Partida Rol por web

La llave del Destino

Introducción: Las páginas del saber (Lobo Blanco)

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10/09/2017, 04:26
Dungeon master

La guerra de de los espíritus había finalizado hacía seis meses, y el aire que se respiraba en Ansalon parecía ser diferente. Relativa paz era lo que sentía este mundo asolado por años de guerras y enfrentamientos.

Lobo Blanco llegó a Pashin, una ciudad que había sufrido cada una de las sucesivas guerras. A pesar de esto, se mantuvo siempre como un importante centro comercial. La ciudad se encontraba en la región Mikku de Khur, a unas 35 millas al norte de la frontera con el bosque de Silvanesti, cerca del río Thon-Talas. Con las antiguas tierras élficas al sur y el reino ogro de Blöde al Oeste, Pashin es una extraña amalgama de culturas.  Si alguien buscaba algo, seguro lo encontraba en esta inusual ciudad. 

La villa estaba a dos millas de donde el río Thon-Talas se divide en dos afluentes, uno que serpentea hacia el interior del reino ogro de Blöde y otro que sigue hacia el norte hacia las yermas tierra de Khur. Lobo Blanco solo conocía un poco de su historia, y sabía que tras el cataclismo la villa se convirtió en una ciudad fantasma frecuentada por proscriptos y criminales. Con el tiempo, éstos fueron amalgamando el poder en la ciudad. Pero luego cuando los dragones verdes invadieron Ansalon, la ciudad fue entregada sin resistencia. Mucho más no sabía.

Lobo Blanco se encontraba en el gran bazar de Pashin, en la parte sur de la villa, justo al exterior de la Puerta Sur. En él se pueden conseguir gran variedad de artículos de todo Ansalon. Se pueden observar tiendas de todos colores y tamaños. A pesar del frío invernal, se puede observar mucho movimiento, sobretodo el ir y venir de hermosos caballos. Hay humanos por todas partes, aunque se pueden encontrar algunos elfos, minotauros, ogros, enanos y hasta kenders dando vueltas por el mismo.

Pero lo que más llama la atención es ver cada tanto un grupo de tres o cuatro hombres, vestidos de negros, conocidos como los "caballeros negros".  Sin importar cómo se los mire, éstos sujetos prepotean contra todos, y parece que nadie se anima a responderles. Al parecer son quienes tienen el control de Pashin.

Lobo Blanco había ido a parar ahí gracias a una vieja leyenda. Quería encontrar el Libro perdido de Untan, un druida milenario del cual su maestro siempre le hablaba y enseñaba sus lecciones. Encontrar ese conocimiento perdido devolvería a Ansalon mucho de sus conocimientos perdidos. Lo último que se había oído era que estaba en manos de las tribus de Khur...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber Local

Tirada: 1d20

Resultado: 11

Notas de juego

Fecha 11 de Aelmont (Invierno)

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10/09/2017, 13:55
Lobo Blanco

Adentrarme en una ciudad se había vuelto ciertamente algo incómodo. Si hubiera accedido por aquellas puertas en mi forma de depredador, a buen seguro mis pasos por aquellas calles hubieran ido acompañadas por el erizamiento de mi lomo, inquieto. Todo había sido relativamente normal mientras cruzaba los campos de labriegos y los terrenos circundantes a las granjas en que buenos hombres criaban al ganado, y antes de eso, por los bosques fronterizos a Silvanesti. Los elfos sabían bien cómo comulgar con la naturaleza, construir su civilización con respeto absoluto a los bosques, ríos y colinas. Pero una ciudad como aquella... No, aquello era muy distinto.

No abandonaba el calor de las arboledas y el refugio de las cuevas sin un buen motivo, y aún así trataba de evitar las grandes concentraciones urbanas. Conseguir equipo y provisiones estaba al alcance de cualquier granjero a quien acercarme, y muchas veces podía prescindir de la artificialidad del dinero. Entendía la eficacia del sistema de monedas, pero me resultaba frío y antinatural. El trueque o el cambio de favores me parecían sistemas de pago y negocio más cálidos y naturales.

