Partida Rol por web

La historia del cura Sao, el campesino Ticio y su burra Mera

II. Pero qué ven mi ojos

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09/01/2014, 19:09
Calisto de Samos

¡Presto, anciáns! - El goliardo apremió a entrar al alquimista, empujándole por detrás. - ¡A vida dun cristiano está en periglo! 

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09/01/2014, 19:18
Calisto de Samos
Sólo para el director

Notas de juego

Mientras le empujo por detrás a Aleixo le tanteo a ver si lleva perras. Conste que no trato de robarle de momento XD Sólo ver si le suena la bolsa.

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09/01/2014, 19:53
Cura Sao

Ante tales palabrasa, el mercenario se apartó, e que de igual forma lo hicieron los de la entrada. Nada más entrar (y con un "tocamiento de trasero" de Calisto a Aleixo, sin venir a cuento), vísteis a algunos aldeanos de Monegros, que se asustaron un poco (y llevaban aún sus armas), cuando os vieron entrar. Éstos, tras saber del porqué de vuestra presencia allí, os guiaron hasta el piso de arriba, lugar donde habían colocado al cura. Algunas aldeanas hacían de sirvientas, y llevaban y traían paños calientes, jofainas de agua, palanganas, etc., de abajo a arriba.

Una vez en la habitación, pudísteis ver al cura Sao tumbado en la cama. Se encontraba todo vendado por el abdomen y torso (de abajo a arriba, de cuello a ingles), y echaba esputos por la boca. Las vendas filtraban, además, un poco las heridas sangrantes. Mujeres postradas sobre su alcoba atendían al cura, quizá las mismas beatas que bien atendían en sus misas domingueras. Cuando Sao os vio entrar, en su interior se alegró, y pese a que no hizo muecas de alegría, extendió con suma dificultad un brazo y movió sus dedos, como queriendo que os acercárais.

Hi... Hijos mios... -os dijo en tono amable, pero con grandísima dificultad-, ¡Mal pullazo me han dado

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10/01/2014, 12:35
Aleixo El Despreciado

- Aprisa, mozos dejadme sólo con el monseñor que tengo que ver esa herida - se dirige a una de las mujeres - ¡traedme mujer agua caliente, bien hervida y paños limpios!.
Su actitud denota celeridad. Insiste en quedarse a solas. Su voz era clara y vigorosa, quería
- ¡Salid todos y dejen al herido en paz, por Dios, que si no muere de sus sangrantes males, morirá de insalud - Aleixo se aproxima al cura y comienza a quitar las sangrantes vendas con ayuda de su cuchillo - ¿no ves que el ambiente está cargado, dejad aire para respirar!.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Con tu permiso Master, quiero hacer una tirada de Sanar.

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10/01/2014, 13:02
Director

Notas de juego

¿Quieres que también salga Calisto?

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10/01/2014, 13:07
Aleixo El Despreciado

- Espera buen mozo - retiene con le brazo a Calisto - tú, mozo de manos largas y ojos libidinosos, quédate y ayuda en lo que necesite.

Notas de juego

Ese el primero, que después de las "manazas" del buen Calisto. Es broma.

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12/01/2014, 19:19
Calisto de Samos

¡Ay, señor, señor...! - el goliardo se postró al pie de la cama con mucho escándalo y tomándole del pie al cura entre sollozos, se lo cubrió entero de repetidos y sonoros besos. - Pero non se preocupe que aquí el señor Aleixo vai dexar a usted como novo, vai ver. - Dijo abrazándose nuevamente a las piernas del señor cura. - ¡Pero qué miedo pase ahí fuera por vos! Ahí fuera o demonio se ha metido en las carnes do poblo, pero eu xuro por esta. - dijo besando el crucifijo de madera que traía al cuello. - Que vai devolverle seu rebaño, tan manso y cristiano, como é merecido de vos. Cueste la sangue que cueste.

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13/01/2014, 10:21
Aleixo El Despreciado

- Ya ya - el alquimista prosigue con su tarea.
Una vez cortadas las vendas remojó la herida con el agua usando un trozo de trapo limpio. De la alforja que despojó de su pobre Penco cuando lo dejó a merced del mozo de cuadras, a saber donde estaba ahora, quizá pasto de las llamas, buscó entre sus pertenencias.

Notas de juego

¿Supongo que en esa época había algo parecido a la sutura¿ Aunque la medicina árabe era mucho más avanzada. Tienes la última palabra al respecto. Cuando me digas continuo.

