Partida Rol por web

A Sonea no le pasó por alto que a Lady Luna se le refiriera como “lunática”, por lo que prosiguió en su silencio hasta que el que parecía el jefe de esas criaturas se ofreció a llevarlos al castillo. La joven aprendiz hizo una reverencia en agradecimiento por el gesto y guardó distancia prudencial  mientras seguía observándolos para sacar conclusiones; a la par quiso expandir el escudo que protegía a Artemis, Lord Geralt y a ella, pero sin saber cómo su voluntad rechazó su petición y permaneció sólo en ellos tres.

Afortunadamente su magia era invisible y sería complicado que alguien lo hubiese notado, por lo que al percatarse de su fracaso optó por una expresión neutra y continuó caminando. <<Deben ser los nervios>>, se dijo a sí misma, pues es normal fallar de vez en cuando en algo que ella debe dominar si se enfrentan a situaciones extrañas.

Lady Luna se convirtió en la líder del equipo, por lo que se acercó a ella hasta quedar a tres pasos de su espalda a la vez que recorría con su mirada el bosque. Sólo espera que no sea una emboscada o algo similar.

Con su eterna sonrisa, siguió al grupo. Era el turno de Luna guiarles, así que le pareció bien seguir desde atrás. Asintió en agradecimiento a los centauros, unos seres magníficos. Cuando todo terminase y volviese a su mundo, buscaría por Grecia, solo por la curiosidad que se había despertando en él.

Sonreí cuando el señor de la cicatriz en cara me pregunto por las Grageas Berttibots.

-no creo ni que ella misma lo sepa-dije soltando una risotada.

Seguimos caminando hasta llegar a la entrada del bosque prohibido.

Me volví hacia Bane para hacer una reverencia y darle las gracias.

Cuando el grupo llega a los limites del bosque los centauros se detienen.

Dijimos muy enserio lo de que no nos involucrábamos en problemas humanos así que aquí es donde nos quedamos, mucha suerte con su misión y espero que la directora los ayude, miren allí está.

El hombre señala a una mujer de pelo cobrizo que los mira en la puerta con cara de pocos amigos.

No, no recuerdo a ningún Quirón... ¿otros mundos? imaginaciones de niños, vamos volvamos al bosque.

Los centauros volvieron al bosque dejándolos solos con la directora.

La directora caminó hacia el grupo y empezó a decir.

¿Señorita Lovegood que hace afuera a estas horas? 20 punto menos para Rav...

Se quedó de piedra al ver al resto.

Ustedes no son alumnos, y supongo que sería injusto castigar a la señorita Lovegood sin una explicación, así que cuando quieran denme una y vemos como arreglamos este asunto.

La directora los mira atentamente.

Conozco a mis alumnos así que no les va a servir de mucho pasarse por ellos, pero aún así pueden tener una buena explicación.

Vi a la profesora McGonnagall y corrí hacia ella cuando justo iba a quitar 20 puntos a mi casa:

-profesora, ellos vienen de otros mundos….-dije a modo de toda respuesta y añadí-y creo sinceramente que este no es el mejor sitio para hablar de esto, profesora….-mirando a mí alrededor con algo de miedo.

Luna tenía razón así que me acerqué rápidamente a su lado y me presenté ante la profesora lo más educadamente posible:

-Buenas noches, mi nombre es Artemis Fowl II -no tenía muy claro si debía tenderle la mano o no así que, en lugar de ello, puse una mano en el hombro de la joven maga y continué su explicación-: gracias por querer escucharnos antes de castigar a Luna, directora. No ha sido culpa suya el desaparecer y aparecer en este momento, de hecho, ninguno de nosotros ha decidido el cuándo. Tenemos una explicación muy interesante para todo y, sin duda alguna, importante sobremanera, sin embargo ella tiene razón. Necesitamos su ayuda, directora, y necesitamos explicarle todo en un sitio en el que estemos completamente seguros de que nadie nos ve ni nos oye. 

Me pasé una mano por el pelo, retirándome el oscuro flequillo de los ojos y no aparté la mirada de la suya, expectante. Ése era, no había lugar a la menor duda, un momento crucial. Si lográbamos la ayuda de la directora, sería todo mucho más fácil que si teníamos que hacerlo todo a hurtadillas. Era necesario convencerla de nuestra causa, como fuera. 

Mi sentido de la moda grita en mi cerebro al ver la manera en la que la Profesora iba vestida. Ni siquiera Jackie, mi profesora de Historia de las Civilizaciones - y de brujería en nuestro tiempo libre - se tomaba lo de bruja tan a pecho. Creo que vamos a tener que prepararnos mejor para nuestros próximos... viajes.

