Partida Rol por web

Frunciendo levemente el ceño y cruzando los brazos me dirijo a Pólux -¿Dejar inconscientes a los guardias? ¿Para luego matar a un mal nacido? Y encima esperar que sus escoltas se unan a nosotros....- Con una sonrisa de complicidad lentamente pronunciándose sobre mi rostro respondo - Amigos, dejar inconscientes a las personas es una de mis especialidades ¿qué esperamos?.. Ah y si quieren una alternativa sobre la manera de matar a ese tal Alfred de manera menos barbarie no se preocupen, también cuento con sustancias que no dejarán huella de violencia si saben a lo que me refiero... Una ventaja es que hasta ahora esa gente no me conoce... Puedo actuar como vendedor de paso y ofrecerles unas botellas de vino con un poco de "algo" dentro a mitad de precio, rezar para que uno de ellos al menos comparta la mercancía con los de adentro y esperar a que caigan inconscientes... También otra opción sería que me den unos minutos para fabricar unos... Productos que desprendan humo especial, eso sí, tenemos que ir con trapos en la cara pues no querrán quedar dormidos en plena estrategia... ¿Alguna otra idea?-

Negué con la cabeza.- Desconozco si poseerá algunos hombre con él, Pólux, y me temo que no se encuentra en su celda. Si posee un trato con Nikómedes, dudo mucho que siga en su celda. De cualquier manera, no convendría que viajáramos en un grupo tan grande, puesto que sería mucho más complicada la huida. Esto debería hacerse ahorita, que estamos a punto de salir. Y si drogamos algo, deberían ser los caballos del ejército, para podamos ganar tiempo en la huida. Aunque me temo que son demasiados caballos como para drogarlos... Tal vez tengamos que matarlos, aunque no me agrada mucho la idea... Después de todo, ninguno de ellos tiene la culpa.

De paso, teníamos que irnos el día de hoy, ya que nuestra presencia no era grata por ningún soldado. Tal vez huir de aquí sería más rápido que la huida de la fortaleza, pero sería mucho más complicado.

Tras escuchar a Germain, respiré aliviado.- Excelente, entonces solo necesitaríamos drogar a los soldados en las cercanías y el maese de las caballerías. Alguien debería ir ensillando los caballos, preparando la carroza con los recursos y cortando las sillas de montar del resto de los caballos, para ganar tiempo en la huida

Al cabo de unos cuantos minutos, una tropa de 10 soldados de Lumen se acercaron dónde estaban reunidos los muchachos. Estos parecían verse muy atentos y en posturas de combate preparadas.

Uno de ellos, se quitó el casco y se asomó solo unos pocos pasos.

Por orden de nuestro honorable general, Lord Nikomedes de Eudaimon, soberano de Elisea, este os solicita vuestra inmediata partida de nuestro campamento. Tomen sus cosas y marchense ahora.

Era evidente que Nikomedes los quería fuera de allí, pero cualquier cosa que haya conversado con William, terminó acelerando el proceso de expulsión.

Pólux entendió que la situación estaba muy complicada, algo que la presencia de aquellos guardias confirmaron. No obstante, cuando el comerciante mencionó lo del dinero, le pareció la mejor opción al mercenario, pues el miserable de Alfred no se merecía morir en combate. Así pues, en un leve susurro, antes de que los guardias le transmitieran aquel últimatum, le dijo a Edain:

-El plan del veneno es perfecto, que Algedrian o Parloq te ayuden, nosotros nos iremos, pero te esperaremos en las afueras, siguiendo el camino, para que vuelvas con noticias -expuso encomendándole aquella importantísima misión a aquel hombre que conocía de poco, pero era lo único que podían hacer de momento.

Así pues, retirándose del comerciante para aparentar no tener relación, le dijo a los guardias:

-Está bien, está bien, ya nos vamos, sólo estábamos comprándole algunas provisiones a este mercader ... -explicó a los guardias- permitid al menos que este hombre -dijo señalando a Oktael- termine sus ritos funerarios, pues acaba de perder a su hijo -concluyó esperando que los soldados se mostraran un tanto más comprensibles con ellos, dada la solemnidad del acto; y para de paso, conseguir algo de tiempo para que Edain se escabullera y pudiera poner en práctica la deseada muerte de Alfred...

