Partida Rol por web

Como parece que no tenéis nada que decir, lo diré yo por vosotros. Empezaremos por encontrar al maese, asi que nos vamos a ir al barrio rico donde estará el clan Norgunson, allí preguntaremos por el Maese y de estar alli pedire verlo, sino ya nos dirán donde encontrarlo.
Dicho eso encamino mis paso hacia el barrio rico y una vez allí, preguntare con todos mis buenos modales a los transeúntes lo siguiente: - Buenas noches Señor, Me llamo Girthal y vengo buscando al Clan Norgunson, podría indicarme donde se haya?.

Una vez que lo haya encontrado preguntare a los guardias de la entrada por el maese de esta manera:- Buenas noches, podrían indicarme donde puedo encontrar al Maese Brakkenn Barbapiedra?

Adalberto encogería los hombros al escuchar al venerable herrero y respondería:

- Yo en esto de burocracia no soy muy ducho, siempre he sido de los que toman el camino mas corto, así que me encomiendo a vosotros. Me reservaré para cuando sea mas útil.

Abriría los ojos intentando familiarizarse con la ciudad, sus calles y recovecos, callejones y vías de escape si la cosa se ponía fea. Conocer el entorno era vital por si las cosas se volvían en su contra. Y él era de los que siempre estaban preparados.

- Bueno Adalberto, pues quédate detrás de nosotros y simplemente síguenos, digo con una sonrisa.
Deberíamos conseguir el pase a las minas con Maese, y conseguir un mapa de las minas, después debo ir a hablar con el consejo, necesito una licencia de excepción de entregar los artefactos, porque sino, tendremos mas que palabras al salir de la mina me parece a mi, ademas necesito información sobre el Liche, y supongo que el consejo sabrá de su presencia, podría ser un buen intercambio el Liche por... 6 artefactos? estaría bien. Por ultimo iremos a comer beber y descansar. Y Mañana a las minas después de aprovisionarnos si es que lo necesitamos.

Depues de tanto viaje en zepelin se agradecia poder mover los musculos y pasear bajo el sol. Las horas dentro del torreon Skaf no habian hecho mella en sus duras voluntades, pero ya llegarian las vacas flaclas. Los rayos eran debiles pero un alibio para el corazon en aquellos momento de oscuras tinieblas. El hambre les atenazaba por los cuatro costados, junto con un palpitante dolor de cabeza.

Girthal comento el plan de accion mientras los demas escuchaban, cuando termino no sabia si era una pregunta o esperaba que cada uno se asignara una tarea. El herrero comenzo a ponerse rojo como una fragua para luego de un espeton decir exactamente el plan de accion asi que se encontraron mas pronto que tarde en direccion al barrio rico. Girthal pregunto todo lo amable que pudo, aunque su interlocutor, un joven de servicio en una casa cercana, respondio presto y ligeramente asustado por la presencia de aventureros en un barrio como aquel.

-Siga hasta el final de la calle y busque el emblema familiar, un zapapico picando piedra, es un edificio rojizo no tiene perdida- miro de reojo a todos los demas -seguro que alli encontraran lo que buscan, si me disculpan.- anadio mientras hacia una revenrencia y seguia su camino, echando miradas de reojo hacia atras con la esperanza de haber satisfecho a aquellos transeuntes. Y perdiendose rapidamente entre el resto de viandantes.

Con una direccion a seguir llegaron a la fachada de una mansion-fortaleza de tres plantas construida de marmol rojo, que destaca por encima de las demas mansiones. Alli encontraron el zapapico pincando roca como el joven habia indicado, estaba finamente decorado con rivetes de oro y gemas que a simplevista eran caras. Habian dos guardias en la entrada, y varios mas apostados discretamente entre sus ventanas y torres, seguramente tendria mas secretos aquel lugar dolorosos de conocer. La entrada estaba abierta a determinados clientes, que venian a atender sus negocios con la familia, al ver a aquel grupo uno de los guardias se acerco unos pasos para detenerlos a cierta distancia de la puerta principal, portaba un escudo embrazado y tenia un martillo colgado que le caia casi en la mano.

