Partida Rol por web

Pasais la noche maldurmiendo entre pesadillas y malos sueños. Tuneles negros como bocas demoníacas os engullen una y otra vez mientras viajais en un tren hecho de carne, huesos y venas negras palpitantes, el anciano os observa desde la lejanía al pasar las estaciones, con la mirada fija en vosotros, atravesando vuestra alma y corrompiendola, despertais sudorosos con la esperanza de que todo fuese una pesadilla, pero lamentablemente, la marca sigue alli, arraigada en vuestro abdomen retorciendo la carne de alrededor de una forma cruel y pagana...

Despertáis en el piso del señor Molineux, cansados como si no hubieseis dormido en absoluto. Tras asearos y prepararos, bajais a desayunar a un Café cercano.

El dia esta ceniciento, con nubes plomizas completamente estaticas sobre los caracteristicos tejados parisinos, a lo lejos, al final de la calle, se puede ver la torre Eiffel asomando detras de los tejados, lo alto de la inmensa estructura se pierde entre la niebla de las nubes, tal es la poca altura a la que se encuentran.

La camarera os trae café y Croissants para todos, ademas de pan tostado, mantequilla y queso. El cafe esta considerablemente lleno a estas horas de la mañana, todo tipo de personas entran y salen comprando bolleria y cafe caliente inundandolo todo de un olor muy agradable que os despierta algo de hambre, a pesar de las circunstancias.

Cuando la camarera se aleja y os quedais solos, Molineux os mira y dice:

-Bueno, sera mejor que vayamos hablando sobre cual es el siguiente movimiento que vamos a dar..., ¿donde creen que deberiamos ir primero?- pregunta mientras da un sorbo a su café

Levanté la mano tal y como si estuviera dentro de la universidad mientras decía

Pienso que el movimiento más sensato sería... investigar quién es ese tal "Moreau" , algo es seguro, y es que aunque no nos acordemos... estuvimos ahí, en su fiesta privada.

Miré cabizbajo a la mesa ¿Cómo? Eso ya no lo sé, sólo lo deduzco...

-Pues me parece una idea fantastica señorito Jean- dice con cierto tono de alegría Adela Simons mientras escoge cuidadosamente uno de los Croissants calientes de la bandeja

-Para empezar, ¿alguien sabe donde demonios esta el hotel en el que supuestamente se celebro esa "maravillosa" fiesta?- dice con ironia

no, pero podriamos preguntarle a algun taxista por donde esta, con la excusa de que tenemos algun familiar alli.

Y si de camino pasamos por la estacion de tren podriamos preguntar si el tren del 7 de noviembre  tuvo algun percance...

mientras tomo el cafe espero que el bulto del estomago no aumente y me preocupo por no saber el tiempo que nos queda

Me acerco a la mesa y con un tono suave y no muy alto y digo​

Con el ceño más fruncido de lo habitual y los ojos enterrados en profundas ojeras, Georg parecía un búho que estaba teniendo un día de perros. Apenas había pedido un americano (prefería un café aguado a arriesgarse a jugar con su estómago) y mordisqueado una tostada con mantequilla, pues era de esas personas que amanecen sin demasiada hambre y que prefieren un desayuno ligero. Tuvo la suerte de almorzar en una cafetería y ahorrarse tener que explicar por millonésima vez que no por ser alemán iba a engullir ya de buena mañana un desfile de carne grasienta, pan y sabe dios qué más. Para más inri, sentía como si alguien le estuviese dando martillazos en la cabeza; si normalmente no tenía buen despertar, aquella vez era de las peores.

Miró a Le Brun y su brazo levantado y después a los demás; tardó un tiempo en contestar. Su voz todavía estaba pastosa a pesar del americano, y se notó la voz ronca:

—Herr Summers, esa me parece una muy buena idea. Sin embargo, y si a Herr Molineux no le importa, hay una llamada que tengo que hacer. Mi primo es marchante y conoce bastante bien la ciudad, si ese hotel no le suena ni tampoco al tal Moreau, probablemente sepa de alguien que pueda ayudarnos. Ahora si me disculpan —dijo, mientras retiraba su silla hacia atrás y se levantaba pesadamente —, hay una cosa que tengo que hacer urgentemente. ¿Alguien tiene un cigarro y un encendedor?