- Mi nombre es Sydney Sage Ivashkov, Profesora. - dije, haciendo una leve inclinación de cabeza. Miré a la gallarda mujer detenidamente, a pesar de su edad, el aire de poder y su actitud regia me decían que era una persona en la que se podía confiar. - Tal como dice Artemis, tenemos mucho de qué hablar, y necesitaremos su ayuda para lograr nuestro objetivo en este lugar. - Miré a Luna, y en su rostro vi confianza. Eso me dió seguridad. 

"Tal vez esta misión no sea tan difícil, después de todo."

Sonea observó cómo aquellas criaturas se retiraban y no pudo evitar sentir cierto respeto hacia ellos. Eso sí, algo llamó poderosamente su atención y no pudo evitar fruncir el ceño: “mucha suerte con su misión y espero que la directora los ayude”. ¿Acaso no habían dicho que sólo buscaban… un animal y que se perdieron? ¿Cuándo se mencionó que necesitaban  a la directora? Claro que Percy no tuvo cuidado al decir “en este mundo”, pero para ella no es suficiente como para que saquen ese tipo de conclusiones.

Apenas iba a comentárselo a los demás cuando una mujer de edad avanzada llegó hacia ellos y de cierta manera no le sorprendió que los reconociera como extraños y no como alumnos de rostro olvidadizo. <<Debe ser la directora…>>, pensó admirando cómo una mujer ostenta un cargo muy importante. Siguiendo sus protocolos hizo una reverencia educada y siguió el ejemplo de sus compañeros.

-Efectivamente, Milady. Provenimos de otros mundos… mi nombre es Sonea, una aprendiz de magos. Gracias por querer escucharnos.

De esta manera, la chica desvaneció el escudo con el que se protegía, a Artemis y Lord Geralt. No creía que fuese necesario más cuidado hacia ellos. <<Además, debo guardar energías para la misión >>.

Asriel miro a la profesora y le dedico una amplia sonrisa, como todos se presentaban decidió seguir la corriente. Aun así ya había reunido varios datos sobre ella, uno lo dieron los centauros al señalarla como directora, otro ella misma al salir en persona, cualquier rector con tiempo en su cargo delegaría sus tareas, y el ultimo Luna, al llamarla profesora, lo que indicaba que aun daba clases o dio clases hasta no mucho tiempo.

Lord Asriel Directora. Es un placer conocerla.

Enarco las cejas al ver que Stelmaria realizaba una reverencia felina, era raro que su Daimonion mostrara respeto a un humano.

Creo que le explicaran la razón de nuestra visita, por el momento sobra decir que venimos todos en grupo. Incluida a… mi mascota.

Dijo eso ultimo con una sonrisa y soporto la mirada de Stelmaria, ya que esta no parecía contenta con el comentario. 

Los hombres caballo cumplieron con su palabra y nos guiaron hasta el castillo.

Ese lugar debía disponer de sistemas de guarda mágicos, pues aquella mujer a la que Luna llamó profesora parecía estar prevenida ante su llegada.

Le dio una reprimenda a Luna en cuánto la vio, lo cuál me desagradó bastante y así se reflejó en mi rostro.

Me crucé de brazos y me mantuve en mi posición, en silencio, para evitar soltar veneno por mi boca y evitar comprometer a la pequeña bruja.

Estando así sentí desaparecer la energía de Sonea que había estado rodeando mi cuerpo. Miré a la hechicera para asegurarme que estaba bien. Sí, parecía tranquila.

Siguió al grupo hasta las puertas del imponente castillo. Arqueó una ceja observando la estructura y bajó la mirada a aquella mujer, que tenía cara de pocos amigos. Empezó a regañar a Luna -pobre muchacha- y no pudo evitar dibujar una "o" con los labios cuando la mujer les descubrió -¡JÁ! que mujer más astuta - hizo una leve reverencia a la profesora - Nicholas San Norte, mi señora. Un placer y como dice nuestros compañeros, no somos de aquí. - Se meció un poco la escasa barba que tenía - y si, deberíamos hablar en un lugar "más seguro"

Miro a la directora y tras una leve inclinación de cabeza me presento.

- Arry. - digo sin más sin mover mi mano discretamente apoyada en la empuñadura de la espada.

No tenía intención de desvelar mi verdadero nombre hasta saber en quien podía confiar plenamente.

Desde que entré en ese extraño lugar no le quité ojo de encima a esa señora que parece acostumbrada a mandar. La vida me ha enseñado a  no dar mi opinión si nadie la pide. Soy un soldado, veo, oigo y obedezco. Así que dejo que estos señores tan lenguaraces lleven la conversación.