-Que buscais por aqui, no nos gustan los curiosos, ni los forasteros- anadio clavando la mirada en los humanos, callo en la cuenta justo a tiempo de intentar enmendar sus palabras, al ver la esplendida armadura de Kurdrim. Aquel no era una enano normal, su pose agresiva/pasivo y su barba lo delataban como un guerrero capaz. Habia otro enano que no parecia mucho menos fiero que si mismo, pero fue quizas la luenga barba de Girthal lo que consiguio que razonara, frenandole los pies -aunque siempre tengo un momento para ayudar a un maese como usted- dijo en fluido Reiskpiel antes de callar y observar con ojo curioso a aquel desigual grupo. Cargados hasta arriba de armas y armaduras. Algunos transeuntes se quedaron mirando formando un pequeno circulo desigual. Las miradas de "tres barbas" se posaron en ese grupo y se acercaban en su direccion temiendo algun disturbio seguramente. Tardarian al menos un minuto en llegar hasta su posicion, si seguian con su paso de paseo pero continuado.

Sonrió y digo:- Me alegro buen enano, tengo asuntos que tratar con Maese Brakkenn Barbapiedra, quisiera saber donde esta. Y también tendría que hablar con su señor del clan, pues tengo asuntos importantes que hablar con los dos. Podrías informarles de que Girthal, Herrero Rúnico de Karak-a-Karaz tiene asuntos que tratar con ellos?
Mientras espero la respuesta me giro y digo a Otto:- Creo que deberíais ir a buscar una posada donde descansar esta noche, nosotros descansaremos en una de enanos, y no se si os verán con buenos ojos a vosotros. Nos veremos mañana por la mañana en el Torreón de Skalf, mientras tanto podríais escuchar que pasa en esta ciudad, que se cuece y que conflictos hay o que intereses, en una taberna siempre se escuchan cosas.
Ademas creo que nos trataran mejor las altas esferas si no voy con humanos, pues la recepción de vosotros no ha sido digamos buena sabiendo de donde venimos.

-¿Alguno de vosotros habla khazalid? -dijo Gogri a los humanos-. Si no, podéis encontraros algún problema al separaros de nosotros. En ciudades grandes es fácil que los dawi hablen Reikspeil o algún otro lenguaje humano, pero siempre puedes darte con alguien que no. Si ninguno de vosotros habla nuestro idioma, quizá valga que os ayude a encontrar alojamiento. Por otro lado -el enano se mesó la barba-, igualmente es posible que Girthal y Kurdrim consigan más estando ellos solos, no solo no acompañados de humanos sino tampoco por un hazkal como yo -Gogri rió su propia broma-. El gnollengrom, os digo, compañeros humanos, no es algo que se deba subestimar entre dawi.

Gogri se repantingó apoyado en su arma, con una pierna cruzada sobre la otra, esperando la respuesta de los humanos. Hablaba con apatía y sonaba aburrido, aunque siempre que miraba los descomunales paisajes de la ciudad quedaba absorto por la sublimación de la inmensidad. El resto del tiempo, entre vigilar penumbras y seguir a los demás, maduraba algunas ideas que tenía en la cabeza, pero aún no quería hacer públicas. Era momento todavía de escuchar y seguir a Girthal, no de desviarse de un camino que, al menos de momento, parecía muy claro.

Acabamos de reseguir un sin fin de entradas y añadidos a las leyes, en un inverosímil rompecabezas que logró dejarme los sentidos embotados pese a haber logrado desentrañar algunas líneas interesantes; el aspecto de quienes nos esperaban abajo no era mucho mejor y pronto el soplo vespertino del aire nocturno que empezaba a filtrarse por los callejones se agradecío tanto en cuerpo como en mente.

Pese a todo, aun estábamos lejos de haber conseguido una forma eficaz de acometer nuestra empresa y nos vimos obligados a deambular en busca de nuestro contacto tras los pasos de Girthal. Allí era evidente que nos tocaría ahondar lo más posible en aquel entramado de normas si queríamos evitar un altercado diplomático, ya que por mucho que nuestra misión proveniera del mismísimo Alto Rey allí parecía no ser moneda de cambio

Ensimismado en mis pensamientos me topé con un nuevo escollo en forma de guardia señorial.

