Partida Rol por web

El tipo carga contra tu mano, aplicando un duro puñetazo sobre ella para hacerte soltar la pistola. Es un golpe apurado, aunque fuerte. No obstante eso, no contaban con algo... Ahora hay vitae corriendo por tus venas para potenciar tus musculos al maximo. Mas facil que romper ese agarre seria cortar un remache con las uñas...

Los otros dos captan enseguida que si, sos lo que sospechaban, y eso parece incentivarlos a ser mas inteligentes... pero no mas habiles. El del atizador apunta a tu cabeza con la barra de fierro, aunque solo atina un golpe de refilon. El segundo se agacha, buscando derribarte. Pero not e logra tomar bien de las piernas en el revoltijo!

Siento el simbronazo del atizador que casi me abre la cabeza al medio pero con igual fuerza para marearme un poco, la maldita arma no funciona y desencasquillarla sería dejarme matar mi no-vida. El tercer sujeto trata una maniobra de derribarme y ya es hora de sacarme uno de encima o cada vez será peor. Lo que daría tener mi katana entre mis manos, ya hubiera acabado con uno seguramente y tendría el otro a punto ahora. Suelto la pistola y tomo el cuchillo buscando una solución rápida que quizás no sea la mejor pero estoy muy desconcentrado para pensar en otras opciones.

Me giro sobre los talones aprovechando el intento de tacklearme del segundo sujeto y me avalanzo sobre el que tiene el atizador. No busco sutilezas contra el primero de ellos, solo que caiga rápido y sin molestias, le doy dos fuertes puntazos en el medio del torax y ya la sangre sale automáticamente y su aroma me despierta el instinto primitivo.

Las puñaladas se clavan hondas en el tipo, atravesandole hasta el corazón sin vueltas. Cae hacia atras, dejando el atizador encontrar su camino al suelo junto a si, mientras la sangre brota a chorros por su pecho desnudo... Uno menos, ni duda cabe. El aroma de su sangre se suma alq ue ya habia en el galpon, calido y energico...

Los otros dos tipos, no obstante, no se ponen a hacer alharaca ni intentan ayudarlo. A ese nivel esta su amistad. En su lugar, el que intento derribarte cambia su tactica y se impulsa desde abajo, golpeando tu pecho y vientre con la cabeza y las manos, para intentar derribarte en un violento placaje!

Impacta de lleno, lo que no es poco ya que el tipo es algo mas grandote... La pelea todavia no esta decidida. No obstante algo es evidente y es que su entrenamiento resulta mucho mas pobre que el recibido por los ghouls Giovanni. "De calle", nunca quedo mejor dicho. Asi que con uno mas que caiga...

El agua que me molesta la vista me evita ver como el imbécil que tengo a mis pies se levanta sorpresivamente y cuando lo veo ya es muy tarde, lo tengo tan encima que solo trato de frenarlo con un brazo más para cubrirme que buscando hacerle una toma y resulta que me queda ahí, regalado. No lo pienso como con el primero y le intento enterrar la daga pero el tener a otro encima no me lo hace más fácil y yerro la punzada, pero la segunda no, la segunda no entró hasta el fondo pero lo suficiente para que la sangre salga a borbotones y se mezcle con sus mojadas prenda. Que hermoso aroma, tentador.

El sujeto restante no presta atencion a la lucha, sino que busca tu pistola para afirmarse. Luego de recogerla, se pone de pie justo para ver como su compañero va al piso atravesado, por la espalda con tu cuchilllo.

Por su parte, tironea hacia atras y forcejea, logrando hacer que el casquillo trabado salga, dejando el arma lista. Pero en esos segundos ya esta solo contra vos.

El segundo que ataqué cayó sin posibilidad de defenderse cuando su espalda fue atravesada por mi cuchillo. Soy consciente de que fue la fuerza en la puñalada más que la aptitud del arma lo que lo mató. Este también sangra profusamente y veo como más vitae cae desperdiciada.

