Partida Rol por web

-Otra opción que se me ocurre es buscar al ladronzuelo. Sabemos exactamente cómo es físicamente y sabemos que trata de ocultar unos planos. Planos que debimos arrebatarle, por cierto -dice apesadumbrada- En cualquier caso es probable que la guardia sepa de él y pueda decirnos dónde buscarle, eso podría ser un buen principio. Aunque puede que así el chico se oculte todavía mejor. En cualquier caso para cobrar tiene que reunirse con una misteriosa dama, de la que nada sabemos. Es probable que el intercambio tenga lugar hoy mismo, al amparo de la noche, así que lo del bardo no me parece muy buena idea. Aunque también podría ser instructivo... -dice ahora meditabunda, como añorando tiempos pasados de los que querría volver a disfrutar.

Tras pagar al sabio su razonable tarifa, vuelves a la posada esperando reunirte de nuevo con tus compañeros. Sin embargo, parece que regresas el primero pues los demás aún no han vuelto, aunque sí que ves a otro de los pasajeros de la caravana. El tal Cynan. Parece que todo el mundo ha decidido alojarse aquí...

Cansado ya de esperar a que aparezca alguien, estás a punto de replantearte tus opciones cuando entra por la puerta uno de los guardias de la caravana. No puedes estar del todo seguro, pues no prestabas mucha atención a tales detalles, pero dirías que su nombre es Auris.

Observo la figura...

*Al fin uno de ellos... mm... y este?... servira?...

Le observo atentamente, formandome una idea de el por su apariencia.

Los mejores lugares para esconderse son a la vista de todos. – No seria ningún mal lugar para ese encuentro la posada. Lo debe conocer más de uno como ladrón y verlo allí no sería extraño. Si es bueno puede introducirle los documentos y llevarse su paga discretamente.

Haciendo una pausa para ordenar las ideas. – Parecía muy asustado cada vez que la mencionaba y sería mas discreto que en un oscuro callejón el encuentro.

Pido algo de beber busco un rincón oscuro  y me quedo esperando al a vuelta de los demás

Para ser un guardia de caravana no parece el típico guerrero. Es un humano, joven, ni alto ni musculoso, dirías que un tanto enclenque, incluso, aunque de movimientos gráciles. Viste un camisote de malla y porta una espada corta, aunque le has visto también con una ballesta ligera.

Todavia con mis papeles y pergaminos sobre la mesa, le sigo con la mirada, tratando de ver que hace y si es posible, oir lo que hable...

*No es el elfo que buscaba, pero podria servirme... Tal vez sepa donde anda.

Puedes oír claramente como pide algo de beber y se busca un rincón oscuro donde se sienta a esperar, sólo. Así que no hay conversación que escuchar.

--"Maese Olaff, se me antoja demasiado rebuscado su razonamiento, a tenor de la expresión de miedo que tenía el jovenzuelo y, sin olvidar que, estaba bajo el influjo de Naurnes. Si con todo fue capaz de engañarnos y despistarnos, creo que es el mejor granuja que he conocido."

Se vuelve hacia Naurnes y comenta mirándola pero haciendo extensivo el comentario a todo el grupo. --"No vendría mal volver a la posada e intentar ordenar nuestras ideas."

*Bien.

Ordenadamente, junto los papeles que habia tomado de la mansion, enrrollandolos y guardandolos en las 3 pilas que habia recolectado... los comunes, los elficos y los de otra lengua. Una vez estan todos acomodados en mi mochila, me levanto de la mesa... Apoyado en el baston, camino directamente al hombre, sin rodear mas que las mesas cuando es imprescindible..

Al llegar frente a el, lo miro. En voz baja y grave, le digo:

-Tu eres uno de los mercenarios de la caravana que llego ayer de Argluna. Te importa si me siento?

Un simple gesto de asentimiento partió de la bella Naurnes. Sí, sería lo más razonable. Tal vez las personas como ella eran demasiado proclives a hablar inacabablemente, pero faltaba un integrante en el grupo, uno que tal vez hubiera averiguado algo. Convenía no dejar cabos sueltos... 

El tipo al que reconociste de la caravana, después de un rato, recoge tranquilamente sus cosas y se acerca directamente a donde te encuentras.

Cynan, una vez plantado delante de Auris, le pregunta en voz baja y grave:

-Tu eres uno de los mercenarios de la caravana que llego ayer de Argluna. Te importa si me siento?

Elessar rechaza que nos burlara ese joven y no insistiré en ello aunque es lo que creo. – Sí volvamos a la posada haber que ha averiguado y por lo menos yo intentare escuchar lo que narre el bardo que nos recomendaron.

No veo que en esta mesa ponga mi nombre , ni el de nadie, siéntate si quieres

Digo con una amplia sonrisa aunque evaluando al individuo de arriba a abajo.

¿Venias en la caravana no?

-Asi es...+respondo, mientras me siento. Dejo el baston a la diestra y la mochila a mi izquierda, donde pueda verla. Luego miro al guerrero+... un viaje comodo, incluso con esa curiosa...visita...

Cruza los dededos, poniendo las manos en su vientre y acomodandose.

- Que tal es la vida mercenaria?

A mi todo esto me está mareando, no es plan de estar todo el día de un lado a otro... alguien puede explicarme de qué va todo esto? Mis bolsillos estan vacios y necesito mantener la forma... Estos musculos no se consiguen andando...