Partida Rol por web

Cybil parece recuperar momentaneamente algo de lucidez

- I... Ian...

Los ojos de la mujer se fijan en su medio hermano. A fin de cuentas, la sangre es la sangre

Ignoro los comentarios de Eck y la pelea pelea infantil que mantiene con Ian, asintiendo ante las palabras de reprimenda de los enanos. No sólo la situación es bastante preocupante de por si, sino que además estamos en casa ajena, por lo que deberíamos acogernos a sus normas.

Asiento ante las palabras de Hagger, sorprendida por que el grandullón proponga un gesto simbólico como el que acaba de decir. Con un rápido corte de mi espada, añado unas gotas de mi sangre al recipiente. Sin duda el destino se está forjando en este lugar si la sangre de cinco vástagos de los Aesir ha de ser mezclada para salvar la vida de la chica.

Casi suspiro aliviada cuando veo que Cybil reacciona. Al menos sigue viva, lo cual nos deja una oportunidad de salvarla.

- Descansa ahora, Cybil - le digo agachándome a su lado y sujetándole la mano. - Hemos traído todo lo necesario para curarte. Ya habrá tiempo de hablar después.

Miro a Ola y Brendan con un gesto casi suplicante. Realmente podremos salvar a Cybil con el Corazón del Invierno y todas las cosas que hemos conseguido... ¿Verdad? Después de haber fracasado en evitar el Fumbulver, sería muy duro perder a la hija de Loki.

Cybil me llama y alzo la cabeza sorprendido. Despego del sillón, caigo con una rodilla al piso, pico con la mano y arranco para la habitación como sin nadie hubiera visto eso.

-Permiteme Hilda- Le digo delicadamente mientras me hago un lugar a su lado, así guardando algo de cuidado con aquellos a los que le queda algo de cariño por mi.

-Que pasa muñeca?- Pregunto a Cybil en tanto tomo su mano para que sepa que estaba a su lado.

Cybil no dice nada más; simplemente agarra con fuerza la mano de su hermanastro mientras sigue temblando

Entre tanto, Borri ha terminado de revisar los componentes necesarios. Usando la daga Svartalf, ha cortado un poco del forro interno de la chaqueta de Ian, extrayendo unos delgadísimos hilos dorados a cuyos extremos ha atado los dientes de lobo. Luego ha enrollado el hilo alrededor del Corazón del Iniverno, y lo ha sumergido todo durante unos minutos en la sangre de AEsir.

- Bien, yo realizaré la operación. No hay tiempo ni medios para anestesia, pero de todos modos los delirios febriles son tan fuertes que dudo que sienta algo de dolor, y además la daga permitirá realizar la operación con limpieza, evitando pérdidas de sangre. Necesito alguien que la sujete con fuerza; el resto tenéis que repetir a coro una serie de cánticos que entonaré mientras se realiza la operación.

- Hagger, tal vez seas el más indicado para sujetar a Cybil. - le digo al chiquitín. El resto repetiremos los cánticos que Borri nos indique.

- Ya contaba con ello - dice Hagger arremangándose y situándose en la cabecera de la cama donde yace Cybil. Le coloca las manos sobre los hombros y le inmoviliza los brazos, sujetándola con fuerza. Cybil intenta resistirse al agarre, pero no puede hacer nada frente a la fuerza de Hagger.

- Que alguien le ate las piernas con una correa o algo, no sea que se ponga a dar patadas

-Vas a estar bien pequeña- Digo a Cybil besandole la frente y dejando reposar su mano a su costado.

Parandome, acomodo bien mi remera por debajo del pantalón y ajusto el cinto. Saco pecho y coloco las manos en forma de O  dejando los brazos caer.
-Haré el cántico con Borri, los demás sigan. Es fácil repetir, pero uno debe sentirlo, hay que recitarlo al unisono...- 

Eck se vio en igualdad de condiciones para una tarea u otra, de modo que prefirió dejar lo físico para Hagger, un guerrero más fuerte que él, y centrarse en la otra tarea, dejando la voz cantante a Ian.

