Partida Rol por web

en mi pueblo cuando queria hacer desaparecer algo, lo tirabamos al pozo, aqui tiene algo parecido adela?

Sino la 0pcion de enterrarlo en el bosque es tambien interesante

Pero eso si con discreción,

sigo limpiando la mancha

-Esta bien, me parece una buena idea, limpiemos esto...- dice Adela poniendose en pie con vuestra ayuda -Nadie debe saber que esto ha sucedido...-

-Propongo la idea del bosque mejor...- dice Adela - No me gustaria enterrar ningun cadaver en mi propia casa y me temo que no tenemos pozo aqui señor Summers...-

Adela se adelanta hasta un mueble en la entrada del salón y tras abrir un cajon saca las llaves del vehiculo y se las da a Summers - Tome señor Summers...deberiamos meter el cadaver en el maletero del vehiculo hasta que salgamos de Paris y podamos enterrarlo en algun lugar alejado y remoto...- dice Adela con expresión de incredulidad, como si no se creyese sus propias palabras.

-Creo que deberiamos avisar al resto del grupo antes de salir, me pregunto si a ellos les habran seguido al igual que nosotros, o no....quizá....esten en grave peligro...-

16:00

Pasais las siguientes horas limpiando el lugar lo mejor que podeis, las manchas de sangre no salen nada bien en absoluto, y las paredes, los muebles, e incluso el techo esta lleno de pequeñas salpicaduras de sangre que hacen una autentica pesadilla limpiarlas. Los muebles rotos los quemais en la chimenea partiendolos y quemandolos pedazo por pedazo, lo que es una tarea laboriosa y lenta. El cuerpo lo envolveis en varias mantas como buenamente podeis, y lo desplazais por las escaleras hacia abajo hasta meterlo en el maletero del vehiculo.

Tras acabar la ardua tarea descubrís que pasan mas de las 15:00, las heridas internas de Adela se han acrecentado, dibujandola profundos moratones en el  costado derecho y haciendo que apenas pueda moverse por su cuenta si no la ayudais a apoyarse en vosotros.

La herida de Summers tambien se ha vuelto mas dolorosa pero no parece que vaya a agravarse mas, aunque no le vendria mal unos puntos y atención medica profesional, aunque de momento, no le impide moverse con libertad

sopeso la situacion y hago mis cabalas y veo cuales son las opciones.

si vamos al bosque a enterrar el cadaver, tardaremos un par de horas y en teoria hemos quedado a las 18 horas con el resto en el hospital, asi que  la mejor opcion es cavar y luego ir a buscarlos, ademas tiene que ver nuestras heridas un medico y o nos ponemos en manos de nuestro compañero Boris O tendremos que dejarnos tratar en el hospital....siempre podriamos decir que hemos tenido un accidente de trafico.

A todo esto adela le queda algo de ropa de su marido, creo que con esta camisa no puedo ir muy lejos.

Busco en el garaje alguna pala para hacer un buen agujero

Georg trató de ayudar en todo a Adela, sobretodo a caminar, vigilando en todo momento que su herida no empeorase y que no hiciese esfuerzos demasiado bruscos. Pese a carecer conocimientos de medicina, había cuidado muchas veces de personas mayores durante su juventud.

Le parecía que la situación se le estaba yendo de las manos, y empezó a meditar acerca de su viaje hasta Rouen.
—Quizás lo mejor sea volver cuanto antes y reunirnos con los demás en Montparnasse una vez hayamos... ya saben. No me parece que estén ustedes en condiciones de continuar, considero que lo más sensato es encontrarnos con Herr Mac y que les atienda. Después recogeremos a Herr Le Brun e iremos todos juntos al hotel.— dijo, visiblemente preocupado por sus compañeros.

Esto es cada vez más raro y peligroso, y el epicentro de esta locura parece ser ese hotel. No es buena idea ir nosotros solos, y menos en su estado, pensó.

