Partida Rol por web

Durante los meses que siguieron, la obra fue avanzando lentamente debido al arduo trabajo que había que realizar. La zona más delicada, la del derrumbamiento, fue tratada convenientemente para ser asegurada antes de llevar acabo cualquier otra tarea. Un nutrido grupo de entibadores y encofradores dedicaron a ello, encabezados por Kamdur Nagredog. Tal como el enano había aconsejado, apuntalaron las paredes con madera. Después, una vez asegurado se procedió a limpiarlo de escombros y ensancharlo, se construyeron unos contrafuertes y columnas de roca, de modo que pareciera la entrada a un gran palacio más que a una mina. Lo mismo se hizo con el resto de paredes hasta llegar a la veta. También se iluminaron debidamente y se decoraron con adornos en la roca viva tales como runas u otro tipo de figuras geométricas propias en las construcciones de los enanos.

Este trabajo que hubiera llevado una larga cantidad de años, se hacía de manera rápida y eficiente en las manos hábiles de los enanos, y puesto que estaban ansiosos con el mineral descubierto, apenas tardaron unos meses en preparar todo. Eso sí, nunca empeorando la calidad del producto.

Todo el asentamiento trabajó en aquella obra, dejando paradas las otras vetas, lo que ayudo a mejorar la velocidad de dicha construcción. Y hubieran terminado mucho antes de no ser por que el periodo de aseguramiento del derrumbamiento fue lo que más tiempo les costó.

Una vez terminado aquello, procedieron a desviar el agua, y dado que los enanos no desaprovechaban nada bajo ningún concepto, el propio manantial fue utilizado para crear una laguna artificial fuera de la montaña donde poder abastecerse. Cuando examinaron las cuevas de nuevo tras la extracción del agua, los exploradores descubrieron asombrados que se trataba de un gran entramado de túneles a diferentes alturas donde el mithril abundaba más cuanto más abajo llegaban.

Días después la primera piedra de Mithril fue extraída oficialmente y se celebró una gran fiesta en su honor. Todas las minas volvieron a la normalidad, pues todavía era necesario el hierro y otros minerales, pero gracias a aquel descubrimiento pudieron repartirse mejor y evitar el aglomeramiento de trabajadores que había anteriormente en las minas de hierro y cobre.

Ya se llevaban días extrayendo mineral de aquella veta y guardándolo en un pequeño pabellón a la espera de que se terminaran las instalaciones para tratarlo y crear con él los mas diversos utensilios.

Tras una dura jornada de trabajo, los parroquianos de la taberna de Dain el Manco se relajaban tomando unas jarras de su vieja espumosa de triple fermentación. La cual, según la palabra de Dain, había conseguido comerciando con un elfo hacía ya casi cien años. Y esperaba que el mithril le diera la oportunidad de volver a comerciar con él para conseguir más.

Vaya amigos... ¡Que silencio! ¿En esa mina nueva os dejan extenuados o qué? ¿O es la niebla que os quita el habla? Durante aquellos últimos días una espesa niebla se había estancado en las montañas dejando el asentamiento enano totalmente sumergido en la ella.
Pese a la escasa visibilidad las labores en la mina continuaban con su ritmo habitual.

.- Algo raro pasa viejo Dain! de todos es sabido que ese mineral puede dartelo todo y al mismo rato puede quitartelo todo, que puede ser esa niebla? alguien sabe algo? a mi la verdad es que me pone de los nervios... eso es culpa del mitrhil... seguro... .- Batum dió un largo trago a su espumosa, dejando su mente en blanco unos instantes, saboreandola profundamente .- muchos de los hermanos que encontraron Mithril fueron maldecidos... 

 - No seáis presagiosos, esa niebla es algo normal, un simple cúmulo de nubes bajas y nada mas - dijo mientras apuraba el primero sorbo de cerveza de la noche. Había sido un día de trabajo duro como lo estaban siendo todos y para todos. Desde que la extracción del mithril se puso en funcionamiento, nadie había parado quiero y había trabajo de sobras. Aún así se notaba en el ambiente como todo el mundo estaba contento por el hallazgo, pues no había nada mejor para un enano, que un buen trabajo en una mina de mitrhil y volver al final de la jornada a tomarse unas cervezas, pensó Halin.