Necesitaba un rato a solas con sus pensamientos. A duras penas recordaba cómo habían llegado al apartamento del señor Molineux, y mucho menos haber arrastrado su dolorido cuerpo hasta aquella cafetería. Ansiaba con ganas poner en orden su cabeza y sentir cómo todo se esfumaba con cada bocanada de humo. 

-No es por asustarlos pero en mis pertenencias he encontrado un cuchillo ensangrentado, el cual no recuerdo haber tenido antes- digo mientras discretamente les enseño una parte del cuchillo para evitar fisgones fuera del grupo, era algo raro en el tener un cuchillo a su alcance, ya que si tenia que hacer un trabajo siempre confiaba mas en una pistola, pero viendo en las circunstancias en las que estaba envuelto creía que seria mejor que todos lo supieran que portaba tal arma con el.

Llevo bastante tiempo sin decir nada, sin inmutarme, pensando que esto era mas que un sueño, un estado de sueño profundo y largo, y horrible, no podría entrarme en la cabeza que, esta locura, estaría ocurriendo, esta marca, esta gente peculiar, el asesinato.. !UNA FIESTA¡ Yo... en una fiesta de esas.. por dios... toda esta locura me saca de mi linea de siempre y me animo a mantener comunicación:

-Llevo desde poco siendo medico, soy Boris Mac, disculpad la mudez... pero pienso mejor en silencio, pero aun asi... las malas sensaciones, las marcas, la amnesia... nada esta relacionado, y aun para mas, el asesinato... estoy, muy nervioso, ademas... de no estar acostumbrado a hablar en grupo... lo siento, la situacion me puede, solo vivia en una biblioteca... nada mas-

Aun siendo un medico licenciado, no significaría que pudiese hablar con normalidad con la gente, bajo la cabeza, e intento racionar. Mas tarde, intentando obtener algo de atención, viéndoles al grupo, completo para los ojos

-Por mi, mejor comenzar por el hotel, creo que en la estación, no vamos a encontrar mucho, ademas, necesitaríamos tambien recojer información del caso, tanto del escenario como del difunto descuartizado, puedo comprobar la magnitud de la brutalidad-

Tras el descubrimiento que nos facilito uno del grupo, no pude evitar pedirle algo:

-Mas tarde, cuando esteamos en un lugar mejor, dejame analizar bien el cuchillo, espero despues, recibir informacion, o ver el cadaver, tendre que mover contactos. Y siendo sincero... estamos muy mal gente, hasta el cuello de agua-

Mi mirada se desencajó completamente mientras me esforcé por no gritar llevándome la mano a la boca.

Miré al señor Starks como si estuviera viviendo una pesadilla, pero era la realidad.

¿Entonces... lo hemos hecho?  ... llevé mis manos a la mesa tratando de tranquilizarme.

Lo único que me reconfortó en esos momentos fue escuchar hablar al Señor Boris con las palabras: "Biblioteca" y "Vivir".

Me muevo hacia Jean Le Brun, con ojos de conmocion:

-Vendo esto... posiblemente joven, posiblemente, pero no hay que hacer ideas equivocadas, hay que ver que ha llegado a pasar. y sobre todo, no hacernos mas sospechosos de lo que ya somos. no creo que aquel policia sea el unico que esta detras nuestra... pero... por que un heladero?- 

Le estiéndo el brazo e intento calmarlo con algo de contacto Humano, tal cual mostraba uno de mis libros.

Levanté la cabeza y toqué el brazo de Boris a la vez que le sonreía

Tienes razón... suspiré profundamente y me llegué a tranquilizar un poco.

Ya levantado, esperando a que Chevalier le contestase y que alguien respondiese a su petición de tabaco, miró de hito en hito a sus compañeros. Vio el cuchillo que había sacado el tal Starks y cómo Le Brun reaccionaba conmocionado. También era la primera vez que Mac hablaba desde hacía tiempo. La noche anterior no había podido responder a nadie, quizás por la impresión o, como el decía, por su timidez.