Pero allí estaba, en Pashin, con algunas monedas en mi bolsa y la necesidad de encontrar algo en aquella ciudad. Si no el propio libro de Untan, al menos una pista de dónde seguir buscando. Esperaba que aquel bazar me ofreciera una de ambas cosas, aunque antes de adentrarme en él quise observar aquel lugar tomando algo de distancia, quizás por acumular fuerzas para la dura prueba de tener que sumergirme entre el gentío. Por ello, me acerqué a un pozo en busca de algo de agua con que completar el odre que llenase varias millas atrás en el río. Fue cuando me percaté de la presencia de aquellos hombres vestidos de negro. Los "caballeros negros", según pude oír a algunos viandantes que se apartaban de su camino. Sin duda, los peligrosos líderes del lugar. Aquel era su territorio, y no era mi intención disputarles su predominancia, por más que me desagradase su actitud.

Finalmente, tras suspirar ostensiblemente, me adentré en el bazar en busca de algo de información acerca de aquel libro, o de las tribus de Khur que lo habían poseído, o aún lo tenían.

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11/09/2017, 23:04
Dungeon master

El frío se hacía notar en aquellas horas matutinas mientras Lobo Blanco se adentraba en las tiendas del Bazar. Una a una las fue examinando y entreviendo para dar con alguna pista que lo lleve al Libro. La gente se amontonaba y se aglutinaba en cuanta rareza aparecía en el bazar.

Después de varios minutos deambulando, y sin volver a ver a aquellos caballeros negros, Lobo Blanco llegó a un puesto que le llamó la atención... 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Reunir información

Tirada: 1d20

Resultado: 11(-1)=10

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11/09/2017, 23:14
Halthorne, el sabio

Un gnomo regordete acomodaba varios excéntricos inventos tecnológicos, mientras en el fondo de la tienda se podían observar varios libros antiguos y pergaminos desordenados por doquier.

Hábilmente el gnomo interpretó la mirada del joven Lobo Blanco y se le acercó con una sonrisa seductora
- Buenos días joven... Hace mucho frío para estar deambulando por el bazar. Imagino que debe estar buscando algo en especial.- se dio vuelta no sin cierta dificultad, buscando entre unas cajas de madera que había en el suelo. - Aquí tiene por ejemplo, una pava que retiene el calor más de lo normal. No es mágica ni mucho menos. Verá, con un sistema de calentamiento del metal, y este compartimiento secreto, usted puede retener el calor.- sus manos intentaban en vano abrir una abertura en donde indudablemente entraría una brasa caliente. - Aguarde unos segundos eh... a veces no se tiene en cuenta cuando el calor expande el metal... error de novato.- decía mientras conseguía abrir abruptamente el artefacto. - Ya está, solucionado! Sus infusiones estarán caliente por más tiempo!- su sonrisa no dejaba de relucir ante el éxito de su demostración. 

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12/09/2017, 12:06
Lobo Blanco

La mayoría de los puestos que había visto no me habían llamado la atención, incluso a pesar de ver multitud de gente aglutinándose en ellos en busca de cualquier cosa que se saliera de su rutina habitual. O precisamente por ello. Las aglomeraciones de gente me incomodaban, y huía de cada tumulto que se generaba en torno a aquellos puestos. Sin embargo, aquel otro puesto, al parecer regentado por un gnomo bien entrado en carnes, sí que me atrajo.

Al fondo del mismo podían verse libros y pergaminos, aparentemente antiguos, maltratados y desordenados como si se tratarse de objetos sin valor. No obstante, era el tipo de cosas que yo buscaba. Imaginé que poca gente en Pashin se molestaría en buscar conocimiento, y esa conclusión se hizo más fuerte cuando el comerciante pareció llegar al convencimiento de que, de todo lo que había en su puesto, lo que más me interesaría sería una pava precisamente. Observé el modo en que el gnomo se afanaba en explicarme las grandes virtudes del cacharro, que tenía un mecanismo que no lograba abrir y que ocultaría una brasa con la que mantener el calor más tiempo. Observé impasible aquel aparato metálico, sin sentimiento alguno, hasta que logró abrirlo y hablar de las infusiones que degustaría con ella.

