Partida Rol por web

Al final de una avenida sin salida hay un gran edificio de dos plantas abandonado. Las ventanas están tapiadas, los muros están que se caen y el techo está lleno de agujeros. Un modesto establo está situado debajo de un saliente del edificio y la segunda planta tiene un gran porche exterior. Esta parte del Barrio del Río tiene muchos edificios como éste, algunos de los cuales proprocionan cobijo a los pobres y sin hogar, pero éste parece realmente abandonado. Ciertamente este edifico fue una vez una gran casa de comercio, pero ahora no es más que un cascarón vacío.

Merla guarda el plano en la mochila antes de señalar el viejo edificio:

-Ezahí.

Delilah mira el lugar intentando encontrar fuentes de posibles problemas...

Examináis el edificio desde una distancia prudente, pero no veis a nadie vigilante. Las únicas ventanas están totalmente tapiadas.

Ubim mira con recelo la burda construcción humana y tuerce la nariz mientras se mesa la barba pensativo.

Bueno, ya que hemos venido hasta aquí habrá que encontrar la forma de entrar y echar un vistazo. Por muy abandonada que parezca, debemos desconfiar. Tal vez haya una entrada camuflada, ¿o probamos con la que era la puerta principal?

Echando una mirada a Merla, señalo la construcción ¿no sabrás si hay alguna otra entrada verdad?, o al menos, podrías dar una vuelta por si vieras alguna otra entrada antes de que vayamos nosotros. El sigilo no es nuestro fuerte digo golpeándome el peto de la armadura

La mediana mira al enano con cara de sorprendida. Luego observa unos segundos la casa mientras traga saliva varias veces. Y finalmente asiente.

-Vamoz allá.

No hay ninguna otra entrada. Solo las dos de este lado.

Al cabo de unos interminables segundos, Merla regresa sana y salva.

-Nada, no zevé a nadie ni hay mázentradaz que laz doz que tenemoz porezte lado.

¿Has podido escuchar tras la puerta, Merla?

Aunque el resto del edificio está en ruinas, la puerta de la entrada parece relativamente nueva. Los remaches de hierro y la manivela de la puerta no muestran ningún signo de deslustre o herrumbre. Todo está tranquilo en el patio enfrente de la mansión.

Delilah examina la puerta y encuentra una pequeña alarma, pero no tiene problemas para desarmarla. Abrir la puerta es otro cantar, pero entonces Merla interviene y, con una facilidad pasmosa, la abre sin hacer apenas ruido.

Dos antorchas en soportes metálicos proporcionan solo una tenue luz en lo que debió de hacer sido una vez un grandioso recibidor. Incluso ahora, los bellos frescos describiendo la ciudad de Falcongrís son todavía visibles bajo una gruesa capa de suciedad y polvo. En el muro opuesto, encima de una doble puerta podrida, hay una daga pintada toscamente con una pintura verde brillante. Dos puertas más, una medio abierta son los únicos rasgos de esta habitación llena de basura.

Moviéndose sigilosamente, la curiosidad de Merla le impele a entrar en la sala y se dirigirse hacia la puerta entreabierta para descubrir qué se esconde al otro lado.

Con el alfanjón desenfundado, me quedo en medio de la habitación, mirando hacia todos lados

Ten cuidado digo a Merla cuando se aleja

Merla ve un pasillo con dos puertas a cada lado y que al final gira a la izquierda.

Te parece escuchar unos ronquidos cuando te diriges hacia la puerta.

-Nada poraquí--susurra la mediana para luego señalar a la puerta opuesta a la que está observando--Perallí zí hay arguien durmienda pierna zuerta.