Oktael comprendió en silencio la intención de Pollux. Esperó en silencio por la respuesta del guardia. Sus músculos se tensaban y su ira aumentaba. En silencio aún rezaba por su hijo, pero comprendía que la situación se estaba volviendo un tanto inestable.

Una vez conseguido el tiempo necesario para que Edain se escabullera, Oktael se puso lentamente de pie, y con un leve suspiro se giró a mirar a Pollux y a William. Con un asentimiento de cabeza les indicó que estaba preparado para partir, pero no así para hablar todavía. 

Los guardias asintieron tras la solicitud relacionada a Oktael. Le miraron con asco, sin embargo, puesto que por cuestiones históricas, es sabido que el pueblo de Lumen ha tenido decenas de peleas con hombres de piel oscura.

Pero de alguna forma, quisieron evitarse un problema, dejandole concluir.

Eso dio tiempo a Edain de escabullirse si se lo proponía.

-Gracias por su compra caballeros- Le digo asintiendo a Pólux en respuesta a su plan y me marcho tratando de parecer lo más educado e indiferente posible como acostumbraba, enseguida me abrí paso a Lumen tomando mis pertenencias y mercancía.

Edain se adentraría por el campamento, gracias a su rol de mercader, poca extrañeza causaba entre los soldados. En la medida que se metía más al fondo, varios guardias y soldados lo paraban para comprarle algún que otro elemento.

Este finalmente llegaría a la soledad de una tienda vacía, donde podría llegar a preparar el brebaje. O podría seguir buscando otro sitio dónde estar más seguro.

Los demás vieron como Edain se adentró al campamento. Los guardias no se movieron hasta que los demás salieran, como era la orden que Nikomedes le había dado. Por lo que al ver que Edain logró meterse, no les quedó más opción que salir como se lo estaban solicitando.

Así pues, satisfecho de que su treta funcionara finalmente, se marcharon del campamento sin presentar mayores problemas, algo que los soldados agradecían sin lugar a dudas.

Mientras caminaban en la soledad del camino hasta buscar un sitio lejano que le permitiera alejarse de los hombres de Nikómedes, pero que a la vez fuera fácilmente encontrable para Edain, el cual tenía en sus hombros una importantísima misión...

No obstante, recordando la pregunta anterior del caballero, la cual se vio interrumpida, se acercó a William y le respondió, sin temor a que los demás le escucharan:

-Antes me preguntaste por qué actué tan extrañamente para ir a buscar al prisionero, ¿verdad? -expuso para poner en situación a su interlocutor- no lo conté porque sé que no me creeréis, pero lo que vieron mis ojos me dejaron frío como la piedra; en dicha cárcel, una voz me llamaba por mi nombre, desde las profundidades, el carcelero me dio una antorcha y un canario por que decía que allí no había aire y el canario me lo indicaría, en caso de que se muriera; bueno, eso es lo de menos, la cosa es que tras internarme, la voz se escuchaba cada vez más fuerte, hasta que de pronto lo vi, era un esqueleto que me hablaba por mi nombre, y me advirtió que el canario se había muerto, yo lo vi horrorizado y salí corriendo como pude, pero lo más extraño, es que cuando subí, el carcelero ya no estaba... -concluyó su tétrico relato aún un poco afectado por lo ocurrido, como indicaba su vello corporal.

Oktael escuchó la historia de Polux con atención. Había un espíritu atrapado en aquél lugar. Le extrañó que él lo haya podido ver. En su tribu solo lo más avezados sacerdotes tenían aquel tipo de conexión espiritual.

"Kaleshi Otmoe" pensó para sí. Ese hombre estaba lleno de misterios...

-¿Una aparición sobrenatural? Pólux... Lamento decirte esto, pero creo que tantas batallas te causaron alucinaciones. Y si existen ¿Porqué temer de ellos? Nunca he visto un espectro, y no creo que existan. Y si lo veo... Tal vez crea que esté borracho.

Nunca tuve miedo de apariciones y espectros, después de todo, es a los humanos a los cuales hay que temer. Sobretodo a aquellos que tienen el poder de crear guerras. A ellos hay que temer... Y acabar.

