Partida Rol por web

La máscara de la Muerte Roja

Juliana

Cargando editor
19/06/2013, 19:02
Director

 

En su día fuiste indiscutiblemente hermosa. Muchos hombres ansiaban tu atención, y entre ellos, se encontraba en Príncipe.

Aunque eras visiblemente mayor que él, Próspero parecía encandilado contigo. Te ofrecía suntuosos regalos, te escribía versos, y te daba un claro trato de favor ante cualquier otro miembro de la corte.

Gracias a él, y a tu habilidad de mantener el interés de los hombres puesto en ti, conseguiste una posición envidiable en la Corte. Pero los años fueron pasando, y si bien tu experiencia aún te proporcionaba buenos frutos, las arrugas y el clareamiento de tu pelo hicieron que el Príncipe comenzase a mostrar menos interés en ti.

Sabías que no eras la única. Pero eras su favorita. Comenzaste a temer que dejarías de serlo, y pronto tus temores se convirtieron en una realidad, cuando el Príncipe presentó ante sus iguales a una mujer mucho más joven y hermosa que tú, que pronto capturó la atención de muchos caballeros y a la que Próspero no podía dejar de adular.

Chiara se convirtió en la favorita, desbancándote de aquel puesto que tanto habías mimado, y si bien seguías manteniendo una posición envidiable, pues el Príncipe seguía prestándote más atención que a otras mujeres, las cosas para ti ya no eran tan provechosas y pronto los rumores saltaron de boca en boca.

Cargando editor
20/06/2013, 22:01
Juliana

Está bien, vamos allá...

Me gustaría:

Escena con Chiara, para hablar de nuestra relación.

Escena con Lucrezia, y quizá también con su hija. Si aceptan, dada su situación, haberme pedido ayuda/consejo, me gustaría hablarlo.

Escena con Enzo. Como mano derecha de Próspero, supongo que habremos tenido bastante relación.

Escena con Salvatore. Si reside permanentemente en la Corte, supongo que habremos tenido contacto. No descarto la idea de haber tenido algo con él.

Escena con Fausto. Me considero una gran admiradora de su obra, y él debe saberlo.

Escena con Cecile. Para hablar, de putilla a putilla.

 

Cargando editor
17/07/2013, 02:27
Director

Heraldo de la Envidia-  “La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.”
Deseas aquello que el otro posee con tanta vehemencia que tu alma se retuerce de dolor ante la contemplación de la propiedad o la dicha ajenas. El hambre de lo ajeno es tan fuerte en ti, que eres capaz de adquirir el objeto de tus envidias te cueste lo que te cueste.  Una vez por sala, podrás elegir a un compañero. Su poder será tuyo a lo largo de tu estancia en la siguiente sala. Esto es aplicable sobre personajes no jugadores.


Una vez por partida, tienes la potestad de escoger a dos compañeros, conocer sus dones y escoger el que más atractivo te resulte.  Al abandonar la sala en la que escojas utilizar este comodín, puedes decidir quedarte con ese poder permanentemente, y convertir a tu compañero en el nuevo Heraldo de la Envidia.

Cargando editor
17/07/2013, 13:49
Juliana

Ya que mi poder puede aplicarse sobre personajes no jugadores, me gustaría saber quiénes están con nosotros, si no es mucho problema :D

Cargando editor
17/07/2013, 13:57
Director

Hay sirvientes y caballeros random.

Está el jefe de la guardia, Héctor.

La mano derecha de Próspero y senescal, Alfredo.

El ama de llaves, Rosella.

Cargando editor
17/07/2013, 14:01
Director

Hay sirvientes y caballeros random.

Está el jefe de la guardia, Héctor.

La mano derecha de Próspero y senescal, Alfredo.

El ama de llaves, Rosella.

Cargando editor
19/07/2013, 01:50
Juliana

Antes de acogerla bajo mis faldas, veamos de qué palo va Chiara.

Cargando editor
23/07/2013, 02:51
Director

Observas a Chiara, con suspicacia. Ella ya te había arrebatado demasiadas cosas y no podías concebir que pudiese tener algo mejor de lo que tú tenías. Querías lo que era suyo. Lo deseabas, y fuiste capaz de obtenerlo.

Heraldo de la Prudencia“La fuerza que no va guiada por la prudencia, cae por su propio peso.”
Eres prudente y precavido a la hora de comportarte y relacionarte con los demás. El cuidado que muestras a la hora de actuar te proporciona información que ante otros ojos más descuidados pasaría desapercibida. Una vez por sala, podrás escoger a un compañero y mirar en lo profundo de su alma, para así conocer qué virtud o pecado marca su proceder.

Una vez por partida, serás capaz de prevenir tu propia muerte. Sin embargo, la muerte es algo ineludible, y te verás obligado a decidir quién debe morir en tu lugar.