Partida Rol por web

Tuviste que dar un par de rodeos, pues había muchos escombros y árboles caídos en algunas calles. Lo que normalmente te llevaría unos pocos minutos, ahora era un recorrido tortuoso con numerosas marchas atrás y no pocos caminos llevados por la intuición. 

Lo que te llevó a la rivera del rio… Nunca imaginaste que el siempre manso rio pudiera ponerse de esa manera. Sin duda el caudal había aumentado al doble, quizás más. Las aguas bajaban arremolinándose y a gran velocidad, provocando olas y espuma blanca que impedía ver bien. Viste flotar algunos árboles y basura, formando escollos en ciertas partes donde el fondo era menos profundo. Cruzar era prácticamente imposible y arreglar el puente una tarea peligrosa.

Pronto llegaste a la represa, la cual parecía estar bien, más allá del enorme caudal de agua que soltaba y el tremendo rugido del agua que apenas te permitía oír tus pensamientos. Un guardia grande y pelirrojo te dio la bienvenida con la cabeza, sonriendo como si estuviera todo bien, mientras te abría la reja para que pasaras. Todo el lugar estaba enrejado, lo que le daba un aspecto a prisión de tv.

Antes de poder siquiera dar un par de pasos hacia el interior del recinto, un sujeto alto y canoso salió del edificio. Tenía la ropa arrugada y un poco descolocada, el rostro cansado y ceniciento, pero se acerca a tu posición a paso rápido y firme.

-Alcalde Batterman, Hedeon Dukovich- no lo habías visto nunca en tu vida-. Encargado de la represa desde hace muchos años- casi parecía que aclaraba esto por ese fugaz pensamiento-. Seré directo y franco: La represa debe dejar pasar tanta agua como pueda para no ser superada por al presión del agua- señaló hacia las montañas sin dejar de mirarte-. Tuvimos en unas horas la misma cantidad de agua de un año o más- sus ojos se clavaban en ti como si fueran de hielo, aunque no fuera su intención intimidar, sino más bien mostrar lo delicada de la situación-. Creo que será así por una semana o dos, pero la represa aguantará… Mientras todo funcione bien y no llueva así otra vez. El rio seguirá caudaloso todo este tiempo, le sugiero que no deje a nadie acercarse… aunque habría que ser muy idiota para hacerlo- eso significaba que el puente tendría que esperar bastante tiempo y que no podrían salir en caso de alguna emergencia grande.

Escuchar la voz de su amiga tras la otra línea hizo que soltara el aire que guardaba en los pulmones mientras sonreía, aliviada, al saber que estaba a salvo y con las mismas energías de siempre, incluso teniendo que retirarse levemente el teléfono por el grito que soltó.

Seguía caminando, estando atenta de la calle y a la conversación a partes iguales. Iba a responderle cuando escuchó una llamada externa sobre alguien desaparecido, sin ser la primera vez que oía al respecto. La tormenta habrá hecho de las suyas.- No quiso darle importancia al pensar que el día ya era bastante duro por hoy, aunque la identidad del desaparecido tenía que reconocer que le daba curiosidad.

- Dobby estuvo alterado por los truenos, y casi se me inunda la casa. Un caos.- Recordar su casa siendo una piscina hizo que volviera a sentir durante unos segundos el cuerpo cansado por el arduo esfuerzo. No quiso responderle a la última pregunta. Echaba de menos a Andrew, más al saber que no podían quedar como una relación convencional quedando relegadas sus visitas a pocas horas a la semana. Pensó seriamente en llamarle, confirmar que estaba bien, pero no quería molestarle tan temprano por si estuviera ocupado.- Hoy se avecina mucho trabajo en el hospital. Cuando esté libre vuelvo a llamarte y me cuentas sobre el chico.

Si no la requería más, colgó y, mirando unos largos segundos el móvil, dudó sobre si mandarle al final un mensaje aunque tuviera que controlar lo que escribiera por si alguien leía. Al final cedió a la presión al ver los heridos que se agrupaban torno a la entrada del hospital. Buscó su contacto y, con dedos ágiles, tecleó el mensaje:

¿Estás bien?

