Partida Rol por web

El mediano, aprovechando que el animal estaba flanqueado, podía ser suceptible a un ataque en una parte débil. La más obvia y grande, la membrana de una de las alas parecía el lugar apropiado para una de las balas de su honda.

La descarga eléctrica del arma del valletano sacudió a la criatura con violencia. Primero fué el arma la que atravesó las escamas del engendro para después sufrir un chispazo que le obligó a recular (-21 pg). Cuando se repuso de la terrible y dolorosa sacudida rugió hacia el valletano, y parecía que había ignorado por completo el daño que recibió a su espalda. La flecha de Miya impactó en la enorme lagartija (-2 pg), y la honda de Gárret pasó cercana al draco sin llegar a colisionar. Tras el ataque ambos quedaron al descubierto, pero su siguiente presa siguía siendo el creador del contacto electrizante.

En primer lugar usó sus garras que no fueron nada fáciles de esquivar, tras ello la terrible boca del draco alcanzó a Querelar que se vió unos segundos prisioneros por la enorme dentadura (-18 pg). Cuando decidió soltarle sus nerviosas alas, y su aguijón alcanzaron a Lhaeo. Su estado era moribundo, y cuando sintió como el aguijón se le había clavado todo indicaba de que acababa de perder la vida (-10pg)

La segunda criatura cercana que surcaba los cielos descendió hacia la posición de Gárret y Miyanuviel, la última se vió sorprendida y no pudo evitar liberar un grito por causa del pánico. El engendro peinó los arbustos con su garra, pues por suerte el mediano consiguió agacharse en el último instante para evadir el peligro.

Animada por la valentonada de los goblins decidiste recular de nuevo hacia las escaleras para quedar más cerca de la salida, pero tampoco querías alejarte demasiado para poder disponer de un tiro más certero. Y así fue, la flecha voló perfecta y velozmente hacia tu destino. Un nuevo rugio del draco te avisó de que había dañado de gravedad al engendro (-13 pg)

Desde tu posición viste como los reboltosos goblins trataban de trepar por la criatura, pero los movimientos nerviosos del pequeño dragón complicaba las cosas. La criatura alada consiguió colocarse en suelo firme sobre el segundo piso, sus gigantescas piernas corrían hacia tu posición mientras su boca se hacía cada vez más grande. La plaga de colmillos te atrapó, pero consiguiste deshacerte de ellos para que el daño resultara menos grave (-9 pg)

Mientras tanto, los goblins en cierto modo trataban de desorientar al lagarto, no consiguieron dañarle, pero sí consiguieron seguir escalando por las escamas del draco.

 De algún modo Querelar logró sobreponerse alas temibles heridas. Y ver el final de Lhaeo sólo logró que se sobrepusiera.

 Tomando de nuevo la cimitarra con la diestra y preparando la zurda para intentar desviar lo justo los ataques de la criatura, el joven atacó de nuevo a la criatura... pero antes lanzó un rayo verdoso, parecido al que había lanzado anteriormente a Lhaeo. El rayo alcanzó a la criatura sacudiéndola levemente primero, haciendo sus movimientos ligeramente menos briosos. Después el humano se abalanzó sobre ella de nuevo, blandiendo la cimitarra

Es muy grande no cabrá por la escalera...

Con este pensamiento en mente recula poco a poco* hacia la escalera pues su intención es ir bajando por ella mientras ataca a la bestia. Una nueva flecha vuela de su arco y, una vez más, se clava en el objetivo. Sin embargo, la corta distancia a la que se encuentra impide a Methgar seleccionar un buen blanco por lo que no causa excesivos daños.

Tras el disparo, se prepara para la inminente carga del draco..*

Pude ver con horror cómo la criatura se ensañaba con Querelar y en voz baja ya estaba rezando por su vida temiéndome lo peor, pero el valletano era más diestro en combate de lo que yo pensaba y me alegré al ver que lograba zafarse de la enorme dentadura del ser alado. También observé mientras cargaba una nueva flecha en mi querido arco cómo el draco clavaba su aguijón en Lhaeo, que parecía estar ya moribundo.

No parece que le esté ayudando a vivir... así que tal vez la presencia de estos monstruos no tenga nada que ver con "Ella" pienso al observar la escena, y después, con rabia lanzo otra flecha.

