Partida Rol por web

Una claridad oscurecida mantiene todo en una frágil penumbra. El ambiente, calmo, parece reposar tiempos pasados.
Un edificio extraviado se vislumbra con más claridad en cuanto Querelar, Methgar y Miyanuviel quedan a escasos metros de la puerta que a duras penas ha sobrevivido, mostrando su tenue silueta. El edificio, encorvado por el paso del tiempo, se retuerce incesante en lo que debió de ser una pequeña torre de vigilancia.

Telarañas se extienden a placer en las paredes derruidas y le sucede una ligera cubierta de líquenes que finalizan a la altura del techo, es evidente que necesita mano de obra.

Al poco tiempo escucháis un agudo grito femenino que proviene del interior del edifcio. No indica nada bueno.

Gárret rápidamente trata de trepar al agujero en el techo, pero lo hará como le enseñaron los otros pícaros, asegurado. Lanza su cuerda con gancho al borde del edificio y con  un par de vueltas alrededor de su torso  empieza a halar de la cuerda.

 El joven, con la mano aún encima de la empuñadura de la cimitarra, niega levemente con un gesto.

Otra vez manará la sangre, ¿acaso siempre tiene que sucederse el mismo desenlace?

 Con este pensamiento funesto en la mente el valletano se adentra en la choza, pero no antes de hacer brotar de su boca cuatro esferas de tenue luz, pero que sinembarg, capaces de derramar una capa de luz a su alrededor. Haciendolas avanzar ante si, para alumbrar el interior de la choza. En pos de Marpilla.

- ¡Marpilla! - grito en alto asustada sin poderlo evitar.

Y al instante me encuentro, arco cargado en mano, dirigiéndome a la entrada de aquel ruinoso lugar a socorrer a mi pequeña amiga sin importar la cantidad de gnomos que hubiera dentro ni el peligro que ello pudiera suponer. ¿Es que jamás vamos a tener un encuentro amigable en nuestros viajes que no termine mal? pienso al darme cuenta de cómo han terminado los viajeros de la caravana que nos ayudó y trató tan amablemente.

Antes de llegar a la puerta se me adelanta Querelar, muy serio, y veo cómo de su boca salen unas pequeñas luces que nos ayudarán a ver mejor en el interior. Inmediatamente le sigo con el arco preparado para clavarle una flecha a quien quiera que esté haciendo daño a Marpilla, entre ceja y ceja o en pleno corazón.

Antes de entrar,me protego con la barrera invisibe mágica* y,una vez han entrado todos entro,equipado con mi estoque.

Esta vez no me van a pillar.Aunque antes  de entrar en combate intentaré dialogar.Siempte ha de ser una alternativa¿Por qué no?.¡jijijijijijiji....!,pienso para mi y rio para todos.

Mira que le avisé.. espero que ahora no sea demasiado tarde

Sin perder tiempo, Methgar se acerca rápidamente a la cabaña para rodearla y buscar otra ruta de acceso y así rodear a los del interior para evitar que escapen

El interior del cuchitril está plagado por todo tipo de maleza y poseído por un olor desconocido y muy desagradable. En la esquina superior derecha hay un orificio lo suficientemente grande como para que se cuele la escasa luz del exterior. La propia luz ilumina el centro de la estancia, dónde hay una barricada con un par de mesas largas y todo tipo de utensilios de cocina desperdigados por los alrededores.

Tras la cortina de maleza se encuentra un buen puñado de svirneflin como dijo Marpilla, todos armados con martillos y algunos de ellos con jabalinas. Justo en el centro hay dos kóbolds que parecen más habituados a este tipo de situaciones. Uno de ellos apunta con maestría con la ballesta hacia vuestra posición, sin dejar de hacerlo al ver como váis entrando. El otro mantiene prisionera a Marpilla, con un estoque a punta de gaznate.

Dicen algo incomprensible, pero da a entender que no os acerquéis demasiado o matarán a la gnoma.

Terminas de trepar para colocarte encima del techo y empiezas a dirigirte hacia el orificio manteniendo el equilibrio adecuado con tu cuerda. De camino hacia el agujero resbalas, pero nada que no te impeda agarrarte de nuevo y poder continuar con el avance...

