Partida Rol por web

La semielfa llevaba el arco preparado desde que había visto los cuervos, por lo que simplemente tensó y disparó contra el que portaba arco mientras retrocedia unos pasos aumentando la distancia.

Dork aprieta sus dientes y ataca su hacha a dos manos al de la Cimitarra. Su cintura se mueve y sus brazos cargan con el peso del hacha para intentar estrellarla contra el ser como si estuviese cortando troncos sobre un tocón.

El hacha de Dork desciende con una fuerza imparable y en su camino destroza la madera que se le opone. El brazo izquierdo de la figura, junto con un trozo de hombro, y el escudo podrido que llevaba en ese lado quedan hechos astillas en el suelo. Sin embargo, la criatura sigue combatiendo igual, como si no hubiera perdido todo el lado izquierdo de su cuerpo. Está claro que estas plantas animadas desconocen qué es el dolor.

El viejo mercenario mantuvo su posición con soltura. Moviendo con cuidado su estoque se ocupó tanto en atacar como en evitar ser atacado - Buen Golpe - felicitó al Semiorco, mientras su arma subía y bajaba, manteniendo un ritmo que le resultaba cómodo y relajado

Sus estocadas no herían, pero mantenían ocupada a la planta de la armadura para que Kirk y su lobo pudieran atacarla por la espalda... si las plantas tuviesen espalda!

Kirk mantiene la presión sobre la planta de la armadura. Montado sobre el lobo le resulta por ahora imposible acertar en los huecos de la armadura pesada, pero al menos tampoco está recibiendo golpes.

Muerde, Tak.

El lobo blanco da dentelladas precisas, pero la armadura pesada resulta demasiada protección para los colmillos.

Visto los efectos de Dork sobre las plantas armadas, Drusilda suelta el arco y desenfunda la katana. Ataca primero a la planta del arco.

Al ver como la planta aguantaba el tipo, el goblin disparó una vez más contra ella.-Ataca, compañero.-Dijo a su lobo a la vez.

El lobo trató, esta vez sin demasiado exito, de morder de nuevo a su oponente.

La combinación de armadura y piel leñosa resulta ser difícil de penetrar, pero las plantas animadas tampoco parecen muy hábiles en el cuerpo a cuerpo. Entre múltiples intentos fallidos de los enemigos vegetales, uno de ellas consigue herir a Dork en el brazo, aunque el semiorco enfurecido apenas se da cuenta.

Cuando el humanoide más pequeño, con arco, intenta disparar otra flecha, Bro se le adelanta y sujeta entre sus mandíbulas una de las piernas de madera. Con un tirón brusco, el lobo negro derriba al oponente, dejándolo a merced del túnica roja con hacha, que descarga el filo sobre el tronco levantando astillas. Cuando levanta su arma, sin embargo, la planta se sigue retorciendo en el suelo, buscando levantarse. Al parecer hará falta reducirlas a leña para acabar con ellas.

El hombre con la antorcha es demasiado lento incluso para estos árboles vivientes, pero avanza un paso para buscar una posición ventajosa. Mientras tanto, el druida prisionero se levanta, sintiendo que está en mal lugar, y se coloca detrás de Dork.

En ese momento Drusilda avanza y clava la punta de su katana en el suelo, atravesando el tronco leñoso del ser. Este no muere inmediatamente, pero cuando trata de levantarse es reducido a pedazos por la espada curva de la elfa.

Dork aprovecha que destrozó el hombro de la planta y ataca desde ese lado en horizontal, como si estuviera talando un árbol. 

Al ver como el humanoide plantado caía, el goblin no pudo sino sonreir.

-A por otro. Da un rodeo y ataca, Bro.-Dijo retrayendolo con las piernas hacia atrás hasta que el lobo quedó algo alejado y el siguiente humanoide planta estuvo a tiro.

Su hermano estaba cerca, asi que, desde el lomo de su compañero, sin esperar a que se detuviera, disparó una nueva flecha con cuidado de no acertarle por error.

Una vez que su jinete hubo disparado, el lobo continuó trazando el rodeo hasta acabar enfrentado al hombre planta. Al llegar, trató de morderle.

Abrojos sabía que trasapasar la pesada armadura completa, por más que fuera vegetal, sería un verdadero problema, pero también sabía que mientras mantuviera ocupado a esa planta viviente, aparentemente la mejor protegida, sus compañeros podrian ocuparse del resto.

El mercenario se movio con soltura, moviendo su estoque en una y otra dirección con una sonrisa en los labios - Plantita, plantita... a que no puedes acertarme? - se lo escuchó canturrear por lo bajo mientras sus pies se movian sin dejar el lugar donde se encontraba