El engendro siguió tus pasos hasta el estrecho de la escalera. Allí te detuviste para no dejar desprevenida tu espalda y una nueva flecha voló una corta distancia hasta el dragón. El daño fue menor, ni siquiera impidió que continuara con su acelarado movimiento. (-4 pg)

Entonces, la criatura empleó una manada de ataques agresivos contra ti. Primero utilizó sus garras para intentar despedazarte y sentiste un terrible desgarramiento en tu armadura. El dolor fué considerable (-8 pg). Sus siguientes movimientos no te fueron difíciles de esquivar, aunque su último intento con el aguijón casi te atrapa y viste como perforó la pared de nuevo con brutalidad.

Los goblins tuvieron que tratar de sujetarse en las escamas por culpa de los agresivos movimientos del engendro. Uno de ellos, el que parecía algo más listo no pudo mantenerse y viste como caía al suelo sin tener ninguna opción de sujetarse. El del moño oriental siguió su avance por el lomo, y ya casi se había colocado en el cuello de la criatura.

Un nuevo paso atrás comenzando a bajar la escalera y una nueva flecha que sale disparada hacia el draco.. Aunque esta también impacta, parece hacer cosquillas nuevamente a la gran criatura por lo que a Methgar no le queda más remedio que prepararse lo mejor que puede para una nueva embestida de la criatura

Un par de pasos más y ya no cabrá....

Maldito bicho... acabaré contigo!! le grita enfadada por el tiempo que esta criatura el hace perder en la búsqueda de Hima

Gárret no pierde tiempo y sabe que su compañero depende de una distracción, por su pequeño tamaño no tendría mucho problema en esquivar al draco que le azuzaba desde los aires, pero Querelar había recibido una herida muy fea.

Querelar, corre!

Saco el Tottem y digo: Esto.COn esto podrás controlar al que te somete...DOy un paso al frente hacia el hechicero.¡Dejad de obedecer a ese rufián y unámonos para acabar con él!.Ahora más animado hablo para todos los gnolls:además de esto...levanto el Tottem...os ofrezco la cabeza del que dice ser vuestro amo...

Su vida apenas pende de un hilo. Lleva su mano al costado en el que ha sido pinchado por el aguijón, mientras con la otra apunta hacia el engendro. Tras unos pocos segundos en los que consigue reincoporarse suelta un estridente grito agudo hacia su objetivo, que adopta la forma apenas visible de una lanza tránslucida.

La lanza atraviesa el aire como un rayo.

El joven Querelar consiguió deshacerse de casi todos los ataques de la bestia, aunque sus heridas eran graves no eran lo suficiente molestas para blandir su arma con fuerza y empeño. De su mano menos buena salió unas largas y estrechas líneas electrizantes que impactaron en el enemigo con un daño menor. (-4 pg) Después continuo con un nuevo ataque de su arma, pero los rápidos movimientos del draco le dificultaron la estocada.

Un poco más atrás se encontraban Miyanuviel y Gárret. La elfa podía ver como el valletano se encontraba en peligro por sus heridas, pero tampoco podía hacer movimientos bruscos y en falso para ir a protegerle o aquellos dracos se lanzarían sobre ella como si fuera un pequeño aperitivo. Desde allí, y a pesar de que Gárret tenía una de esas criaturas encima decidió lanzar la flecha hacia el engendro que se enfrentaba a Querelar. La flecha se clavó en el lomo de la criatura (-6 pg)

Gárret por su parte se vió obligado a retroceder un poco y a recargar su arma con rápidez. La piedra de su honda viajó hacia la cabeza del draco, que sufrió una pequeña herida sin importancia. (-5 pg)

Lhaeo, aún con vida utilizó su penúltimo aliento en un poderoso hechizo que se dirigió hacia la criatura que acababa de pincharle. Su tremendo hechizo impactó con brutalidad sobre la criatura, la cual se vió afectada por un arma tránslucida que atraveso parte de su cuerpo. (-14 pg) El draco se retorció de dolor y tras balancearse un poco, calló al suelo sin vida.