-Claro, le bajaré ropa limpia a ambos si lo desean, mi esposo tenia mas o menos su talla...- dice Adela con cierto tono de melancolia -Lo de decir que hemos tenido un accidente de trafico me parece de lo mas adecuado para no preocupar mas a nuestros compañeros, al menos de momento...-

-Esta bien, preparemos el vehiculo y vayamos a algun lugar apartado a las afueras, podemos enterrar alli el cuerpo y despues volver al Hotel Dieu para reunirnos con nuestros compañeros, e incluso pasarnos antes a buscar a Le brun en la biblioteca...pero sera mejor que nos demos prisa...- hace una pausa larga en la que el rostro se le va transformando rapidamente en una mueca de dolor y angustia -¿Creen....ustedes...que nosotros matamos tambien a aquel heladero...a aquel pobre hombre que dejó mujer e hijos...?, ¿en esto nos hemos convertido?-

Georg asintió mostrando su conformidad con el plan propuesto, pero cuando su expresión cambió y habló de sus dudas, el artista la miró con aire serio mientras posaba su mano en el hombro de la mujer en un gesto tranquilizador.
—No lo sé, Frau Adela, ¿es un asesino el lobo cuando se siente acorralado por el hombre? No debemos olvidar que nosotros solo nos defendimos de un demente. ¿Qué opción teníamos? Y menos mal que Herr Summers tenía un arma y es un tirador excelente, sino tal vez esta sería la primera y última vez que podriamos disfrutar de su hospitalidad. Por la descripción que dio Herr Kommissar, los asesinos parecían tan enajenados como nuestro atacante, la verdad.

Escucho a adela y coincide mas o menos con lo propuesto, ademas veo como entra En panico, pero ese momento Georg, rapido como siempre, intenta calmarla.

compañeros vamos a  serenarnos, yo como todo buen arqueólogo nos basamos en los hechos y restos que han dejado nuestros antepasados y por los datos que tenemos, no veo ningun tipo de dato ni rastro que nos indique que somos gente peligrosa. 

Ademas el inspector solo tiene hipotesis y ninguna acusacion en firme, sino estariamos en la carcel y no aqui preocupandonos, nos conocemos poco pero puedo afirmar que no parecemos un grupo de asesinos violentos y descerebrados.

Y respecto a nuestro amigo del maletero, no habia otra opcion y como ha dicho Georg , sino lo hubieramos parado, cosa que fue un trabajo en equipo, ahora esteriamos muertos o peor.... asi que no le demos mas vueltas y pongamonos en camino, para juntarnos lo antes posible

—De acuerdo, Herr Summers... ¿cómo se encuentra su herida? ¿Podrá conducir?— preguntó Georg, mirando preocupado el hacha ensangrentada y luego a Summers, pero sin quitar la mano del hombro de Adela. Esperaba que entre los dos hubiesen podido consolarla. El viaje iba a ser largo y los dos parecían bastante malheridos —Dejen que yo me encargue de meter a este hombre en el maletero.

Sintió ganas de retratar al hombre en su cuaderno, pero si alguien veía alguna vez el dibujo tendría que dar muchas explicaciones. En su lugar volvió a asegurarse de que estaba memorizando cada rasgo de su atacante, y esperó que su habitualmente excelente memoria para las caras no le fallase esta vez.

18:00

Tras dejar todo lo mejor posible en la casa de Adela, tras meter el cuerpo del asesino en el maletero y tras cargar de nuevo el coche con combustible que Adela tenia en el garaje, os poneis en marcha en dirección a las afueras de Paris, conducís durante al menos una hora hasta llegar a una zona rural apartada, cerca de una loma con un viejo molino abandonado desde hace mas de un siglo y rodeada de un denso soto.

El frio os atenaza los nudillos y acrecenta el dolor de vuestros doloridos cuerpos, la nieve se acumula sobre las ramas de los arboles de negros troncos creando un contraste tan bello como fantasmagorico, unos finos copos de nieve caen sobre vosotros y las nubes amenazan con convertirse en lluvia en cualquier momento. Tardaís otros 30 minutos en cavar un foso considerablemente hondo con una pala que habeis cogido tambien prestada del garaje de Simons. El cuerpo del asesino esta tenso como si fuera mas un muñeco que una persona, y os da la sensación de que ha aumentado su peso por dos cuando lo sacais del maletero.

Lo arrojais en el foso y cae con un ruido sordo y seco sobre la tierra empapada del fondo, la manta se corre al caer, dejando el rostro azul y mortecino totalmente a la vista, con las encias negras y los ojos ahuecados, es una visión espantosa que os apresurais a tapar cubriendolo velozmente con tierra...

