Partida Rol por web

A la hora acordada, se escucha el traqueteo de unas ruedas sobre el suelo de piedra, apareciendo frente a la puerta de El Lirio Marchito un carromato tirado por un caballo guiado por un humano joven con pinta avispada y ropas de comerciante ... el cual para con soltura y desciende del carro con agilidad. El carromato no es nuevo pero parece resistente, y no se puede ver a primera vista las mercancías ya que se encuentran bien tapada con telas o en cajas de madera de pino bien cerradas, para protegerlas de los efectos del camino, sin embargo luce como suministros varios de poca cuantía a primera vista. El hombre mira a todos lados en busca de las personas a la que le indicaron que dejara alli el carromato con las mercancías mientras limpia de sus pantalones rojos algo del polvo del camino.

Estaba llegando a la posada cuando divisé el carromato. Parecía que habíamos llegado a la par porque el conductor, un tipo jóven, se estaba sacudiendo el polvo del viaje. Me acerqué amistosamente a él y le hice un cortés saludo.

-"Buenas tardes amigo, me llamo Izmael. Supongo que te envía Gundren el enano, ¿verdad? Yo seré uno de los que te acompañen en el viaje a Phandalin, mis otros compañeros llegarán en breve. Y dime, ¿has hecho más veces el viaje hasta allí? Yo nunca he estado y me gustaría saber un poco más del camino y de la ciudad. Mientras esperamos a mis compañeros, ¿no te importaría que charláramos un rato?"

"Buenas tardes amigo, me llamo Izmael. Supongo que te envía Gundren el enano, ¿verdad? Yo seré uno de los que te acompañen en el viaje a Phandalin, mis otros compañeros llegarán en breve. Y dime, ¿has hecho más veces el viaje hasta allí? Yo nunca he estado y me gustaría saber un poco más del camino y de la ciudad. Mientras esperamos a mis compañeros, ¿no te importaría que charláramos un rato?"

- A buenas, si ... el carro de Gundren, me dijo que lo trajera a esta hora y coincides con uno de los que me dijo que podria recogerlo, a demas eres un sacerdote de curación no creo que mientras. No sabia que ibais a llevar estas mercancias a Phandalin... no suelen mandar casi nada a ese pequeño pueblo, la verdad es que no hay mucho negocios por alli, donde van la mayoria de las mercancias es hacia el norte para la reconstrucción o hacia el sur, asi que nunca he ido por alli, asi que te sere de muy poca ayuda ... y no mucho, la verdad es que tengo que volver a la tienda con mi padre, hay muchas mercancias que enviar y vender ... si necesitas algo mas?, sino me marchare si no le importa hacerse cargo ... este caballo es muy docil y si no le jalean con las riendas ni se mueven asi que no le causara problemas si lo deja aquí tranquilo... - ves que el chico esta algo nervioso, tiene algo de prisa pero sabe que ser cortes es importante para los negocios asi que esta disponible apra tus preguntas pero no para una conversacion vana.

Cuando miras a tu alrededor, no ves nada raro, la verdad es que es una ciduad con gente, y claro que hay gente que mira, pero parecen mas curiosos y cotillas que gente que este espiando ... tan solo ves como una moza joven esta espiando a un fornido chico que esta con un grupo chicos cargando sacos de trigo, te da la sensacion que es mas un futuro romance que un complot malefico.

Me levanto de mi asiento, no sin antes acabar con toda la cerveza que pueda de mi vaso y me dirijo a la salida estirando un poco mis músculos, pues he pasado sentado mucho tiempo. Antes de salir por completo, veo como un humano descender del carromato, este trata de divisar a alguien al llegar abajo. 

"Estas deben de ser las mercancías, no parecen gran cosa, pero debe ser importante para Gundren". 

Me asomo por completo y me dirijo al humano: -¿Fuiste enviado por Gundren?. Digo con un tono algo desafiante, creo que el largo viaje hasta acá me tenía algo malhumorado. 

