Partida Rol por web

La Morada del Diablo (Killer)

Vagón III (Tercera clase)

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21/04/2017, 12:41
-Árbitro-

Ford y Solomon estaban en lo cierto. El sonido que habían escuchado no parecía concordar con la escena que presenciaban sus ojos. Para su alivio Gora parecía haber entrado en razón y ya no los miraba con mirada acusadora. Se giró hacia el mecanismo de freno y apoyó sus grandes manos sobre la pared mientras agachaba la cabeza en actitud pensativa.

Así mismo, tanto Ford, como Solomon, advirtieron que el señor Scardford salía de allí a toda prisa. Había entrado con ellos y, sin mediar palabra, tras ver a la víctima y escuchar las palabras de Gora, giró sobre sus talones y salió.

En cualquier caso, el análisis de Ford dio resultado. Guiado por el sonido metálico, que de nuevo atrajo la atención de los dos compañeros de viaje, retrocedieron y miraron por entre dos estantes sólo para descubrir una trampilla en el techo. Mientras estuviera abierta, la trampilla chocaría contra el estante metálico más cercano debido al traqueteo del tren. Ahora, aparecía encajada en su sitio y tanto Sólomon como Ford se miraron atónitos al entender que el último sonido metálico se produjo al ser cerrada justo en ese instante.

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23/04/2017, 12:35
Bruce Ford

Abrí mucho los ojos al entender que, muy probablemente, el asesino/a aún se encontraba allí en el momento en que entramos -Ni siquiera me percaté de su presencia-. Rápidamente me giré hacia el gorila -¡Ahí!- señalé la trampilla -Acaba de cerrarse ¿no lo ha oído?¿A dónde lleva ese conducto?- dije volviendo la vista hacia la tapa. Parecía improbable que alguien saboteara y asesinara en tan poco tiempo. Quizá estemos ante un equipo.

Miré a mi acompañante con suspicacia. -¿En quién podría confiar?- pensé y antes de esperar a que la situación se resolviera giré -¡Puede que haya más! Mirad en esos estantes, yo miraré en estos de aquí- y, con velocidad corrí entre las pilas de maletas.

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24/04/2017, 18:16
Solomon McNail

Cobarde, pensé ante la actuación del señor Scardford. Y si fuera él uno de los involucrados en este asesinato, pero que yo sepa estuvo en el vagón con el resto mientras ocurría el asesinato allí dentro.

Observe como el americano indicaba una trampilla por donde supuestamente se había dado a la fuga el asesino. Al parecer el gorila dejó de acusarnos y se centró más en el mecanismo del freno para ver que solución tenía aquello.

Sin esperar a la respuesta del simio me dirigí hacia la trampilla, me subí en los estantes y la abrí, suponía que daría al techo del vagón y que quizás el asesino aun estaría por el tejado.  

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27/04/2017, 23:32
-Árbitro-

A Solomon

La trampilla no daba al exterior, sino a un compartimento superior que se extendía a lo largo de todo el vagón, obstaculizado por tubos, engranajes y demás maquinaria propia de aquella magnífica máquina. Además del sistema de frenado, cada vagón parecía poseer en la parte superior más mecanismos... hasta que te diste cuenta que allí no se movía nada (o casi nada). -¿Qué era aquello?- No parecían partes que sirvieran al tren para el viaje. -¿Entonces qué mecanismos componían aquella inmensidad de tubos y engranajes?- Tus pensamientos quedaron interrumpidos cuando otra trampilla (a tu espalda) se abrió y alguien salió (esta vez sí, al exterior) y escuchaste sus pasos sobre ti, corriendo hacia el vagón contiguo (el de tercera clase).

Al mismo tiempo percibes que Gora se acerca a la base de la trampilla con aspecto decidido. Parece molesto por haberte asomado ahí arriba.

Y, en ese instante, un Zimmerman acompañado por el genio ingeniero que creó este tren, aparecieron en el vagón. Al instante, Gora pareció olvidarte y acercarse a un punto medio entre el cadáver y el freno saboteado.

-Ahora mismo sólo estoy yo aquí, señores- dijo lo suficientemente alto como para advertirte -Entré para ver el freno y casi no me di cuenta de... bueno... del crimen.- Comentaba el gorila visiblemente nervioso.

