Partida Rol por web

La directora sonríe ante la explicación de Asriel sobre los peligros de las criaturas.

Si no lo recuerdo mal fue el año en el que entró la señorita Lovegood al colegio, pero nosotros tuvimos una serpiente capaz de matar con solo verte, y en este... universo como ustedes lo llaman tenemos criaturas capaces de extraer la felicidad y el alma de las personas con solo un beso... ahora vivimos una época de paz pero eso no hace que no sea un mundo peligroso, y dentro de todo los centauros son el menor de los peligros.

La directora se levanta y hace una reverencia.

Mierva Mc Gonagall, directora del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Si quieren una forma de llamarme pueden decirme profesora, supongo que será una buena idea lo que proponen, si hay espías de esta oscuridad de la que hablan lo mejor será utilizar apodos.

Luego se levanta y agarra un mapa del colegio, el mismo muestra las mazmorras, un laberinto interminable de túneles.

Señores, estas son las mazmorras del colegio, como pueden ver son intrincadas y es solo la primer planta, si yo quisiera esconder algo esta sería mi primer opción, de todas formas el colegio tiene interminables habitaciones ocultas con magia, pasillos, escaleras... perdón escaleras que se mueven, y un movimiento importante de magos jóvenes.

Se acomoda los lentes en la nariz.

No estoy segura de que buscan, pero si tienen un plan sería bueno escucharlo eso podría ahorrar un poco el tiempo de discusión.

Mientras el centauro nos dejo en la puerta del castillo, aparecio un mujer que al parecer iba a castigar a Luna pero al vernos inmediatamente dejó claro que nos reconoció como extraños. mientras todos hablaban decidí por una vez hacer lo correcto y quedarme lo más callado que podia estar. Mientrastodsa y cada uno hablan yo solo observo.

dejo que los más brillantes, Lord Asriel y Artemis hablen pero mi cerebro se desconecta un segundo y mi boca actua más rápido que mi cerebro al escuchar a la señora presentarse.

-!Minerva¡ como la personalidad de la diosa Athenea en Roma, acaso es hija de ....- casi al terminar la frase me di cuenta de toda la metedura de pata que hice y yo, muy mal educado, acabo de caer en cuenta que no me he presentado.

-Disculpe, que mal educado, me presentaré; mi nombre es Percy Jackson hijo del Dios Poseidón- luego recorde lo que dijo la señora de los apodos -en cuanto a los apodos a usar ustedes podrian llamarme como quieran; Annabeth me llama sesos de alga; pero no me gustaría no gusta mucho ese sobrenombre-

al terminar la frase y al ver todas esas miradas deconsertadas decidí volver a cerrar la boca, a parecer ya me habia hecho mucho daño al hablar.

Alzó una ceja curioso ante las palabras de Mcgonagall -¿Kringle? - se rascó la barbilla un poco, mientras fruncía los labios- así que aquí, quien vive en el Polo es un tal Kringle - se encogió de hombros- si lleva juguetes a los niños, me parece estupendo...

Después de que la directora se presentara, Norte hizo lo propio con una leve reverencia- Nicholas San Norte- después atendió a las palabras de la mujer y observó el mapa. Arrugó un poco la nariz -¿un plan? ¿eso estaba en el plan? - suspiró un poco, sin saber muy bien que sería lo más indicado. No estaba solo y su forma de actuar y ser igual... no veían bien ir a las bravas. 

llevando a un lado a Artemis y Lord Asriel les pregunte:

-creen ustedes conveniente contarles todo el plan a la profesora. yo le doy un voto de confianza y como máxima autoridad nos sera un buen alidado. Además que lleve el nombre de la diosa de la sabiduria y las tacticas de guerra, es una señal de los dioses-

Sonea se mantuvo callada durante las presentaciones de sus compañeros e igual cuando la mujer sugirió irse a hablar en un lugar "más privado". La chica caminaba mirando con atención todo su alrededor y no pudo evitar impresionarse cuando su guía dijo una frase extraña para esa estatua plumífera y les cedió el paso. <<Esto debe ser una clase de magia avanzada, aunque con nuestra propia voluntad habría bastado sin la necesidad de hablar>>, al pasar por la escalinata se le ocurrió que tal vez es una especie de código para que cualquiera no pudiese entrar. <<Como con los ladrones... Vaya, las cosas no cambian a pesar de ser otro mundo>>.