No acostumbro a tomar infusiones... -Dije en un tono tan neutro que sonó incluso artificial. En una ocasión, un granjero me había dicho algo así, artificial. Luego se explicó mejor, dijo que hablaba como si no hubiera vida en mí. Aquel hombre tenía buen corazón, cuidaba sus animales con mimo y respetaba los límites del bosque, de modo que deduje que lo decía con buena intención- ...mas sí busco algo en especial. Me temo, sin embargo, que de encontrarlo aquí sería en ese rincón del fondo. -Señalé con mi mano libre el lugar donde se amontonaban aquellos libros y pergaminos, sujetando con la otra mi lanza a modo de báculo. La punta apuntaba hacia arriba, dejando que diversas plumas multicolor que había atado a los cordeles alrededor de la unión del metal y la madera se mecieran con cada movimiento- Estoy buscando el Libro perdido del druida Untan, que según se dice se vio por última vez en manos de las tribus de esta región. O cualquier pista que me ponga en el camino hasta él, claro. ¿Podría ojear el material escrito que posee ahí atrás?

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12/09/2017, 23:04
Halthorne, el sabio

El gnomo miró con aburrimiento al joven

- ¿Eso? - señaló con desprecio a los libros que usaba como apoyadores. - Son solo viejos libros y pergaminos sin va...- se interrumpió abruptamente, como salido de un sueño. - Ah esos!.- su tono había cambiado y su mal disimulado cambio era notable. - Disculpa, no te había entendido bien! Pues mira, te seré sincero! Esos libros me han costado bastante, no solo en dinero, el tiempo que gasté en conseguirlos, incluso hasta tuve que entregar dos burros por uno de ellos! Son muy valiosos...- decía mientras miraba de arriba a abajo a Lobo Blanco.- Quizás si me entregas ese cetro que llevas contigo te doy todos los que tengo...- dijo con una mordaz sonrisa. 

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13/09/2017, 18:38
Lobo Blanco

El gnomo comenzó a hablar, demostrando cierto desprecio por aquello de lo que le hablaba. Miré en la dirección que indicaba, al fondo de su tienda, sin expresión alguna, hasta que el tono de voz de aquel comerciante regordete cambió bruscamente. Parpadeé, incrédulo, viendo cómo de repente hablaba de aquellos libros y pergaminos como algo de gran valor para él. Supuse, por tanto, que si lo que buscaba se encontraba entre ellos habría de obtener algo de gran importancia con que poder intercambiarlo en justicia. Sin embargo, para mi desconcierto, el gnomo parecía interesado en otra cosa.

¿Mi cet...? ¡Oh! ¿Esto? -Torcí mi rostro, comprobando cómo en mi mano diestra sostenía mi lanza, con las plumas hondeando bajo la afilada punta de metal al contacto con la ligera brisa que corría por el bazar- Me temo, buen hombre, que ésto no sería un pago justo. Uno de los dos saldría perdiendo, sin duda. Si entre esos escritos no se encuentra lo que ando buscando, tendrían para mí mucho menos valor que utilidad me proporciona esta lanza. En cambio, si la búsqueda fuera exitosa, sería injusto pagar algo tan valioso con un objeto de tan poco valor. -Expliqué, dubitativo. Tenía la impresión de que aquel cambio de opinión por su parte era signo de pretender aumentar el precio de forma fraudulenta, pero aún así yo tampoco quería actuar del modo en que los usureros que poblaban los mercados de las ciudades hacían. El trueque era una forma justa de intercambiar bienes, el abuso era artificial- Te propongo algo. Permíteme revisar esos textos y, si hay algo en ellos que realmente me sea de utilidad, podremos negociar un pago justo por ello. Uno que realmente te beneficie como es debido.

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13/09/2017, 22:46
Halthorne, el sabio

Los ojos del gnomo centellaron ante la contraoferta del joven. Pero en su ambición residía el poder de su riqueza
- Oh no mi joven amigo...- dijo negando con la cabeza.- Solo le pongo el precio a la posibilidad de que encuentres lo que buscas.- dijo con una sonrisa expresiva.