—Pues claro que Herr Mac tiene razón, ¿un asesinato nosotros? Mumpitz!— dijo Georg, hastiado ya con el tema —Frau Simons, usted había dicho que trataba el género del suspense en sus novelas, ¿verdad? ¿Cree usted que todo esto podría ser una pantomima para incriminarnos?— preguntó, casi con un aire divertido pese a su mal humor.

-Lo mas coherente es que algún por así decirlo "Enemigo" en común este tratando de incriminarlos- les digo a los presentes en la escena, luego le doy un sorbo a mi café y les digo : -Solo por curiosidad ¿han tenido pesadillas esta noche? -

Miro a mis compañeros absorto despues de todo lo que esta pasando y de pronto veo que Ricky saca un cuchillo que ha encontrado entre sus pertenencias, me pongo palido y pienso que si realmente hemos hecho lo que nos acusaba el policia.
Empezamos a ver cual puede ser la solucion o el motivo de esto y contesto
pero como podemos tener nosotros un enemigo en comun, desde cuando nos concemos
Yo llevo más de 5 años en egipto y antes en jerusalen, creo que es muy dificil o casi imposible.
A mi me parece más que hemos coincidido todos en un lugar a una hora y lo que ha pasado en ese lugar nos ha vinculado a todos, es mas les recuerdo que el joven parece ser tambien aparecio con nosotros y tambien incosciente, tambien el chico tiene un enemigo comun con nosotros y esbun asesino.
Aqui hay algo que no entendemos o que nos falta y no sabemos que.
Señor starks que yo recuerde no he tenido pesadillas, pero si usted si cuentela por que ya todo me parece que son pistas.

-Soy escritora de novelas de misterio señor Zimmerman pero creame que esta las supera todas...- dice Adela haciendo un aspaviento

-Primeramente averiguemos donde esta ese maldito hotel de nombre impronunciable... y de camino pasemonos por la estación...¿cree usted señor Zimmerman que su colega podria decirnos donde se encuentra el susodicho hotel?- pregunta con curiosidad

-No le conozco demasiado señor Starks pero, pienso que en efecto alguien esta intentand "cargarnos el muerto" de algo que no hemos hecho...todo esto no es mas que una siniestra conspiración por parte de alguien...- hace una larga pausa antes de decir -...aunque maldita sea, que me parta un rayo, ¡no tengo ni idea de quien!-

Girandose hacia Boris Mac dice -Me imagino que el heladero no es mas que una pobre alma que debia estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado...o vaya usted a saber, ¡quiza el heladero estaba metido en algo mucho mas gordo, y pretenden como bien dice aqui esta noble anciana, incriminarnos de todo de forma injusta...-

-Oiga, ¿que diantres es eso de anciana?- dice muy ofendida Adela Simons -¡Yo me encuentro en la plenitud de mi segunda...o tercera juventud...!-

-Mis mas sinceras disculpas Adela... por favor, no queria ofenderla...- dice algo avergonzado

-Esta claro que esta usted bella como una flor entrada en primavera, y que el verde de sus ojos, no tiene parangón con esmeralda alguna...- recita de forma poetica y altanera

-¡Por Dios Santo señor Molineux! cualquiera diria que esta usted intentando cortejarme...- dice burlesca Adela

-Lo lamento joven, pero no es usted mi tipo de hombre- dice entre risitas

-Es usted demasiado...viejo para mi gusto- declará en un tono entre el humor y el rencor

Loumiere Molineux baja la mirada sonriente pero avergonzado, aceptando su derrota

—Creame, Frau Simons, que mi primo Egon, con el tiempo suficiente, sería capaz de exponer al caricaturista más zoquete junto al mismísimo Henri Matisse— contestó Georg, exagerando un poco —. Les aseguro que sabe lo que se hace, es uno de los mejores marchantes de arte que conozco. Por cierto, tal vez alguien debería hacer una visita a ese muchachito, puede que no esté tan grave como nosotros, pero me preocupa su estado. Además, si por casualidad se despierta podríamos hacerle algunas preguntas respecto a su inquietante acompañante.