Los cuadros que se movían la asustaron un poco y miró a Lord Norte cuando por unos instantes la atención fue hacia él, pero agradeció en silencio que aquellos rostros desaparecieran. Miró con detalle a la anfitriona y esbozó una leve sonrisa, pues su intuición no había fallado y pudo corroborar que es una mujer muy poderosa, incluso digna de ser una Gran Lady en el Gremio de los Magos.

Miró a Artemis y a Lord Asriel cuando éstos hablaron para explicar su peculiar situación e intentó cruzar miradas co el hombre mayor para asentirle a modo de agradecimiento por dar nombre a los seres mitad caballo. Centauros, trataría de no olvidarlo por si los vuelve a ver. Después su sonrisa se hizo levemente más grande con Lord Geralt y con sus labios expresó un "gracias" al mismo tiempo que se sentaba. Le agradaba compartir equipo con él y Artemis, parecía que podrían llevarse bien.

Después centró toda su atención a la ahora presentada como Minerva McGonagall. <<Lady Minerva... Lady McGonagall... ambos suenan bien. Debe venir de una gran familia aunque su nombre sea corto>>.Le alivió que ella confiase en las palabras de unos extraños, ya que cualquiera que llegase con ese relato sería de dudosa procedencia; aunque en cualquier parte siempre habrá algo que descubrir y logre fascinar a quien sea. Confió en que al menos una parte del plan ha sido cumplido.

Esperó a que alguien más indicase el plan, no es buena hablando en público y más con una autoridad imponente como Lady McGonagall. Sonea cruzó los brazos y suspiró cerrando los ojos, concentrada en algo que quería hacer desde hace tiempo.

Sonea se concentró un poco mientras buscaba mediante su energía la esencia de Lord Geralt. <<Si debo confiar en mi equipo, tal vez esto ayude>>.

Al percibirla intentó atravesar la barrera mental que siempre está en los demás e intentó comunicarse. No eran palabras que se escuchasen, sino una idea que se formaba en ambas mentes y sólo ellos podían escucharlo, a excepción de otros telépatas.

-Lord Geralt... ¿puede escucharme?

La chica transmitía emoción y duda, pues ses la primera vez que lo hace fuera del Gremio y con un desconocido. Recordó al sachakano y le dio un escalofrío, debido a que esa experiencia no era muy alentadora.

Asentí ante las palabras de Lord Asriel, ese hombre demostraba tener criterio cada vez que hablaba. Luego  escuché el murmullo de Geralt y esbocé media sonrisa, me hizo gracia. Era increíble cómo podía seguir la conversación y todo lo que sucedía, sin olvidarse de algo tan trivial como una receta. 

Antes de que pudiera responder a la profesora, Percy y Norte hablaron, cada uno de sus cosas. Sonreí; entendía lo que debía ser para ellos encontrar cosas que eran tan semejantes a las de su mundo, pero a la vez tan diferentes, a mí me pasaba lo mismo... y ya me había sucedido antes, varias veces.

Me dediqué mientras a observar el mapa, a memorizarlo todo y grabarlo en mi cabeza*. Cuando al fin se hizo un corto silencio, vi que me había llegado el turno pues nadie parecía a gusto en el papel de narrador del plan: 

-Profesora, ni se imagina lo mucho que le agradecemos su ayuda en este asunto -comencé-; siempre es útil tener un aliado dentro del lugar en el que se pretenden llevar a cabo las cosas. Si decidimos utilizar apodos y no utilizar nuestros nombres reales puede llamarme Julius. 