Fruncí el ceño y di un paso al frente mientras notaba como el calor encendía mis mejillas, aun ocultas bajo el yelmo de gromril, evitándose el torrente de palabras que ya emergían en mi garganta por la intervención de Girthal, que en un alarde de temple logró encauzar la conversación pasando por alto las malas formas de aquel enano*

Bufé por los ollares cual toro de Averland mientras me relajaba ligeramente, aguardando la respuesta, mientras Gorgri y Girthal intercedían por los humanos en un intento de evitar nuevos contratiempos

Yo voy contigo, rhunki- me limité a decir con tono hosco, aun con la mirada fija en el guardia

- No esperaba menos de ti Viejo amigo, Gogri puede ir con los humanos* a buscarles algún sitio interesante, nosotros tenemos trabajo que hacer.

En esta ciudad hay demasiado gilipollas por metro cuadrado... Casi igual o mas que en Tilea, y ya es decir...

Miraría con una sonrisa todas las escenitas que les iban montando sin hacer ningún comentario. El herrero debía llevar las negociaciones si es que no querían acabar en alguna mazmorra. En cualquier ciudad humana la cosa cambiaba, pero aquí estaba perdidísimo, mejor mantenerse callado y alerta.

Una vez estuvieron ellos a solas de nuevo, comentaría la decisión del resto.

- Creo que ninguno hablamos lengua enana aquí, nos vendría bien alguien que hiciera de intérprete. Aunque tenemos oro, y ese idioma lo habla todo el mundo. Lo único, que intenten sablarnos por ser foráneos. Poco a poco nos van a terminar sacando hasta los calzoncillos si no espabilamos y nos ponemos a hacer lo que hemos venido a hacer.

Esperó respuesta mientras revisaba que todo su equipo estaba en su sitio, listo para ser utilizado.

La idea le parecia tentadora, mucho mejor dar un paseo y buscar comida, alojamiento y ver que se cocia en estos barrios. Que volver a estar en alguna negociacion que podia durar horas, regadas de cerveza y palabras duras. Ahora estaba en mi ambiente y eso me gustaba, aunque fuera un karak enano.

-Daremos un paseo por los alrededores, buscaremos una posada para conocer que ocurre al rededor, y volveremos aqui antes de que anochezca, uno de nosotros esperara todo lo que haga falta en la entrada de ese palacio enano- senale con una mano tendida, la casa de piedra sin saber muy bien como designar a aquella construccion, habia visto posadas en medio del Drakwald con menos contra medidas y muchas peores defensas que esta casa, los enanos estaban hechos de otra pasta eso estaba claro. -Hans no te separes de mi costado, Aldaberto puedes ir unos pasos por delante, seguro que solo descubres una posada no te perderemos de vista - mire a Gogri, aun no tenia una idea clara de aquel enano, pero se veia capaz -si maese Gogri decide acompanarnos seguro que podra ser de ayuda- ya no solo por su musculo, si no porque la obstinacion enana se entiende entre si.

El soldado decidio colaborar y parece que aun mas cuando el herrero decicio mandar a los humanos de paseo.

-Volvere en solo un minuto, acompanenme hasta la puerta-dijo con una mano estendida - pedire audiencia y buscare una sala donde poder sentarse y hablar en privado- hizo un gesto marcial mirando de reojo a Kudrim para comprobar si habia algun signo de aprobacion, pero solo encontro un firme busto inexpresivo. Se perdio tras sus pasos.

Los transeuntes se aburrieron rapido por la falta de accion y los "tres barbas" pasaron de largo echando vistazos a cada lado.

El grupo se despidio alli. No hicieron grandes pompas para despedirse, basicamente unos iban a currar duro mientras negociaban con los duenos de una mina, y otros iban a comer. Quien habia ganado en todo aquello era claro.

No tuvieron que esperar demasiado, el soldado volvio y los escolto al interior. Habian otros enanos en compartimentos preparados para hacer negocios, los decorados eran todos de piedra. Y habian bustos de enanos, rememorando viejas glorias.

-Acompanadme por favor- estas palabras las dijo ya en moviento hacia el interior-es una suerte que no haya anochecido, porque con la caida del sol se cierra el negocio de mi familia, aqui compramos y vendemos gemas de incalculable valor- llego a una estancia comoda, dispuesta en un cuadrado con asientos espaciosos donde hasta seis interlocutores podian charlas sobre una mesa baja. -Teneis suerte de que Maese Brakkenn Barbapiedra se encuentre hoy aqui, normalmente ya no toma visitas personalmente, pero le he dicho que lo buscaban a el en concreto y parecia urgente- anadio con una sonrisa que se le atragantaba - les traeran un refrigerio en seguida, yo debo volver a la puerta si me disculpais- volvio ha hacer un gesto marcial para perderse por la salida.

