Partida Rol por web

La ruta es larga, y obviamente de vez en cuando hay que repostar. Habéis entrado hace poco en el estado de Colorado, y aún os quedan unos trescientos kilómetros hasta llegar a Colorado Springs. Os habéis detenido en un bar de carretera a echar gasolina, comer algo y comprar provisiones. Os han atendido de mala gana, y en general podéis apreciar que la gente no tiene muy buena disposición hoy. 

Algo os llama la atención. Un grupo de moteros ha empezado una discusión en el local, y cuando os queréis dar cuenta, uno de ellos le parte una silla en la espalda a otro, empezando una pelea. La cosa no va con vosotros y parece que os ignoran, pero estáis en medio de todo.

Al ver el espectáculo que están organizando los moteros aparco por un instante la hamburguesa que estaba comiendo para observarlos con detenimiento.

- Chicos, atentos a esos. La cosa se puede torcer bastante si la pelea aumenta en intensidad. - susurro al resto del grupo mientras cojo nuevamente la hamburguesa y sin dejar de mirar a los moteros la llevo otra vez a la boca para seguir comiendo.

Guardaba una petaca en la chaqueta, mientras metía las demás provisiones que compre en una bolsa de papel [una botella de Jacks Daniel, papasfritas y condones]

Con la bolsa bajo el brazo, un cargado hot-dog y un café me sentaba en la mesa con el grupo que ya estaban comiendo...
Agarre con amor mi hot-dog y con la mirada clavada en el bombón rubio de Eckhart rodeaba la salchicha con mi lengua, para luego pegarle un mordisco a la puntita. 
Riendo puse mi vista en las bolas de cebo que se estaban peleando, la cosa no podía ir mejor.

-No tienes que preocuparte James, Yo estoy acostumbrado a esto. Si muestras miedo lo mejor es que te golpeen...-
Y nuevamente con una sonrisa en la cara mojo el hot-dog en mi café para seguir comiendo.

- Tranquilo. No será la primera vez que lidie con tipos como esos. - respondo a Ian.

Luego me fijo en la forma de comerse en hot dog.

- Puaj tío. ¿En serio te vas a comer el hot dog mojado en el cafe? - comento totalmente estupefacto ante el dantesco espectáculo sin perder de vista a los moteros.

Frunzo el ceño cuando empieza la pelea. Parece que estos chicos no son los únicos que se dejan llevar por la testosterona, pienso cuando la silla se parte en pedazos en la espalda de uno de los moteros. Miro por la ventana, comprobando que el jeep está suficientemente alejado de la pelea como para que no le ocurra nada.

- Acabad pronto - digo terminando la hamburguesa. Elevo la vista hacia el cielo cuando veo a Ian chupar su perrito. Al menos esta vez no soy el blanco de sus chanzas, lo cual es de agradecer, para variar. - No tengo ganas de meterme en medio de esta pelea...

Pienso en todo lo que nos queda por delante, en Robrek y el Corazón del Invierno. Realmente no tenemos tiempo para estas distracciones y, si no fuera porque tenía que repostar ni siquiera hubiera parado aquí.

Habíamos parado a repostar y comer algo. Yo tan solo había podido pedir algo de café, tenía el estomago sin hambre desde hacía rato, y no por haber comido, pero simplemente no me entraba ni un ápice de comida.

-No pienso tomarme el café deprisa por unos idiotas a los que partiría en dos sin despeinarme-conteste a mis compañeros y seguí con mi café tranquilamente y sigo pensando en la profecía y en como solucionar todo lo que tenemos que encontrar.

Eck negó con la cabeza:

- Olvidáos de ellos, si nos rozan, los dejamos fuera de combate y seguimos a lo nuestro. - Dijo mientas probaba su plato, la verdad era que tenía algo de hambre, el ejercicio con los gigantes daba hambre, que narices.- Bueno, ahora que tenemos claro que nadie quiere una pelea, ¿Alguien sugiere algo de charla? No se, para amenizar esto.

Mientras acercaba mi cabeza de costado sobre la mesa y metía la punta del chorreante hot-dog en la boca, mis ojos bien abiertos miraban a los de James que contemplaba el espectáculo.

Metí empujando hasta la mitad del hot-dog, llegándome hasta la traquea y sin ahogarme por que al igual que el grupo, soy hijo de un dios.
-Egsh qüe té etoy probamdo...- Le digo con la boca llena generando intriga. 

Cuando termino de masticar concluyo: -...Significa que si no te gusta ni te excita, puedo darte la espalda sin que mi trasero corra peligro.- Cuando concluyo estas palabras una mirada sospechosa paso de Hagger a Eckhart...

...Lo sabia...
...son medios raritos...

La pelea se endurece por momentos. Uno de los moteros saca una navaja, otro coge una botella de cerveza y la rompe para quedarse con los vidrios rotos, y otro usa la pata de una silla rota a modo de maza. Cuando parece que la cosa se va a poner fea, oís un grito.