Mi primer impulso había sido decir "Domovoi", pero se suponía que ese nombre debía permanecer secreto y, dado que "Potrillo" no era muy adecuado para un humano, ni siquiera en ese mundo, opté por la tercera opción más lógica, la del Comandante Remo quien, por lo visto, tenía el nombre más normal de todos los seres que yo conocía y que tenía más cerca, lo que me sería más fácil de recordar. Definitivamente, Julius sería un buen apodo.

-Puede que tenga usted razón -continué-, quizá las mazmorras y las habitaciones ocultas sean un buen lugar para comenzar a buscar. No tenemos nada, ni una pista; sólo sabemos que son cuatro objetos y, dado que no sabemos absolutamente nada más de ello, el plan es el siguiente...

No tenía muy claro si convenía explicarle todo el plan a alguien que acababa de conocer; sin embargo, Luna parecía confiar plenamente en ella y aquella mujer, además, irradiaba un aura de confianza y seguridad que había visto en pocas personas. Holly me había enseñado a confiar más en mi instinto y no sólo en mi cerebro y eso es lo que iba a hacer en aquellos momentos. 

Sopesando, además, las probabilidades -cosa que, por otro lado, mi mente no era capaz de evitar-, había decidido que valía más ganar una potencial aliada que evitar un potencial enemigo. Más aún si la aliada tenía el poder y el control sobre el lugar como lo tendría una directora. 

-Luna cree que, al ser cuatro objetos, podría pertenecer uno a cada Casa, cosa que, por lo visto, no sería la primera vez que sucede... así que nuestra intención era infiltrarnos en cada una de las cuatro Casas por grupos, alegando que somos, los más jóvenes, estudiantes de intercambio que vienen con sus profesores, los más adultos. 

-Además, estaría bien que pudiésemos decir que hemos sido seleccionados para pasar el tiempo en cada una de las casas de la misma forma que lo son todos los alumnos de aquí, aunque no sea verdad... eso daría pie a que los demás confiaran más en nosotros por aquello de las semejanzas con los iguales y las diferencias con los demás; igual así logramos algo más de información -mientras hablaba, más detalles del plan se iban perfilando en mi cabeza y los fui diciendo a medida que contaba todo.

-Nuestra idea es que se cree una especie de "asignatura extra" para nosotros sólo, como si fuera inglés para extranjeros o algo así, donde nos pudiéramos reunir todos juntos, sin nadie más que escuchara, para compartir cada día lo que hemos averiguado en cada Casa. El comedor o los lugares de reunión común no son muy óptimos para esto por la posibilidad de oídos o miradas indiscretos, por eso lo de la clase. 

-Por otro lado -continué-, para poder llevar esto a cabo, estaría bien que usted como directora validara nuestra entrada en el colegio como un intercambio más, normal y corriente. Además, estaría bien también que nos dijera en qué otras partes del mundo existen colegios como éste para que pudiéramos imitar un ligero acento los que seamos capaces. Y... creo que no me dejo nada...

Miré un momento a los demás, por si alguien quería añadir algo, pero aquello era básicamente lo que teníamos pensado desde el principio. Después, cuando estuviéramos solos, ya hablaría con ellos cómo hacer una revisión sistemática del lugar sin dejarnos nada, pero aquello eran detalles que, para la profesora, seguramente carecerían de importancia. 

Las palabras no son mi fuerte así que permanezco callada atenta a todo lo que allí acontece preparada para actuar si ello fuera necesario.

- Veamos a donde nos lleva tanta palabrería. - pienso.

Realmente me ponía dolor de cabeza estar escuchando todo el rato a Artemis hablar pero ... es lo que toca. Unos hablan y otros actuamos.

Leo el aburrimiento en los ojos de la niña. Es de las mías. Una soldado. Espera la acción y le sobran las palabras. Mientras los demás hablan me situo a su lado esperando el momento de empezar a actuar.

Stelmaria estaba aburrida, poco a poco aprendía los nombres de los dos patas, igualmente notaba un ambiente extraño en aquella cueva llena de poder estelar.