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14/01/2014, 13:22
Cura Sao

Y en estando los dos allí solos, oíais a las sirvientas y demás vecinas tras la puerta cerrada, como cuchichear, intentando saber qué ocurría allí dentro, qué hacian esos dos con el padre Sao. Y la gran pericia de Aleixo, unas cuantas vendas y algunas suturas* medianamente bien remendadas, acabaron por cortar la hemorragia del párroco, que parecía, pese a las muestras de dolor, muy agradecido por el hecho de que hubiérais ido a verle (era una evidencia de fidelidad..., aunque fuera fidelidad a los pagos...).

¡Ay!, Señor... -se agitaba entre quejidos de dolor-, Gra... gracias... ¡Ayyy! Menos mal que habéis venido, ¡menos mal! -decía Sao-, que hay... ¡¡uggghh!! -se quejaba-, que hay algo más que debo señalaros, veréis...

Y comenzó a contar algo de lo que no teníais ni idea.

Habéisme de hacer otro...trabajo... Hay que recuperar un... ¡cráneo! ¡Maldito Ticio! -dijo el cura en un alarde de efusividad e ira-. ¡Se trata del mismísimo cráneo de Santa Cecilia! Innumerables años ha permanecido con la Iglesia, y no es tal que éste que os digo..., el cual fue robado por ese maldito campesino. Es un cráneo muy pequeño. Ese Ticio lo tiene retenido, y no es suyo, ¡es reliquia eclesiástica! Los que mal pullazo me han dado no hacían sino proteger a ese hereje en su ignorancia. Habéis de recuperarlo... si no... -dijo finalmente-, ¡Si no los males jamás conocidos en este mundo serán desencadenados y moriremos todos!

Notas de juego

*No se si habría suturas en la época, quizá si, aunque si las hubiera podria ser un ben foco de infección, digo yo XD

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15/01/2014, 20:41
Calisto de Samos

Calisto no pudo sino arquear una de sus cejas ante las explicaciones sobrenaturales que venía dando el párroco ¡Menuda salida! Estaba claro que el cura estaba loco o les estaba dando por unos completos estúpidos, o las dos opciones a la vez, pero de ser el caso, no sería el goliardo quien le sacara de su error. El que la gente te crea estúpido suele ser una ventaja, normalmente.

- Virxen Santa, ¡Padre! Pero é terrible esto que está nos diciendo. ¡Claro que le ayudaremos en esta santa encomienda! ¡Pero cómo é que haremos con e mitade del pueblo en contra suya! Está claro que debemos gañar la confianza daqueles que mal le quieren, e facelos creer que estamos de súa parte pero ¡eso saldría carísimo!... gañar a confianza e lealdade de as persoas no é exactamente barato... ¡bien o sabe vos! E nos andamos siempre tan cortos de diñeiro... -

El goliardo miró hacia el suelo, negando con la cabeza. Estaba claro que el dinero era un obstáculo insalvable... o quizá no tanto.

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15/01/2014, 22:32
Aleixo El Despreciado

Aleixo asiente antes las palabras de agradecimiento del cura. En parte incrédulo y en parte sorprendido por la energía de Sao. Parecía que realmente creyese del poder de tal reliquia religiosa.
- No quisiédes nuestro Señor que tamaña desafortuna aconteciera - responde con un tono imperceptible de sorna.
Parece que ese trabajo iba a ser de más agrado. Estaba viejo y no necesitaba de la fuerza para perder futíl la vida. Más si detrás había un robo de ese cráneo, entonces la cosa cambiaba. Su agudo ingenio era de valor para esos menesteres.
- Sí, es mi obligación como buen cristiano católico que soy, dar remiendo a esa situación - responde el alquimista con una amplia sonrisa - que mi agudeza e ingenio sirva como espada para guerrero para recuperar esa reliquia santa, aqueste mozo y yo vamos presto a encomendarnos a esta loable empresa, pero de algún dinerillo tendremos que tirar si queremos que nuestro barco llegue a buen puerto; pues ya sabe monseñor que "de pan no sólo vive el hombre" pero de valores materiales necesitan, pues no se paga una holgaza con oración.

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16/01/2014, 11:24
Cura Sao

Sao, a pesar de las graves heridas tan bien remendadas por Aleixo, comprendía las condiciones que ambos dos querían, no siendo sino económicas, cosa normal en los tiempos que corrían. Éste hizo un gesto con su mano señalando sus ropas sobre puestas sobre una pequeña en un lateral. Dijo que le diérais su bolsa. Tras hacerlo, Sao sacó diez maravedíes para cada uno, y os los entregó.