Al instante, escuchaste una voz humana que regresaba a tercera clase -¡Médico!- llamó, pero no gritó, por lo que debía saber que venía uno cerca  -Necesitamos un médico aquí. Rápido.-

El médico no tardaría en llegar. -Que no entre nadie- le dijo Edenberg al Zimmerman que no emitió ni un sonido y sólo podías localizarlo por sus pesados pasos que se colocaron delante de la puerta.

No escuchas nada sobre el americano, el señor Bruce Ford, por lo que sospechas que no corrió entre las maletas buscando posibles cómplices sino algo que pudiera haber introducido allí: correr, coger y salir antes de que el Zimmerman y el doctor entraran... una actitud altamente sospechosa.

Notas de juego

Puedes escoger:

1) Regresar donde las maletas

2) Seguir al supuesto asesino

3) Quedarte ahí escuchando la conversación

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27/04/2017, 23:43
-Árbitro-

A Zacharias

Cruzaste el vagón restaurante como una exhalación. Sin detenerte ni distraerte con los comensales y pasaste a tercera clase.

En este vagón la seguridad es menor. Apenas hay Zimmerman (salvo los que han acudido por el alboroto). Pese a ser tercera clase, te llama la atención las comodidades. Se nota que la procedencia del ingeniero es de origen humilde (o, mejor dicho, pragmática). No hay lujos y todo allí es práctico. Algo que aprecias. Allí los decoros no distraen de los mecanismos y tubos que recorren las esquinas de la zona superior.

Al fondo, las puertas que dan al vagón de cola (del equipaje) están abiertas y puedes ver las maletas y enseres apilados al otro lado.

Un hombre rudo y de aspecto americano sale de allí con una mochila en tono pardo que va en dirección contraria a la tuya. Tras de ti, llegan dos de tus compañeros (los señores Pietro Cavallini y Herbert von Reiter, es decir, el aristócrata estirado y el noble aún más estirado).

El Zimmerman y Straus se han debido cruzar con este individuo fornido de espeso bigote negro.

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27/04/2017, 23:49
-Árbitro-

A Pietro y Herbert

Junto a tu compañero, cruzaste el vagón restaurante como una exhalación. Sin deteneros ni distraeros con los comensales y pasaste a tercera clase.

En este vagón la seguridad es menor. Apenas hay Zimmerman (salvo los que han acudido por el alboroto). Pese a ser tercera clase, te llama la atención las comodidades. Se nota que la procedencia del ingeniero es de origen humilde. No hay lujos y todo allí es práctico. Los decoros no distraen de los mecanismos y tubos que recorren las esquinas de la zona superior.

Al fondo, las puertas que dan al vagón de cola (del equipaje) están abiertas y puedes ver las maletas amontonadas a través de ellas.

Un hombre rudo y de aspecto americano sale de allí con una mochila en tono pardo que va en dirección contraria a la tuya. 

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27/04/2017, 23:52
Bruce Ford

Salí de aquel lugar sin poder hacer más por lo que había ocurrido y temiendo que me fueran a acusar. Caminé con paso decidido hacia mi compartimento pero, justo cuando iba a girar el pomo para entrar, un tictac llamó mi atención. Provenía de un extraño señor, un tipo con máscara blanca y gabardina negra. Vi que detrás de él llegaban unos individuos de clase alta (o muy alta).

Pero a mí me atrajo él, el médico. Quedé absorto y maravillado, le puse una mano en el pecho para detener su avance y con mi vozarrón enérgico le advertí sobre lo que podrían encontrar en aquel vagón -Ni en un estado de los Estados Unidos encontraría usted lo que hay ahí dentro- dije con acento americano e hinchando el pecho. Respiraba con agitación. Luego susurré -Ha habido un asesinato ahí dentro- para prevenirle de lo que podía encontrar.

Quería decir más, pero no era prudente. Los tipos que se acercaban casi estaban encima por lo que abrí la puerta de mi compartimento y me encerré en el interior.

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27/04/2017, 23:59
-Árbitro-

El doctor pareció chocarse con el tipo rudo de espeso bigote -Ni en un estado de los Estados Unidos encontraría usted lo que hay ahí dentro- dijo con un fuerte acento americano antes de continuar y meterse en el que parecía su compartimento. El 3º de los cuatro que allí había (el penúltimo del último vagón de tercera clase).

Zacharías no pudo contestar al americano, pues de la puerta del fondo, apareció Edenberg haciéndole un gesto.

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28/04/2017, 00:01
Edenberg Straus

-¡Médico!- dije mirando fíjamente al doctor. -Necesitamos un médico aquí. Rápido.- Regresé al interior dando órdenes estrictas de que ningún pasajero más puede acceder este último compartimento.