30 minutos mas tarde teneis algo parecido a una tumba, pero sin lapida alguna, ni epitafio, solamente un surco de tierra movida y escarbada, y una sensación en el corazón que os ahoga y atenaza como jamas en vuestra vida antes habiais sentido...

-Bueno...- dice Adela -¿Se supone que tenemos que decir una palabras o algo asi...?-

Por fin nos movemos y vamos buscando un sitio adecuado para nuestro macabro  proposito, desacernos de un cadaver.

no nos equivoquemos, no somos unos santos, hemos matado una persona, en defensa propia, pero explicaselo a la policia y de momento con lo que tenemos en nuestro cuerpo, no sería practico acabar en prision. Llegamos a un antiguo molino, perfecto abandonado, apartado y sin visitantes,  asi que en el mas estricto silencio, nos ponemos en faena y Despues de media hora cavando y sudando, mi cuerpo me avisa con un dolor agudo que esta en una situcion poco aceptable, entre el cansancio, la herida, la pérdida de sangre y mi compañero de viaje que noto como se mueve, no se como acabaré esta noche.

Finalmente hemos terminado y cada vez me siento mas asqueado, no se cuando va a acabar esto, pero cuanto antes mejor, aunque tengo la extraña sensación que nuestra historia solo acaba de empezar.

Adela nos dice si queremos decir algo..... y se hace el silencio, incomodo, largo.... asi que habra que romperlo

por la parte que me toca, en estos momentos tengo mis sentimientos enfrentados, por una parte estoy tranquilo por que se que lo que he hecho era para salvar nuestras vidas, pero por otro lado tengo una gran carga sobre mi conciencia por haber matado a una persona y se que esto no va a ser fácil pero una cosa tengo clara y es que hasta que mi último suspiro de vida voy a gastarlo en encontrar al culpable de esta situación y demostrarle lo que pasa cuando se juega con la vida de las personas. 

Me doy la vuelta y me dirijo al coche.... creo que aqui ya hemos terminado, es hora de ir a por nuestros compañeros y compartir nuestros hallazgos 

Allí estaban, en medio del frío otoñal, frente a una tumba improvisada que ellos mismos habían tenido que abrir en medio del bosque. Tenían las manos y la ropa manchadas de tierra, plagadas de pequeñas ramas y restos de hojas secas. Sabía que todavía no podían respirar tranquilos, sus problemas no habías acabado, pero no puedo evitar que una lágrima resbalase por su aterida mejilla. Sabía que no debía sentirse culpable, que no era un asesino. Sabía que lo que debía sentir era rabia contra el responsable de todo aquel caos en el que se estaba convirtiendo su vida. Pero lo único que sintió fue vulnerabilidad, se sintió como un diminuta vela en medio de la ventisca... y eso le aterraba más que ninguna otra cosa.

Intentó sacudirse las manos y la ropa. Después se arrebujó como pudo bajo su abrigo mientras todo su cuerpo tiritaba. Apenas escuchó el discurso de Summers, estaba demasiado abstraído intentando recapitular mentalmente todo lo que había pasado, luchando contra la desesperación y la angustia que devoraba su cuerpo como un vacío desasosegante. 

Notó cómo el americano regresaba al coche, sacándolo a Georg de su ensimismamiento. Miró hacia el coche, viendo como Summers se paraba junto a él para esperarlos. Aún así, antes de unirse a él, miró un segundo Adela y después la porción de tierra removida donde se encontraba el hombre al que habían matado. No recordaba ninguna oración por los difuntos, pero a su mente acudió la última estrofa del Requiem Alemán de Brahms (opus 45). Cerró los ojos y empezó a declamar:

"Selig sind die Toten,

Die in dem Herrn sterben,

von nun an.

Ja, der Geist spricht,

daß sie ruhen von ihrer Arbeit;

denn ihre Werke folgen ihnen nach."

Cuando hubo terminado, con los ojos rojos por las lágrimas, se acercó a Adela. Quiso comprobar si se encontraba bien, si necesitaba ayuda, y se ofreció a acompañarla al coche.

18:00

Tras enterrar el cuerpo os disponeis a meteros nuevamente en el coche, cuando de pronto sentis como si alguien os apuñalase con un cuchillo al rojo vivo justo en las entrañas.

