Partida Rol por web

—¡Wiiiii! -una risa estridente inundó toda la habitación donde se encontraban las celdas de contención. Unido a esto, destellos de luz aparecieron por todas partes mientra la borrosa figura de una mujer vestida de arlequín se movía a gran velocidad por toda la sala, atravesando a placer las distintas barreras y pasando a escasos centímetros de la mayoría de los presentes.

Y, segundos después, a oídos de todos llega el sonido de varios chispazos y, entonces, la luz de la sala se fue de golpe. Tras varios fogonazos, esta regresó con un tono algo más apagado -como una fuente de energía supletoria- y, para sorpresa de todos, las celdas de contención se desvanecieron por completo. Solo quedaba el pequeño terminal que cada uno podía usar para navegar por la base de datos y comunicarse con la Inteligencia Artificial del lugar, pero este se encontraba parpadeando intermitentemente. ¿Qué había pasado? Nadie podía saberlo a ciencia cierta con lo que habían visto, aunque quizás con un poco de calma una respuesta viniera a la mente de los más avispados. Entonces, las luces comenzaron a brillar con intensidad y a parpadear con tonos rojizos intermedios. Una alarma comenzó a sonar a todo volumen ensordeciendo a los prisioneros momentáneamente. 

"Aaaaaah...." -una voz poco emotiva surgió de todos los terminales que, al unísono, se encendieron -. "Chicos traviesos. Una buena idea, no mala del todo. Tendré que tomar nota de la información obtenida de este inesperado suceso para eliminar una posibilidad similar"

Entonces una serie de pitidos -lenguaje binario- se transmitió a toda velocidad. Entonces, las luces parpadeantes se estabilizaron y la alarma cambió de melodía. 

"Código de Alarma 346. A todos los centinelas, tenemos una fuga en proceso. Superhumanos libres. Proceder a su recaptura utilizando toda la fuerza necesaria. Se autoriza el uso de armamento letal de los Campeones"

Aquel rostro, en apariencia jocoso, repitió en varias ocasiones la voz de alarma. Parecía ir en serio.

La situación es peligrosa, o esa es la sensación general en el ambiente. La alarma, aunque ya no tan intensa como antes, sigue en el ambiente recordando a lo que se enfrentan. La habitación no muestra ninguna salida visible, es apenas un corredor de 25 metros por 10 de ancho. El tamaño justo para albergar varias celdas. No hay tampoco ventanas visibles. Lo único, a parte de los terminales, son los tubos fluorescentes superiores que sirven de luces. Del mismo modo, parece que los altavoces deben de estar integrados en la pared pues estos tampoco están a la vista. Además de vosotros, en el lugar hay varios sujetos más que han quedado liberados.

Vestida de modo informal -vaqueros y una sudadera amarilla- surge de una de las celdas una mujer que, posiblemente, es de origen afroamericano. Parece algo aturdida por todo lo que acaba de pasar. Mira a uno y otro lado buscando con la mirada algo y, unos segundos después, se acerca hasta Hi no Kami.

-No deberíamos de perder tiempo -dijo en inglés y en voz alta. Luego miró al japonés, que lo tenía justo al lado- "Va a ser difícil que nos entendamos a partir de ahora, pues he de hablar en voz alta y no se hasta dónde dominas mi idioma, pero intentaré guiarte" -le transmitió a él. 

-¡Al fin libre!

Gritó sin más. Una chica, más o menos en sus diecialgos, surgió de una de las plataformas de contención. Vestía de modo alternativo, pantalones rajados y una camiseta de algún grupo de rock, pero de manera sorprendente goteaban -de vez en cuando- gotas de magma líquido de sus dedos dejando una marca en el suelo donde se solidificaba. 

Levitó hasta el centro del corredor sin emitir palabra alguna. Su piel, de color verde, mostraba algunas pequeñas protuberancias rojas surgiendo de su cabeza, como pequeñas perlas. Calvo, de mirada penetrante, vestía unos ropajes muy extraños incluso dentro de lo habitual en algunos metahumanos justicieros. Dirigió su mirada al grupo, como evaluándolos uno a uno. Pero no dijo nada más. 

Se movía como si no fuera un ente físico. Caminaba sobre el suelo sin emitir paso alguno y, aunque generalmente no era así, era como si su cuerpo emitiera un ligero humo negruzco que se desvanecía rápidamente. Ni su rostro ni su cuerpo mostraban humanidad alguna, pero había algo en su modo de caminar que recordaba vagamente que, quizás en el pasado, lo fuera. Cuando llegó al centro estiró los brazos, movió la cabeza crujiendo el cuello -aunque no sonó nada- y ladeó la cabeza sonriendo. Una voz gutural y vibrante surgió desde lo más profundo en su cuerpo, como el eco de una caverna profunda y oscura. 

-¡AH! ¡ESTO SÍ QUE ES INESPERADO! ¡VAYA QUE LO ES! 

Y ya está. Debía de haber alguien más, por supuesto, pero no había rastro alguno de la chica con la risa estridente que, posiblemente, era la causa de su súbita liberación. Ahora todo quedaba en sus manos, pues si aquella chica había escapado, nada decía que volvería a rescatar a sus compañeros de celda, a los que apenas conocía en realidad.

Había funcionado. Perfecto, sabía que ningún sistema era perfecto y había tenido la suerte de haber encontrado una forma para salir de aquí, aunque en vista al mensaje brindado, no se iba a repetir.