El tercer y último contrincante por ahora de la noche tomó mi arma aprovechando que me ocupaba de su compañero y la destraba para buscar inútilmente defenderse de mi. Busco su mirada de terror al ver que no tiene escapatoria, que nada lo puede salvar. Pero estando entrenado se que cuando uno más se confía es a la vez cuando uno más se equivoca. Repaso al interior del lugar si alguien más quiere ser "valiente" y atacarme por la espalda pero sin dejar de prestarle atención al que tengo delante con mi arma prestada.

Le doy un golpe que si bien no es preciso le da tan fuerte que le hace soltar el arma a la vez que con la otra mano quiero empujarlo fuera del lugar, pero estoy agotado y lastimado con lo que la maniobra no sale como esperaba pero al menos quedó desarmado.

El flaco recibe el golpe y el fierro cae sobre el inmundo suelo, pero el no poder apartarlo con el empujon resulta ser un problema muy serio. Atrapado y sin otra salida que la puerta de la cual lo separas, no duda en zambullirse a por la pistola nuevamente. La alcanza y sin vacilar dispara casi a quemarropa desde la misma postura inclinada, con una punteria bastante impresionante, aunque entendible dado el estrecho lugar... La bala atraviesa tu pecho y roza el corazon, siguiendo su camino en un agujero que te recorre de parte a parte...

Nadie de los demas parece estar en condiciones o ganas de ayudarlo, por lo que esa ultima resistencia desesperada es todo cuanto queda. Lo que no quita que sea jodido todavia. 

El sonido del disparo me aturde levemente pero más el haber sido casi alcanzado en el corazón por esta mugre de tipo. Enfurecido con él por no dejarse matar como el resto busco sacarlo del cuartito del amor a fuerza de golpes. Pero me doy cuenta de que estoy muy herido y desarmarlo para luego golpearlo no creo poder hacer tanto ahora. Solo atino a darle un fuerte golpe y luego otro, lo trituraré a golpes al maldito.

El puñetazo lo dobla, pero aun asi no cae, sosteniendose aunque una bocanada sale de su estomago. Contrario a tus deseos va retrocediendo hacia el fondo del cuarto, mientras se agarra el punto golpeado con la mano libre.

Pero la otra todavia tiene una pistola y dispara. A pesar de estar temblequeante, te impacta de lleno.

La bala atraviesa sin estorbo casi tu cuerpo. Solo por su desequilibrio le erra a tu corazon, pero costillas y pulmones (ahora inutiles) son agujereados limpiamente.

Un nuevo disparo del maldito que me pasa de largo pero que por suerte no me lastima sale nuevamente de mi propia arma, aunque decir propia arma teniendo en cuenta lo que perdí en aquel hotel es un insulto. Cansado ya de recibir un disparo tras otro le doy un terrible golpe que lo desmaya. Vas a sufrir más de lo que piensas. Pienso para mis adentros, busco algo con que atarlo (si son esposas mejor).

Inmovilizado lo arrastro fuera del lugar no sin antes dar una mirada al interior buscando ver si alguno quería irse antes de que le diera permiso. - Ya vuelvo, no me extrañen y ojito con querer irse sin avisar. - Digo divertido con una sonrisa firme que obviamente era una advertencia.

Con el último de los atacantes afuera del lugar arrastrado a una esquina mientras dejo que el agua lo despierte a la vez que miro para todos lados todavía desconfiando dado que podría ser víctima de un sorpresivo ataque. - Y bueno, aquí estamos de nuevo hablando y tu ahora hablarás conmigo o te aseguro que la pasarás muy pero muy mal. - Si antes era una amenaza para él, ahora estando atado y sin sus compañeros debo de ser su peor pesadilla en estos momentos.

El interrogatorio tendra que esperar... Quizas te pasaste un poco, pero ni la lluvia cayendo sobre su cuerpo desnudo lo despierta. Apenas emite un quejido ronco al ser desplazado. Puede que le rompieras una o dos costillas con el ultimo golpe. Es el problema a veces de no saber donde contenerse. 

