Partida Rol por web

La puta de oros... 

Le estaban siguiendo aún. Tenía que despistar a ese crío, así que decidió esconderse entre diferentes puestos, evitando así el contacto visual con el niñato que le perseguía.

Lo dejó perderse entre la muchedumbre, para luego dirigirse, aún con paranoia al punto de encuentro donde empezaría a intentar recabar información interesante sobre los bajos fondos, sobre entradas a los niveles inferiores alternativas al pago y demás, todo eso aderezado con algo de oro.

Cuando yo digo que los enanos no son normales, es por algo. Nos hacen una trampa, casi acaba en desgracia, las gentes de esta ciudad quieren un escarmiento por las cajas y mercancias dañadas (aqui que alguien muera se las trae al pairo) y van y se arregla todo tomando unas cervezas... no quiero saber como son las reuniones para declarar la guerra. Pero al no estar en mi tierra no soy nadie para criticar comportamientos en casa ajena, solo falta que diga algo y acabemos a golpes. Asi que agacho la cabeza y sigo a Girthal y al resto de los jueces hacia la taberna para cerrar la afrenta con una o varias cervezas. Y alli vamos a una taberna, pequeña para que entre tanta gente como somos, pero cuando se dice ronda de cervezas nos crecen los amigos. Pasaron las horas y para ser sinceros, este rato esta siendo ameno y el alcohol empieza a hacer efecto, los humores mejoran, la conversaciones fluyen y lo que empezo como una bronca esta desembocando en una pequeña reunion de gente que se estan divirtiendo, que en esta ciudad tambien hace falta. La gente empieza a hacernos preguntas y gustosamente contesto que que mas vengo a buscar? Maese enano no voy a negar que encontrar beneficio por hacer un trabajo siempre es bueno, pero cuando me mandaron a esta ciudad, la orden fue del mismisimo emperador y a nuestro grupo llega a traves del inquisidor supremo y para mi es un gran honor, ademas nunca podre decir que no a acabar con todo el mal que quiere pudrir el alma de los hombres o destruir civilizaciones, desde un demonio a un seguidor del caos moviendo hilos para crear levantamientos y juro por Sigmar que antes morire que permitirlo y por eso vamos a esa mina para ver que es lo que os esta provocado tanto daño Mientras la conversacion seguia un musico callejero aparece para animarnos la velada y asi aprovechar y hacer caja. La conversacion amena, la cerveza sabrosa y musica animada, esto es vida

El altercado con los emboscadores se saldó al final con una mezcla de suerte, buen hacer y sabieza, lo que evitó problemas tanto a la larga como inmediatos, pues dudaba que un malentendido con los tres barbas no llegara a oidos del consejo. Por fortuna, aquel asunto parecía haber sido beneficioso al hacerse patente que no solo no buscábamos problemas sino que, los que sucedían, intentábamos solucionarlos.

Acompañados por una miriada de curiosos, tunantes y afectados llegamos al local donde se nos sirvió con diligencia y amabilidad, en especial al ver entrar al tropel de gente que parecía nuestro séquito particular, lo que sin duda reportaría unos buenos beneficios al amo del establecimiento.

Fue cuando el ambiente estaba más distendido, con el bardo cantando por entre las mesas, cuando me permití encender mi larga pipa para fumar y escabullirme entre el gentío para, cogiendo a Dorkadar del brazo, llevarlo a un aparte para hablar con él con la excusa de tener un posible trato que cerrar con él

Siento haberte apartado de la fiesta, Dorkadar, pero tengo preguntas y parece que tú podrías ayudarme con algunas de ellas...- dije mientras, asegurándome de estar en un sitio más o menos discreto, tenderle la mano - Mi nombre es Kurdrim Barbahierro, enviado del Alto Rey como escolta del venerable runkhi Girthal con quien has hablado antes. Deberé velar por su seguridad, y por la del resto, una vez bajemos a los niveles inferiores y pareces saber alguna cosa al respecto.- añadí mientras retiraba la capucha de la túnica y revelaba mi verdadero aspecto de guerrero curtido al comerciante - Te estaría muy agradecido si pudieras darme más detalles al respecto sobre lo que se oculta alli abajo y posibles maneras de sortear semejantes escollos

Lo que podía haber degenerado en un enfrentamiento con la justicia enana se arreglo como se solucionaban las cosas en Tilea a base de oro y alcohol.Me vuelvo a morder la lengua para no chillar a los cuatro vientos lo que pienso de este arreglo pero al ver que los demás parecen callar y aceptar no me queda mas que asumir y cerrar la boca .Al cabo de un rato escoltados por la muchedumbre entramos en una taberna y el ambiente se distiende cuando empieza a correr el alcohol. Declino las jarras de cerveza y me decido por una pequeña copa de vino especiado mas por mantener las manos ocupadas que por tener sed o ganas de beber con esta gente .Me quedo cerca de Otto intentando mantenerme justo enfrente para ver los que sucede a su espalda y que el pueda ver lo que sucede a la mía, cualquier precaución es poca con una secta de Manan de por medio .¿Hablando de lo cual donde esta el que falta ?