Quería contarle que estaba preocupada y ojalá pudiera ir a verle, pero el trabajo que le esperaba por delante posiblemente la mantuviera ocupada gran parte del tiempo. Una vez cruzó el umbral que separaba la calle del hospital, silenció el teléfono y lo guardó en el bolso, preparada para el trabajo.

Al entrar por la puerta saludó a todos con una leve sonrisa mientras miraba, por encima, las heridas de los primeros atendidos, comprobando que no fueran lo suficientemente graves como para necesitarla, y aprovechando para buscar a Timothy, Olivia o la señora Swacht sin éxito, creyendo que estarían en alguna sala aparte asumiendo la pérdida.

No le costó encontrar a los primeros, sus voces sobre el murmullo de los pacientes les delataban, acercándose a ellos mientras se hacía un improvisado moño para que el cabello no le molestara.

- Ya estoy aquí, ¿todos bien? – Preguntó más por sus respectivos hogares que por la discusión, una cortesía camuflada en curiosidad

 Cuando Wilson y entró y apenas se dispuso a pensar como presentarse al encargado, este ya le había explicado la situación de una manera tensa pero rápida. Se podía ver que no había tiempo para formalismo. El alcalde escucho pacientemente al hombre, cuya experticia y sensatez le hacían ver que no estaba exagerando la situación y realmente se encontraban en un problema serio. Que el pueblo no se pudiera comunicar con el exterior sería un infierno; especialmente en una época tan moderna de la ciudad con tanto contacto con el resto del mundo. El aislamiento llevaría a Sonnenlicht a la misma situación que en el 1800, cuyos únicos vecinos eran la flora y la fauna.

 Pero al mismo tiempo, el riesgo de que el dique se rompa no podía siquiera ser puesto como posibilidad. Wilson tuvo que dar un suspiro con un tono de tristeza para desahogar el sentimiento de impotencia.

- ¿Realmente no hay otra posibilidad, no es así? No arriesgaría la estabilidad del pueblo por nada, pero... la salida al exterior era una arteria vital del pueblo. Ahora solo hay montañas y bosque en nuestros alrededores. Confío en su palabra y en que la presa aguantara... sin embargo, tengo otra consulta...

 Wilson saca de su bolsillo un pequeño pero útil plano del pueblo. Se nota que es algo antiguo y desactualizado, pero tiene utilidad para lo que el alcalde quiere discutir.

- Como puede ver, ademas del puente que da al exterior, tenemos un puente menor que da a la pequeña zona portuaria del este. ¿Que ha sido de él?

Advierto de pronto que mi teléfono móvil ha comenzado a sonar. Al echar un vistazo, veo que se trata de Luana, por lo que decido aceptar la llamada y me llevo el celular al oído:

-¡Ey! ¡Hola, Luana! -saludo a mi compañera, en un tono optimista a pesar de las circunstancias-. ¿Qué tal te fue ayer? Justo ahora iba a dirigirme a comisaría por si podía ayudar en algo al sheriff. ¿Encontrasteis encontrar algo de interés buscando al primo de Dylan Kuchen?

Dukovich se calzó unos lentes que sacó de su camisa para luego observar el plano que le mostrabas. Arrugó los ojos intentando fijar la vista, hasta que pareció al fin pareció ver con claridad el mapa.

-Este puente- dijo señalando el mas pequeño- no se ha caído. Es cierto. Pero...- te tomó del brazo y te condujo hasta la presa, donde el sonido era ensordecedor. Señaló hacia donde debería estar el puente a lo lejos. Solo viste el agua formando grandes olas blanquecinas, hasta que dirigiste tu mirada hacia la costa, donde debería empezar el puente. Podías ver que el puente comenzaba, se internaba unos metros y luego desaparecía bajo el agua-. TODO EL AGUA PASA POR SOBRE EL PUENTE- te rugió cerca del oído-. YO NO PASARIA POR ALLÍ SI FUERA USTED.

​Luego señaló la sección que continuaba mas allá del dique, mas hacia el Este. El agua había generado un derrumbe de la ladera de la montaña, dejando ese camino inaccesible de momento.