El resto de esta bolsa -decía levantando con dificultad la bolsita-, será entero par vosotros, una vez traída esa calavera a la Iglesia... ¡Haced el bien, amigos!

En esos momentos entraro, de la impaciencia, las mujeres de la aldea que lo atendían, y al ver que Sao parecía haber aguantado por las vendas y suturas de Aleixo, miraron a éste último con gran aprobación, brindándole gracias y hasta besándole las manos...

Sao os guiñó un ojo, como diciéndoos eso de... "Id, ¡Id!, ¡el tiempo apremia!"

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16/01/2014, 21:29
Aleixo El Despreciado

- Bueno joven mozo, parece ser que estamos en el camino de nuevo - comenta una vez fuera de la habitación - ay mis pobres pies no encuentran donde reposar y héme aquí otra vez en camino, amigo Calisto.

Notas de juego

Master, no sé si mañana podré hacer turno. Por si acaso me despido hasta el lunes.

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20/01/2014, 22:13
Calisto de Samos

Caminando de espaldas, mediante profusas genuflexiones y prometedores juramentos, Calisto aseguró al señor cura que traerían la tal reliquia, y abandonó la habitación junto a su viejo compañero de desventuras.

- Témome, que non ha neceu el pobre para el descanso, meu amigo... - se lamentó con él, mientras salían hacia fuera, y le rodeó con el brazo.  

- Moito hemos sobrevivido ya, y más habremos de sobrevivir, y xugarnos nos figadillos por este señor, que no ha de valorar en más de 10 miserabledíes el magnífico traballo que obrasteis, remendándole a vida. Pero bienaventurados seamos, porque noso será O Reino dos Cielos. ¿Non e verdade? - dijo acercándosele más, para que los detalles de su conversación no se oyeran más allá de su esfera privada.

- Pero, mientres tanto, habemos de pensar en gañar o pan de cada día. ¿Habéis pensado en manera de proceder na nosa empresa? Creo que temos que comezar a buscar a noso amigo Martí, si ha tenido a sorte do salir vivo da trifulca, podemos asumir que el gañou a confianza d'os enemigos del cura.

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20/01/2014, 23:26
Aleixo El Despreciado

- Sí, sí joven mozo - responde el viejo Aleixo con deje cansado - tenés razón, conquistar esta empresa por la razón es sabio y ganarnos la confianza del enemigo, pero el enemigo debemos conocer ¿vos conocés?

Con la alforja sobre el hombro el camino era más difícil por lo que conseguir una mula no era mala idea, pero como Calisto comenta debían encontrar al compañero Martí, de un brazo fuerte precisaban que el Diablo bien sabía que necesitaban ayuda para emprender tal hazaña.

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22/01/2014, 17:11
Íñigo

En saliendo de la estancia, bajásteis la escalera que daba al segundo piso, y una vez salísteis de la vivienda, vísteis allí todavía a los mercenarios. Tan sólo un movimiento de cabeza en señal de despedida se produjo ente vosotros... Bueno, no sólamente eso.

¿Et a dónde vais? -dijo interrumpiendo vuestra marcha (cuando ya estábais de espaldas caminando a la plaza para buscar al vuestro Martín)-. ¿Acaso no vísteis cuánta tropelía hay por la aldea? ¡Non vayáis! Que ha dicho una vieja de ahi dentro que habéisle salvado al Sao, mas... lo que hay ahí fuera os matará... -espetó no sin tremenda razón-.

Iré con vuacedes... -dijo al final-, no están los vecinos como para ver rondar a forasteros por su aldea. No me moveré de aquí hasta que Sao me pague mi parte, y creo que irá para rato, et vayamos... -dijo instándoos a que continuárais vuestra marcha, fuera donde fuera-. Me llamo Isidro...

Le contásteis que íbais a buscar a vuestro amigo, perdido en la trifulca, mas nada dijísteis de lo del cráneo de Santa Cecilia, por pura precaución*.

Notas de juego

*Claro que, si queréis, podéis contárselo.

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22/01/2014, 17:26
Director

Y en éstas fue que, por la misma estrecha callejuela, oscura y solitaria por donde habáis llegado a casa de Sao, os fuísteis derechos a la plaza del pueblo, donde hacía unas horas se repartía pan y vino en lugar de repartir puñaladas y palos... La cuadra donde Aleixo había dejado su bestia de carga hallábase caída, ennegrecida, reducida además a polvo y ceniza, pues había sido fruto del fuego... al igual que los animales que albergaba; la misma suerte había corrido la especie de taberna donde pretendíais alojaros, e incluso muchas casas no contaban ya con tejados, sino con ruinas, que en llamabas también habían sucumbido.