Miaaahhhh

Solto un bostezo sin problema, sin pudor a mostrar sus dientes, aún bajo el camuflaje, y comenzó a bañarse, los dos patas aún tenían mucho sobre higiene.

La líder de aquella cueva de aprendices guerreros despedía un aire felino, aun así, no era su líder.

La directora sonríe ante la decisión de Artemis al contar todo el plan de una, se para y los mira.

Señores, me parece excelente la idea, veo que Luna estuvo informandoles muy bien sobre como funciona el colegio y como podrían... "infiltrarse" en el mismo.

Camina un poco más y mira a la rubia a los ojos.

Pero parece que ella se le olvidó un pequeño detalle, en el colegio tenemos una habitación que aparece cuando alguien la necesita. Si mal lo recuerdo la señorita Lovegood se escondió con otros alumnos en ese lugar para preparar un ejercito, que librara una especie de guerrilla contra el mal que una vez intentó gobernar nuestro... "universo" como ustedes lo llaman, de todas formas hay otras personas que deben aceptar que se metan en sus casas.

La directora mueve su varita y 4 fantasmas aparecen en la sala. Una dama esbelta, un pirata, un fraile y un hombre cuya cabeza cuelga de un leve hilo de piel.

Perdonen que los convoque así, pero necesitamos a los lideres de las casas, y estoy segura que ustedes pueden encontrarlos lo suficientemente rápido. Necesitamos a Horace, Rubeus, Filius y Pomona.

Diciendo esto los fantasmas desaparecieron a través de las paredes.

Ahora, mientras los profesores llegan, me gustaría preguntarles, ¿en que casa les gustaría estar? supongo que si Luna les explicó todo esto ya tendrán una idea.

-Asentí ante las palabra de la profesora y mi cuerpo se relajó ligeramente. Había acertado contándoselo todo desde el principio.

-Me gustaría escuchar más sobre esa habitación, ciertamente -respondí.

-Respecto a qué casas queremos ir, teniendo en cuentra nuestras habilidades y algún factor más y en base a lo que Luna nos ha contado -añadí mirándola- hemos decidido lo siguiente: con ella, a Ravenclaw , deberían ir Arya y la señorita Ivashkov -comencé señalando a todos los presentes mientras enunciaba de nuevo sus casas... aquello era como un dejavú.

A Hufflepuff, el señor Norte y el señor Alatriste. En Griffindor deberían infiltrarse Percy y el señor Asriel y, por último, el señor Geralt, la señorita Sonea y yo deberíamos ir a Slytherin.

Estaba recostado contra el respaldo de la silla con la nuca apoyada en la madera, el pelo blanco cayendo tras ella y con la vista perdida en el alto techo de la estancia, distraído de la conversación, meditando sobre los sistemas de guarda del castillo.

¿Por qué caramelos de limón?

De repente una sensación de duda que no era mía, pues solía sentir curiosidad científica por casi todo pero duda jamás, me invadió.

¿Escuchar? ¿¡Pero qué!?

Mi cabeza volvió a su postura natural y miré con el entrecejo fruncido a izquierda y derecha, buscando, y pronto lo entendí. Era ella.

Maravilloso

Una sonrisa de orgullo casi fraternal se dibujó en mi rostro. Mis ojos dorados se posaron sobre la joven hechicera de piel blanca y cabello oscuro.

Es impresionante. Nunca nadie había logrado penetrar en mi cerebro, el talento de esta joven es inaudito.
Estaba pensando en ello sin tener en cuenta que probablemente la capacidad de la joven iba más allá de trasladar un mensaje, era probable que incluso estuviera "leyendo" lo que estaba pensando.

¿Cómo se supone que comunico? ¿Acaso lo estoy haciendo ahora?

Acerqué mi mano a la cara para rascarme la patilla mientras pensaba en ello.

- Te escucho - dije a la vez que asentía con la cabeza. Si no recibía mi mensaje, por lo menos sabría que yo si la había escuchado - ¿qué es esa sensación? ¿eres tú?

Clavé el codo en el apoyabrazos de la silla y me llevé una mano al mentón, mirándola pensativo.