-CASI PARECIERA QUE ALGUIEN NO QUEIRE QUE SALGAMOS- dijo con lo que parecía una media sonrisa o un gesto de fastidio.

Suspiré de alivio al ver que el resto de la tropa estaba, más o menos, en buen estado. Me preocupaba Ellie, en su estado no debería ni venir a trabajar, pero no había manera de convencerla.

Una vez todos reunidos me puse a reflexionar sobre el mejor curso de acción, pero el intenso dolor de cabeza no me dejaba pensar con claridad. Había sido una noche horrible y sería un día larguísimo. Sólo esperaba que no fuera a peor. Tras un rato más largo del que me hubiera gustado, por fin me decidí.

-Harry, dirígete al ayuntamiento. Pregunta si están haciendo algún balance de daños, una estimación de lo que ha sido destruido o algo así. Si allí no han empezado a hacer una lista de los daños, ayudadles vosotros a empezarla. Necesitamos saber cuanto antes el estado general del pueblo.

-Karl, llama a la radio y pregunta si están en condiciones de retransmitir algo. Si pueden, diles que todo el mundo que pueda ayudar lo notifique bien llamando a la comisaría o personándose aquí directamente, y que si han sufrido pérdidas o problemas graves lo notifiquen en la alcaldía. Si no funciona la radio, coge una patrulla y paséate por el pueblo esparciendo por el altavoz la información. Una vez lo hayas hecho ayuda a Harry con el balance de daños. 

-Ellie, hoy va a ser un día movidito, no quiero que te sobresfuerces pero necesito que atiendas a todo el que te llame y anotes todo lo mejor posible. 

-Geli, no tengo una tarea con la que puedas ayudar ahora mismo. Yo me voy a dirigir al hospital a ver cómo está todo por allí. Puedes acompañarme, pasear por el pueblo para ver dónde puedes ayudar, o hacer cualquier otra cosa. 

Respiré profundamente, intentando centrarme y olvidar el malestar general que sentía por la horrible noche que había pasado. Era momento de actuar, ya me derrumbaría esta noche cuando la jornada hubiera terminado. 

-Ahora que todo el mundo tiene claro su  misión, no hay tiempo que perder. Tened siempre los walkies encendidos e informad de forma regular de los acontecimientos. Eso es todo chicos, ¡a trabajar!

 Apenas podía concentrarse con la semejante orquesta natural que provocaba ese agua, pero había comprendido claramente que no había manera de salir del valle. No le pareció muy cómico el comentario de Hedeon; lo último que desearía es que esto fuera al plan malévolo de algún loco desquiciado. Pero un desastre natural tenía diez veces más sentido que esa locura. Tampoco le gustaba que le gritasen en el oído, pero no todo podías salir a su manera.

- ENTONCES PARECE QUE NI SIQUIERA TENEMOS ACCESO A AQUELLA ZONA. NO ME PREOCUPA DEMASIADO, PUESTO QUE ALLÍ SOLO HAY ALMACENES Y COSAS DE PUERTO. SOLO ESPERO QUE NO HAYA QUEDADO NINGUNA PERSONA AISLADA...

 Necesitaría un caramelo de miel después de eso. No estaba acostumbrado a forzar su voz de esa manera; aunque eso suene extraño viniendo de un político. Devolviendo el gesto, tomo de brazo al encargado y lo dirigió un poco más lejos de la presa.

- Hmm... tengo que avisar a toda la población antes de que cunda el pánico. A nadie le gusta quedarse encerrado... Dukovich, cualquier cosa que necesite o cualquier ayuda que le podamos prestar, no dude en contactarse con la alcaldía directamente. Tenemos que limpiar y reconstruir bastantes cosas en el área urbana, pero... arreglar la presa es la prioridad. Nada ni nadie nos va a aislar, o mi apellido no es Batterman... ¿Puedo contar con usted?

Me alegré de sobremanera al escuchar la voz de Erick y, inconscientemente sonreí. El no estaba conmigo, pero sabía que probablemente "oyera" mi sonrisa.

