Partida Rol por web

Viendo que el curso de acción estaba decidido, Auric se acercó a la barra de la taberna donde se encontraba Toblen el tabernero y, apoyándose en la barra, se dirigió a él:

"Escúchame, amigo, tú que debes escuchar rumores todo el día... ¿No habrás escuchado hablar de un osgo llamado Grol?"

"Escúchame, amigo, tú que debes escuchar rumores todo el día... ¿No habrás escuchado hablar de un osgo llamado Grol?"

Toblen se sobresalta cuando el semiorco se dirige de forma tan directa a Toble, a el le encantaba hablar pero no esperaba que los nuevos inquilinos fueran de esa clase, parecian aventureros ávidos de pelea y fama, algo que no pegaba con Phandalin, pero el no era quien para echarlos de alli si pagaban su estancia.

- Si aquí se escuchan muchas cosas señor, pero osgos ... que miedo, esas son criaturas aterradoras del Bosque ... para eso debería acercarse al salon del Burgomaestre ... si hay alguna mision con recompensa suelen publicarlas alli, en el pueblo solo tenemos un problema, esos malditos Marcas Rojas ... no se como han permitido que esos rufianes aterroricen la ciudad ... maldita gentuza ... -

En el momento que Toblen suelta sobre la Marca Rojas, desde la cocina sale una mujer que golpea a Tombel como intentando que se callara ... - Tonto insensato no hables asi si no quieres que te pase como Thel ... asi que sigue sirviendo desayunos ... y dale cerveza a tus parroquianos que si sigues asi te vas a quedar sin clientes .... botarate ...  y dile a Trilena que no este de chachara ... que sino a la calle ...-

Cuando escuchais eso de la boca de la mujer, os dais cuenta que han aparecido unos cuantos parroquianos 

Podeis ver como en una de las mesas hay un minero Humano que acaba de llegar, con ropas roidas y llenos de tierra y mugre,en otra una señorita con muchos retales de tela, parece que vino a tomar algo, pero por su aspecto, parece mas interesado por vuestra conversacion que otra cosa, estando sin ser servido sin queja alguna ... y una moza que se pone un delantal y comienza a servir a estos parroquianos.

Desayunaba tranquilamente, escuchando los rezongos y explicaciones del elfo. Cuando terminó su diatriba, asentí con la cabeza afirmativamente. Había puesto los puntos sobre las íes y no dejaba nada al azar, teníamos un plan de acción.

-"Como bien ha dicho Isildel hay que encontrar información acerca del contacto de Grol. Propongo dividirnos en tres parejas e ir a investigar, pero hay que pasar algo desapercibidos, no sabemos si hay más agentes de ese Grol que puedan espiarnos. Primero hablemos con Toldren, el posadero, seguro que sabe cosas interesantes: como qué pasó con Iarno Albrek, ¿no crees Silvar?, o quién ha venido últimamente por el pueblo. Sabemos que el comercio ya no es próspero por aquí, así que viene poca gente. Después, vayamos a dejar las mercancías a Suministros Bardem y hablar con el tendero. Otros pueden ir a hablar con el alguacil local y mirar un poco por el pueblo. Y el resto, supongo que tú querrás ir Freir, que vaya a hablar con tus primos Tandem y Nuncio. Y creo que no hace falta recordar la premura a la hora de recabar esta información. Quedemos a mediodía de nuevo aquí, comeremos y nos pondremos al día de lo acontecido."

Me agaché hacia mi desayuno y terminé de darle buena cuenta. El semiorco no esperó y se levantó de la mesa acercándose a la barra. Llamó a Toldren y le preguntó. Giro la cabeza al escuchar lo que dice.

-¿Marcas rojas? ¿Quiénes serán? ¿Y qué le pasaría a ese tal Thel...? Seguro que les hizo frente...

Me quedo mirando a los nuevos clientes. La señorita no para de mirarnos, sin tomar nada. El hombre me resulta extraño.