Gogri se encogió de hombros y se escupió en las manos, las frotó y mostró una atrevida sonrisa.

-Vamos adelante, pues. Nada de arredrarse entre dawi. Un buen pulso calma los humores de las cuevas y enardece fuerzas que parecían dormidas. ¡Vamos, digo! Adelante, compañeros. ¿Quién va primero?

Gogri rio y escudriñó al grupo de soldados.

-¿Qué es de vuestra historia? ¿Qué gestas son las nuevas que habéis vivido, buenos señores? De donde yo vengo, humo y ciénaga en las cuevas más profundas. Ocultos terrores que salen despavoridos tras nuestros pasos. Así las gastamos, nunca menos.

Enseguida se formo un coro de curiosos, uno de los tres barbas miraba de reojo lo que alli sucedia, y enseguida las apuestas corrieron de un lado a otro, unas pocas monedas o una jarra simplemente eran suficienta para solventar el ansia de victoria ajena.

Un soldado algo gordinflon se acerco haciendo bailar su armadura de un lado al otro, Gogri no se amedentro en absoluto, pero alli tenia un soldado con media sonrisa en lacara y un brazo que aparentaba ser bastante firme.

-Al mejor de uno- rezo aquel dawi mientras estirando la muneca colocaba el brazo sobre la mesa para esperar la mano opuesta en actitud seria.

Aquel enano estaba acostumbrado a echar pulsos, te lo dijo su postura.

Gogri apretó los labios. Tanteó a su rival. Había tantas formas de aburrirse en las cuevas. No era raro enfrentarse a pulsos en los tiempos muertos. Y se adquirían ciertas capacidades. Paciencia, observación, posición del brazo y el cuerpo. Tras unos cuantos pulsos, uno aprendía a darle valor a cualidades como el equilibrio y la planificación. No se podía hacer mucho contra alguien muy superior físicamente, pero contra un igual se podía decantar el resultado manteniendo la cabeza fría.

Su contrario sabía lo que hacía, pero eso a Gogri no le iba a echar hacia atrás. Apuntaló su posición y utilizó su cuerpo como apoyo. Giró la cadera y las rodillas mientras avanzaba, adelantó el cuerpo para aprovechar el peso y empujó.

Su adversario cedió, poco a poco, pero Gogri se mantenía imperturbable en su esfuerzo, como la roca de la que había nacido, sin precipitarse ni aflojar, hasta que el dorso de la mano de su oponente tocó la superficie de la mesa.

Gogri murmuró una disculpa al vencer. El pecado del contrario había sido, con toda probabilidad, el exceso de confianza. No ver canas en el contrario hacía pensar que uno no había vislumbrado aún la vida y que no sabía nada de ella. Quizá ese día había sido bueno también para el perdedor, pues había aprendido que un enano podía ser más de lo que su barba mostraba.

La tarde pasa y el sabor de la cerveza empieza a afectar a los congregados alli, yo dezpues de la segunda pido una copa de vino, la cual alargo muuuuuuuucho, no digo que este paron en el caminp no este bien o no sea necesario, pero despues de del concurso de pulsos y numerosos brindis, creo que deberiamos cambiar de aires y seguir con nuestro objetivo inicial. Me acerco a Girthal con disimulo y en voz baja le comento,girthal creo que deberiamos proseguir con nuestra mision

La cerveza fue de mi agrado, la menta no me era ajena y me gustaba de diferentes maneras, no teniamos tiempo para esto pero otorge una hora para obtener respuestas sobre este Karak de la manera mas sensata, de sus habitantes.

La charla fue sensata, y los comerciantes fuera de tapujos preguntaron abiertamente. Me gustaba de verdad la gente directa en ciertamanera, uno sabia a lo que atenerse:

-Venimos en una espedicion, no quiero liarlo en los detalles pero me temo que tendremos que bajar a vuestras minas, he escuchado que los permisos son algo caros pero que el oro puede rascarse de las paredes- sonreir de una punta a otra, y guine un ojo - si asi fuera cada vez que rajara a un gobi obtendriamos oro por sus tripas y por sus cabezas, menudo negocio!!- sonrei ante mi propia broma.