Lobo Blanco se había dado cuenta que el Gnomo solamente quería sacar provecho de su situación ventajosa. Esos libros a él no le decían nada. Tampoco tenía demasiado interés en la lanza, pero sabía que valía más que aquellos viejos libros. Lobo Blanco había detectado sus intenciones, pero aún así no sabía qué podía encontrar en aquellos libros. Pero si algo tenía que aprender del mundo, es que para los comerciantes, algo es justo cuando la balanza se inclina para su lado. 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Averiguar intenciones

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 17(+2)=19 (Exito)

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14/09/2017, 00:54
Lobo Blanco

Oh. -La afirmación del gnomo me pilló desprevenido. Inocente de mí, creía poder jugar con las reglas honestas del trueque que practicaba en aldeas y granjas cuando abandonaba temporalmente los bosques que eran mi hogar- ¡Oh! -Pero no, aquello era lo que llamaban "civilización", algo que distaba mucho del orden natural, de los ciclos y del estilo de vida que yo conocía y había conocido. Era inmoral, contra natura, pero era lo que imperaba en aquel lugar. Podía notar las egoístas intenciones de aquel gnomo, y su convencimiento de que aquellos escritos no valdrían lo que yo esperaba de ellos.

Miré mi lanza un instante. Era una simple lanza corta, no se trataba de un arma especialmente difícil de conseguir, ni de gran coste. Yo mismo había ajustado sus correajes y afilado su punta, además de adornarla con aquellas plumas. Tenía ya más valor sentimental que otra cosa, pues llevaba tiempo portándola. Sin embargo, apegarse a objetos materiales no era un buen camino. Había que sentir apego a un radiante amanecer, al arrullo del agua contra la piedra, al aroma de las flores silvestres. No a objetos como aquella lanza.

Ambos asumimos el riesgo de perder o dejar de ganar. ¿Es así? -Simplifiqué, hablando como si aquello no tuviera una gran importancia. Alcé mi lanza y la tomé con ambas manos, con las palmas hacia arriba, tendiéndosela al comerciante mientras inclinaba mi cabeza- Acepto el acuerdo.

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14/09/2017, 21:43
Halthorne, el sabio

El gnomo, encogiéndose de hombros y con indiferencia le dijo
- Revisa cuanto quieras muchacho. Son libros viejos y que no valen la pena.-

Sus ojos se posaron en la lanza corta que ahora pasaba a ser posesión suya. Sin dudas ya estaba mirando qué hacer con ella para aumentar su valor. Se le ocurrían muchas, pero necesitaba que Lobo Blanco se retirara. 

Son 5 libros, de encuadernación vieja, oscuros por el paso del tiempo y algunos restos líquidos ya secos que dejaron su marca. Además hay 3 rollos de pergaminos también viejos y resquebrajados.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Tiempo

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 18 (Exito)

Notas de juego

- Tirada de Buscar Dificultad 15

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14/09/2017, 22:01
Lobo Blanco

El comerciante, una vez sellado el acuerdo, dejó de disimular. Era evidente que consideraba aquellos libros algo sin valor en absoluto, mientras que sus hábiles ojos mostraban su esperanza de sacar por la lanza un mayor rédito. La única esperanza que me quedaba consistía en que el gnomo infravalorase unos textos que no comprendiera.

Me dirigí al fondo de la tienda, tomando aquellos libros y rollos de pergamino entre mis manos. Me senté en el suelo, con las piernas cruzadas, y comencé a revisar el contenido de aquellos escritos, tras elevar una muda plegaria a Chislev en busca de su guía y ayuda en la tarea.

- Tiradas (1)

Motivo: Buscar

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 18 (Exito)

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15/09/2017, 15:26
Dungeon master

Lobo Blanco se sentó pacientemente a revisar y buscar algún dato que lo acerque a su búsqueda. Empezó primero por los libros, pasando página por página. El estado era tan decrépito, que apenas se podían distinguir las viejas runas. Los dos primeros libros eran sobre historias anteriores al primer cataclismo. En una rápida ojeada, Lobo Blanco se dio cuenta que allí no encontraría referencia alguna a los druidas.

El tercer libro era un libro sobre religión enana. Era toda una enciclopedia sobre Reorx y sus creaciones. A pesar de despertar cierto interés, no era relevante para su búsqueda.