La directora entendió enseguida las necesidades del grupo y giró sobre sus talones.

Entonces lo mejor es no hablar aquí, necesitamos privacidad, siganme.

La profesora abrió de par en par las puertas y entró al castillo con el grupo tras ello, rápidamente caminó hacia una escalinata escoltada por una estatua con forma de aguila o un ave grande y le habló a la piedra.

Caramelos de limón!

La piedra se apartó y dejó el paso a la escalinata, al llegar a la parte superior de la escalera vieron una habitación llena de cuadros, los mismos se movían y hablaban, pero uno de ellos se quedó mirando a norte con sorpresa.

¿Kristopher? ¿Profesor Kristopher Kringle? Parece muy joven, demasiado inlcuso para ser un hombre de más de 1000 años!

McGonagall miró a la mujer del cuadro.

Rowena, el señor Kringle sigue viviendo en el polo norte, además de que posee una larga barba blanca, el hombre que tenemos adelante es claramente otra persona, aunque son muy parecidos.

La directora ocupó su lugar en la mesa del director y sacó su varita, con un rápido gesto invocó sillas de madera para todos.

Bueno señores, soy toda odios... disculpen.

Movió la varita de nuevo y todos los cuadros desaparecieron.

Ahora si estamos solos, pueden hablar libremente.

Notas un poder mágico enorme en la mujer, además de eso te das cuenta de lo siguiente:

Notas que es una mujer muy respetada en este mundo, además de que es una persona seria, si bien tiene sentido del humor es algo que pasa muy desapercibido en momentos de seriedad y de complicaciones.

Además te das cuenta que una cualidad importante para ella es la justicia, no es alguien que tenga miedo de hacer lo que se debe hacer, a pesar de que ella misma salga perjudicada por hacer lo necesario.

Noté que el hechizo de protección de Sonea desaparecía y la miré, al igual que hizo Geralt, pero ella parecía estar bien, así que supuse que no percibía ningún peligro. Seguimos a la profesora hasta lo que era, evidentemente, su despacho. Me fui fijando en todas partes para asegurarme de que no había miradas indiscretas que nos vieran, ni nada por el estilo.

Cuando llegamos arriba y la mujer del retrato habló, levanté una ceja, en señal de sorpresa, pero a aquellas alturas, nada iba a dejarme ya con la boca abierta. Más se elevó aún mi ceja cuando la mujer pareció reconocer a Norte, sin embargo la respuesta de la directora me hizo pensar. 

Muy posiblemente en algunos de nuestros mundos tuviéramos "alter ego" muchos de nosotros, de ahí que no fuera la primera vez que sucedía algo así. Y el señor Norte, por lo visto, estaba muy solicitado en todas partes... lo que hace la Navidad. En fin...

Me aclaré la garganta.

-Gracias, directora -agradecí, sentándome en una de las sillas; decidí no tentar más a la suerte e ir directa al grano- verá, necesitamos su ayuda con una misión que tenemos entre manos. 

Miré a la mujer de arriba a abajo, midiéndola y midiendo milimétricamente mis palabras. Luego observé a Luna por unos segundos, ella parecía confiar en la mujer así que decidí ser totalmente sincero con ella. 

-Todos nosotros hemos sido "elegidos" -hice el gesto de las comillas con los dedos, mientras abarcaba con la mirada a los presentes- para formar parte de un grupo de personas... bueno, pertenecientes a diferentes universos. Digamos que vivimos en un multiverso en el que muchos mundos están interconectados. A este respecto, creo que Lord Asriel puede darle los detalles mejor que yo, así que me limitaré a contarle qué hacemos aquí:

-Existe una fuerza, una fuerza oscura, que puede llevar a la destrucción de uno, varios o todos nuestros mundos de forma relativamente inminente. Una fuerza que en un sólo mundo no seríamos capaces de combatir. Así que la persona que nos ha unido tiene un plan para acabar con esta sombra y, para ello, es necesario que llevemos a cabo ciertas misiones en todos los mundos. 

-La primera es, por así decirlo, una misión de recuperación. Hemos de localizar cuatro objetos escondidos en este castillo, en su colegio, Directora, y esperábamos que nos ayudase en nuestro cometido. Tenemos un plan para ello, si está dispuesta, se lo explicaré. 

-Oh, y por cierto, no castigue a Luna...  -sonreí sinceramente- a todos nos llevaron al lugar de reunión sin que pudiéramos elegir el momento, no fue culpa suya el desaparecer y aparecer así. De hecho, no tuvo elección a ese respecto, como ninguno de los demás. 