-Estando donde estamos me extrana que no haya enemigos acosando nuestras puertas a cada instante, se viva tranquilo en estas montanas por lo que parece, es asi?-

Espere algunas respuestas antes de pagar lo acordado y seguir nuestro camino.

-ZPOOOKK!!-

El ruido sordo hizo que muchas espresiones corrienran como el fuego ante la paja. - JA! , TE LO DIJE! , OUH! - que ganara Gogri aquel pulso hizo que el soldado regordete se pusiera rojo de rabia, se levanto de improviso y alego -vaya si te has ganado esa jarra- su cara de rabia se convirtio en una sincera sonrisa, perder no era lo mejor, pero saber perder era algo que sabia llevar, aunque le doliera eso estaba claro. Choco varias veces el hombro de su contrincante mientras le tendia la jarra, y por primera vez Gobri sintio el peso la camaderia, mil ojos clavandose sobre el con muestras de orgullo. No faltaron frases para el recuerdo -que pena no tener un regimientro entero como tu, ganariamos estas minas en un par de meses, son todos como tu en Karak-a-Karak? que cerveza tomais?- y asi durante un rato de agasajos y risas.

El comerciante Dorkadar y Girthal parecian congeniar bien, pero  la taciturna actitud de Kurdrim lo apabullaba en ciertamanera. Y tomo con cierto cuidado las palabras que iba a elegir - me reiria si tuviera humor para ello, pero aqui vivimos una tensa paz. Cada poco hay incursiones orkas en su mayoria que asolan nuestros muros. Pero lo que a mi me preocupa son los incontables "humanos"- lo dijo con desprecio en cierto modo - "puerta muerta" - como solian llamarlo los humanos y buena parte de los enanos - se esta convirtiendo en un nido infecto, no se controla que hay ahi abajo pero no tardaran mucho en ser un problema para nosotros y me temo que el ejercito puede no ser suficiente llegado el momento. Y esta es solo una mas de nuestras calamidades.- se toco la frente preocupado, todo aquello era una de las mil preocupaciones que tenia un comerciante modesto dentro de estos muros. Bajo la voz para hablar a Kurdrim - si tienes miedo de bajar ahi haces bien, eso te mantendra alerta. Gobis, skaben, muertos y solo los dioses del norte saben exactamente que infecta este lugar. Lo que esta claro es que se pelean entre ellos tanto como nosotros, con estos dos - senalandose los ojos - hombres bestias salidos de los bosques, partidas de guerra enteras arrasando un nivel entero para esclavizar y matar por gusto, fustigados por sus viles amos. Y un dia despues, no encontrar ni una simple flecha, escudo o brazo descuartizado tras esa matanza. Hechiceria de la mas sucia, eso lo tengo claro.- las historias de aquellos encontronasos podian escucharse de un lado al otro de la taberna gobis, caoticos y criaturas sin nombre que atenazaban los niveles mas bajos de aquellas minas, para desesperacion de sus propietarios. -Mi consejo, buscate a un buen grupo de enanos que te sepa cuidar las espaldas, y si es posible no descanses dentro de las minas o moriras sin saber que te ataco- tomo de su cerveza para quitarse el nudo de la garganta. No le gustaba hablar de aquello, su vida de aventurero quedo atras, ahora solo le interesaba sus ventas y la llegada de mas productos.

Un par de mesas mas haya, varios enanos miraron de reojo a Otto para asombrados indicar - si ese inquisidor supremo vuestro mandan a mas como ese enano de ahi- senalando a Gobri - o ha buenos humanos como vosotros dispuestos a colaborar aqui exterminando toda esa plaga que nos recorre los pies ahora mismo, de buena gana sereis aceptados.- levanto la jarra a modo de saludo, pero tambien para evidenciar la falta de efectivos dispuestos a jugarse el cuello entre los muros del karak. En ese momento Hans pidio un vaso de vino, y los mozos que portaban las jarras rienron a modo de broma, pues asi lo entendieron y pronto tenia una nueva jarra espumeante de cerveza enana. Otro enano anadio -aun quedan tantos valientes entre los humanos-  asintio con la cabeza y brindo en silencio por eso, golpeando la jarra de Hans y luego de Otto.

El bardo seguia dando vueltas por entre las sillas, y canto alguna mas antes de sentarse a descansar con una jarra entre las manos. Guardo con mimo el instrumento en su fina funda, y solo falto cantarle una enana antes de cerrarlo.
 

El mediodia habia culminado, y Girthal tendio una fuerte mano al comerciante en senal de generosa amistad, lo cual fuer respondida con el mismo ansia. Unos mas que otros dentro del grupo se alegraron en exceso, pues tenian sus culos lisos de estar sentados por tanto tiempo en aquellos duros bancos. Hubo despedidas afables y muchos se dirigieron hacia los "heroes imperiales" con amabilidad, brazos en alto y sonrisas algunas desdentadas.

