Partida Rol por web

Bueno, entonces bajemos por la cuerda... si le haces nudos bajaremos aún más facilmente, eso me lo enseño un antiguo compañero.

Un sudoroso Ashima dice:

- Yo puedo intentar bajar por la cuerda trepando, tengo algo de práctica de las paredes de las gargantas que forman los riachuelos de nuestra tierra. El calor Rob... en el desierto hace mucho, pero esto es inhumano. Si me puedes ayudar de alguna manera te lo agradeceré.

Avalancha observo aquella fragil cuerda. Los cachocarnes bajaban por ella como cebo en un sedal, como gusanos viscosos... El forjado observo su cuerpo robusto y pegonun par de tirones a la cuerda. En fin, desde luego el no se iba a acobardar por un poquito de vertigo. Se sujeto con ambas manos y empezo el descenso.

El minotauro se puso a ayudar a sus compañeros en el descenso, con Ashima y Sylpher no tuvo ningún problema, le resulto bien sencillo. Luego fue el turno de Rob, su pesada armadura se hizo sentir, pero tampoco lo origino ningún problema. Por último fue Ava, este le resulto un gran desafío, pues el constructo pesaba demasiado y las temperaturas del lugar no le ayudaban a Roth, sin embargo lo pudo ayudar a bajar sin problemas. Todavía estaba el Kender a su lado.
- Si continuas a nuestro lado, puedes bajar conmigo, aferrate a mi por la espalda y bajaremos en un instante.
El minotauro empezó a bajar sin problema hasta llegar a donde se encontraban sus compañeros.
- Continuemos si les parece. Viendo el mapa, me parece que nos tenemos que dirigir hacia PM6A/PM6B. Seguramente hay encontremos algo. No les parece?
 

Robbie no lo veía claro, pero finalmente tras todas las ayudas que se expusieron decidió afrontar el peligro y trepar por la cuerda con la ayuda de Roth por si pasaba algo. Pero no fue necesario el impedimento de su armadura era superior a las ayudas prestadas por sus compañeros y finalmente empezó a caer al resbalar y soltarse de la cuerda y no poder volver a cogerla pues su armadura no le permitió girar el brazo como hubiera podido cualquiera sin armadura pesada.

El mago dubitativo, se queda agarrado a la cuerda sin moverse y después de reunir el valor suficiente, empieza a descender, leeentamente, hasta llegar al descansillo. Justo al pisar tierra firme, mira hacia arriba y ve como una masa de hierro se dirige directamente hacía su posición, por lo que sin pensarlo demasiado, le tira caída de pluma, Rob está de suerte, el instinto de supervivencia del mago, le ha salvado.

FFFFFFFFFFFFFFFFFFFFiiiiiiiiiiiiiiiiuuuuuuuuuuuuu, el mago en un exceso de confianza salva al clerigo pero el cae como  una bala de cañon , sangre sale de su nariz y se pregunta todavia en que ha podido fallar , debio de calcular mal

Mientras bajáis por el túnel que lleva al interior del pico, no sólo se hace más oscuro a medida que desaparece la luz del exterior, sino que, extrañamente, también parece refrescar un poco.Después de los primeros pies verticales, el túnel se inclina hacia abajo, permitiendo avanzar con mucha mas facilidad. Mide unos 20' de diámetro, más que suficiente para que estéis de pie, aunque bajar por la pronunciada pendiente hace que el progreso sea lento.El túnel sigue siendo una pendiente inclinada durante unos 500' antes de salir a una abertura que domina una gran caverna. 

¿Roth, puedes hacer eso que me ayuda a regenerarme? Creo que la rodilla no tendría que ir hacía atrás...

El mago seguía en el suelo hasta que el resto de sus compañeros bajo, no le apetecía moverse después de tan tremendo golpe.

Una vez que el minotauro se encontró con sus compañeros, se acerco a Sylpher y empezó a frotarse las mano, acto seguido las coloco en la rodilla de su compañero y estas se iluminaron. 
- Hasta aquí he podido utilizar mi poder. Ahora se encarga Rob en seguir curandote.
- Bueno compañeros, acá estamos. Seguimos avanzando antes de que ocurra algún derrumbe o algo por el estilo, no es bueno estar en lugares tan estrechos.
El minotauro quería salir rapidamente de ese camino.
 

Avalancha vio al mago caer y golpearse contra las rocas y penso: "se ha matado". Sorprendentemente, no fue asi y Roth restauro sus heridas.

-Buen salto, Sylpher, a la proxima avisa y me pondre debajo para cogerte. Ahora mejor seguimos adelante.