Por otro lado, el ganado dentro hace totalmente caso omiso de tu advertencia e intentan desesperadamente desatarse. Pero las cadenas son solidas y no tienen mejor suerte que antes durante la lucha, o en lo que llevasen cautivos. Sus gemidos y berreos escapan por la puerta abierta, aunque amortiguados por la lluvia y la tormenta que se desata sobre Buenos Aires...

Viendo que nada podré obtener de información de este muchacho que ya conoce sobre los vampiros y quizás tenga algo que ver con todo lo que me está sucediendo más sumado a que tengo bastante sed después de la rencilla decido saciar mi sed con el pobre. Aprovechando la fuerza que tengo todavía y que pienso utilizar con los pobres infelices que están dentro aprieto con fuerza la boca del susodicho justo cuando entierro mis colmillos en su cuello. La sangre comienza a fluir y aprovecho para curar mis heridas a medida que voy saciando mi sed.

No hay resistencia. La sangre no obstante sabe curiosa, igual de deliciosa que siempre que es caliente y “del envase” pero… algo diferente. Puede deberse a la dieta del ghoul o quién sabe.

De todos modos no es lo más grave. Puede que fuera la desesperación o el ansia del momento, pero tu hambre te hace pasarte de lo debido con el prisionero.

El apaleado ghoul no soporta el dolor agónico del beso que le das, y su maltrecho cuerpo convulsiona a medida que lo vas drenando. No tarda en morirse, encogiéndose de dolor como un feto, en el lodo y la lluvia. Un mal cálculo. La maldición Giovanni tiene ese precio letal… y parece que la costumbre de beber en frio o de moribundos te hizo olvidarlo.

El sabor me sabe excelente como siempre pero con algo "extra" que no logro definir. ¿Será que estaba drogado con éxtasis? No sería loco teniendo en cuenta que Lucas vende droga al por mayor. El ansia de la vitae me hace perder la oportunidad de interrogar al tipo este, sus temblores y luego muerte me confirman que me pasé de la raya. - Puta madre, me pasé de la raya. - Acomodo el cuerpo para que aparente estar "descansando" y lo reviso extrayendo lo que podría servirme o bien identificar lo que hacía a su vitae "especial" para luego volver hacia el cuartito de atrás entrando con una amplia sonrisa.

Pero justo antes del ingreso tomo mis recaudos, no vaya a ser que alguno se haya soltado y me esté esperando para romperme la cabeza del otro lado de la pared. - Buenas noches a todos, como me alegra que me hayan hecho caso y se quedaran quietitos para poder hablarles. - Repaso a todos los que están dentro con excepción del difunto descabezado. Viendo que siguen atados reviso a los otros dos y también retiro lo que me podría servir.

Los encadenados se acurrucan todavía más de lo que estaban, algunos en pose defensiva, otros simplemente tapándose, una llorando. Ninguno responde verbalmente, ni intenta nada, aunque tampoco podrían hacer mucho debido a las cadenas que los sujetan.

La única suelta es la que estaba gozando de los tres que ahora son cadáveres, pero si bien se ha recuperado lo bastante para sentarse, solo tiene los brazos cruzados sobre los senos, y la mirada baja fija en el suelo. No parece ni hostil ni interesada más que en pasar desapercibida.

Aquel corral (difícil definirlo de otro modo) no tiene nada más que lo básico para mantenerlos cautivos. Un aire acondicionado mantiene el ambiente tibio. Salvo sus harapos, no les han dado ropa, y por lo que parece tampoco tienen forma de ir al baño. Hacen sus necesidades contra las mismas paredes.

Por otro lado no se ve equipo de extracción, pero la salita a un costado, la única continuación del lugar, debe ser eso mismo. La operación de Lucas era rudimentaria… como cabría esperarse de un villero. Pero considerando la cantidad de sujetos (muchos más de los que podías desaparecer en  Santa Fe sin poner a la policía en guardia) se compensa...