-¿Un minero? Se supone que la mina de Gundren está en paradero desconocido... ¿Estará buscánola por la zona? Habrá que hablar con él...

-Parece que lo tenéis muy claro. Iré con quien vaya a la tienda de suministros, tengo que hacer una entrega lo antes posible. Por mucho que le rescatemos ese enano no me perdonaría que me retrasara o perdiera su entrega-dijo apurando el vaso de leche- y me gustaría hablar contigo un momento en privado-le dijo al elfo.

El enano no se inmuto ante la provocación del elfo, de hecho incluso sonrió al oírlo. Ser primo de Gundren o no, no era algo que iba a decidir lo preocupado que se mostrara. Ya la había cagado en la cueva por perder los nervios por ello y no pensaba volver a hacerlo...

Freyr apuró su jarra de cerveza y dio una última larga calada a su pipa para volver a llenar todo de humo antes de guardarla. Con un gesto de asentimiento respondió al clérigo, hacía muchos años que no veía a sus primos, ya era hora de un reencuentro. ¡Ya estoy listo! Dijo el enano dando un golpetazo en la mesa con la vacía jarra de cerveza.

Sin que nadie le dijera nada se levantó y se acercó al minero que había entrado y había tomado asiento en una de las mesas. Buenos días. Dijo el enano con la mayor amabilidad de la que era capaz. Pensaba que no quedaban minas por la zona, parece ser que me equivocaba. ¿Por dónde esta trabajando? El enano se dio cuenta rápidamente de que debía dar una explicación a su pregunta tan directa. Tengo muchos familiares mineros y siempre me gusta informarme por el negocio en cada nueva ciudad que visito. El enano le dedicó una gran sonrisa al humano.

Miras al Minero, no parece sospechoso, en realidad tiene lógica, si Gundren encontro aqui una mina, es porque la zona es minera, no seria raro que hubiera otras minas aparte de la valiosa mina del Oleaje.

En cuanto a la mujer que os escucha, parece que esta .... curioseando sobre la nueva gente que ha entrado en el pueblo, pero no parece nada mas alla de la curiosidad del cotilleo

Buenos días. Dijo el enano con la mayor amabilidad de la que era capaz. Pensaba que no quedaban minas por la zona, parece ser que me equivocaba. ¿Por dónde esta trabajando? El enano se dio cuenta rápidamente de que debía dar una explicación a su pregunta tan directa. Tengo muchos familiares mineros y siempre me gusta informarme por el negocio en cada nueva ciudad que visito. El enano le dedicó una gran sonrisa al humano.

El minero no fue para nada sorprendido por Freyr, cuando vio al grupo le llamo la atención verlos por la ciudad, y claro, era inevitable tener los ojos curiosos sobre ellos.

- Saludos señor Enano ... que buen ojo tiene ... si, soy minero ... pero no podia esperar menos de una criatura de las montañas, jejeje - dijo sonriendo de forma educada .. - Bueno ... ahora esta peligroso trabajar por el este ... , tal vez ustedes pudieran ayudar ... hay orcos atacando por el camino de Triboar ... pueden hablar con el Burgomaestre ... seguro que recompensara su ayuda - 

Mientras hablais entra un anciano en la taberna el cual pide una cerveza a la joven y jovial camarera.

- Bueno señores, yo tengo que irme para investigar un poco y hablar con el burgomaestre ... mañana os traere el dinero que os prometí ... y creo que deberían ir todo a dar las mercancías ... creo recordar que Gundren había encargado cosas para ustedes  ... aun asi ... si necesitan algo más, seguramente este por la noche aquí o con el burgomaestre o por la ciudad ... recopilando información ... claro, asi que no vemos señores aventureros ...  - En ese momento Sildar se levantó y se alejo saliendo por la puerta desde donde entraba una intensa luz.