El mediano se vió acorralado por la cantidad de ataques de la criatura. Consiguió deshacerse de la mayoría de ellos, pero no sólo sintió como sus garras le rasgaron, si no, en un último instante sintió como el aguijón había atravesado su armadura y su carne, obligándole a escupir saliva y sangre. (-21 pg)

Retrocediste unos cuantos peldaños más si despegar tus ojos de la criatura. Una nueva flecha atravesó las gruesas escamas del engendro, pero por los violentos ataques que recibiste parecían que no le había causado demasiados daños. (-4 pg)

Fué entonces cuando empezaste a sentir que tu vida pendía de un hilo. Conseguiste evadir el máximo peligro, pero sus poderosas y afiladas garras atravesaron tu armadura y tu piel, dejándote una fea marca en un costado y quedándote muy débil. Apenas podías distinguir lo que te rodeaba con claridad (-12 pg)

Al goblin le costó mantener el equilibrió allá arriba, pero consiguió dañarle con la jabalina en el mismo ojo en el que habías clavado tu primera flecha (-4 pg). Eso enfureció a la bestia que trató de quitarse al molesto goblin con intensas sacudidas. El segundo goblin, el que estaba en suelo firme no aprovechó el momento y su ataque fué un fiasco.

De pronto sobre aquel cielo empezó a reinar un ambiente maligno. Unos chirridos de alguna criatura alada similiar a la de los dragones se acercaba.

Antes de que pudieras obtener respuesta alguna, la manada de lobos pareció sentirse asustada y todos decidieron retirarse del combate.

De nuevo, aquellos chirridos te llamaron la atención y cuando alzaste la mirada hacia el cielo varias criaturas aladas aterrizaron hacia la posición de tus compañeros.

Malherida ya, son pocas las fuerzas que le quedan para mantenerse apartada de las afiladas garras de la criatura y pensamientos sombríos comienzan a recorrer su mente... Sin embargo, el ansia por encontrar a Hima y rescatarle de las manos de sus captores le impulsan a continuar.

Lo lamento por los goblins... pero que la entretengan un rato ellos... de momento he hecho bastante

Sin dejar de controlar a la criatura un momento, retrocede por las escaleras** hasta llegar nuevamente a la planta inferior, en la que espera estar a salvo el tiempo suficiente para acabar con el monstruo

Sigo con la mirada hacia donde se van los lobos,seguidamente me dirijo hacia Marpilla y le pregunto:

¿Estás bién?...a pesar de tener la forma de Saurion mi sonrisa y mis gestos siguen siendo los mismos.Espero que si por que tenemos compañía.Señalo hacia donde están mis compañeros y les observo.

La pequeña victoria contra el draco de Querelar  no duró mucho, cuando sintió la punzada del draco que había dejado de vigilar por defender a su compañero supo que otro golpe más de esos le acabaría. No hay mucho que hacer, más que huir. Racalín, Aslan y Methgar habían desaparecido sin rastro, cuando más los necesitaban. Ya me las pagarán, traidores!

El rugido del engendro fue luciferino al verte huir por las escaleras. El corpulento cuerpo de la criatura no le permitía avanzar, y aunque intentó atraparte con sus dentelladas no fué lo suficiente rápido.

Desde abajo te cubriste tras la esquina y sentiste un poco de alivio, te viste las heridas y la peor era un gran rasguño en el antebrazo que no dejaba de sangrar. Mientras tanto los valientes goblins deberían de estar haciendo de las suyas, tratando de mantener a la criatura a raya.

A los pocos segundos, el goblin del moño oriental cayó rodando por las escaleras, inconsciente. El goblin quedó boca a bajo, a escasos metros de tu posición. De nuevo, el dragón alzó el vuelo con un rugido, probablemente para intentar avistarte.

Cuando cambiaste la mirada hacia la puerta de entrada, percibiste el contorno de una silueta humana. Parecía aquel hombre encapuchado, similar a Aslan. La persona cruzó el umbral y miró hacia ambos lados, de momento parecía no haberte detectado. Su aspecto parecía el de cualquier verdugo maligno.

Quén será.... parece Aslan pero no es seguro... y qué querrá aquí, me estará buscando?.. estas y otras preguntas pasan por la mente de Methgar mientras observa a la extraña figura desde su escondite.

Al poco tiempo ya se ha decidido... hay mucho en juego para arriesgarse, así que es preferible tomar al desconocido por sorpresa. Lentamente, sin hacer ruido, desenvaina su espada y se esconde un poco más mientras espera que el individuo sobrepase su posición, momento en el que comenzará a rodearle poniendo todo su empeño en no ser descubierta...