Ni un maldito celular veo por estos lugares y encima los tres tarados que podrían haberme dicho algo ahora están muertos. Muy frustrado por como se siguen dando las cosas me acerco a la joven desnuda que se cubre su cuerpo, la miro ya sin el interés de antes que me despertaba ver siquiera una mujer atractiva. - Bueno, serás mi guía turística. - La tomo gentilmente del brazo mientras con mi mirada penetrante ingreso en su mente. - Seguro tu podrás ayudarme a saber que pasó aquí. - Con una fuerza de dominación increíble en mi vuelco toda mi fuerza en ella para que me cuente todo lo que sabe sobre los hechos. - Si alguien quiere colaborar con las preguntas siéntase libre, mientras más me cuenten más chances de salir mejor que ellos tienen. -  Escruto a todos con una mirada fija y determinada. - Solo vine por respuestas y no me iré sin ellas. - Pero cuando vuelvo mi mirada a la joven que se tapa con pudor cambio a una más agradable. - ¿Por donde íbamos? Ah si. ¿Cómo llegaste acá? ¿Hay alguien más aparte de ellos? - Pregunto señalando a los cuerpos de los caídos. - ¿Sabes que hay en el otro cuarto? ¿Y en la casa del otro lado del patio? -

La chica no se resiste. De hecho es sorprendentemente dócil a las manipulaciones tanto mentales como físicas. Pronto se hace evidente el porqué.

-… me secuestraron… Un chico muy lindo en el baile, me invito a tomar algo. Charlamos y me maree, pero pensé que era el alcohol. Fuimos a su casa. Cuando me desperté estaba acá. No se hace cuanto que paso eso. ¿Qué día estamos?...jaja… ni se dónde estoy.

Frunce la boca, aguantando la risa levemente histérica para seguir contestando.

-… Aparte de eso todo lo que sé es que estaba encerrada con todos estos otros. De vez en cuando me hacían donar sangre. +al decir esto cabecea hacia el cuarto de atrás, indicando donde hacían esa operación+ Otras veces alguno lo dejaban darme, o me hacían chupársela... A algunos los sacaron y nunca volvieron, otros llegaron hace poco. Esos tres que me estaba cogiendo eran los favoritos de la jefa, de los que más tiempo tenían acá, pero estaban igual que yo... que todos nosotros. El pibe que me trajo era distinto. Su novio, o algo asi. Los dos viven en la casa adelante, pero a nosotros no nos sacaban más que al patio de vez en cuando.

Algo sorprendido por la felicidad que porta esta muchacha me hace pensar que con la sangre consumida quizás termine igual. - Y... ¿A qué le estuvieron pegando ahora? - Mientras con un galante gesto la invito a levantarse mientras la guío sin sonrojarme, por cuestiones obvias, hacia el cuartito de atrás.

- Oh que torpe, dejé mis cosas atrás. ¿Podrías abrir la puerta por mi? - Le pregunto amablemente mientras espero que si la puerta tiene una descarga eléctrica se descargue con ella. Pero no por ello dejo de ir hacia el otro lado en búsqueda de algo que sirva como excusa para mi vuelta. Cuando estoy a cierta distancia sostengo la pistola con cierta firmeza por si acaso por si alguien asoma sorpresivamente.

-¿Pegando? +pregunta un instante, antes de pensar+ ¿Merca dice? No… no nos dan esas cosas. Dicen que nos arruina y nos quieren sanos… Valemos más. Lo único que nos dan extra aparte de la comida es el jugo loco, un energizante.

Con tranquilidad responde mientras abre la puerta sin inconvenientes. Ni siquiera está cerrada.

Adentro se encuentra lo esperable. Una camilla, y material de transfusiones, así como un surtido de botellas plásticas de gaseosa algo desconcertante. En vez de sachets parece que usaban eso para almacenar la vitae… También se aprecian un par de cosas que no tienen mucho que ver con el trabajo, como son un poste y un caballito de madera, además de algunos juguetes sexuales anatómicamente correctos. Lucas y sus jueguitos… Dentro de lo que cabe el lugar esta medianamente aseado y no hay rastros de otra amenaza. Al menos eso ya no es una preocupación. ¿Pero dónde carajo está el dueño?