Al terminar de hablar me percaté del gesto de sobresalto de Geralt. Desde el primer momento en que lo había visto, había aprendido a confiar en los instintos de ese hombre. Lo miré, con el ceño fruncido, haciéndole un gesto apenas perceptible con la cabeza, como preguntando si sucedía algo extraño o iba todo bien, esperando que me entendiera son palabras.

Sonea no pudo evitar sonreír a manera de satisfacción con todo lo que estaba pasando. Por un lado prestaba la debida atención a lo que decían Lady McGonagall y Artemis respecto al plan, pues parece ser que todo marcha bien y ya lo que quedé estará en las manos del equipo; y por otro lado, sus pensamientos iban y venían con un mar de alegría y dudas. <<Lo he logrado. En momentos de emergencia esto ayudará>>.

Se llevó una mano a la boca con la reacción de Lord Geralt para evitar reír como una chiquilla y que los demás no se dieran cuenta, y a su vez le devolvió un asentimiento con su cabeza al hombre de cabellos claros. A Artemis le miró como si le indicara que luego le diría y espero a que alguien más hablase o agregara ideas a la propuesta, pues por el momento ella no tenía nada que decir.

Asentí ante su gesto, hubiera sido lo que hubiese sido, había sido ella. Me relajé un poco. Luego me contarían, supuse. Asentí casi de manera imperceptible a Sonea y esperé a ver si llegaban esas personas de las que había hablado la profesora, los responsables de cada casa. 

-Lo escucho bien. Casi un poco mejor a que si habláramos con la voz. Y sí, esas dudas son mías. No sabía si podría llevar a cabo esta habilidad en este mundo, pero parece que es posible.

Sonea no pudo evitar reflejar emoción e incertidumbre, pues comprobó que la telepatía es una capacidad latente en ese universo. Pero ahora Lord Geralt podía sentir que de ella emanaba cierto recelo y era fácil de saber por qué dada esta comunicación: falta de confianza.

-Aún me cuesta controlar las emociones en este tipo de conversaciones. Disculpe si es invadido por ellos.

Ahora se percibía cómo intentaba controlarse.

-Cuando se habla de esta manera, no es la forma literal como cuando se usa la garganta. Es más bien como si formaras una idea y ésta se concibe de una manera en la que ambos entiendan. Además, puedo acceder a las memorias de cualquiera...

La estabilidad de Sonea se sintió lúgubre por unos momentos y se vio la imagen de ella misma tocando la frente de un desconocido. Lo eliminó rápidamente antes de que se entraran los detalles.

-Pero es algo que no me gustaría hacer. Además, si estaré con usted en equipo, creo que será de utilidad generar un poco de confianza. No se preocupe, no quiero ver los recuerdos de nadie. Eso es una falta de respeto.

Lord Asriel no había pronunciado palabra, había delegado eso a otros, y solo cuando aparecieron aquellas entidades fantasmales, solo en ese momento pareció volver a interesarse en lo ocurrido.

Seres minus vivos, podrían ser muy útiles.

Resistió el impulso de reclutarlos, o de saber todo acerca de ellos, aun así, mentalmente se recordó tratar de estudiarlos, por ahora solo debían poner atención.

Para ayudarse mentalmente se movió al lado del joven que le asignaron.

Joven Percy, parece que estaremos en el mismo equipo –Extendió su mano en un saludo de manos. Sera inspirador ver en acción a un joven que no teme a la magia.

- ¿Una habitación que aparece cuando alguien la necesita? - pienso entre la fascinación y el miedo irracional por la imposibiliad de entender como diantres pueden hacer esas cosas. ¿Como harán eso?

Definitivamente este mundo es totalmente diferente del mío. Tendré que estar con los sentidos más alerta de lo habitual.

- Más bien a un joven estúpido que no le teme a nada. - pienso al escuchar a Lord Asriel.

Por lo menos con esa distribución de grupos me libraré de aguantar al egocentrista de Percy y a la verborrea de Alrtemis.