Partida Rol por web

El encargo había llegado a los salones del Gremio de la Espada y la Vara hacía escasos días. Después de mostrar vuestro interés y formar el grupo, os preparasteis para vuestra próxima misión (para algunos la primera). El viaje duraría un par de días, en dirección norte hacia las Llanuras Doradas, aunque en esta época del año la gente las llamaba las Llanuras Nevadas.

Bien abrigados para protegeros del intenso frío y aprovisionados para varios días, tan solo teníais que llegar al punto señalado en el mapa, donde se encontraba la vieja torre abandonada de Kazh'Ardan. Pero una terrible ventisca os sorprende cuando estáis llegando casi al final de camino y os veis obligados a buscar refugio en una pequeña cueva donde a duras penas cabéis los cinco. La cueva está húmeda, pero os las conseguís apañar para encender una hoguera y poder estar calientes mientras esperáis a que amaine la ventisca.

La nieve parecía cubrir todas las llanuras de afuera y una horrible ventisca no paraba de azotar el paisaje. Su viento aullaba en la entrada de la pequeña cueva y Fargrim no podía evitar mirar hacia ella con una medio sonrisa. Mas que molesto por el clima parecía estar contento.

Se centró de nuevo en el fuego mientras cada cual preparaba sus cosas o preparaba algo para comer. Atuso un poco las llamas y agradeció el calor que salia de ellas.

-Ah! Como me gusta todo esto ...- Buscó en su equipaje su cantimplora para dar un pequeño trago, pero esta se atascó en la mochila y le daba algo de problemas. -... es decir, después de tanto tiempo en la cárcel, todo me parecería maravilloso aunque llovieran heces de troll del cielo.-

Por fin consigue desatascar la cantimplora y beber un poco. Tervo, su cuervo mascota se acercó a el dando pequeños brincos. También tenia sed y el enano le ofreció un poco de agua en la palma de su mano.

Centró su atención en otro de los enanos. El que no parecía ser un dibujo animado. 

-Dime Travok, ¿como es que viajas desde hace tanto con ese patas largas?-

Jeje,Mirdor piensa para sus adentros que es afortunado al embarcarse en esta aventura y acerca un pajarillo desplumado pinchado en un palo a la hoguera mientras escucha a sus compañeros...

Luego de volver del Coliseo de los Héroes con una amarga derrota y las manos vacías, el guerrero se había dedicado a entrenar animosa y rigurosamente en el patio del Gremio en Loudwater. La mayoría de los días contaba con la compañía del enano Travok para intercambiar golpes o algún tipo de técnica en particular, excepto cuando dedicaba horas a buscar viejos libros y pergaminos que narraban antiguas batallas o tácticas de combate.

Realmente lo que esperaba era algún contrato nuevo, alguna aventura que le hiciera volver a sentir el calor de la batalla y el dulce sabor de una victoria conseguida con esfuerzo.

Por fin había llegado el momento, nuevamente con el sobrino de Petunia se embarcaron en una nueva misión. El invierno había cubierto el camino a Kazh'Ardan de nieve. Por fortuna ya habían pasado por algo mucho peor y traian consigo gruesos abrigos de piel de oso.

Sentado en aquella caverna, el cormyriano masticaba trozos de carne salada mientras mantenía los ojos fijos en la pequeña fogata que cocinaba la comida de Mirdor.

-Dime, Dargor, ¿cómo habeis vuelto del coliseo?- comentó al elfo arquero, al cual conocía apenas.

el elfo estaba ensimismado en la tormenta, largo tiempo desde la ultima vez que había soportado tan tormentoso, se gira y mira a su camarada y se acerca a la hoguera para girar unas costillas de venado que coacervaba de su ultima presa.

el coliseo fue divertido pero la verdad no llegamos muy lejos, hasta la segunda ronda debo decir con algo de vergüenza, me queda el consuelo que fui el ultimo en caer, aun se podría decir que no se escatimo en gastos tratando de no morir jejeje ríe amargamente y olfatea la carne, toma los trozos y los reparte entre los presentes.

Fargrim le habia preguntado su relacion estrecha con el humano Clevor.