El grupo fue partiendo de aquel lugar, ahora era algo mas sabios, estaban algo mas borrachos y muchas de sus cabezas pensaron en Adalberto, habria conseguido llegar?

El lugar hervia de actividad, aventureros que bajaban a las minas, comerciantes que espetaban al cielo sus productos bajo un nuve fria que tapaba todo. Y transeuntes con mas o menos prisa que atendian sus recados.

Los enanos que estan comiendo te miran de reojo, te indican que no tienen tiempo con una mano y siguen comiendo sin inmutarse por tus preguntas. Llegado a un momento te quedas en una silla de madera, pides una jarra y simplemente esperas echando miradas furtivas a la puerta cada vez que alguien entra.

Por fin salimos de la taberna y el aire fresco, necesario nos da en la cara, estaba poniendose un poco cargado el ambiente, espero que por fin hagamos el reconocimiento de las minas o por sigamos buscando ayuda en esta ciudad de locos
Eso si bastante transitada

La jarra de cerveza no es lo que había pedido pero viendo las sonrisas de los camareros mejor no insistir y aceptar que es lo que hay .Aunque solo sea para mojar los labios mientras escucho comentarios aquí y allí la jarra me permite integrarme en la taberna y algunos rumores jugosos llega mis atento oídos . Aun así cuando por fin nos vamos no puedo evitar un suspiro de alivio porque hay que encontrar a nuestro compañero desaparecido y poner en común lo que hemos averiguado .
Cuando salimos a la calle tanta gente me recuerda que debemos de tener cuidado y vigilar nuestras espaldas .Dejo caer la mano sobre la empuñadura del martillo y pongo mi mejor cara de funeral , de este sera tu funeral si te metes conmigo .

El resultado de la victoria fue mucha cerveza y hablar y reír hasta quedar ronco. El dawi conocía las reglas, siendo foco de atención, no podía descuidar ni un brindis, ni beber menos que quien lo propusiera. Así, incontables jarras cayeron y todos quedaron contentos, sin duda, el enano no podía quejarse, porque a pesar de sus esfuerzos y de su bajo punto de gravedad, tenía que cuidar los pasos que daba para avanzar, y su movimiento era evidentemente torpe para cualquiera.

Se guardó unos eructos dentro del discreto reino de su barba tupida, estiró la cabeza como pudo, se colocó el capacete y acompañó a los demás, intentando vocalizar para sí mismo, sin mucho éxito.

Escuché como el comerciante relataba los pormernores de sus males, asintiendo en silencio pese a tensarme levemente cuando menciono la posibilidad de tener miedo de bajar. Lo miré ceñudo y aclaré aquel asunto

No es tener miedo, es tener dos dedos de frente y ser concienzudo con lo que se hace. Me han encomendado mantener al grupo a salvo ahí abajo y es lo que pienso hacer- dije serio; de haber sido un humano aquella suposición le habría valido un buen rapapolvo - Tendré en cuenta tus palabras, Dorkadar, cuando bajemos a la minas, pero pobre del sucio gobri, urk o cualquier clase de criatura que se arrastre por las profundidades; no he sobrevivido al enfrentamiento con un demonio de los oscuros hermanos perdidos, ni a los golpes de un gronti para venir ante las puertas de este lugar y tener dudas

Vacié de golpe la jarra que tenía en la mano y, con un cabeceo de agradecimiento, me dirigí hacia la salida junto al resto

Vayamos en busca de Adalberto, estoy empezando a cansarme de tanta charlatanería

el tiempo de ocio había estado sublime, había establecido conversaciones con varios mercaderes sobre todo con Dorkadar, que ya consideraba casi un buen conocido. y al que al despedirme le dije en voz baja:- Gracias Dorkadar, por este rato tan agradable, esta conversación y estas jarras compartidas contigo han sido todo un lujo, espero que nos volvamos a ver muy pronto. Luego salí junto con mis compañeros a la calle y entre unos y otros indicaron lo que había que hacer. Buscar a Adalberto, no sea que la pifiara y lo que habíamos ganado se nos fuera al traste. De todas maneras mi cabeza también tenia otra cosa en la que pensar... "la puerta negra", según había dicho aquel distrito humano engrosaba todos los días y al final seria un problema grave, debía comentarlo al consejo y ver que elemento fuertes existían en ese núcleo, su eliminación podría acabar con un posible levantamiento. Pero ahora lo importante era buscar a Adalverto así que dijo en respuesta a todos:- Tenéis razón, hay que encontrarle y por cierto, contarme que coño a pasado en ese puñetero callejón?