-No se pueden poder mapas todavía. Pero bueno, esto sería más o menos la situación:

Ahora estáis en el interior del edificio tras dejar atrás las carretas con los caballos asesinados y acabáis de encontrar a Marpilla como prisionera.-

 El valletano se queda contemplando el panorama. Mirando a los gnomos de las profundidades primero y a los kóbolds después. Centrándose con el que tiene a Marpilla. Entonces el joven habla en un extraño idioma, gutural, antinatural, que al parecer comprenden los kobolds.

 - Ez dugu odol shed to, ez bat ez beste. Let gatibu eta gure bidea jarraituko dugu. Horregatik No gurekin bear duzu eraso.

Gárret recuerda la lección de su maestro. Mantener siempre el peso de su cuerpo apoyado en la mayor área posible, así que sitúa su cuerpo perfectamente perpendicular a la superficie y asciende, Colocándose en la posición perfecta para ver lo que está pasando en la construcción.

El kóbold que apunta con la ballesta cambia la dirección de la mira hacia Querelar. El draconiano parece tener un aspecto más higuiénico que cualquier otra clase de kóbolds. Va cubierto con un tapa rabos y de su espalda cuelga un caparazón de tortuga que emplea como escudo.

Su tamaño es mediano. La piel verde es escamosa y queda cubierta por unas manchas negras dándole un aspecto más imponente. Parece ser quién lleva las riendas del grupo mientras los gnomos no dejan de mantener sus posiciones defensivas.

-Hablo vuestro idioma... humano. Daré a vuestra amiga y largaos de aquí. No querer pelear-

Con un gesto de cabeza indica que suelte a la gnoma. El otro kóbold obedece y suelta a la pequeña Marpilla. La cúal encuentra el encuentro como un brillante momento para burlarse. Se sacude las ropas y saca la lengua al draconiano que le mantenía prisionera.

Tanto los gnomos como el par de kóbols están dispuestos a cumplir con el trato.

Llegas a tu destino, con una maestría que te soprende a ti mismo. Desde allí encuentras un lugar apropiado para apoyar tus pies y quedar de hurtadillas para examinarlo todo.

Tratas de seguir la conversación, y aunque no entiendes lo que les ha dicho Querelar parece que no quieren problemas...

Me quedo de piedra al ver la situación cuando piso el interior del edificio derruido encontrándome con un sinfín de ojos estudiándonos según vamos entrando, apostados tras mesas tiradas y con armas improvisadas la mayoría de esos pequeños gnomos. Sin embargo, la escena central con Marpilla como prisionera, no hace sino empeorarlo todo.
Los dos kobolds que se encuentran allí frente a nosotros parecen ser quienes mandan en aquella extraña comunidad de pequeños como-se-llamen.

Por suerte uno de los lagartos habla en el idioma humano y permite que Marpilla salga de la presa de su compañero. Instintivamente me relajo dejando de apuntar con mi arco y extiendo los brazos buscando el abrazo de mi amiga,que no parece llegar pues ella se dedica a regocijarse una vez se ve libre.

No quiero pelear, no hay motivo para hacerlo, pero tal vez podría ese kobold decirnos algo de lo sucedido con la caravana, si estaban aquí cuando sucedió... pienso sin atreverme a alzar la voz para preguntar sobre ello, limitándome a seguir con la mirada a Marpilla asegurándome de que esté bien en todo momento.

Enfundo mi estoque y doy unos pasos al frente para que me puedan ver.Alzo las manos hacia arriba,gesticulando que no quiero pelear:

Y nosotros tampoco queremos pelear.Digo sonriente,observando a todos.

Hemos visto unas carretas con caballos muertos y nos hemos acercado hasta aquí,por si había ocurrido algo...pero al parecer vosotros controláis la situación¿no?,le pregunto al kobold líder.

Gárret aprovecha la ventaja del sigilo y tensa el arco, apuntándolo directamente a la cabeza del jefe kobold... en caso de ellos intentar una artimaña, se quedarían sin coordinador del ataque.

Mientras Methgar está examinando la parte de atrás escucha que van a liberar a Marpilla, lo que le estraña pues nunca hasta ahora se había encontrado con un kobolt que no quisiera pelear estúpidamente. Ya que, al parecer, la lucha no va a ser necesaria decide volver junto a los demás para no alarmar a los kobolts y gnomos en caso de que la viesen.

Podrían haber sido ellos los que atacaron la caravana pero no están heridos y seguro que los guardias de la caravana sabían defenderse... además sus armas no parecen cuadrar con las heridas que tenían...