- No, no encontré nada - le dije a mi compañero, subitamente menos cabreada por la situación con la casa. Pensé en el chico que había conocido, el mochilero... - Solo un turista extraño, un mochilero. - le comenté. - Pero ahora mismo mi casa es un desastre. La verja del jardín y una ventana rotas, toda la calle inhundada - Le comenté con más seriedad. ¿Cuánto costarían las reparaciones? - En fin, llamaré a mi madre para que venga a echar un vistazo y voy contigo a hablar con el sheriff, si ese chico sigue perdido hay que encontrarlo. Con la tormenta que hubo ayer..... - dejé las palabras en el aire, preocupada.

- Si vas al hospital voy contigo.. Solo tenía claro que no iba a estar todo el día deambulando sin hacer nada.

-Oh pobrecillo- murmuró Elizabeth cuando oyó lo de Dobby, también lanzó un “uff” bastante fuerte con lo de los estragos de la tormenta-. Entiendo Eve. Hoy será un día de locos, para todos. Me quedaré aquí hasta que esté todo organizado. Me gustaría ir a dormir a mi cama… pero como esta vacía mejor me quedo- una cantaría carcajada resonó en la línea antes de agregar-. Nos vemos. Cuídate.

Elizabeth cortó y aprovechaste para enviar un mensaje a Andrew, aunque no sabías cuando respondería. Guardaste tu celular y te dispusiste a trabajar.

Cuando amabas entraron, Korper y Olivia se giraron al mismo tiempo, mostrando diversas emociones. Timmoty parecía sumamente afectado, el rostro pálido y sudoroso, bastante diferente de su habitual semblante frio y distante. Olivia estaba enojada y enojada de verdad, no como cuando fruncía el ceño para mantener el control del hospital o hacerse respetar, esa vez en verdad se veía enojada.

-Ho… Hola. Sí, todo bien- sus ojos fueron de una a otra pero con rapidez bajó la mirada, perdiéndola en el suelo blanco de la habitación. Alzó la mirada lo justo para ver a Olivia, quien simplemente se cruzó de brazos. El medico pareció desmoronarse con ese simple gesto, dejando caer sus hombros y su cabeza, totalmente derrotado-. Perdimos el cuerpo de Swacht…

-¡¿PERDIERON QUÈ...?!-su voz fue más alta de lo que pretendía, pero la nueva noticia le cayó como un balde de agua fría. Se frotó la frente confundida-. Explícate.

Olivia alzó una enorme mano, pidiendo discreción con ese simple gesto. Le lanzó una dura mirada a Korper antes de empezar a hablar.

-Cuando Swacht murió, fue llevado a la morgue de aquí- la morgue del hospital tenia espacio para dos tres cuerpos y una bandeja para autopsias, un escritorio diminuto y una silla. Nada más. Se ubicaba en lo que sería el sótano del recinto y fue construido hacia bastantes años-. Timmy lo bajó y cerró la puerta. En la mañana volvió para hacer el informe y el cuerpo no estaba.

Harry asintió a todo lo que el Sheriff ordenaba, teniendo el rostro serio y atento. Realizar la tarea de ir a la alcaldía le tomaría unos minutos, ya todo lo demás seria ligeramente más problemático.

Karl se mordisqueaba el labio mientras escuchaba, dedicándole una mirada de muda suplica a su esposa cuando Strarrosa le pidió que no se sobre esforzara. Luego se dirigió hacia el teléfono para comenzar con su labor.

Ellie solo sonrió y asintió una vez, girándose hacia el teléfono y sacando un bloc para comenzar con el día.

Fue curioso, pero ninguno dijo una palabra, simplemente comenzaron a trabajar apenas tuvieron sus tareas asignadas. Sabían que perder el tiempo era un lujo que no se podían permitir, que cada segundo contaba y una organización rápida podría salvar muchas vidas.

Estaba terminando de preparar su moño, pasando la mano por el cabello para que no hubiera ninguno suelo cuando escuchó sobre la extraña desaparición, quedándose unos segundos muda para asimilar el “secuestro”. Cuando iba a hablar Lara se adelantó, terminando de hacerse el peinado de forma rápida sin importarle que se viera mal, colocándole una mano sobre su brazo para que se relajara. No era plan de alertar a los pacientes.