Auric, que estaba volviendo desde la barra para reunirse con el grupo, llegó a tiempo de despedir a Sildar:

"Ve con cuidado amigo. Corren tiempos peligrosos." — dijo estrechando la mano del anciano.

Girandose hacia el resto del grupo, propuso sus siguientes pasos:

"Con toda la información que tenemos, creo que primero deberíamos ir a entregar las mercancías y luego pasarnos por el Salón del Burgomaestre a ver si encontramos algo de utilidad."

Tras despedir al anciano con una leve inclinación de cabeza y escuchar las palabras del caballero semiorco, Isildel guardó su libro con cuidado, dejó unas monedas sobre la mesa para pagar el desayuno y se levantó de la silla.
- Pues entonces creo que ya está todo dicho. La primera parada será Suministros Barthen- y se dirigió a la salida sin molestarse en despedirse del posadero ni mirar al resto de parroquianos.

-Eh espera!-dijo Dalya dando un salto y corriendo hacia Isildel- Quiero hablar contigo en privado!

Isildel se detuvo ante la puerta de la taverna justo antes de salir. Se quedó unos segundos pensando antes de decir:
- Es cierto, amiga de Gundren, ya lo había oído la primera vez que usted lo dijo pero no comentó que fuera urgente… Y sin embargo se comporta como si así fuera. ¿Tiene usted tal vez alguna información que podría ayudarnos a buscar a nuestro amigo en común en peligro de muerte o se trata solo de algún convencionalismo social trivial?- respondió a Dalya con gesto serio pero una ceja levemente más elevada que la otra en un sutil gesto de curiosidad.

-Es... trivial para ti pero importante para mi-le dijo enfurruñada- ven aquí, no quiero que se entere todo el mundo!-le dijo llevandolo fuera de la taberna un poco a partdos.

Cuando se quedaron solos Dalya comenzó a hablar con el mago.

-Oye Isildel, ya que eres mago... ¿habría alguna forma de que te comunicaras con alguien que está lejos?-le preguntó-. Necesito enviar un mensaje a alguien...

Ligeramente intrigado, el elfo se dejó arrastrar por la mediana hasta quedar apartados de oídos conocidos y escuchó lo que tenía que decirle

- ¿Eso es todo?- preguntó a la vez sorprendido y decepcionado.- Por supuesto que puedo hacerlo. Solo dime dónde tengo que mandar el mensaje y esta noche escribiré la carta…

Dalya se quedó mirandole unos instantes muy seria frunciendo el ceño.

...

Y de pronto empezó a reirse.

- Jajaja, supongo que eso es un no- le dijo limpiandose una lagrimilla de risa de la mejilla- no te preocupes creo que buscaré yo misma como enviar una carta. Me caes bien elfo, eres divertido-le dijo con una sonrisa sincera.

Isildel no sabía qué pensar de la conversación ni de las reacciones de la joven mediana.
- No entiendo dónde está la gracia, señora, pero no creo que sea necesario insultar. Me veo capaz de enviar un mensaje en al menos la mitad de tiempo que cualquier "cartero"- respondió, marcando la última palabra como si fuera algo desagradable,- si no incluso más rápido. Aunque, por supuesto,- añadió enseguida como para quitar "generosidad" a sus palabras- solo lo haré en base a la amistad que la une a usted con Gundren

Dalya estaba a punto de tirarse al suelo de risa.

-Espera espera, que lo mismo no te he entendido-le dijo tratando de contenerse para que el elfo no la malinterpretara- ¿como la enviarías? Es decir, si voy a tener que enviar el pergamino por un camino de postas eso puedo hacerlo yo misma. ¿De que otra forma si no?-le preguntó ignorando activamente sus palabras sobre si lo hacía por su amistad con Gundren.

Y, por primera vez desde que comenzara esta extraña aventura, el elfo sonrió:
- Con magia, por supuesto. ¿De qué otra forma si no?