Partida Rol por web

La presencia de alguien tan parecido a si mismo desconcertó al viejo mercenario que levantó su arco y se preparó para disparar a quien tenía enfrente. Sin embargo, antes de soltar la cuerda que había tensado, se detuvo, tratando de pensar las alternativas - Un momento... parecen reflejos. Quizás solo reflejen los ataques - exclamó en voz alta sin dejar de apuntarse a si mismo. O por lo menos a quien parecía ser el mismo aunque el estuviera seguro que no lo era

Lupin pensaba en voz alta más que hablar con nadie concreto, pues no parecía haber señal de sus compañeros, pero le sorprendió igualmente no escuchar el sonido de su propia voz. En este lugar no hay sonido.

Abrojos espera a estar seguro. Su reflejos parece tener una voluntad independiente y todas las intenciones de acabar con él, pero no es hasta que el doble tensó el arco y iba a soltar la flecha que Lupin atacó.

Los disparos fueron casi simultáneos, pero Abrojos es más rápido. Quizá como resultado de la flecha que recibió en el brazo izquierdo, el gemelo del espejo falla su proyectil. Al mercenario veterano no le pasa desapercibido que (salvo por la lógica inversión de ver una imagen del espejo) la copia es completa: muestra la misma herida causada por la flecha ácida que sufre Abrojos.

Lupin optó por hacer lo que mejor sabía hacer. Sorprender a su rival, aunque fuera el mismo y buscar un golpe certero. Un golpe que fuera suficiente como para acabar con qiuien tenía enfrente

Sin embargo, no resultaba tan sencillo cuando a quien enfrentaba era a su propio reflejo, las movimientos fueron certeros, la defensa parecìa eficiente, pero el golpe definitivo, no fue tan definitivo como debería haber sido.

La dúplica exacta de Abrojos deja caer el arco y traza un amplio arco con el estoque en el mismo movimiento en el que lo desenvaina.

El ataque es apresurado y previsible, especialmente para Abrojos, quien lo evita sin problemas.

Drusilda mece su katana en posición horizontal en una actitud de defensa total y da unoa rápidos pasos hacia atrás alejandose de su contrincante. - ¿Por qué me atacas? Yo nunca me atacaría a mi misma - intenta hacerle razonar - depón tus armas, yo nunca te he atacado. -

Drusilda abre la boca y vocaliza, pero no escucha sus propias palabras. En este vacío del espejo no parece haber posibilidad de sonido alguno.

La guerrera del espejo no hace caso a su contraria ni da cuartel. Avanza recuperando el espacio perdido y lanza otro espadazo, que es hábilmente desviado por la katana de la auténtica Drusilda. En realidad el lugar es tan vacío y neutro que Drusilda duda si se ha movido. No hay ninguna referencia, y su enemiga no parece tener intención de dejarle escapar.

El reflejo parece tener voluntad y vida propia. Más allá del parecido perfecto, el rostro de la doble muestra crueldad y violencia.

Drusilda lanza una estocada a su gemela, pero falla por poco.

La Drusilda del espejo devuelve el golpe, mostrando las mismas virtudes y defectos que la auténtica. Su golpe, con la espada a dos manos, también es desviado por la armadura.

Drusilda se esfuerza realiza un ataque a dos manos, mientras su herida le duele cada vez mas. ¿Qué maldito sortilegio es este? No tengo ninguna posibilidad de sobrevivir en un combate contra mi misma.

El reflejo esquiva la espada y reacciona clavando la punta de su katana en el brazo de Drusilda. La semielfa suspira, agotada y herida. Todavía falta mucho para vencerla, pero combatir contra su doble resulta más desafiante que cualquier otro enemigo.

Drusilda recibe una nueva estocada. Sin escapatoria, sin sonido, sin ideas, la supervivencia se impone y decide seguir luchando hasta la muerte. Piensa por un momento en el equipo de su mochila, pero no puede acceder a él sin darle otra oportunidad a su gemela, tampoco recuerda nada que pudiera ayudarle a desequilibrar la balanza. La ira le invade, convencida de que el druida está detrás de todo esto y por fin su doble recibe un primer golpe. Drusilda se hace pocas ilusiones de que se desvanezca el hechizo al primer daño y se pregunta si de hecho, la punzada habrá hecho algun daño en su reflejo.

La Drusilda resiste la herida con el mismo estoicisismo que la verdadera guerrera muestra con sus cortes. El doble tiene sangre goteando de su coraza, y a todos los efectos sufre el corte, pero persiste en sus ataques.

Con perfecta simetría, la dúplica da un golpe que supera la defensa de Drusilda y le provoca una herida en el hombro.

Abrojos dió un paso atrás, dispuesto a volver a utilizar, por el momento su arco. Despues de todo ya había acertado un disparo.

Sin embargo, al ver lo dificil que resultaba apuntar a la imagen surgida del espejo, o eso suponía, descubrió que enfrentarse a si mismo era más complejo de lo que suponía. Por un momento entendió la impotencia de la infinidad de rivales que había vencido a lo largo del tiempo, aunque fue solo un momento. Necesitaba centrarse en el combate que tenía entre manos y eso fue lo que hizo. Dejando caer el arco el también empuño su estoque, el verdadero, el original, y se aprestó a la defensa

El reflejo, moviéndose con toda la agilidad del auténtico Abrojos, gira bruscamente y golpea por un lugar que debía ser inesperado. Aunque hiere a Lupin, este evita lo peor del daño, pues el ataque no le ha pillado por sorpresa.

Resultaba curioso combatir contra alguien que poseía las mismas destrezas que uno mismo. Que, de hecho, era uno mismo, aunque no lo fuera.

Abrojos apretó la boca, evitando emitir sonido, antes de realizar un extraño paso lateral que buscaba desconcertar a su propio reflejo. Sin embargo, estaba claro que engañar a uno mismo no era una tarea sencilla, el reflejo continuó con la vista fija en los ojos del original mientras este buscaba mantener su defensa.

El movimiento del estoque del verdadero Abrojos fue totalmente improductivo, demasiado preocupado por la defensa, el viejo mercenario perdía su capacidad de hacer daño.

La dúplica evita los ataques, combatiendo a la defensiva, y al fin consigue sorprender a su oponente.

La punta del estoque se clava bajo el brazo de Abrojos, y este siente un dolor intenso y lacerante. Está seguro de que el filo le ha tocado un órgano.

El original, sin embargo, tiene intenciones de demostrar PORQUE es el original y consigue, finalmente desorientar a su réplica y al darse cuenta de la situación se lanza a fondo con su estoque, olvidando temporalmente su defensa

La prisa, esta claro, no es buena consejera y su arma pasa cerca de su objetivo, pero es incapaz de impactar en el mismo

El combate entre dos Abrojos es todo menos estático. Ambos se mueven fintando y esquivando constantemente, confiando más en sus reflejos que en su armadura y más en la precisión que en fuerza.

Con un pequeño salto hacia un lado, el doble encaja otra vez la punta del estoque, clavándola donde más duele..