Partida Rol por web

Dos espadones de adamantita, una vara repleta de runas, un arco de madera negra, una espada larga, una gigantesca hacha, un par de dagas, una bola de cristal, una cota de mallas de mithril, un escudo de metal pulido como un espejo y siete pociones de color celeste cielo, descansaban sobre una enorme mesa de granito. Esta mesa no era el unico mueble. Cuatro sillas de madera de pino, una gran biblioteca repleta de objetos extraños, un catre en un rincon y una gran estufa con chimenea completaban la habitacion dejando muy poco lugar para transitar.

Sobre la mesa, cuatro mecheros lanzaban aromáticos vapores al aire...

El musculos viejo los hace pasar y tras cerrar la puerta se sienta frente a los mecheros y respira el coloreado humo...

Sobre la bola de cristal, se puede ver una figura espantosa, como una gran babosa con cuernos, rodeada de llamas.
El viejo la acerca y al posar sus manos sobre ella, la imagen se deforma para mostrar un enorme pino en medio del bosque.
Extrañas criaturas aladas vuelan a su alrededor.

Estas alimañas... murmura para si mismo.

Al ver las armas y armaduras allí presentes junto con la complexión del viejo resultaba esclarecedor sobre la que debía haber sido la profesión de Rajj tiempo atrás, aun ensimismada en los enseres allí presentes no caí en la cuenta de lo que sucedía en la esfera hasta que la voz de Rajj me llamó la atención sobre esta. Estiré mi cuello sobre la mesa donde se encontraba el utensilio mágico que nos mostraría nuestros enemigos, desde donde estaba apenas discernía aquellas formas voladoras. - ¿QUé son?, no logro verlos con claridad.

Epa! Jeje...que miras! Te impreca el anciano quitando las manos de la esfera...En seguida, ésta se llena tan solo de nieblas. Entonces, un ruido les llama la atención. En el rincón opuesto a la única lampara del lugar, bajo las penumbras, había una jaula dorada del tamaño de un niño, entre cuyos macizos barrotes mediaba escasa distancia. Unas serpientes forjadas en plata se enroscaban en la base, y sus cabezas se confundían con los mismos barrotes; en la parte superior, una sola víbora hinchada se recogía sobre sí misma y su boca abierta formaba la cúspide de la jaula.
Veo que os fijáis en mi mascota -dice el anciano; tomando la esfera de cristal y cubriendola con una seda gris recoje una de las espadas de la mesa de granito y comienza a pasarlo por los barrotes.
!!!
!!!
ILLLIIIILLL!!!
!!!
Grasilll sirliyak carlladarjjj!!
!!!
El chillido de la criatura era similar al de los cerdos, pero la serie de palabras inacabadas que siguió a la queja pertenecían sin duda a alguna recóndita lengua humana. Los dedos marrones del bicho se cerraron completamente en torno al metal como la cola de un mono en una rama, y el animal sacudió la jaula hasta hacerla bailar; batió el reducido espacio con sus pequeñas alas, plumosas como las de las palomas, y volvió a recogerlas contra el escamoso cuerpo. Asomó por los intersticios el rostro seboso, desprovisto de nariz y orejas, donde sólo se abrían un ojo ribeteado de rojo y una boca grande y babeante.
Un mago me lo dio hace mucho tiempo a cambio de cierta información. Todavía no sé lo que es, pero de vez en cuando murmura entre sueños secretos, conjuros y palabras mágicas. He aprendido muchos conjuros gracias a sus balbuceos. comenta Rajj.
El viejo volvió a golpear la jaula con el espadón y la criatura escupió una retahíla de insultos que incluso a ustedes, que no comprendían el lenguaje, les parecieron inflamados de odio. La perorata provocó la risa del viejo, que cubrió la jaula con una manta. Las protestas del ser se atenuaron un momento y enseguida la cabaña quedó sumido en el silencio otra vez.

El viejo busca uno de las lamparas que ya comienza a chisporrotear a punto de apagarse, y arroja los restos del incienso a la hoguera. El fuego entonces, parece apagarse y lanza una densa humareda verde que dura casi un minuto...

De pronto la puerta se abre, y una mujer hermosa y joven aparece en el umbral

Dos espadones de adamantita, una vara repleta de runas, un arco de madera negra, una espada larga, una gigantesca hacha, un par de dagas, una cota de mallas de mithril, un escudo de metal pulido como un espejo y siete pociones de color celeste cielo, descansaban sobre una enorme mesa de granito. Esta mesa no era el unico mueble. Cuatro sillas de madera de pino, una gran biblioteca repleta de objetos extraños, un catre en un rincon y una gran estufa con chimenea completaban la habitacion dejando muy poco lugar para transitar.