- Te haré de coro Ian, tu guías y nosotros repetimos el cantico. No soy un experto en canticos pero al menos no la cagaré.

Borri coge el cuchillo Svartalf y se dispone a comenzar con la operación. Empieza haciendo una incisión sobre el pecho de Cybil; sorprendentemente, el corte no derrama ni una gota de sangre y corta limpiamente carne y hueso. Cybil se revuelve y grita, pero Hagger consigue mantenerla quieta. En cuanto el enano ha terminado la incisión y esta es lo suficientemente grande como para que quepa el Corazón del Invierno, coge el artefacto y se dispone a introducirlo en el interior de la mujer

- Bien, empezad a repetir conmigo

El enano pronuncia una serie de palabras en nórdico antiguo, una letanía a los AEsir

Trago saliva y asiento con la cabeza a Eckhart, para empezar a seguir el cantico

Resonando con las palabras del médico, el corazón parece resistirse a ser implantado en el cuerpo de Cybil y emite un pulso azulado. La temperatura de la habitación baja de repente y se puede sentir un frío que cala los huesos. Borri tuerce el gesto y sigue operando, atando los hilos de cabello a la caja torácica abierta de la mujer, junto al corazón "auténtico" de Cybil.

- Argh, se resiste. Habrá que darse prisa.

Borri continúa recitando mientras opera; Cybil vuelve a revolverse, pero Hagger la mantiene bien sujeta

Tuerzo el gesto y resisto, los pezones se me ponen como quinceañera excitada... Sigo el coro sin interrumpir, pese al frío...

El corazón deja de emitir pulsos de frío, y Borri termina de asegurarlo a la caja torácica de Cybil. El corazón brilla con más fuerza, y de repente comienza a latir. La herida se cierra instantáneamente, sin dejar ninguna marca.

El médico se aparta y se seca el sudor de la frente

- Bien, esto ya está. Ahora esperemos que funcione

Cybil deja de sacudirse y parece quedarse calmada; Hagger la suelta, y la mujer se queda tendida en la cama, inmovil.

Durante unos segundos no ocurre nada, pero de repente, con un crujido, las manos y piernas de Cybil vuelven a su posición original y recuperan su aspecto humano. La chica recupera un ritmo de respiración normal, y lentamente se incorpora. Se rasca la nuca, y unas cuantas escamas caen muertas al suelo, revelando piel humana sana debajo

- ¿Que... que ha pasado?

Eckhart se echó a reir al ver que ella despertaba al fín sana y salva. Miró a todos, sorprendido por el milagro que en realidad estaban viviendo:

- Pues ya te lo iremos resumiendo, pero lo más relevante es que el petardo de tu hermanastro ha encontrado vocación en la música gospel en vez de en los monólogos cómicos. - asintió amistosamente ante Ian, quizás no se llevaran bien, pero era un momento de felicidad para todos los Héroes de esa sala.- Y entre eso, la mano santa de Borri y el resto de andanzas, estás de nuevo entre nosotros. Ahora descansa, ya te pondremos al día más tarde...

Más o menos, intento seguir los cánticos para ayudar en lo posible a salvar a Cybil. Estamos confiando ciegamente en los enanos, pero hay poco que podamos hacer. El frío inunda la habitación, pero dada la afinidad con el hielo invernal que domina mi padre, no me afecta en lo más mínimo.

Cuando vemos que Cybil reacciona me doy cuenta de que llevaba un rato aguantando la respiración. Sonrío a Eck, completamente de acuerdo con él.

- Sí, descansa... - repito.

Me vuelvo hacia los enanos y asiento con la cabeza en un gesto de agradecimiento.

- Borri, Ola, tenéis que contarnos qué ha ocurrido, cómo Cybil había llegado a esta situación. - Aún sigo sin entender cómo el icor divino de la mujer no ha evitado esta extraña enfermedad, aunque resulta evidente que está de alguna forma relacionada con el Fimbulvert.