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28/04/2017, 00:07
-Árbitro-

El Zimmerman te deja pasar al otro vagón (a ti solo).

No te pasa desapercibida la cadena que, en principio, impedía el paso pero ahora se zarandeaba de un lado a otro en el extremo derecho. Los dos eslabones aún en el izquierdo denunciaron que había sido cortada.

Notas de juego

Continuamos en último vagón

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28/04/2017, 17:22
Solomon McNail

Para mi sorpresa había un falso techo que daba a multitud de maquinaría y engranajes, supuestamente para que el tren funcionara. Mientras pensaba en todo aquello un sonido tras de mi me llamo la atención, pues alguien había abierto una segunda trampilla que daba al exterior del tren y estaba corriendo en dirección a la parte delantera del tren.

Con curiosidad me dirigí hacía aquella otra trampilla he intentar ver quien era el sujeto que seguramente fuera culpable de aquella muerte.

 

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30/04/2017, 11:39
-Árbitro-

Para Solomon

Vas hasta la trampilla, la abres y asomas la cabeza. Tus ojos se fijan en la figura del fondo que se detiene acuclillada en el borde lista para caer en el espacio entre los dos vagones. -Es una mujer- ves su falda, ves su indumentaria... se trata de un pasajero que ya habías visto antes.

Pero antes de que pudieras advertir más detalles, su cómplice que te esperaba al otro lado de la trampilla, descarga su bota contra tu rostro desde el lado izquierdo. Tus reflejos te salvan por los pelos. Sientes el golpe violento que te proyecta contra uno de los lados de la abertura. Si hubieras sido más lentos, habría sido fatal. Afortunadamente, tensaste los músculos y bajaste de nuevo por el hueco.

El filo te hizo un raspón en la frente y la nariz te sangra por el golpe. No cabía duda que el asesino era el cómplice. El ángulo del golpe era perfecto para mantener la fuerza, aprisionando tu cabeza que se habría doblado en un ángulo imposible. Y el agresor tenía la fuerza suficiente parar partirte el cuello con aquella maniobra.

Aguardaste preparado, tu corazón latía con fuerza pues en aquel espacio reducido tendrías desventaja y no podrías usar tu arma. Pero nadie más apareció por la trampilla. Después de unos segundos, volviste a asomar la cabeza con precaución. Asesino y saboteadora habían desaparecido.

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01/05/2017, 19:36
Solomon McNail

Al asomarme para ver si el asesino aun estaba encima del vagón tuve un pequeño susto, pues como suponía llegué a ver a una figura femenina que se iba alejando encima del vagón, pero no creí que una segunda persona me fuera a atacar en ese instante. Afortunadamente mis reflejos me ayudaron y pude reaccionar para que el golpe no fuera lo contundente que podía a ver sido.

Volvía al falso techo encima del vagón, esperando que mi atacante bajará. Notaba como la sangre manaba de mi nariz y me manchaba el labio superior.

Paso el tiempo suficiente para darme cuenta que mi agresor ya se habría ido. Volví a mirar y efectivamente lo que suponía.

Mierda. Me dije a mi mismo, mientras intentaba escuchar que pasa en la parte del vagón donde hacía unos segundos yacía sin vida aquel cuerpo.

 

Notas de juego

Me quedo en el falso techo esperando la oportunidad para volver al Vagón III, sin ser descubierto.

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02/05/2017, 23:02
Pietro Cavallini

La ausencia de los lujos del vagón de primera, en cierto modo, me reconforta. El ambiente es mucho más distendido, con una menor presión, sin tener que controlar todos mis gestos y medir cada palabra. La presencia de Zacharias y de Strauss, en cambio, son recordatorios de que no debo "bajar la guardia" en ningún momento. Alcanzo a oír los últimos fragmentos de una conversación más que interesante y puesto que Strauss acababa de prohibir el acceso al último vagón y lo último que quiero es necesitar un médico yo mismo, decido que mi mejor baza es el extraño americano. Así que con una mirada y un gesto con la cabeza le señalo al signor Von Reiter la puerta del compartimento por el que se acaba de escurrir.

No sin cierta educación, doy unos ligeros golpes en la puerta, pidiendo permiso, para después deslizarla y pasar a su interior.  