Las cartas sobre la mesa. Aquel castillo era demasiado grande y estaba demasiado vigilado mágicamente (como habíamos podido comprobar) como para andar tratando de infiltrarnos por nuestra cuenta. Si podíamos... no, necesitábamos la ayuda de la Directora, fuera como fuese. Así que lo mejor era contarle toda la verdad. A lo largo de mis años de aventuras había aprendido que la verdad era una de las mejores armas que podía tener, así que en aquel momento no se me ocurrió nada que pudiera tener mayores posibilidades de éxito. 

Mientras esperaba la respuesta, palpé con cuidado el bolsillo interior de mi chaqueta de Armani, comprobando que el comunicador del señor Finch aún estaba allí. Cuando hubiéramos logrado ganarnos la ayuda de la profesora y ya estuviésemos todos acoplados en nuestras "casas", como las había llamado Luna, lo llamaría. 

Lord Asriel escuchaba, y de no ser por las indicaciones de la joven Luna, desembuchar el propósito siendo un primer encuentro hubiera parecido absurdo, sino suicida.

¿Cómo podría descartar que ella fuera la verdadera directora?

Sencillamente le era imposible. Aun así admiraba la arquitectura, como los artefactos que se mostraban, las fotos le fascinaron, en especial el habla, pero se interrumpió cuando el joven lo menciono.

Lo explicare luego Artemis, creo que algo como otros mundos no sería tan raro para gente que usa magia.

Dicho eso miro de reojo la varita, pero centro su atención en sus compañeros.

Si me disculpan, debo aclarar algo.

Se dirigió a los demás y comenzó a hablar, aún tenía en sus venas algo de maestro.

Para los que no lo sepan, en este “mundo” existen criaturas, seres, o como gusten llamarlos. Que no existen en donde ustedes viven, y les resulten tan raros como imposibles.

Los Centauros son seres mitad caballo del torso hacia abajo y la otra… ya los han visto, tienen intelecto, y posen culturas, pueblos, todo lo necesario para considerarlos una especie consiente.

Miro al hombre español, Alatriste, la joven rubia, Syndey, y a las dos niñas, esperando que pusieran atención.

Sean cuidadosos cuando encontremos alguna especie que desconozcan, los centauros son tan diestros en el combate que en muchos mundos son enemigos de los humanos, sin obviar que su fuerza es superior. Esta vez corrimos con suerte, al parecer este mundo es pacifista de cierto modo.

Su voz se torna autoritaria para el grupo, pero su mirada seria incluye a los demás.

Algunas especies, son tan maquiavélicas como el peor de los humanos y algunos lugares son tan herméticos que decir algo extraño, como otros mundos o desconocer su cultura, podría poner en riesgo su vida.

No toquen o crean interactuar con cosas que desconozcan, hay seres tan diminutos como un pulgar en muchos mundos con veneno para matar a muchos humanos, igual hay maldad, cosa que todos conocemos.

Creo que deberíamos actuar como la pequeña Arry –mira complacida a Arya. No den sus nombres, todos ustedes, en muchos mundos con magia, el nombre es poder.

Los que no tengan protección mágica, inventen un nombre.

Se vuelve hacia la directora, pidiendo una disculpa con su sonrisa.

Ahora sí, podemos ultimar cualquier detalle que guste directora, el plan lo podrán explicar mis compañeros, pero antes que nada.

¿Cómo podemos llamarla? No creo que nos presentaran formalmente. 

En cuanto empezamos a seguir a esa mujer pude constatar lo que ya sospechaba. Aquél castillo estaría plagado de sistemas de guarda y alarma.

Caramelos de limón ¿Será cuestión de probar suerte con la próxima contraseña? Probaré con consomé de manzana...

Por si fuera poco, incluso los cuadros parecían cobrar vida en ese lugar, jamás había visto nada semejante. No pude evitar enarcar una ceja ante tal situación.

Cuando llegamos al lugar la mujer tomó asiento y de un golpe de varita amuebló la habitación entera, sería una tabernera de lo más útil, sin duda.

Cuando vi que el joven Fowl empezaba a hablar le acerqué una silla a Sonea y yo también tomé asiento, pues sabía que el asunto iba para largo.

Caramelos de limón...

Y para cuando terminó, Lord Asriel le tomó el relevo. Aunque no pude prestar demasiada atención, tenía otras cosas en la cabeza.

Caramelos de limón...

Cuando el hombre hubo terminado miré a izquierda y derecha y, al ver que nadie intervenía le di un leve golpe con el codo a Luna.

- Señorita Lovegood - carraspeé levemente - no se olvide de mi receta.