Sobre la mesa, tres mecheros lanzaban aromáticos vapores al aire...

Con una sonrisa y encogiendome de hombros aparte la vista de aquella bola mágica, el anciano era un tipo peculiar y extraño al igual que sus pertenencias y choza, la cantida de objetos extraños que poblaban la sala daban a entender que Rajj había disfrutado de una vida larga de aventuras, algo a lo que por mi parte pretendía aspirar pero sin recibir un ser extraño como el que mantenía encerrado en aquella jaula. Sin embargo las sorpresas aun no habían terminado, aun viendo como cubría la jaula con aquel trozo de tela la puerta se abrió y aparecieron nuevos invitados. Mi mano fue rauda a la empuñadura de mi mandoble y se mantuvo sobre este a la espera de lo que pudiera ocurrir. - ¿Esperais a alguién más?.

Casi sin tiempo a reaccionar, la impetuosa e inquietante mujer se acerca hasta la puerta de la choza y la abre con total naturalidad. Parece un poco más preocupada de lo habitual, pero aun así actúa una vez más como si nada pudiera pasarle.

Prag se mantiente tras ella resignado. No le parece buena idea acercarse de esa forma hasta la casa de alguien que no conocen, pero en el fondo sí tiene algo de curiosidad.

Cuando la puerta se abre, una joven de unos 25 años, vestida hermosamente aparece en el umbral.
Adentro, una mesa de granito sostiene infinidad de objetos extraños...Espadas, hachas, armaduras...Ademas, una tela de seda cubre algun objeto esférico de unos 20cm de diámetro...
En una pared, una estantería de madera sostiene frascos, pergaminos, libros y cajas de madera derruidas.
cuatro sillas rodean la oscura mesa, en la cual hay sentados un viejo de larga barba pero de prominente musculatura, una joven elfa vestida con una finísima armadura de su raza y un muchacho, humano, de corta edad, que porta como signo más llamativo, una gigantesca espada.
En un rincon, cubierto con una tela gruesa de lana, una especie de ¿mesa? se sacude por si sola cada cierto tiempo.

Cuando la puerta se abre, el anciano se pone en pie e irritado grita con una exagerada e innecesaria voz alta.
PODRIAS HABER LLAMADO A LA...MUERTA! ¿Muerta? se preguntan ustedes...que habrá querido decir....

El viejo, recoje un espadón a dos manos, y usándolo como bastón se acerca a la jovencita recién llegada.

Cita:

ESPERABA A DOS VIAJEROS, PERO NO ES ESTA NIÑA...QUE HACES AQUI Y QUIEN TE MANDA! Grita el anciano...al parecer no puede hablar sin alzar la voz...

El hombre se acerca a la mesa y dejando la espada, recoge una bola de cristal (que estaba tapada por la seda...)

Mandarme? La lanza una leve risa.
Hace mucho, mucho tiempo nadie me manda.
Lamento haber irrumpido de esta forma a su casa, pero hace tiempo que viajo por los páramos y como ud entenderá, no es lugar para una mujer.
Luego de una pequeña pausa la mujer dice...
Yo soy Elara. Y hace una reverencia.
Después se da vuelta para decir:
Tontink, aguarda afuera, este no es lugar para tí.
No puede evitar ver los objetos en la mesa y viendo hacia su alrededor como buscando a alguien mas murmura...
Podría ser que...
Elara no pierde tiempo, busca una silla y se sienta.
Si, soy a quien esperas, si no, no hubiera llegado.

En cuanto el humano entra en la habitación no puede sino admirar el par de espadones de tan raro material que acompañados de la armadura hacían evidente que su dueño debía tratarse de un gran guerrero, como por reflejo la mirada de Zenram regresa a su anfitrión mientras piensa para si en las aventuras y retos que habrá vencido, la admiración se refleja en sus ojos como el sol debía reflejarse en tan esplendida armadura.

Cita:

Incomodo ante la escena el paladín no puede evitar hacer una mueca de desaprobación ante el trato que diera el anfitrión a su "mascota", desde luego el humano no podía saber que clase de criatura era la que se albergaba en aquella jaula, pero no le agradaba ver sufrir a nadie, cuando había matado a algún monstruo o criatura era por que representaba un peligro para alguien, pero nunca por diversión, es mas, de no haber tenido que hacerlo no lo hubiese hecho, justo cuando estaba por hacer un comentario al respecto...

Cita:

Pero que pasa aquí?, quien es esta mujer y que se requiere de nosotros?, me temo que algo extraño sucede y no estamos aquí para cazar Grifos.