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04/05/2017, 10:19
-Árbitro-

-Hum hum hum... interesante...- escuchas murmurar al médico, seguramente mientras inspeccionaba concienzudamente todas las circunstancias que rodeaban al asesinato. -Ajá... el arma del crimen debió pertenecer a la víctima... probablemente un cuchillo idéntico a este...- pausa -¿Ve? Justo un cuchillo como estos. ¿Alguien tiene un pañuelo?-

-¿Podría haber sido ella la saboteadora...?- preguntó al aire, y escuchaste unos pasos. -Pero esta sangre de aquí... es un volumen mucho menor al del otro lado. Creo que este rastro pertenecía al asesino. ¿Puede cualquiera entrar solo al vagón de equipaje, sin más?- preguntó al ingeniero. -¿Acaso no hay Zimmerman vigilando el acceso?

Hubo una pausa en la que pudiste imaginar que Strauss y Gora intercambiaban una mirada. Tras ello el ingeniero contestó. -Tenemos un registro bastante consciente de las personas que fueron invitadas a este evento. Todos y cada uno de los pasajeros fueron seleccionados con un criterio que no encaja en este modo de actuar. Esto sólo significa que hay impostores a bordo. Viajeros que se ocultan tras una identidad falsa.- El tono era seguro y decidido. -En cualquier caso, doblaremos la seguridad y haremos un escrutinio concienzudo del pasaje. Iré a ver al señor Goeritz.- Dijo refiriéndose al tipo de la taquilla -Gracias por sus servicios, Zacharías. Los Zimmerman se encargarán de retirar el cuerpo con discreción y Gora resolverá el tema del sabotaje. No querría enturbiar más su estancia aquí. Si lo dispone, acompáñeme al vagón de primera clase y dejemos que ellos se ocupen del resto.-

Tras escuchar los pasos, sentiste una vibración acompañada de un pitido metálico. Pronto aquello se llenaría de guardias pero, antes de que pudieras pensar en el siguiente paso, la trampilla encima tuya se abrió.

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04/05/2017, 10:33
Edward Scardford

...con mucho cuidado y la abro. No quería más sorpresas por lo que me aparté de la apertura en un principio para luego, con la suficiente distancia de precaución, ir asomándome. Allí dentro parecía haber alguien. ¡Quizá el saboteador! aunque no podía distinguirlo bien debido al cambio de luz. Sí que había un bulto ahí, agazapado. -¿Quién anda ahí?- dije intentando que mi voz superara el sonido del viento silbando en mis oídos.

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04/05/2017, 10:35
-Árbitro-

La luz exterior te impedía ver al hombre que había en aquel compartimento pero te pareció distinguir su tez pelirroja. Debías agacharte en la distancia para conseguir la perspectiva adecuada que te permitiera ver a través de la abertura.

Sin embargo, el hombre que se encontraba ahí dentro sí que pudo ver tu rostro con la claridad del día.

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04/05/2017, 10:37
-Árbitro-

-Eh. ¡Ah! ¡Oh!- Se escuchó decir en el interior del compartimento y, tras ello, el remover de maletas. -Adelante- dijo la voz enérgica del americano.

Al acceder Herbert y Pietro descubrieron que se había cambiado de camisa. La bolsa que llevaba se encontraba debajo de su asiento (y no en el compartimento superior como es lo normal). -¿Qué...?- comenzó a decir pero se detuvo al ver que entraba más de una persona, dos individuos engalanados a los que no conocía. -¿Qué os trae por aquí?- preguntó al fin.

Otro individuo se encontraba sentado allí. Serio y quieto. Mirando con curiosidad a los presentes. Un tipo con sombrero de copa y gafas de aviador con los cristales tintados de rojo.

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04/05/2017, 10:40
Zero Schrödinger

-¿Amigos suyos señor Ford- dije al ver que el americano invitaba a pasar a nuestro compartimento de una forma tan decidida, sin consultarme.

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04/05/2017, 23:45
Pietro Cavallini

-Signori, no se alarmen. -digo al ver la actitud del tipo de las gafas rojas. ¿Qué manía parecen tener todos con cubrirse el rostro en este tren-Simplemente, hemos oído que había algo de jaleo en la cola del tren y, ante la falta de información por parte de los Zimmerman o el ingeniero, hemos decidido averiguar que pasaba por nosotros mismos. 

Tras unos instantes de silencio, añado las presentaciones pertinentes:

-O, Dio mio! Disculpen mi falta de educación. Mi nombre es Pietro Cavallini y mi acompañante es el signor Herbert  von Reiter.