Caeis al suelo con alarido mientras podeis sentir incluso como crujen los musculos y los organos cuando sea lo que sea que teneis en el abdomen comienza a moverse y abrirse paso en vuestro interior de una forma cruel y espantosa. Vuestro cuerpo comienza a convulsionar de forma violenta, amenazando con partir vuestra columna vertebral. Los tres al mismo tiempo podeis comprobar como vuestros compañeros caen retorciendose exactamente al mismo tiempo que vosotros.

Adela esputa por la boca una densa espuma mientras los ojos se al quedan totalmente en blanco a la vez que su cuerpo se tensa como un arco de una forma totalmente antinatural, antes de caer inconsciente con un aullido de dolor, vosotros no teneis tanta suerte...

El dolor dura una treintena mas de segundos que se hacen largos como una eternidad en el infierno.

De pronto, todo cesa...

...y solo queda el silencio del bosque y el jadeo agitado de vuestras respiraciones

Como si necesitase recordarles que estaba ahí, la marca volvió a manifestarse. La vista de Georg se nubló cuando todo el cuerpo le estalló de dolor, tanto que perdió el equilibrio mientras aullaba de puro sufrimiento. Esta vez parecía más punzante que antes, la agonía duró lo que parecían horas pero terminó por darle una tregua. Se sentía como si una boca llena de dientes de metal candente le hubiesen masticado todo el cuerpo y luego lo hubiesen vomitado con desprecio de vuelta a la fría y húmeda realidad.

Intentó levantarse con dificultad, se sentía como si alguien le hubiese propinado una severa paliza, pero podía moverse. No podía decir lo mismo de Adela, que yacía inconsciente a apenas un metro de él. Parece haberse llevado la peor parte, y no era de extrañar teniendo en cuenta el anterior altercado. Summers tampoco tenía buen aspecto: parecía el fantasma sacado de una obra de Oscar Wilde.

Se acercó lentamente al cuerpo de la mujer e intentó despertarla, dándole unas palmadas suaves en la mejilla.

—¿Adela? ¿Se encuentra usted bien? Despierte, por favor.— dijo, obviando las formalidades y completamente espantado.

Al ver que no reaccionaba, intentó meterla en el coche acostándola en el asiento trasero. Después, miró al americano y se acercó a él, sabía lo que tenía que hacer. 

—Summers, súbase al asiento del copiloto, intentaré llevarles a la ciudad. Una vez allí, llamaré a una ambulancia para que se los lleven y les traten— dijo, lleno de determinación, mientras le ponía una mano en el hombro por si necesitaba ayuda para subir al vehículo —. Espero recordar cómo se arrancan estos Klapperkiste.

me muero, es lo que pienso cuando mi cuerpo estalla de dolor, un dolor que hace doblarme  hasta una posicion que no pensaba que fuera capaz, me hervia la sangre, mi cerebro quería estallar, mis pulmones colapsarse, hay habia montado una fiesta en mi cuerpo y habia invitado a todos mis organos en una sinfonia de dolor y bilis.

Y de pronto se paró todo, pero eso no significa que acabará ahí, mi cuerpo temblaba, mis pulmones tosian al intentar coger aire y no poder, los ojos no enfocaban, o me estoy volviendo viejo a gran velocidad o me estoy muriendo,

Mis oidos empiezan a funcionar y oigo a Georg intentando reanimar a adela, creo que ella ha sufrido más que yo, intento incorporarme, pero no tengo fuerzas.

Finalmente Georg acude en mi ayuda me mete en el coche e intenta conducir... my friend en el momento que recupere el aliento, tomo otra vez los mandos... y lo del hospital no es una solucion creo que lo que tenemos aqui no lo pueden solucionarlo un medico

—No creo que deba hacer esfuerzos en su estado, Herr Summers. Y respecto al médico, algo hay que hacer, no voy a quedarme de brazos cruzados mientras ustedes... sería una irresponsabilidad por mi parte.— dice Georg abrochándose el cinturón y ajustando los espejos. La voz del americano sonaba débil y entrecortada, lo cual le ponía más nervioso si cabía. Ahora todo dependía de él.

Alea jacta est...