Cuando sales de la taberna, parece que alguien del grupo se ha adelantado en hablar con el conductor del carromato, es Izmael, el cual parece que esta hablando con el humano mientras que esta limpiando algo de sus pantalones con golpes ligeros sobre el tejido. 

¿Fuiste enviado por Gundren?

-VAYA - dijo fascinado el comerciante - Gundren le comento a mi padre que un draconiano podría ser uno de los aventureros a los que debía darle el carromato, pero no podia creermelo ... la verdad - te mira de forma intensa, jamas habia visto un draconiano seguramente, era una raza extraña y dificil de ver - Bueno ya que ya estais dos, me ire si no teneis preguntas, Draconiano si se te cae las escamas y deseas venderlas, no dudes en venir a vernos en la plaza central, alli tenemos nuestra tienda, seguro que podemos llegar a un acuerdo por esas escamas ...- 

No sabia que ibais a llevar estas mercancias a Phandalin... no suelen mandar casi nada a ese pequeño pueblo, la verdad es que no hay mucho negocios por alli...

-"¿Por qué no hay casi negocio por esa zona? ¿Qué ocurre para que Phandalin no sea un lugar deseado por los comerciantes?"

En ese momento sale mi compañero Ardrian, supongo que por el ruido hecho por la carreta al llegar.

Isildel observó en silencio, con sus pensamientos turbados por oscuras profecías. Debía centrarse en intentar desentrañar de los hilos del destino cuyos reflejos había enviado su señora de la urdimbre. Asintió con un gesto de saludo a sus compañeros. Si el clérigo hablaba con los comerciantes de seguro recibirían mejor trato que si el debía llevar las negociaciones.

Se dirigió al lado del portador del alba, con su optimísmo deslumbrante y solicitó en tono sombrío.

- Podría ir en uno de sus carros, debo estudiar los textos arcanos para preparar mi arte y servir de baluarte en defensa de la expedición.

Así podría tratar de buscar respuesta a todas las dudas que lo consumían y de paso repasar los conjuros que debería usar en caso de ataque.

-"¿Por qué no hay casi negocio por esa zona? ¿Qué ocurre para que Phandalin no sea un lugar deseado por los comerciantes?"

 - Pues nadie está interesado con ese pueblo ..., lo conozco porque sale en algunos mapas, pero la verdad es que no se nada de el, no hay nada de interés que atraiga a la gente a sus puertas, al menos que yo coozca. - el mercader decía de forma despreocupada, la verdad es que deseaba irse y no tenía razón para quedarse mas , mas que perder dinero y tiempo ...
- Bueno Draconiano, si te interesa el negocio visitanos, yo me tengo que marchar ya, sino tendremos problemas con las mercancías ..., y señor elfo, este carromato es para ustedes, para que lo lleven a un sitio llamado ... Suministros Barthen, no se el nombre del dueño, pero hay que dejar las mercancías alli , seguro que puede sentarse aquí delante o detrás, ... asi que me despido y espero verles para futuros negocios, tengan buen viaje, pero no esperen encontrar mucho trabajo de protector de caravanas cuando lleguen - el humano mercader sin decir mucho más se aleja del pequeño grupo de hèroes en dirección en la que había venido el carromato, de vuelta a su tienda y desaparece entre la multitud.

-"Hola chicos, parece que tendremos que hacer el camino a pie. No han traido caballos. Quitando a dos de nosotros que irían delante con las riendas y a alguno sentado en la parte de atrás... los otros dos deberán ir caminando. Me ha comentado el chiquillo que hay muy poco comercio en esa ciudad, no sabe por qué; así que no deberíamos encontrar a mucha gente en nuestro viaje, o no cruzarnos con nadie. Bueno, veo que faltan dos de nosotros por aparecer, en cuanto estén, habrá que decidir si salimos inmediatamente o hacemos noche aquí y partimos al alba."

Un extraño sentimiento crecía dentro de mí, como una especie de desasosiego interno. ¿Por qué nos mandaría Gundren a un pueblo alejado de la mano de Dios? ¿Qué se propondría hacer allí?

Cuando Freyr llegó a la taberna el carromato ya estaba allí y además del Dracónido, el clérigo y el misterioso Isildel, pudo ver a un humano que se marchaba del lugar, por lo que asumió que era quien había traído el carromato.