El cuarto y el quinto libro contenían básicamente recetas de cocinas. Viejas e ilustradas recetas con muchas manchas de distintos colores. Debió haber pertenecido a algún cocinero despistado.

Solo quedaban los tres pergaminos. Aquellos deshechos papiros eran la última esperanza para Lobo Blanco. Al extenderlos notó unos jeroglíficos totalmente desconocidos. Tenían un trazo prolijo y entendible, para quien pudiera entenderlo lógicamente. Pero hubo un símbolo que sí reconoció. Era una hoz entre dos finos laureles, firma perteneciente a Dur Dimak. Su maestro le había contado historias del druida historiador y viajero. No se destacaba especialmente por ser muy poderoso o inteligente, sino que se lo conocía por haber viajado y retratado cada uno de sus viajes. En otras palabras, si alguien sabía de historia de los Druidas, sin dudas era este elfo Dur Dimak (de quien no se sabe nada desde hace varios siglos, pero sus memorias quedaron grabadas en sus escritos). 

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15/09/2017, 17:52
Lobo Blanco

La paciencia solía ser una de mis virtudes. Los paseos por el campo, la meditación, las oraciones, el lento deambular... No había prisa en mi vida, todo discurría como el agua calma de un arroyo, a su ritmo. Sin embargo, no me encontraba en mi entorno natural, y la incomodidad del barullo, los aromas de la ciudad, las voces... Realmente deseaba culminar mi tarea y abandonar aquel lugar.

Los primeros libros carecían de excesivo interés, al menos para la tarea que me ocupaba. Las historias antiguas podían tener algún valor, al menos como entretenimiento y conocimiento, de modo que pensé en llevarme aquellos libros para su lectura en momentos de asueto, lejos de aquellas murallas. La religión enana no me resultaba especialmente estimulante. Comprender la cultura de aquella raza podía ser interesante, pero para mí había sólo un dios en el panteón que realmente importase. Aún así, pensé que comprender mejor a los enanos podía valer la pena. Los últimos libros fueron una completa pérdida de tiempo.

Los pergaminos, en cambio, fueron algo distinto. Estaban llenos de jeroglíficos que me eran desconocidos, a pesar de que su trazo era suficientemente claro. Era el lenguaje lo que no comprendí, una barrera idiomática que no salvaría por mí mismo. Aquello podía ser exactamente lo que buscaba o no valer de nada en absoluto, pero había un símbolo entre tanto glifo que me hizo fijar mi mirada con atención.

Una hoz entre dos laureles...

Era la firma de Dur Dimak, un antiguo druida elfo errante que compilaba sus aventuras e historias, según me había relatado mi maestro. ¿Qué habría anotado en aquellos papiros? Podía no ser demasiado útil, un callejón sin salida, pero era la mejor pista que tenía hasta el momento. Tomé los documentos y me puse en pie, regresando a la parte delantera de la tienda, en busca del comerciante.

¿Señor? No te molesto por más tiempo. Pero quisiera hacerte una pregunta, antes de marchar. ¿Sabes si hay alguien por aquí capaz de traducir escritura élfica? -Le pregunté con calma.

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15/09/2017, 19:04
Halthorne, el sabio

-HHmm?- El gnomo se dio vuelta sorprendido - ¿Todavía sigues aquí? - preguntó con indiferencia. - Esa información que me pides... Tiene su precio...- dijo esbozando una sonrisa.

El comerciante esperó unos instantes y le dijo. - No te preocupes, solo bromeaba. Pareces ser un chico bondadoso, escaseando en esta ciudad. Esta información te la brindaré gratuitamente, pero ten cuidado, no todos son tan bondadosos como yo.- dijo regocijándose. Aquella última afirmación no parecía encajar del todo en el gnomo que había conseguido una lanza corta a cambio de lo que el consideraba "nada".