Cadáveres: cadáveres por doquier componían una macabra alfombra en medio de la plaza, y la gran hoguera central ardía, ya no con tanta intensidad, quemando algunos cadáveres, y habiendo sido todo regado por sangre y vísceras, humores y sesos... No habíais visto escabechina como la tal...

Asomados en la esquina de una casucha, divisábais la plaza, escondidos en la negrura de la noche. Cuando pasó un rato, cruzásteis la plaza, para intentar buscar a algún vecino aún herido, aunque vivo, o tal vez para buscar a Martí, ¡Martí! Cuando Íñigo dio señal de que ahora era conveniente salir y no antes, fuísteis a ver a un cuerpo caído en el centro de la plaza, que parecía como llevar las mismas ropas que tenía...

...
...
...

Durante un instante lo dudásteis, pues su cadáver estaba tan magullado y abierto que apenas le reconocíais, pero era él: ¡era Martí! ¡Había caído en desgracia de muerte, fruto probablemente de una mala estocada o un tremendo golpe!

Pero aquella desgracia no era el terrorífico broche final de la horrible velada, de la tremenda fiesta de sangre acaecida en Monegros, en la falda de los Urbiones, sino que comenzásteis a oir un silbido, un "ti-rí-to-tí, ti-rí-to-tá" que se aproximaba... Y rapidamente os ocultásteis en la misma esquina de antes, saltando y esquivando los cuerpos para no pisarlos... Lo que vísteis era extraño, a la vez que incoherente: Glancio, el juglar os había asaltado con un "bello" poema nada más entrar en Monegros durante la fiesta, entró en la plaza con paso firme, con sus carrillos llenos de aire mientras taraeaba una melodía. Cruzaba por en medio de la plaza, entre los cadáveres, con cuidado de no pisar ninguno; y llevaba un pala agarrada por su mano y apoyada en su hombro.

Tras cruzar la plaza, se perdió por una vereda donde el pueblo ya acababa, adentrándose al monte...

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23/01/2014, 23:17
Aleixo El Despreciado

Madre santa, que tanta desdicha y muerte. Aleixo no podía salir de su asombro ante tal espectáculo. Parecía que le propio diablo había hecho acto de presencia y había maldito todo esa aldea. 

- ¡Pero que ven mis ojos! - exclama el alquimista sacudiendo la cabeza - jamás tamaña cantidad de desventurados caídos en desgracia de muerte, y que conste que he visto más de cuarenta inviernos.

El viejo alquimista sentía ganas de llorar ante tal espectáculo lamentable. Su fiel mula había sido carbonizado y padecía por él, pero lo que había visto después era innombrable, era lo más parecido al infierno y sus ojos eran testigos de aquello. Parecía que cada paso que daban más derecho iban a la trampa del maligno. Aquello no acabaría bien.

- No quisiese nuestro señor que mis cansados ojos tengan que contemplar espectáculo parecido, joven mozo - y viendo al pobre Martí señala con el dedo - pues ahí yace muestro desventurado compañero, parece que sólo andaremos, hijo.

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24/01/2014, 18:30
Calisto de Samos

En oyendo las palabras del alquimista el goliardo percibiolas como si vinieran de muy lejos, petrificado como estaba observando el cuerpo sin vida del bandido. Una vez acabaron todavía tardó unos segundos más en reaccionar: Sí, sí... - dijo con voz nerviosa y muy aguda, que trató de corregir con un carraspeo, a la vez que evitaba volver la mirada sobre el fiambre.  - Ainda tampoco se poide dicir que o pobre Martí tuvieralas todas consigo. Le perdía o seu carácter - Se lamentó, y se dirigió después al mercenario. - Por noso actual deber con el señor cura, no es menester que calquera de os paisanos viesenos ahora coa vuesa merced. - Miró con desconfianza hacia donde había desaparecido su colega el juglar. - Vostede sabe que en estos pueblus falan las paredes. ¿Tenemos a alguno de os nuestros por aquí vigilando?

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24/01/2014, 19:12
Calisto de Samos
Sólo para el director

Notas de juego

A ver por partes. Quiero mirar bien bien, si el tipo es definitivamente Martí y también, sí veo que haya alguien cerca de la plaza, de cualquier bando, vigilando. En caso de que no haya de los del cura vigilando, según me diga el mercenario y juzgue si miente o no, y le convenzo para que se vaya, le degollaré por la espalda. En el caso de que haya alguno de "los otros" vigilando, así le convenceré definitivamente de que estamos de su parte :)