El enano se acercó al paso que le permitían sus cortas piernas y saludó a sus compañeros. Muy buenas de nuevo amigos, disculpad el retraso. Freyr rodeó el carromato y observo que todo estuviera en condiciones y las mercancías estuvieran en su sitio, por último se acercó al caballo y le acarició las crines con su robusta mano. Mucho carro para ti solo amigo... Susurro a la oreja del animal. 

Se plantó delante de sus compañeros y lanzó una pregunta clave. ¿Alguien sabe conducir este trasto además de mí? Yo prefiero no ir a pie, soy más lento que vosotros. Se señaló las cortas piernas. Lo único que haría sería retrasarnos. La seriedad imperaba ahora en las palabras del enano, que había dejado de lado el tono jocoso del que hizo gala en la taberna.

Con vuestro permiso me voy colocando delante. Tengo que estudiar y no se nada de caballos.

Sin esperar respuesta se sitúa delante en el lugar del copiloto y vuelve a abrir su pesado volumen de cuero rojo para estudiar las oscuras profecías del destino vislumbrado por los suspiros de la Diosa en sus rezos.

No respondí ante la propuesta del mercader, solo hice un gesto entrecerrando un poco los ojos y emitiendo un pequeño sonido gutural, pues no me agradaba la idea. 

Al marcharse el humano y empezar las presentaciones, me dirigí al grupo: -Yo caminaré, no tengo problema con las grandes distancias-. 

Aunque aún no me sentía totalmente recuperado, estaba acostumbrado a los largos viajes a pie. Comienzo a ver ambos lados del camino. -¿Dónde estará el otro?. 

Cuando pasa un rato llega Elowanher, que se habia entretenido viendo unas hermosas piezas en una herrería, y siendo temprano decidís salir hoy, son tan solo las 3 de la tarde mas o menos, os da tiempo a avanzar un poco en el camino y llegar antes a la ciudad de Phandalin.

Ardrian y Elowanher comienzan a pie, mientras que Isildel había tomado un sitio como fijo suyo, el cual nunca dejaba, y Freyr Fireforge se había autoproclamado conductor, asi que el resto se turnaba para caminar y descansar en una pequeña zona de descanso que había en la parte posterior del carromato.

Durante el camino encontráis labriegos , pequeños comerciantes y carromatos de mercancías que van en ambas direcciones, siendo fácil encontrar gente en el camino hacia el sur. Algunas noches acampáis junto a otras caravanas, pero otros dias solos, veis que el tránsito es tanto y hay tantos mercenarios que no habeis tenido ningun problema de bandidos o monstruos. Sin embargo durante las acampadas y preguntando sobre la ciudad de vuestro destino, tan solo encontrais un viejo mercader, parece que ha recorrido el mundo con su mula y su carromato, pero sabe mucho de la costa de las espadas, os cuenta que Phandalin hace tiempo era una ciudad muy próspera, pero tras un ataque de mostruos por la zona, toda la riqueza que emanaba de la región desapareció, tan solo quedaba algunos enanos mineros buscando betas de metales preciosos, pero con muy poca suerte ...

Han pasado como 8 o 9 días encontráis el cruce la Gran carretera y el camino de Triboar, el cual os obliga a dirigiros al este para llegar a Phandalin, y es en ese momento cuando comprendeis la diferencia, cuando ibais al sur, podriais cruzaros con 30 o 40 carros de mercancías repletos de armas, manufactura, comida y bebidas procedentes del sur, asi como similares mercancías de valor hacia el sur, sin embargo al tomar esta nueva ruta hacia el este, no os habeis cruzado con nadie desde hace 2 - 3 dias.

Por el medio día del 4 dias tras coger el cruce al camino de Triboar, Freyr para a los dos bueyes que tiran del carromato ... tras doblar un recodo del camino a unos 60´se puede ver que hay algo en medio del camino , parecen animales muertos tirados en el medio del camino, sin embargo no se puede ver con claridad desde vuestra posición.