- Eh vosotros, comemierdas. Quietos, u os lleno el culo de plomo

El camarero ha sacado una escopeta de dos cañones y apunta a los moteros. Los moteros, lejos de amedrentarse, comienzan a lanzar amenazas al camarero

- ¡Tu no te metas, viejo, o vas a  acabar mal!

- Ya me he cansado de todo esto. - digo aferrando la pistola, poniéndole la mirilla y levantándome.

Tras salir de la mesa empiezo apuntar a uno de los moteros mientras digo bien alto.

- A ver vosotros. Os han dicho que os esteis quietos y no me gusta repetir las cosas.

- Ahora soltad todas la navaja, la pata de la silla, la botella esa que acabas de romper y el resto de las armas que tengais.

El camarero gira el cañón también hacia ti

- ¡Tu! ¡Suelta eso ahora mismo!

Uno de los moteros, que no va armado, aprovecha el despiste para lanzarse contra el camarero, pero este es más rápido, vuelve a girar el cañón y descarga la escopeta contra el matón. El motero sale volando y se estrella contra una cristalera, haciéndola pedazos. No se vuelve a levantar.

- ¡Viejo de mierda, te vamos a matar!

Pero todo se queda en la amenaza. Aún le queda otro cañón por vaciar, y no parece que ninguno de los tres quiera ser el siguiente.

- Vamos a tranquilizarnos todos. - digo sin dejar de apuntar a los moteros.

- No volveré a repetir que dejeis las armas en el suelo.

Sin inmutarme por lo que hace y dice James ni el resto de los presentes, me acabo el café con tranquilidad. Justo cuando se oye el disparo y James advierte nuevamente a los moteros me acabo lo que me queda de mi bebida de un sorbo, con toda tranquilidad me levanto -Disculpe buen hombre, ¿le molestan esos...?- no se ni como denominalros -Si quiere puedo sacarle la basura- digo con una leve sonrisa en mi rostro mientras aprieto mis nudillos.

Dirijo mi vista hacia los moteros -Eh... vosotros, demasiado tarde para soltar eso, voy a sacaros de aquí y voy a partiros en dos- digo de forma intimidatoria con mi peor cara.

El dueño del bar saca una recortada y James se levanta con su pistola en la mano. ¡Hombres! ¡Todo lo tienen que resolver por la fuerza!, pienso mientras les miro, evaluando la posibilidad de tratar de imponer la calma.

Sin embargo no me da tiempo a levantarme y decir nada antes de que el camarero abra fuego, acabando con la vida de uno de los moteros sin a penas inmutarse. Frunzo el ceño fijándome en la expresión del barman, concentrado con su arma esperando a acabar con otro de los moteros si hace el más mínimo gesto de acercarse. Está claro que en el sur de Estados Unidos la gente es más impulsiva que en Canadá o en la parte norte donde vivo, pero disparar a alguien a quemarropa me parece una reacción exagerada.

Frunzo el ceño y sigo observando cuando Hagger se levanta. Al menos no ha desenvainado su espadón... Pero se acabaron las posibilidades de pasar desapercibidos. A poco que el gigante mire las noticias en la televisión, no tardará en enterarse de que estamos de camino.

La situación se me antoja por un momento dantesca, como sí... No puedo evitar girarme hacia Ian con un gesto ligeramente acusador. Sé que no ha hecho nada, pues de haber realizado algún truco mágico sin duda lo habríamos notado, pero Loki es tristemente notorio por sembrar la discordia y, desde luego, parece que alguien se ha dedicado a hacerlo en este bar.

Niego con la cabeza otra vez, esperando a ver cómo transcurren los acontecimientos.

La situación se había salido de madre, los moteros, el barman, James, Hagger... Demasiado para su paciencia. Miró a Hilda con un suspiro, antes de expresar su opinión:

- ¿Fumas? No se, es por hacer charla mientras aqui la gente suelta testosterona... No me apetece ir pegando palos de aquí a nuestro objetivo. Por menos de un gigante me niego... - Dijo sacando un cigarro. No pensaba fumar, pero esto superaba sus nervios.- Puto recreo.

La presencia de Hagger y James, sumada a la escopeta del camarero, es más que suficiente para que los moteros dejen las bravuconadas a un lado. Sueltan las armas, y retroceden lentamente hacia la salida.

Parecia suceder en cámara lenta: un gordo volaba por el aire mientras el resto del hot-dog entraba a mi boca...

Una sonrisa en mi cara se marco a fuerza de no burlarme, luego gire la cabeza para ver la reacción de mis compañeros.
Y en eso la encontré.
Los ojos de Hilda me miraban, acusándome y con clemencia a la vez, sabia que no era mi culpa.
Y en la forma en la que ella me miraba yo también fije mis ojos en ella, brillantes como cristal, igual que aquel que pide piedad cuando es acusado injustamente, y con cariño, para tocar su corazón y sepa que puede estar segura conmigo.

Luego ella saca la cabeza, como negando.
Sacando un cigarrillo digo, -Pasa fuego Eckhart...-