Pues hermano mio, los dioses unieron nuestro destino. Fue con la primera persona del gremio que acudio a la llamada de un trabajo, que al final.... recuerdamelo Clevor si me equivoco... resultaba una dragona con sus escamas tan blanca con las primeras nieves. Despues hemos trabajado en otros empeños, un elemental de tiempo gelido y lo mas doloros, el coliseo, donde perdimos a grandes guerreros en la refiega. Solo pasamos de la primera ronda mi fiel amigo Clevor y yo.

Sus ojos se perdio en el fuego mientras recordaba las batallas sufridas en la arenas y como diversion de los drows.

Miro a Fargrim y a Clevor, regalando a este ultimo una sonrisa y un guiño. 

Como premio de estas modestas hazañas llevo conmigo esta estupenda armadura de fabricacion enanil, y la Muerte Alada, mi gran hacha. 

-Bonito nombre para una arma.- Admite el enano.

Luego sostiene el mango de su martillo de guerra.

-El mio no tiene nombre, aún, pero proviene de mi familia y me llena de orgullo aplastar huesos con ella-

-Así que has trabajado como gladiador en un coliseo, curioso destino para un enano.-

Miró a Clevor, analizándolo.

Mirdor murmura;-Es mi primera aventura,me he entrenado bien para buscar fortuna,los cuentos de las viejas dicen que hay multitud de cosas horribles ahi fuera...

Tras varias horas refugiados en la cueva, la ventisca se termina y podéis reiniciar la marcha. El frío en el exterior es extremo. La nieve y el hielo han dejado un paisaje más blanco que antes, si cabe. El espesor de la nieve cubre por encima de las rodillas y os cuesta mucho discernir la dirección por la que debéis avanzar. Por suerte, y según vuestros cálculos, la torre de Kazh'Ardan no debe quedar muy lejos.

Fargrim había estado demasiado tiempo a cobijo en la cárcel y le estaba pasando factura. Notaba como el frío calaba en sus huesos enanos y la mítica dureza enana no podía hacer nada para evitarlo.

Su cuervo yacía cubierto entre sus ropajes, apenas sacando el pico de vez en cuando para volver a esconderse enseguida al notar el frío.

-¿No es el mejor lugar para llevarte de excursión eh, pequeño amigo?- Le murmuraba a su mascota mientras se peleaba por mover sus cortas piernas en la nieve.

Cada vez que avanzaban empezaba a sentir mas frío, mas que aquella aventura que tuvieron que abatir a un avatar de invierno. Se refugio en sus ropas y empezó a tiritar.
Este frío no parece natural.... Grrrr que frío, se le congelaria hasta el bigote a mi tia Petunia

Clevor se adelantó, liderando la marcha. No tardó en sentir que los pies se le entumecían y las escamas metálicas de su armadura le lastimaban la piel por lo heladas que se habían vuelto.

Hizo de tripas corazón e intentó seguir adelante, si su cuerpo le flaqueaba, su voluntad iba a encargarse del resto. No podían detenerse ahora, el camino no era tan largo y difícilmente encontrarían un buen lugar como aquella caverna para refugiarse.

-¡Adelante!- azuzó al resto, en gran parte intentando olvidar el desagradable frío.

El frio le congelaba las barbas a Mirdor que conforme se helaba se arrepentia de haber abandonado la mina de sus ancestros...-Vaya,nada puede vivir con este clima...

el explorador, se había preparado para la marcha, confiaba plena mente en la conocida robustez enana, asi que bebio un buen sorbo de licor antes de la marcha y lleno su ropa con paja para crear una capa aislante, mientras avanzaba la nieve que los rodeaba se movía por los aires como una serpiente blanca con la cual luchar, el frio era horrible pero el explorador mantenía la compostura y la marcha.

cuidado con el sudor señores, no querrán arrancarse tiras de hielo junto con las armaduras le dice el elfo que ve el esfuerzo que hacen contra los elementos, se acerca a clevor mientras mira los alrededores, que mierda de clima, animo ya casi llegamos

El frío resulta ser extremo, incluso para los fornidos enanos y el experimentado señor de la guerra.