Miró a sus otros compañeros y recordaba la vez que fueron los elegidos para ir a investigar el asentamiento. Fue una aventura corta pero intensa, y la gente les reconocía por ello, cosa que los henchía de orgullo. También había infundido que estrechara los lazos con sus hermanos enanos

- No habléis de eso, pues es bien sabido que la prosperidad siempre es efímera. Pero de momento va todo bien. ¿No? - dicho esto, siguió bebiendo.

Durante aquellos meses, habia participado muy activamente en la adecuacion de toda la excavacion. Dirigi parte del proyecto de asegurar la sala donde se encontraba la veta y despues ayude en la creacion de las salas adyacentes. Todo habia salido bien hasta ahora. El yacimiento prosperaba y el mithril estaba siendo extraido.

Como cada noche, en la taberna de Dain, se hablaba y reia. Pero en las ultimas noches no era tan comun ese "ritual". La niebla ponia nerviosos a mas de uno. Solo eran nubes bajas, como decia Halin, pero aun asi no gustaba a casi nadie.

yo en silencio degustaba una cerveza, como de costumbre. Me encantaba esa sensacion refrescante tras tragar polvo y gases en la mina. Los enanos no construiamos minas, si no palacios para extraer materias primas, pero aun asi, el aire se viciaba a menudo y el polvo manchaba las ropas y pieles de los que alli trabajaban. La garganta se volvia aspera y la cerveza de Dain era un gran remedio.

- A vuestra salud, ¡¡que todo vaya tan bien como hasta ahora!! - gite mientras alzaba la jarra, esperando que algun otro imitase mi movimiento para despues beber de un trago su contenido. Detras vendira otra...

Batum levantó la jarra a la vez que su compañero Nagredog, aunque este seguía sin sonreir, no le gustaba que sus hermanos no fueran más precavidos, se dejaban llevar con demasiada facilidad, negó con la cabeza y volvió a beber .- Salud!

¿Niebla? ¿Niebla decís? Puajjj....-rugió Fingar tras escuchar la conversación con su jarra de cerveza en la mano. No me malinterpretes Dain, pues sabes que amo esta taberna desde que llegué a este hogar, pero, compañeros:  tengo más miedo de que esta cerveza de importación élfica nos convierta en cerdos sin cerebro debido a sus oscuras artes mágicas que de los "peligros" del mithril y esos túneles... ¡en los cuales seguro que hay más mineral sagrado puesto allí por Aüle!

Parecía que Fingar ni siquiera se creía aquel comentario sarcástico de la cerveza, pues le dio un importante trago a la misma.

Estoy deseando volver a hacer una ruta por los nuevos orificios, ahora que el agua nos lo permite... ¡Sería otra historia digna que contar! ¡Ja, Ja, Ja!

La cosa comenzó a animarse y Dain sonreía y aviva las conversaciones con su brebaje y su buena labia, picando a aquellos que tenían puntos de vista de los cuales pudiera sacarles jugo.

JAJAJA. Rió escandalosamente. Amigo Batum, ¿asi que temes que el cielo se te caiga encima? Se nota que no eres de por aquí, las nieblas son algo comunes en esta parte de las montañas. ¿Por que las temes tanto?

Batum sonrió al viejo posadero.- Yo no temo a las nieblas! yo solo comento que todas las comunidades de hermanos que han encontrado este material que todos queremos tanto han acabado maldecidas y las nieblas que han asolado estas estancias no son tan normales como las que habíamos tenido desde nuestra llegada desde las montaña solitaria, no me negaras que no habíais tenido estas estanicias nubladas tanto tiempo seguido, yo solo intento ser precavido! .- apuró de un trago la jarra y se quedó mirando al posadero .-

 - Batum, no seas pajaro de malagüero, y deja las nieblas en paz. ¡¡Bebe de tu cerveza amigo y olvida los temores!!

No era tan raro que alguien temiese las nieblas, pues con ellas se perdia un poco el sentido de la orientacion, y terminaba en el fondo de un barranco. Por supuesto se culpaba a la niebla y no al poco cuidado que se ponia a la hora de hacer las cosas.

Dain, supongo que habéis experimentado dichas inundaciones en otras galerías -preguntó Fingar-, si es que tales nubes ahondan hasta los más profundos resquicios de este palacio ¿verdad? De todas formas, ¡el mithril bien podría valer cualquier maldición si pudiera contemplar una beta tan grande como esta taberna!

