvientes del infierno, eso o que el Santuario ha cumplido con su deber.

Tanta la pesada carga de mis hombros y como mi desasosiego mitigaron hasta desparecer. No me importaba en lo más mínimo los rumores o los rostros de sorpresa de los lugareños así que pasé de largo con mi caja con el adorno de un reloj a mis espaldas caminando hasta el lugar más importante de los sirvientes de la Diosa.

Unos solados se interpusieron en mi camino, Mikhail se presentó, y después Ryu. - Athan, Caballero de la constelación del Horologium, o también conocida como Reloj. También soy de Oropos, aunque ya hace bastante que partí- Hice una breve pausa después de la presentación para después continuar con algo no tan grato de decir, aún a pesar de eso mantuve la templanza, no muy difícil, ya estaba bastante acostumbrado a hacerlo.

Como os han comentado, nos dirigimos al Santuario, y todos somos Santos de bronce. También hemos visto pueblos arrasados, ¿acaso el pueblo ha recibido algún ataque, intento o amenaza? - Terminé con aquella pregunta no sabiendas que estaba ocurriendo en Grecia.

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22/02/2016, 11:34
Director

Los demás jovenes también se presentaron como caballeros de Atenea.

Jean Paul, Caballero de la Cruz del Sur.
Hansel, Caballero del Lince.
Seth, Caballero de la Cobra.
Xao, Caballero del Oso.

El soldado asiente y mira a todos con respeto antes de contestar a Athan.

Lo había imaginado. Pero tenía que preguntar, perdón por las molestias.
Lamento no recordaros Caballero del Horologium, aunque imagino que ha pasado mucho desde que os marchasteis. Tenemos noticias de los pueblos cercanos arrasador. Algunos soldados han ido a investigar, pero no han vuelto. Informamos al Santuario y nos ordenador permanecer vigilando aquí. Pero poco más sabemos.
De hecho iba a preguntaros a vosotros cómo marcha la guerra.

Por supuesto podeis pasar. Seguro que en el Santuario se alegran de veros.

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02/03/2016, 22:10
Athan Dalaras

No necesitas disculparte conmigo. Después de media vida lejos del lugar que me vio nacer es comprensible que no me reconozcas, de hecho dudo que alguien lo haga. - Después de aquellas palabras en tono tranquilo pero distante me cuestioné a mí mismo, ¿tanto lo había hecho para incluso no reconocerme si me viese en un reflejo?

Además de los cambios obvios debido al crecimiento natural había que sumar los duros entrenamientos, difíciles pruebas que endurecían cuerpo y alma para fortalecer así nuestro cosmos sin que menguase la determinación de alcanzar los objetivos marcados.

No obstante es tranquilizador saber que la gente de Oropos sigue a salvo. Cuanto más lejos del Santuario más sangre derramada hay. Es cuanto hemos visto. Desconozco los detalles. Pero aún así no bajar la guardia, es cuestión de tiempo que lancen un ataque. - No tenía mucho más que decir, al fin y al cabo apenas eramos conscientes de que había una guerra entre el oscuro donde disfrutaba sesgar vidas de forma cruel y los protectores de Athena quienes se encargaban de salvaguardar no solo la integridad de la Diosa si no a los inocentes.

En ese caso será mejor prosigar nuestro camino. - Si no había nada más que añadir decidí continuar el camino, quería llegar cuanto antes al Santuario, que nos informasen de qué diablos estaba pasando, y por supuesto qué podíamos hacer nosotros, especialmente yo, un Caballero de Bronce. El tiempo apremiaba y necesitaba ser más fuerte.

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05/03/2016, 23:37
Mikhail

Asiento con la cabeza.

Supongo que en el santuario nos mandarán a investigar esos pueblos cercanos...

Comento, aunque en mi tono puede notarse el deseo de ir a luchar y a intentar detener la masacre, claramente debemos pasar por el santuario primero. Aprieto los puños con cierta rabia: odio sentirme impotente. Pero siempre es igual: soy demasiado débil. Avanzo hacia el Santuario, sólo esperando no ser una decepción.

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06/03/2016, 00:42
Ryu Kazama

Bueno, no es momento de hacer conjeturas, lo mejor es seguir hacia el santuario. Cuando estemos allí, supongo que nos dirán que hacer.

Debíamos dar la terrible noticia de la muerte del Guardián y la desaparición del refugio y de algunos pueblos cercanos. Cuanto antes nos enviaran a luchar y pudiéramos vengarlos, mejor me sentiría.
 

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08/03/2016, 12:03
Director

Sin nada más que añadir, los guardios os abren paso y podeis atravesar el pueblo sin más dilación. Una vez fuera el camino hasta la entrada del Santuario es más bien corto, o eso o vuestras ganas de llegar hacen que el paso se aligere.

Sea como sea parece que las noticias han llegado aun más rápido y os están esperando en la entrada algunos guardias.