Dagor, haciendo gala de sus dotes de exploración, se pone a la cabeza del grupo en varias ocasiones y los guía a través de la nieve. En una ocasión hasta detecta las huellas recientes de un depredador y os insta a dar un pequeño rodeo. Así la caminata resulta algo más larga pero segura. 

La travesía durante varias horas a través de la nieve y el azote gélido del viento os pasa factura, pero por fin en lo alto de una colina veis la silueta de la torre.

-Las armaduras de hielo tienen esa tendencia desagradable a pegarse a la piel si. Una suerte que vaya con un justillo de cuero.- Comenta Fargrim mientras se sacude un poco la barba para quitar la nieve.

-Lo mejor del asunto es que la ventisca nos cubre y nuestra llegada no será tan fácil de percibir por los traicioneros goblins que tenemos que encontrar.-

El enano prepara su martillo de guerra y lo sujeta a dos manos.

-El resto buscad cobijo a la sombra de algo, que no os afecte mucho el viento y seáis difíciles de percibir. Elfo ...- Comenta dirigiéndose a Dagor - ... tu y yo podríamos intentar acercarnos sin ser vistos y otear las defensas de la torre.-

El enano espera apenas unos segundos por si alguien se opone, y casi sin dar tiempo, retomar su camino hacia la torre.

Travok arqueo una de su ceja mientras se quitaba nieve e hielo de la barba.

No te falta razon Maese Fargrim, es lo malo de este tipo de protecciones, pero despues se agradece mucho en batalla, ves la abolladura sufridas en ella? seguro que hubieran sido golpes letales en mis carnes, no lo quisiera mi Tia Petunia que su sobrino favorito regresara con las botas por delante y no con grandes regalos para ella. Sobretodo una gargola de hielo que encontramos con unos toques exquisitos de talla, pero con mala fortuna que se hizo añicos.

Miro alrededor de el, y vio con la gran mayoria de sus compañeros, casi todos enanos, habia sufrido las incremencias del tiempo, e incluso Clevor, que habia demostrado mas de una vez que por su sangre corria verdadera sangre enana, tambien habia caido en las inclemencia del tiempo.

Dagor, creo que seria mas provechoso que busquemos cobijo antes que el frio congele nuestra sangre y podamos recuperarnos de abatida marcha... aunque veo que en ti no ha hecho mella alguna... extraño.... extraño....

-Explorad, pero evitad el combate a toda costa- Agregó el humano, serio, ante la propuesta de Fargrim. No se opuso a su idea, la cual le parecía acertada. Aunque internamente masculló una plegaria a Torm rogando porque no fuesen unos chiquillos como el pícaro que los había acompañado a Fallcrest la última vez. Los había puesto en graves aprietos con su forma de explorar.

Se volteó y buscó rápidamente un lugar con árboles que los cubriesen, les hizo señas a Mirdor y a Travok para que se acercasen.

El hielo se le había acumulado en las trenzas y en los rincones de la armadura. Se dedicó unos momentos a quitarlo y verificó que la espada no se le hubiese trabado en la vaina. El filo brillante casi blanco se confundía con la nieve alrededor. Guardó su arma y comenzó a frotarse las manos con fuerza.

en efecto maese Grifar es un excelente idea, que seamos la avanzada replica el elfo mientras mira la blanca nieve que envuelve el paisaje entero, sin embargo te pido un instante de paciencia para ver si podemos encontrar algún refugio para nuestros camaradas, no quisiera que pescaran un resfriado ¿verdad? dice el explorador que se pone manos a la obra, busca un grupo de troncos que puedan hacer de una barrera natural para que cubra a los chicos del embate del clima, se acerca al lugar y se acurruca junto al tronco para comprobar su eficiencia, señores apiñense y mantengan el calor unos con otros, pero por nada del mundo usen fuego o delataran su posición.

apresurado y apremiante como era la situación se mueve junto al enano, espero que no les hagamos esperar mucho, vamos aver que encontramos se quita la capa y la curte con nieve a fin de crear un buen camuflaje y partir en busca de posibles peligros.