Partida Rol por web

El lobo resiste el embite, gracias a la cobertura que le proporciona su duro pelaje apenas sufre daño.

Marwina ataca con su espada al lobo tratando de acabar con el a gran velocidad.

El lobo gime ante el espadazo...

Marwina consigue esquivar el embite del maltrecho lobo que tiene delante, dejándola en posición de acabar con la criatura. Darren nuevamente confía en su armadura cuando nota que el lobo que le intenta morder lo hace desde una posición débil, con poco impulso. Y no se equivoca, pues el mordisco no llega a penetrar hasta la piel. Pero no ocurre lo mismo con el segundo lobo, que se aprovecha del flanco indefenso del guerrero para morderle en un costado.

Imbrodiel también sufre el acoso del lobo que se encuentra a su lado, el cual no desiste en morderle la pantorrila de nuevo...

Se movió en línea recta hasta quedar detrás del guerrero y volvió a conjurar las palabras mágicas que recitó instantes antes. De nuevo, de la palma de su mano brotó energía que impactó contra el lobo que tenía frente a ella y que atacaba a Imbrodiel.

Tayza hace un buen uso de su energía mágica, impactando en la parte más débil del lobo y causándole un gran daño...

Me muevo ligeramente para proteger mejor a Tayza. Es mejor que quien se enfrente a estas bestias lleve armadura. Esquivo un par de embites y me las apaño para contrarestar con mis espadas en un amplio giro.

      Una vez más, confié en mi armadura, y una vez más funcionó... o eso pensé hasta que un agudo dolor me golpeó cuando el lobo que me flanqueó logró herirme con su mordisco... "Maldita sea, estas criaturas son inteligentes...".

     Sin embargo, el dolor no me desanimó, sino que volví a cargar con furia, invocando el nombre de Pináculo, contra el lobo que tenía de frente, y cuando este expuso por un sólo instante su cuello pútrido el acero Cousland se encargó de administrar el justo castigo a la horrible criatura, devolvíendole con un chorro de sangre espesa al infierno del que salió.

Marwina, aprovechando que el lobo que tiene cerca está despistado luchando con Imbrodiel, salta con la espada por delante. Al no ver venir el golpe, Marwina consigue clavar la espada casi hasta la empuñadura, provocando un chillido aterrador en el lobo, que resiste sangrando abundantemente.

Los lobos, asustados ante la superioridad del grupo, decide salir corriendo.

           Me mantengo estoico observando como las cobardes criaturas salen corriendo, y aguardo en posición de alerta el tiempo justo para asegurarme de que no hagan intención de volver. Una vez me siento seguro de ello, me aproximo al cadaver que estábamos estudiando, y musitdano una disculpa arranco un trozo de tela para limpiar de mi espada la sangre corrupta antes de devolverla a su vaina.

           Mientras afianzo el escudo en mi espalda, camino hacia el otro cuerpo inerte, y me arrodillo ante el mago que hace unos instantes había sido nuestro compañero. Arrodillandome junto a el, me quito el guante de la mano derecha y busco en el cuello su pulso, para girarme hacia mis compañeros con gesto apesadumbrado.

          Me temo que nuestro compañero Magnus ha muerto... - Con dos dedos, cierro con delicadeza sus párpados - El Hacedor lo acoja en su regazo, pues luchó con valentía y honor... Aunque en estos tiempos oscuros no siempre es suficiente.

          Incorporándome lentamente, me aparto del cadaver de Magnus y me encamino hacia Tayza.

¿Los demás os encontrais bien? - Una vez al lado de la "sanadora", le pongo una mano en el hombro, y le miro directamente a los ojos - "Sanadora" -, puede que ahora nos seas muy útil, temo que las heridas infligidas por esas criaturas puedan infectarse... He visto heridas infectadas en el pasado y no es agradable.

- Por supuesto. - sonrió asintiendo antes de deshacer su petate y sacar sus hierbas medicinales - Empezaremos con la señorita... - suspiró empezando a examinar sus heridas y aplicando sus ungüentos en estas.

Después examinó al arquero, que estaba mucho más grave que el resto, a excepción de ella; en lugar de utilizar su capacidad curativa, recitó unas palabras en un murmuro, su mano se iluminó impregnando la piel del elfo con una grata calidez que cerró parte de sus heridas.

Observó luego las heridas del guerrero, dedicando una sonrisa a este más por afinidad que por atracción, ya que era el único humano aparte de ella del "grupo", aunque tras la baja del mago, ahora eran dos elfos y dos humanos. Sus heridas no eran muy graves, en comparación con las de ella, así que volvió a usar sus hierbas medicinales.

Una vez curó a sus tres acompañantes, volvió a murmurar las palabras mágicas que había recitado frente al arquero elfo, aunque esta vez elevó el tono en la última parte del conjuro, sus manos se iluminaron, está vez las dos y comenzaron a cerrar las heridas de su abdomen, dejando una marca de sangre seca sobre sus ropas.

Cuando los lobos se alejan no puedo evitar un suspiro de alivio.

Buf...a enemigo que huye puente de plata.

Cuando dejo caer el brazo noto la sangre chorrear. Cuando Tayza se me acerca y me cura me siento aliviado.

Gracias, Tayza. Tendría que haber aprendido a usar el escudo, como Darren. Digo sorniendo con una sonrisa blanca como la nieve.

      Tras ver como Tayza comienza a aplicarse en la curación de los compañeros mas graves, me acomodo en una roca para recobrar el aliento y echar un vistazo a las heridas. No son nada del otro mundo... pero más vale prevenir. Desde mi asiento, contemplo con atención las maniobras de la sanadora, y una vez más, me llama la atención algo que me había parecido ver durante el combate pero no estaba seguro... Sin duda, esta joven utiliza la magia... Y si lo ha intentado ocultar durante todo el viaje, sin duda significa que es una apostata... Habrá que vigilarla de cerca, aunque no parece mala ni peligrosa...

      Finalmente se dirige hacia mi, y cura mis heridas con algunas plantas. La sensación es bastante agradable, asique, ignorando el modo en que se cura a si misma, le dirijo una gran sonrisa y le agradezco la ayuda con la voz mas dulce que me sale.

Muchas gracias... Sin ti, podíamos tener problemas mas serios, tus habilidades son... fascinantes. - Le guiño un ojo de forma cómplice, al fin y al cabo, ya viajo con dos elfos un tanto sospechosos de tan armados que van, no veo por qué no iba a aliarme con una apostata que se dedica al bien... sin duda el Hacedor aprobaría que emplee su magia para curar a los heridos. Tras reflexionar sobre todo esto, me dirijo a todos en general, con un gesto de la cabeza señalando a Magnus - ¿Qué hacemos con el?

¿Que quieres decir?¿Crees que lleva algo de valor encima?

Imbrodiel se acerca al cuerpo y empieza a registrarlo.

      Al ver como el elfo comienza a rebuscar en el cuerpo de Magnus, mis ojos se abren como platos y me incorporo con rapidez, increpándole con tono escandalizado.

¡Eh! ¡¿Se puede saber qué haces?! Era nuestro compañero y ha muerto luchando a nuestro lado, ¿cómo puede ser saquearle lo primero que se te ocurra? Yo me refería a si lo enterramos, o quemamos, o algo asi...

Vamos! A él no va a hacerle falta ya!

Imbrodiel se encoge de hombros como si el no hubiera hecho nada malo.