Se acomodó un poco la camisa que llevaba puesta y le dijo - Mira, hasta donde yo sé, eso no es élfico. Lo conseguí en el último remate de "Los Cinco Dragones". La vieja posada pasó por malos momentos, y bueno, tenía unas deudas conmigo...- se tomó una pausa y continuó.- Entre todas las ganancias que pude obtener, también aparecieron... baratijas...- dijo señalando con los ojos a los libros.- Yo empezaría preguntando por ahí..- 

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16/09/2017, 02:34
Lobo Blanco

La brusca pregunta del gnomo, sorprendiéndose de que aún estuviera en su tienda, no provocó reacción alguna en mi rostro. Sí lo hizo su aparente nuevo intento de poner un precio, en aquel caso incluso a una información como aquella que buscaba. Aquel tipo de actitud me desconcertaba, y dudé entre echar mano de mi bolsa o directamente abandonar el puesto y buscar orientación en otro lugar.

Sin embargo, pronto dejó claro que no era su intención seguir ese camino, y que únicamente bromeaba. Yo no era muy ducho en eso de las chanzas, pero agradecí su cumplido mostrando un amago de sonrisa y asintiendo agradecido.

Me vi sorprendido por su primera afirmación. ¿No era élfico? Había asumido que lo sería por la raza de Dur Dimak, aunque al no conocer tal lengua no tenía en qué apoyarme. Sin embargo, el gnomo me habló de la historia de tal adquisición, el saldo de una deuda por parte de una posada. ¿Qué motivaría que los escritos de un druida estuvieran en posesión de un posadero? ¿Qué hubiera dejado allí sus cosas con la intención de regresar a por ellas... y no lo hubiera hecho? Aquello podía significar muchas cosas, pero no se me ocurría ninguna buena para el autor de los documentos.

Los Cinco Dragones... Te haré caso, comenzaré por ahí. -Acepté, despidiéndome- Muchas gracias por todo, y que las bendiciones de Chislev sean contigo. -Aunque dudaba que mi Dios tuviera la más mínima intención de honrar a aquel comerciante con su favor.

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18/09/2017, 23:28
Dungeon master

Lobo Blanco salió del bazar con la información fresca otorgada por el comerciante. Haciendo caso omiso al frío que empezaba a sentir, se encaminó derecho a la puerta sur de la ciudad. En dicho trayecto se sorprendió al notar un grupo de Caballeros Negros que llevaban en una camilla a lo que parecía ser un general de su orden, mientras que otro de aquel grupo le explicaba a un superior lo que había pasado con exagerados gestos y alaridos.

Al cruzar la puerta, el camino principal seguía derecho y amplio hacia una plaza principal lejana. A su izquierda y a su derecha, Lobo Blanco pudo percibir distintos callejones que se abrían entre intricados edificios...

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19/09/2017, 05:23
Lobo Blanco

No tenía el libro. Tampoco albergaba tal esperanza, pues era consciente de la dificultad de la empresa. Sin embargo, creía poder tener una pista fiable, o al menos, una pista hacia algo. Un texto de Dur Dimak podía ser igualmente importante de conservar aunque no tratase del libro que andaba buscando.

Por supuesto, sabría más si lograba traducirlo, y para ello necesitaba indagar acerca de su origen. El comerciante que me lo había vendido me informó de dónde lo había adquirido, de modo que me dirigí en aquella dirección. Por el camino llamó mi atención el traslado de un herido de alto rango de aquellos Caballeros Negros. ¿Qué habría sucedido? Quizás, si me hubiera acercado un poco y hubiera atendido al soldado que daba explicaciones, me habría enterado. Sin embargo, los asuntos de la guardia no eran de mi incumbencia.

Crucé la puerta sur, en la dirección indicada hacia aquella posada, siguiendo la calle principal. Detuve mi caminar unos instantes, incómodo. A ambos lados, todo lo que veía eran callejones entre las edificaciones del hombre. Ni un árbol, ni una planta, y si había vida animal no sería agradable de contemplar. Torcí el gesto, asqueado, deseando cumplir mi propósito y regresar a los bosques cuanto antes.

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20/09/2017, 15:04
Dungeon master

Lobo Blanco se encontraba perdido ante tanta gente deambulando por la calle principal. La misma se mantenía en cierta manera limpia, o por lo menos en los estándares de los citadinos. Para alguien como el joven Lobo Blanco, aquello era un rejunte de mugre. Perros revoloteando la basura de tabernas, posadas y otros locales. Caballos y burros tirando pesadas carretas con mercancías de todo tipo. Sin duda el camino adoquinado se aprovechaba para no dañar aquellos carruajes. 