- ¿Cómo va a desaparecer un cuerpo así como así? - ¿Sabía la señora Swarcht sobre esto? Bastantes disgustos tendría como para sumarle un cadáver a la fuga.- Debe ser un error, ¿habéis comprobado que no esté en otro cubil? Anoche hubo una tormenta, era imposible salir prácticamente de casa y si alguien sale hoy con un cuerpo sería demasiado cantoso.- No quería pensar en desmembramientos o huidas en bolsas de plástico, era imposible.- Tal vez se haya traspapelado con el informe, en cualquier caso debe seguir en el edificio.

La pareja de viejos amigos se dirigió a paso rápido hacia el hospital, era raro que nadie contestara y solo podían suponer que tenían mucho trabajo o las líneas no funcionaban tan bien a causa de la tormenta.

En la sala de espera se encontraron con cinco personas esperando, ninguna parecía tener un estado grave, sino más bien algunos cortes y golpes varios. Una niña lloraba mientras su madre intentaba calmarla. No había nadie a la vista más que esas personas.

-Comisario, Padre- la mujer que intentaba calmar a la niña les miró con una sonrisa triste-. Menuda noche.

Un suave coro de sonrisas siguió al remedo de broma, pues a todos había afectado bastante esa inusual tormenta. Eso comenzó una pequeña andada de relatos sobre lo ocurrido.

-El viento casi parecía aullar sobre la cabaña- dijo un granjero grande y de rostro rojizo arrascándose la frente, la cual tenía un feo golpe-. No me avergüenza decir que pasamos mucho miedo.

Una mujer de unos cuarenta años, vestida con un grueso abrigo y medio abrazándose a si misma asintió a sus palabras, pero no agregó nada más.

-Mi niña resbaló en las escaleras cuando el techo comenzó a filtrar agua- miró a la joven y acarició su pelo-. Tuvimos que esperar hasta la mañana para poder traerla.

Dukovich asintió a tus palabras, sin agregar nada hasta que salieron de la zona de la represa. Era impresionante toda el agua que estaba pasando justo en esos momentos a través de ella, se podía sentir en los huesos como toda la estructura vibraba y rugía con la furia de la naturaleza. Daba algo de miedo.

-La represa tiene algunas averías, pero nos las apañaremos, haré trabajar a mis muchachos horas extras- sonrió confiado-. No creo necesitar a nadie de afuera, pues serían más un estorbo que otra cosa- apoyó una mano en su barbilla, pensativo-. Intentaremos que el flujo de electricidad sea constante, pero no prometo nada- pareció que eso era todo, pero algo debió pasar por su mente, pues te miró como si fueras la solución a todos sus problemas-. Hay algo que puede hacer por mí, uno de mis trabajadores aún no ha llegado. Se suponía que viniera en la noche y no tuvimos noticias. Es un mecánico decente y lo necesito… o por lo menos quisiera saber que no está bajo algún árbol- se rascó la nuca, algo incómodo, antes de agregar-. Me interesa más que esté aquí que su estado de salud. Es Ronan Eisen… Curiosamente ayer vinieron a preguntar por él… un periodista.

Se quedó unos segundos pensativo, como si todo eso fuera más que una coincidencia.

Körper​ negó con la cabeza mientras oía las posibles explicaciones, sus manos comenzaron a moverse al igual que su boca, intentando articular unas palabras que nunca salieron. Olivia lanzó un suspiro de fastidio por su compañero antes de aclarar.

-Es imposible- ladeó el rostro-. Este lugar no es tan grande y no hay tantos empleados como para que algo así ocurra- incluso todos los empleados del hospital estaban reunidos allí-. La puerta de la morgue se cierra, por simple seguridad, con llave, pero se puede abrir desde dentro- negó con la cabeza imitando el gesto de Körper-. Revisé todo el hospital, tres veces. No está- ​Olivia parecía muy cansada de repente-. No sé como ocurrió o porque, pero es algo grave. Tenemos que avisar al Sheriff. Como mínimo.

Körper​ hizo un sonido como si le hubieran apretado la garganta unas manos invisibles. La desaparición del cuerpo era responsabilidad de él, por lo que hablar con el Sheriff en esos momentos le parecía una tarea impracticable.