Partida Rol por web

Tu vida transcurre de manera tranquila, un poco ajena a las vicisitudes del mundo exterior. Llevas una buena vida; viajas, vas al cine, a cenar por ahí, de vez en cuando un caprichito...

Hace unos meses la noticia de moda era la de un asalto a una base secreta rusa en Daguestán por parte de rebeldes chechenos y que, al parecer, liberaron una especie de virus biológico. Se hablaba de una versión virulenta de la fiebre del Nilo...

Los acontecimientos parecieron precipitarse en cuestión de semanas; Rusia declara la ley marcial y bloquea sus fronteras, excepto para la ayuda internacional. Según los especialistas y voluntarios extranjeros se infectaban, eran repatriados a sus respectivos países, propagándose sin control la enfermedad por todo el mundo. La OMS declara una pandemia.

Se empiezan a colar grabaciones en internet de escenas escalofriantes donde soldados disparan a civiles pero estos no mueren, siguen avanzando y los destrozan a ¿mordiscos?

Lo que, en un principio, era algo que ocurría muy lejos, de repente estaba en España. La gente iba enfermando, de una manera exponencial. En unas semanas el Gobierno declara una emergencia nacional, decreta la ley marcial y solicita que nadie salga de sus domicilios mientras luchan contra el virus. 

Tú, como bombero retirado fuistes reactivado en el parque de bomberos de Guadalajara para servir en los medios de emergencia para controlar la epidemia pero enfermaste gravemente por lo que tus superiores te enviaron a casa temiendo que tú también estuvieras infectado. Como, realmente, tú pensabas lo mismo, mandastes a Pilar y a Paula a casa de sus padres al pueblo y, aunque en un principio fueron reluctantes a hacerlo al final lograstes convencerlas.

Al día siguiente de marcharse, prudentemente hiciste acopio de agua y comida para unas semanas. Ese día, el 15 de abril de 2016, dejaron de funcionar los teléfonos móviles, fijos e internet. Tras pasar en casa unos cuatro días con fiebre parece que los antibióticos que te recetaron hacían su trabajo. Tras un par de días más y con las fuerzas recuperadas pensaste en volver con tus compañeros pero tras ver desde tu ventana como un grupo de soldados acribillaba a unos civiles en la calle te lo pensaste dos veces.

Ha pasado el tiempo, hoy es 3 de mayo de 2016 y te queda comida y agua para tres días más o menos en tu piso situado en la cuarta planta de tu edificio, en la calle Miguel Indurain, en Azuqueca de Henares, provincia de Guadalajara.

¿Qué haces?

Estoy preocupado, temo por el estado de mi familia. - ¿Estaran bien?. Tengo que ir a buscarlas.

Me preparo una mochila con comida, agua, un botiquin, material de supervivencia y busco algun arma en casa. cuando tengo todo preparado me dispongo a salir.

Sales de tu piso y cierras la puerta. El pasillo está extrañamente silencioso. La puerta de los vecinos de enfrente está medio abierta. A tu izquierda el pasillo acaba en una ventana que da al exterior y por donde entra la luz de un radiante sol, a tu derecha el pasillo lleva al ascensor y las escaleras, pasando por las puertas de otros dos pisos, sin embargo estas están cerradas.

Me dirijo a la puerta que esta abierta en silencio para ver si hay alguien o algo que pueda aprovechar. Llevo mi arma en la mano. Cuando llego a la puerta la entreabro. - ¿Hay alguien?

Nadie contesta a tu pregunta, por lo que entras en el piso para registrarlo y llegas al salón. A la derecha se abre un pasillo que lleva al baño y las habitaciones, lo sabes porque es igual a tu piso. Entras por el pasillo para registrar las habitaciones. Abres la puerta de la primera habitación...

¡¡¡¡Griauuuuu!!!!!

El corazón se te sale por la boca hasta que te das cuenta que es el gato de la familia. A saber cuánto llevaba ahí encerrado. Respiras hondo, intentando controlar las pulsaciones.

Alzas la vista para explorar la habitación que tienes delante cuando te percatas de que hay algo más. La vecina, una señora de 65 años se alza del suelo, donde estaba agachada sobre un bulto y se acerca hacia ti andando de una manera extraña y algo tambaleante.

Aaaaaaaaah Emite su garganta mientras que según se va acercando hacia ti, estira los brazos como si quisiera abrazarte.

Debido a la sorpresa no reaccionas a tiempo y te agarra por los hombros acercando su putrefacta boca a tu cuello.

Intento parar el ataque y empujo a la vecina para poner espacio entre ella y yo. -Señora, que hace, alejese de mi!!!!!

Tu vecina, haciendo caso omiso de tus palabras e impasible ante tu hacha, se abalanza sobre ti e intenta morderte, pero su dentadura postiza se desprende al impactar contra tu cuerpo por lo que el mordisco no consigue atravesar tu piel. Tan cerca está que te llega el hedor de la putrefacción que desprende su cuerpo, haciendo que la empujes hacia atrás unos metros. Sin embargo se recompone rápidamente y vuelve a arrojarse contra ti con la boca bien abierta, aunque esta vez estás preparado y no te dejas sorprender, ¿qué haces?

La golpeo con el hacha en la cabeza.

Das un paso adelante enarbolando tu hacha con la que realizas un golpe circular horizontal apuntando al cuello de tu vecina. Entre el filo de tu hacha y tu considerable fuerza, cercenas su cabeza con un golpe limpio. La cabeza de tu vecina sale despedida unos 5 metros hasta que impacta contra la pared del fondo y rebota en el suelo con un sonido húmedo. Chof, chof. El cuerpo de tu vecina se desploma inerte a tus pies.

Me doy una vuelta por el piso, inspeccionando por si encuentro algo aprovechable o por si hay alguna persona a la que pueda auxiliar, eso si, con mucho cuidado y sigilo para no ser pillado por sorpresa.

Registras la casa de tu vecina muerta y encuentras comida y agua para unos tres días más. Además rebuscando por aquí y por allá te haces con su joyero donde hay un gran surtido de collares, anillos, etcétera. También encuentras 300 euros en billetes, la mayor parte de ellos en la cartera de tu vecino, ahora un cadáver a medio comer tirado en el suelo...

Salgo del apartamento y me dirijo a las escaleras para salir del edificio. Camino con precaucion para no hacer demasido ruido y avanzo a oscuras para no llamar la atencion.

Bajas en silencio y silencio es lo que encuentras....

Llegas sin más contratiempos al portal y, al acercarte a la puerta, ves fuera junto a tres cadaveres tirados en el suelo a dos hombres y una mujer, los tres llevan mochilas, un hombre lleva una llave de grifa bastante grande y el otro un bate de béisbol ensangretado. La chica no parece llevar armas.

Salgo del portal con el hacha en la mano pero en actitud relajada, me quedo a la entrada y desde alli les llamo. -Buenos dias gente. ¿Puedo ayudaros?

A partir de ahora escribe en la escena Acto I: el comienzo de una nueva vida