El guerrero se sintió un tanto desplazado ante la incredulidad y la sorna con la que el caballero se tomaba su aterrador relato, por lo que en tono hosco y a la defensiva, dijo únicamente:

-No os he contado esto para que creáis en los espectros, yo sé muy bien lo que vi y lo que pasó, así que si pretendéis convencerme de algo, guardaros los argumentos porque son inútiles; sólo espero que no tengáis que pasar por lo que yo ... -concluyó a la vez que se alejaba un tanto de William, pues le costó mucho recordar aquellos momentos, y el caballero no le daba credibilidad ninguna.

No obstante, se quedó un tanto pensativo, pues es cierto que quizás no había que temer a los espectros, éste en concreto le había salvado la vida, o eso quería entender...

Oktael vio cómo Polux reaccionó ante el comentario de William. Quizás el caballero no conocía el poder de los "Kaleshi Otmoe". En su tribu uno no se preparaba para ello, simplemente pasaba. Quizás Polux necesitaba un "Phaelor", un instructor que lo guíe por este nuevo camino espiritual que tenía que pasar. Los "Kaleshi Otmoe" no eran muy comunes en sus tribus, y tenían diferentes poderes. Algunos curaban, otros predecían el futuro, inclusive algunos podían hacer caer rayos del cielo. Pero todos tenían algo en común... "hablar con los muertos". 

Acercándose a Polux, le puso una mano en el hombro, y se sacó el collar de cuero y pequeños huesos de aves que tenía. Se lo entregó con solemnidad. "Esto te ayudará hasta que encuentres tu Phaelor, amigo mío". El regalo del talismán era un símbolo sagrado en su tribu, al punto de considerárselo como un "hermano de su pueblo". 

-Vale, está bien. Más de lo mismo, ya estás acostumbrado a eso ¿no Edain?- Preguntándome a mí mismo sigo la marcha hasta la tienda vacía, miro los alrededores pero no me quedo pues tenía que estudiar el movimiento de los soldados y el terreno para encontrar alguno de mi comodidad, buscar una ruta de escape también sería lo más sensato, en el proceso iba anunciando los productos que vendía, vino, medicina, agua, otros alcoholes, hierbas para té y demás para evitar sospechas y hacer dinero en el proceso.

En su camino, fue detenido numerosas veces por soldados que le compraban algunos cuantos elementos que este vendía. Edain iba con su carreta por todo el campamento, cruzando sin ningún tipo de problemas.

Hasta que finalmente halló a un viejo, de barba blanquecina. Este se encontraba apresado, y siendo llevado por varios soldados.

Por la descripción que los demás muchachos te dieron, debería ser aquel líder que justamente intentan matar.

-Muy buenas valientes- Les comento a los soldados -¿Algún producto que les pueda interesar?- Anunciando como cualquier otro vendedor, indiferente. Me interesaba saber qué tipo de productos pueda agradarles aunque para casi todos los soldados el alcohol era suficiente. -Tengo una nueva bebida proveniente de Iölkvealand, los pieles frías la llaman "La furia de Odín". Medicinas y té también tengo disponibles.- Concluí.

Varios soldados compraron de lo que este ofrecía. Siempre causa mucha sensación un producto de tierras lejanas, y más de las tierras vikingas, quienes pocos logran aventurarse.

Hace mucho tiempo, Iokveland pertenecía al imperio varkoglio, cuando todos los reinos estaban unificados (exceptuando Lumen). El pasar de los años hizo que los reinos se separaran y perdieran ese lazo que los unía, cuando el emperador Varkoniano falleció y heredó todo a sus hijos.

Pero todos mantenían una cultura y religión cristiana, como caracteristicas similares. Hasta que Pulkria, fue perdiendo cada vez más su terreno por las invasiones de los pieles frías, hasta conformarse como un nuevo territorio, reconociendo Pulkria que perdió el control sobre la misma.

De hecho, en varias ocasiones se han formado cuasi alianzas temporales solo con la intención de recuperar dichas tierras. Solo unidos por el enorme odio a tales personas, y en ''unión'' del dios cristiano en contra de los bárbaros.

Nunca lograron hacer mucho daño.

Tras vender todo, viste como se llevaban al viejo arriba de un caballo. Están por salir junto a una escolta de otros 3 soldados.