Rob dio las gracias en cuanto llegó abajo, que no fue poco tiempo y pidió perdón por su torpeza y que eso hubiese provocado que Sylpher cayese, además si no le hubiera salvado a él, seguro que hubiera podido lanzarse ese conjuro a él mismo para salvarse. Así que era su deber como caballero y como clérigo del bien sanar y restituir todas las heridas recibidas por Sylpher así como tratarlo con más cariño de ahora en adelante aunque no formase parte de los magos de las torres de la Alta Hechicería.

- Gracias Sylpher y siento que te hayas sacrificado por mi, y a la vez me alegra, así que yo sanaré tus heridas y a partir de ahora no te sermonearé por no formar parte de los magos de las Túnicas.

Una vez incorporado y con muchos rasguños, Agradezco las atenciones a Roth y a Rob y me incorporo. ¿He alertado a alguien con el ruido o aún contamos con el factor sorpresa? Pregunta el mago a Ashima, el batidor.

- Dadme un minuto para averiguarlo, manteneos en silencio mientras os recomponéis... no va con segundas Sylpher.

Ashima avanza unos metros por delante del grupo, y se para en una esquina de la caverna, quieto y atento, escuchando y escudriñando por si detecta algún movimiento o voces.

Os encontráis en la entrada de una sala enorme que parece formada por obsidiana sólida que brilla de modo extraño, lanzando sombras titilantes a lo largo del techo salpicado de estalactitas.Unos delicados puentes de obsidiana cruzan todas las grietas del suelo, conectando una gran cantidad de pequeños túneles alrededor de los bordes de la caver­na. Unas escaleras de la misma artesanía permiten un fácil acceso desde los túneles hasta el suelo, incluido el túnel en el que estáis ahora.Unos pequeños parches de musgo fosforescente crecen por las paredes del techo, proyectandouna luz difusa de color violeta azulado por toda la caverna. Quizá os engañan los ojos, pero después de un momento mirando la sala, empezáis a notar que la luz difusa parece hacer que el suelo desigual se ondule...

Al entrar en esta nueva cueva, el minotauro mira fijamente el suelo, pronunciando sus pensamientos en un tono muy bajo pero perceptible para sus compañeros y sin darse cuenta.
- Parece que los efectos del gas hizo efecto, que pasa que el suelo se mueve..
Sacando nuevamente su maza y colocandose su escudo en la mano izquierda, el minotauro esta listo para cualquier ataque.

Miro el musgo con curiosidad. Puede que sea algún tipo de musgo alucinógeno, de ser así, tenemos que salir de aquí de inmediato. Por si acaso, avancemos sin tocar ese musgo.

Rob ante las declaraciones de sus compañeros se cubre la boca y la nariz con un pañuelo para no respirar aquellos vapores alucinógenos y embrazó su escudo por lo que pudiera ser en territorio hostil. Mira al que lleva el mapa para ver para donde deben ir en aquella miriada de puentes de pidra cristalina y negra que es la obsidiana.

Avalancha miró arriba y abajo. Desde luego, aquello era raro. El forjado no tenía ni idea de cómo se formaba la obsidiana pero, secretamente, rezó al Señor de los Filos para que no fuera con fuego de dragón. Mencionaron sus compañeros algo sobre un musgo alucinógeno que a Avalancha le dió un poco igual, así que echó a andar por aquel extraño suelo sin más.

El minotauro estuvo de acuerdo con salir rapidamente de ese lugar, pues si enfrentaban a alguien ahí iban a estar en desventaja.
- Marchemos compañeros, no me quiero quedar en este lugar, me trae mala espina.
Acto seguido empieza a caminar adentrandose mas en el volcán.
 

Pronto focalizais mas la vista y comprobais que no se trata de ninguna alucinacion.Si vuestros ojos no os engañan, la obsidiana irregu­lar que (forma el suelo, las escaleras e incluso los puentes está hecha por completo de hormigas vivas del tamaño de perros grandes)

Por encima de los pasajes formados por estas hor­migas caminan otras de tamaño ligeramente mayor, ocupadas con varias tareas desconocidas, mientras que hormigas del tamaño de pequeños ponis parecen lle­var comida a varias partes del suelo. Veis que bajan la comida hacia abajo, donde desaparece, aparentemente para ser distribuida entre las pequeñas hormigas que forman la arquitectura de la colonia.

De repente oís el ruido de pasos rápidos tras voso­tros y, cuando os giráis, veis a cuatro grandes hormigas bajando por las paredes del tunel, cada una transpor­tando una carga grotesca en las mandíbulas.