Debían de apurarse, tiene que haber alguna forma de salir de aquí posiblemente una consola que permita la extracción mediante teleportación como fueron traidos hasta aquí. Mirando a su alrededor, y analizando rápidamente a sus compañeros de fuga, se percata que son un grupo muy disparejo, aunque no pudo ver a quien hizo esto posible, probablemente encontró un lugar para escapar...

Viendo que había un terminal y sin perder tiempo, Quentin se acerca para tratar de buscar algo de información, antes que esta sea arrebatada. Con energia auxiliar era quizás pocas opciones eran las que tenían disponibles...

Por fin liberada de aquella celda. Inesperadamente. Súbitamente.

Me erguí y miré en derredor, sonriendo levemente. Mostraba una mirada calmada y analítica. Mi cuerpo, más bien menudo, se mostraba firme y decidido. Mis ojos, de un color verde brillante, eran lo que más destacaba de mí.

Vestía de forma recatada, pero cómoda. Nada que ver con los modelitos de superhéroe que lucían algunos, que parecían compartir sastre con los chimpancés del circo.

Miré al lado, hacia Darkness. - Momento de cumplir tu promesa*. - Le dije. - Veamos si puedes ahora desenvolverte mejor que dentro del campo de fuerza. - Pero no me detuve a esperar que alguien, ya fuera Darkness o algún otro, hiciera algo. Había que encontrar una salida.

Comencé a recorrer las paredes que nos rodeaban, palpando con mis manos en busca de grietas, salientes o cualquier elemento que me indicase la existencia de una puerta o algo parecido. El tiempo apremiaba, así que peiné todas las superficies con mis manos a la mayor velocidad posible, lo cual era decir bastante.

Estaba a punto de hacer varias preguntas sobre los miembros de la Alianza Shimenari que, para mi, no representaban ninguna fuente de información, pero que para el hombre verde tal vez pudieran representar una propicia base de datos. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo algo mejor sucedió. Un haz de luz con una mujer en su interior pasó destrozando todo a su paso, a consecuencia de lo cual todas las jaulas se desactivaron.

- Yoidesu¹.

Salí inmediatamente de la celda por si esta se volvía a generar, y Vivian no tardó en venir e intentar poner un poco de orden, lo cual era necesario, aunque aparentemente poco efectivo. Mis ojos rojos miraban en derredor analizando a mis inesperados compañeros.

- Mientras no uses palabras complicadas ni expresiones extrañas no tendré demasiados problemas para seguirte - le contesté con un marcado acento -. Esperemos que comprendan la necesidad de organizarnos. Y que alguien tenga poderes de detección para detectar a los enemigos antes de que aparezcan.

Bien, por fin libre. Debería haber sido yo pero así mejor, no hubiese liberado a los demás y ahora me servirán de distracción.

Un hombre africano, alto y ddelgado, sale del cubil. Vestido con una túnica de llamativos colores. Observo al resto de reos, y con un fuerte acento africano digo- habra que darse prisa, ya nos capturaron una vez.

Algo más hay en el mensaje del I.A pero no pienso intentar hackearla otra vez, no sería más que una pérdida de tiempo. Esperó que alguno de estos engendros se le ocurra como salir, si aparecen esos centinelas aprovechare la distracción del combate para ir tirando tabiques y salir volando.

—Mi palabra vale aun algo incluso en este estado -dijo con voz trémula a Silvia mientras esta se alejaba hacia las paredes con velocidad buscando una posible salida —. Encuentra la más mínima rendija, y la utilizaré para sacarnos de aquí

—Pan comido. Voy a detectar a esos imbéciles -haciendo referencia a la petición de Hi no Kami- Tienen que estar al llegar -la mujer cerró los ojos y, entrelazando los dedos a la altura del pecho, pareció concentrarse -... Es imposible. Es como si... las paredes nos dejasen totalmente aislados del exterior. No consigo penetrar más allá. 

"Es normal" -se escuchó en la mente de todos los allí presentes- "Estas paredes han de estar construidas en un material parecido al Strenium. Sus propiedades moleculares son parecidas, capaz de absorber vibraciones e impactos a muy alta intensidad, posiblemente también ondas de energía o derivados. Muy inteligente de su parte de encerrarnos aquí".

Aquel extraño sujeto dejó de levitar, colocando los pies sobre el suelo. Caminó dando una vuelta por la zona, como cotejándolo todo. 

"Puede que me equivoque, pero posiblemente lleguen en un par de minutos. Algo los impide teletransportarse aquí. Un... " pareció dudar "Algún tipo de protocolo informático. Son seres vivos, pero están conectados a una terminal, como una colmena". 

—¡Me va a doler la cabeza con tanta tontería! -la mujer se acercó a una de las paredes- ¿No podemos simplemente destruir la pared y fin? Quizás si unimos fuerzas el comosellameese de la pared se destruya -señaló a Hi no Kami- ¡Tú! Te vi haciendo algo antes, ¡ven para acá y tiramos esto! ¡O lo derretimos!

Luego, mirando de reojo a QR enarcó una ceja.

—Y tú, ¡tú fuiste quien le dio la idea a la loca esa de las tetas! ¿Qué sabes de todo esto? ¡Sácanos de aquí como la has sacado a ella!