Y bebió un trago con cierta cautela.

Comentan que en el interior de la montaña la niebla también logra colarse, haciendo peligrosos los trabajos. Cualquier descuidado compañero que ande mirando embobado el mithril podría pisar en falso y accidentarse, Aüle no lo quiera.

Pero eso se lo puedes preguntar mejor a tus compañeros, yo lamentablemente no salgo de esta taberna y aún no he visto el mineral. Aunque si cobrara la deuda de más de uno tendría que pagarme con monedas de mithril para poder saldarla.

Se escuchó un bullicio de los aludidos por ese comentario y alguna que otra carcajada.

La velada fue llegando a su fin, y Dain comenzó a despedir a todos. Al fin y al cabo los taberneros también dormían y aquel día no iba a ser una excepción.

Cada cual se fue a su hogar y descansaron en sus colchones tras una dura jornada de trabajo amenizada por la buena cerveza de Dain. Con la sensación del trabajo bien hecho y el deber cumplido durmieron profundamente hasta la mañana siguiente.

Aquella mañana, amaneció diferente. La niebla se había disipado y el sol radiaba con fuerza. Puesto que los cuatro enanos vivían cerca, eventualmente se encontraban de camino a sus respectivos trabajos en las minas. Y aquel día así ocurrió.

La mañana era incluso calurosa, hacíendo que se arrepintieran de coger alguna de las prendas de más que llevaban, aunque sabían que al cabo de unas horas volverían a necesitarlas.

 - Buenos dias señores, parece que el sol nos acompaña esta mañana, sera mejor que lleguemos a la mina antes de que nos seque como a una mojama... - No me gustaba el sol, su luz dañaba la vista. Estaba mucho mas comodo dando forma a la roca como siempre hacia. En esta ocasion estaba mas ocupado en la extraccion de mineral, que en la propia adecuacion de las galerias aunque siempre que podia me escaba para tallar algunas columnas. Era lo que realmente me gustaba.

- La niebla se ha ido Batum, hoy podras pasar el dia sin miedo a los mostruos ... ¡¡ja ja ja!! - bromeaba de camino a la entrada de la mina.

.- No seais insensato Nagredog!! no os burleis nunca del pasado... yo no habló de monstruos ni fantasmas, habló de cosas que ya pasaron a los de nuestra raza... .- el dia había amanecido diferente, ahora no había nada, solo un sol radiente entrando por todas partes en las cavernas .- gracias a los dioses... necesitaba un dia así!.-

Hola señores -dijo Fingar saludando de mañana- Tan sólo deberíamos preocuparnos si hay elfos ahí abajo... en fin... Me gustaría saber qué más planes de exploración hay ahí abajo...

Y comenzó a caminar rumbo a la mina con sus compañeros, esperando algún encuentro con el gran Turi por si hubiera alguna otra misión de exploración en alguna nueva ruta u orificio de la veta encontrada...

- Bienhallados - dijo asintiendo cuando se cruzó con sus compañeros enanos. Por suerte Halin acostumbraba a vestir ropajes mas ligeros, para tener mas movilidad para explorar e ir a buen paso. - Pues estos días hemos estado haciendo exploraciones, pero mas como precaución que para descubrir nuevas rutas.. - dijo contestando a Fingar. Realmente todos los que cumplían esa parte, Halin y sus compañeros, estaban ansiosos de ser asignados de nuevo para aventurarse por senderos desconocidos.

Cuando llegaron a la mina, en la entrada, había un gran número de enanos. Un rumor generalizado se extendía y crecía entre todos ellos. Muchos discutían a viva voz y lanzaban gestos al cielo indignados.

Preguntaron a uno de los enanos que estaban allí que era lo que ocurría, y este les respondió que los guardas del asentamiento no dejaban entrar en la mina e impedían el paso a todos los enanos.

Cuando Fingar llegó y vio ese revuelo pensó en primer lugar que alguna galería se había venido abajo, y, en el peor de los casos había dejado atrapado a algún enano.

¿Qué ha ocurrido? -siguió preguntado. ¡Hablad!

.- os lo advertí!! .- dijo Batum visiblemente nervioso.- algo raro ha ocurrido... .- mientras intentó acercarse hacía la entrada para ver lo que estaba ocurriendo.- esa niebla... no era normal... .- iba mascullando entre dientes mientras intentaba avanzar entre la muchedumbre.-