El camino hacia Phandalin estaba siendo un poco aburrido. Los primeros días, en los cuáles íbamos dirección sur, encontrábamos bastante gente con la que charlar y pasar las noches acompañados. También me dio la oportunidad de conocer un poco mejor a mis nuevos compañeros de fatigas. Una vez que torcimos hacia el camino que llevaba a Phandalin la cosa cambió, en tres días no vimos a nadie; era un camino en desuso por lo que parecía.

Por la mañana del cuarto día Freyr paró el carro, había observado algo que había tirado en medio del camino, a cierta distancia. Me aupé al carro y de pie en él intenté divisar lo que era: parecían cuerpos muertos de animales.

-"Amigos, parecen animales que han sucumbido por alguna extraña razón y están tirados en medio del camino. Propongo que lo investiguemos antes de continuar. Me ofrezco a ir, se bastante de enfermedades y me gustaría asegurarme de que no murieron por alguna enfermedad infecciosa que pudiera afectarnos. Si alguien quiere acompañarme, puede ayudarme a mirar los cuerpos y los alrededores. Poneos todos un pañuelo o similar en la cara, tapando la nariz y la boca... y no toquéis nada de momento."

Saco un trozo de tela del bolsillo de mi túnica y me lo ato en la cara. Mientras hago esto, espero a que respondan mis compañeros. Al rato echo a andar hacia los cuerpos de los animales.

- Espero eso son flechas??? -

 En verdad que, el viaje comenzaba a parecer más largo cada día, pero para el joven Elowanher era una verdadera aventura pues aún desconocía muchos lugares y, quién podría saberlo, posiblemente, el mismísimo elfo aventurero que ha inspirado desde la infancia a este neoexplorador, atravesó esté gran camino comercial. Como sea que esto fuera, Elowanher sentíhagan ilusión por éste viaje. 

Justo avanzaba emocionado mirando hacia todos lados, deleitando sus ojos con la naturaleza del camino, avanzando por el flanco izquierdo, muy de cerca al carromato cuando sin previo aviso Freyr interrumpe la marcha haciendo parar a los bueyes. Luego, antes de poder mencionar siquiera algo por lo ocurrido escucha a Izmael anunciar algo...  Al parecer, animales muertos, algo común por esos lugares por causa de abuso con el peso de las cargas, o al menos, eso parecía hasta que, los oídos del elfo escucharon: FLECHAS.

-Qué haz dicho Izmael? pregunta sorprendido el elfo esperando haber entendido mal, al tiempo que gira la cabeza hacia la espesura del bosque buscando enemigos y sus manos se dirigen hacia su arco, no para cogerlo aún pero si para prepararse en caso de ser necesario....

Isildel se puso en alerta. cerrando de golpe su libro mientras su mente empezaba a volar buscando posibilidades y cursos de acción. Era una trampa, un animal muerto en mitad del camino era el señuelo perfecto para un asalto de bandidos. Aunque quedaba la posibilidad que fuera un desdichado. Una víctima del ataque de esos bastardos que lo hubieran dejado saeteado y tirado en medio del camino, para que los lobos y los carroñeros se dieran un festín con sus entrañas.

Con un chillido llamó a su familiar que de seguro dormitaba en alguna de las ramas cercanas. Cuando una sombra de color pardo descendió directamente hasta el carromato y se posó sobre su mano enguantada.

- Se mis ojos hermano del cielo. Llevame a las alturas.

La conexión mental llevó su vista de pajaro con su familiar tratando de averiguar algo mas de lo que estaba ocurriendo.

Todos veis que hay dos caballos o así en el suelo, y tras la indicación de Izmael, os fijais todos que tiene flechas clavadas, pero estais demasiado lejos como para ver algo mas. La zona del camino delante vuestra es como una zona con bosques tupidos a los lados y el camino esta como en una pequeña ondanada, como escavado a través de una colina, a los ojos de los guerreros y el explorador, sin ninguna duda es un buen lugar para una emboscada, y la lógica os dice que esos animales murieron en una emboscada en ese lugar sin ninguna duda.