Los edificios iban desde sólidas construcciones de arquitectura solámnica, hasta diseños vagos y achaparrados de los gnomos. Pero la gran mayoría tenía algo en común, estaban construidos con ladrillos hechos de barro extraídos del río cubiertas con una pasta que las volvía extremadamente impermeables. Además solo pocos edificios contaban con más de una planta.  

El olor era inusual para el joven druida, pero aún así decidió que debía buscar las respuestas que necesitaba. Para ello intentó hablar con gente que pasaba por allí. Algunos apenas lo miraron, otros respondieron hurañamente. Solo unos poco atinaron a contestarle sus preguntas.

Y así, y luego de bastante tiempo, Lobo Blanco encontró la entrada de "Los cinco dragones". Resaltando en la esquina noreste de la plaza mayor de la villa hay un edificio que parece casi tan viejo y deteriorado como el templo que hay del otro lado. El edificio tiene una planta baja y dos pisos más, está construido en forma de "L" con las dos alas flanqueando la plaza. La entrada a la posada y taberna, parecía estar en el ala norte. 

Acerándose cuidadosamente, Lobo Blanco pudo ver en la puerta un hermoso tallado. La madera tenía la cabeza de cinco dragones pintadas de distintos colores: rojo, azul, negro, blanco y verde. Pero la pintura es vieja y se encuentra descascarillada, revelando que parecen ser colores totalmente diferentes por debajo: oro, cobre, plata, bronce y latón.

Antes de entrar, Lobo Blanco pudo observar que en aquel lugar, la presencia de caballeros negros era más intensa que en otros lugares. Algo allí no encajaba del todo...

- Tiradas (3)

Motivo: Reunir información

Tirada: 1d20

Resultado: 12(-1)=11

Tirada oculta

Motivo: Avistar 1

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+5)=23

Tirada oculta

Motivo: Avistar 2

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+5)=22

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20/09/2017, 16:09
Lobo Blanco

Las calles eran desagradables, la ciudad lo era. Estaba deseando salir de aquella urbe, regresar al mundo real, a la naturaleza, al entorno donde estaba en comunión con mi deidad. Donde los aromas eran agradables y los sonidos deleitaban mis oídos. Me apuré por aquella gran calle atestada, en un intento de alcanzar mi objetivo cuanto antes, y no fue tarea sencilla, puesto que las gentes de la ciudad seguían un ritmo que yo no comprendía, tan frenético, tan apurado. Apenas se permitían tiempo para observar ni escuchar.

Finalmente, logré alcanzar aquella taberna. El cartel así lo indicaba, aunque no se veía como si estuviera en su mejor momento. Quizás por ello, precisamente, había tenido que entregar aquellos documentos junto con tantas otras cosas al gnomo del mercado. Me fijé en la alta presencia de caballeros negros, y me pregunté si aquello tendría relación con el alto mando malherido que había visto por el camino. ¿Acaso había sido allí donde había padecido tal percance? Si así era, supuse, me acarrearía algunas dificultades para tratar mis asuntos, pues estaría todo el mundo muy ocupado.

Me dirigí a la entrada y me interné en la taberna, dispuesto a buscar a quien lo regentase para preguntar por el origen de aquel documento que tanto interés me suscitaba.

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20/09/2017, 22:55
Dungeon master

A pesar de su nombre, los Cinco Dragones parecía un lugar sorprendentemente acogedor y agradable. Al ingresar por la pequeña puerta norte, Lobo Blanco accedió a la sala común. En ella se encontraban tres grandes mesas de madera con bancos a cada lado y dos hogares que mantienen en la habitación el calor y un dulce aroma. El suelo de tierra está recubierto de alfombras adecuadamente limpias. Una barra separaba las mesas de la cocina. En ese momento un robusto hombre secaba unas jarras con un paño limpio mientras hablaba con un comensal vestido con túnicas de viaje.

Además en el interior, Lobo Blanco solo vio otro hombre. Un anciano, con mechones blancos y con los ojos completamente en blanco fruto de unas cataratas que nublaban su visión. Éste hombre tomaba una sopa sentado tranquilamente en uno de los bancos de las grandes mesas.