El humano se mantiene relajado, aun que no puede evitar llevar su mano a la empuñadura de su espada...

Cita:

A la "puerta" anciano, la puerta.
Muerta no estoy no ahora, digo todavía. Jajaja... Elara ríe.
Además de una gran colección de armas... Que es eso que tienes escondido allí? Señala el rincón donde ve aquella manta que esconde algo.
Me he enterado que podrías ser una persona con ganas de comprar algo como esto. Sacando una daga, la cual deposita sobre la mesa suavenmente.
La buscas o solo buscas objetos para comerciar?
Gritando hacia afuera...
Tontink, por que no vas en busca de Prag?

El viejo carraspea, y luego de arrastrar con su bota a una pequeña palangana que se encontraba debajo de la mesa, escupe en ella.
Sput!.
Camina hacia la puerta, y tras mirar un rato hacia afuera grita.

BIEN, NO SE PORQUE ESTÁS TU AQUI SEMIORCO...Tu nombre es Prag verdad?

Notando la sorpresa en el bárbaro el anciano sonríe dejando ver sus amarillos dientes.
Si, he oído tus hazañas sabes!

Y tu Elara, me extraña, Y NO DIGO MENTIRA!, verte por aqui...

Si, soy yo. Rajj. Agrega guiñando un ojo. El viejo amo Rajj; creías que estaba retirado verdad? En realidad si. Hace ya 2...

El viejo dice una palabra desconocida para todos...(*)

...que me dedico solo a hacer turismo sabes. He estado en lugares increíbles! Ciudades altas Y lujosas, pero sucias como la casa de Juiblex...Ni te imaginas.

Pero todo llega a su fin, y aqui estoy, de vuelta a las andanzas. Eso si eh? No creas que fue fácil convencerme! La propia Gea me ha...digamos...reclutado.

El viejo se acerca a la puerta y abriéndola de par en par hace unas señas.

Vamos, entra pequeño. No te haremos daño....seria como dañarnos a nosotros mismos sabes?

Dicho esto, un pequeño goblin con cara de no ser muy inteligente que digamos, entra tímidamente en la cabaña.

El musculoso y viejo hombre vuelve su atención a sus dos huéspedes de más antigüedad.

Bueno, bueno...No se que tienes que hacer tu aqui muchacho, dice dirigiéndose a Zenram. Seguramente ese tonto de Anibal ha querido intervenir metiendo a Apolo en medio del meollo...bien, no puedo repudiarlo por intentarlo eh?

Ja...Rima y todo...El sacerdote ya debe estar muchas millas al sur de aqui!

El viejo se vuelve hacia la elfa.
Y aca estás tu, pequeña heroína. La unica que vino con invitación...Dime, estas dispuesta a ayudarme a cambio de una bonita recompensa?

El viejo se acerca a la biblioteca y sacando un enorme libro de casi medio metro de alto comienza a hojearlo rápidamente...

A ver, veamos....Si. Esto estará bien.

El libro esta forrado en un cuero extraño, atado (cosido) con un hilo blanco, y con pequeñas escamas rojas. Sobre la tapa tiene grabadas numerosas imágenes de dragones de diversas formas y razas.

Que te parece acabar con un nido de molestos pajarracos? Se han establecido en un arbol, muy cerca de aqui...Y los bribones que tenían allí su...ejem...secreta cofradía, no están muy a gusto ahora sabes!

A ver....pensemos una ...Si...

Digamos que estos pícaros, me han dado una buena montaña de oro para pagar a alguien que pueda deshacerse de estas bestias sin que la g.... El viejo mira a Zenram...la gg...la...sin que la gorda bruja del monte Carnirius se entere...Ejem.

Entonces, el musculoso hombre mira a Elara nuevamente y dice.

Te pido que guardes las apariencias...La propia Gea me lo ha pedido a mi sabes!...Esta ves me tocará hacer el papel del Amo malo Ja...Tantos años...creo que es lo único que en verdad he aprendido en mis viajes...representar papeles.

Jajaja, lo sabía...
Bueno, yo ya estoy aquí ahora veamos como siguen las cosas.
Saludos a los otros dos, no era mi intención incomodar a nadie.
Ven Tontik, el tal Rajj es un viejo amigo, siéntate encima mío, no hay de que temer aquí.
La mujer de profundos ojos azules, mira a los demás integrantes del lugar como si fueran sus pares.
Luego mira la puerta como esperando la entrada de alguien más.

De la biblioteca, cuando Rajj sacó el gran libro, un trozo de papel se resbaló y cayo de entre cuatro libros pequeños forrados en cuero marrón...y llegó planeando al suelo...