Bienvenidos al Santuario caballeros. Por favor, acompañadnos. Os están esperando.

Sin esperar a que le contesteis, el soldado que os ha hablado (capitán a juzgar por sus vestiduras) se da la vuelta y empieza a caminar hacia un edificio grande que hay cerca. Hay más guardias apostados, todos parecen alerta, al fondo se pueden ver algunos entrenando, hay bastante movimiento. Es obvio que el Santuario está preparado para un ataque.

Al llegar al edificio el capitán se detiene en la entrada.

Por favor. Pasar. Después de la gran sala id a la zona de la derecha. Allí os dirán que hacer.

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11/03/2016, 11:06
Mikhail

El lugar es inmenso, impresionante. Consigue incluso dejarme sin aliento durante unos segundos.

Para esto hemos estado entrenando...

Murmuro. Encabezo entonces el camino hacia el interior, a la derecha, tal cual nos han indicado, no sin antes despedirme con un sencillo:

Gracias.

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12/03/2016, 04:33
Ryu Kazama

Era un lugar increíble, rivalizaba con la imagen que había creado en mi cabeza mientras escuchaba las historias que el Guardián nos contaba.

Tras uno o dos segundos anonadado sigo a Mikhail, olvidando completamente a los guardias y pensando si podríamos ver a alguno de los caballeros de oro.

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13/03/2016, 22:07
Athan Dalaras

Detengo mi paso para ver en su plenitud la majestuosidad de aquella construcción que aparentemente no sufría el desgaste del tiempo. Tal vez llevase tantas décadas que mi mente ya no podía ni asimilar, y aún mayor debería ser la multitud de caballeros que habrán pisado lo que para nosotros sería Tierra Santa.

No obstante no había venido a admirar la arquitectura, ni a una clase de historia, así que seguí avanzando al igual que mis compañeros. Si me encontraba intimidado no lo aparentaba, aunque sería una reacción lógica. A ojos de otros caballeros más veteranos no éramos más que unos críos, todavía nos quedaba un largo camino en más de un sentido.

A los pocos pasos dejé de lado mis divagaciones, dudas, y temores. Después de todo había venido por mi propia voluntad.

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29/03/2016, 16:55
Director

Los jóvenes no pudieron evitar sentirse un poco abrumados, y un tanto intimidados, ante lo que veían. Para esto se habían estado entrenando. Para esto habían sufrido. Para poder pelear por su Diosa. Y junto a ella derrotar el mal que asola el mundo.

Con pasos vacilantes al principio, pero con más firmeza a cada uno que daban, los nuevos caballeros atravesaron las estancias siguiendo las señas que les habían indicado. Cuando se acercaban a la sala de destino pudieron escuchar voces.

+¿Pero te estás escuchando? Sólo son niños. No puedes enviarles. Les mataran.

*Te equivocas. No son niños. Ya no. Son caballeros de Bronce. Por derecho propio. Sabes tan bien como yo que las armaduras les han aceptado, o no se las habrían podido poner.

+Ya. Pero esto es tarea de Sagitario. Siempre ha sido el encargado de encontrarla.

-Cierto. Pero no hay noticias de Sisifo. Es posible que le haya pasado lo mismo que al Cid. Tenemos que usarlos.

+Pero no puedes...

-Silencio. Ya han llegado.

Vacilantes una vez más al escuchar esas voces autoritarias, los jóvenes entran en la sala para encontrarse a cuatro figuras. Tres de ellas llevan una capa blanca y una armadura de oro. Están mirando justo a la entrada. La cuarta está sentada al fondo, detrás de una mesa. Lleva una túnica azul oscura y un casco dorado con una figura alada.

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07/04/2016, 21:43
Athan Dalaras

Sinceramente, no esperaba en lo absoluto que mis pasos me llevasen delante de un santo dorado, y menos tan pronto. Y sin embargo allí se encontraban discutiendo en una reveladora conversación que incluía importantes detalles como la Diosa, otros Santos dorados, y hasta había lugar para nosotros en sus palabras.

Asombrado ante el lugar, e igualmente intimidado al sentirme observado de aquella manera. Habían pasado muchas cosas, sucesos tan preocupantes que necesitaban ser organizados en mi cabeza. Había mucho de qué hablar. Pero sería mejor ir paso a paso. Avancé un poco en la sala e hice un gesto de reverencia, hincando una rodilla en el suelo para así mostrar respeto a los caballeros de tan alto rango. - Con su permiso me presentaré. Me llamo Athan, caballero de bronce de la constelación del Horologium.  

Dejé espacio para que el resto de mis compatriotas hiciese lo propio mientras yo pensaba en como continuar, lo que iba a decir iba ser complicado. Muchas preocupaciones y malas noticias. No obstante mantuve la templanza en todo momento, algo que ya se había convertido en un necesario hábito. - Venimos del Refugio trayendo nuevas que contar.