La habitacion era una estancia sin puertas, dentro la decoracion era escasa, un mueble de apoyo serviria para traer gemas o refrigerios. Habia pergamino y pluma para tomar notas. Y velas para rellenar las que se agotaran. No tuvieron que esperar mucho hasta que un joven trajo un barrilete pequeno de cerveza que espito con maestria para servir una espumosa cerveza que olia realmente bien.

El enano se asomo a la puerta con expresion pesada, miro a los dos enanos y decidio que no los conocia de absolutamente nada, igualmente paso al interior.

-Podrias poner otra jarra para mi, llevo un largo dia- se sento y saco un zurron donde portaba papeles y utensilios para mirar gemas que se desperdigaron sobre la dura mesa -bueno y que asuntos son esos que os traen desde tan lejos?- los miro con muchisima curiosidad y no pudo retener el comentario en su cabeza -magnifica armadura- le salio disparado como algo obvio y a la vez poco inusual, mirando a Kurdrim.

Si aquel enano tenia de escolta a un enano como aquel, aquellos enanos tenian algo muy importante que vender. Llego a una rapida conclusion.

El grupo se dispersó según pareció mejor a Girthal y Otto, dándonos mayor libertad de movimiento y evitándonos un sin fin de preguntas y contratiempos; sin duda alguna aquella era una buena decisión se mirara por donde se mirara, en especial porque Gogri acompañaría a los umgis para evitar cualquier malentendido

El guardia, tras aquello, pareció más propenso a colaborar y pronto estuvimos adentrándonos en las estancias de aquella edificación evitándonos más vueltas innecesarias. Al menos por el momento.

Se nos acomodó al rhunki y a mi en una sala austera, cómoda y dispuesta para más comensales y aguardamos pacientemente la llegada de nuestro anfitrión degustando una cerveza en verdad exquisita que, por el momento, no probé dado que aun llevaba el yelmo puesto. Era evidente que las cosas empezaban a encauzarse y aquella bebida daba buena fe de ello pero prefería guardar las apariencias por el momento; si me tomaban como el escolta personal de Girthal, cosa que en realidad era cierta, podíamos ahorrarnos más preguntas de las necesarias.

Y llegó Brakkenn, y con él una dura cordialidad que me relajó. Aquel si era un enano como los de antaño

Me quité el yelmo, depositándolo con cierto cuidado en la mesa al ver que Brakkenn hacia lo propio con sus herramientas de trabajo, antes de contestarle

Herencia de un héroe caído; espero darle buen uso en breve si nos ayudas- dije antes de dar un largo y esperado sorbo a la cerveza - Magnífica cerveza- me limité a decir antes de dar otro sorbo - Kurdrim Barbahierro, a tu servicio y al de tu clan- acabé diciendo ahora ya más centrado en el asunto que nos atañía, aguardando a que Girthal presentara nuestros asuntos y a sí mismo

Sonrió al ver como entramos y donde nos dejan, es un lugar exquisito propio de las audiencias de grandes tratos. por lo que parece que nos han tomado por personas importantes lo cuales somos. espero tomando un sorbo de cerveza cuando entra Brakkenn y nos saluda, al cual responde Kurdrim rápidamente presentándose y dejándome a mi hacer lo propio, por lo que digo:- Como ha dicho el es Kurdrim, un hábil guerrero y amigo que me acompaña en este encargo. Y Yo soy Girthal nieto de Kargon, Herrero rúnico y no se si os habrán dicho que venimos de Karak-a-Karaz.
Hago una pausa y digo:- Y también decir que tenemos un amigo común, Kragg señor de las runas de Karak-a-karaz, el me ha dado una carta para vos. voy sacando el estuche de mapas o pergaminos y saco la carta que me entregaron*, la leo rápidamente y se la paso a Brakkenn Barbapiedra para que la lea a continuación mientras le digo:- Maese Brakkenn Barbapiedra, podríamos hablar en privado en esta sala?, y miro al muchacho enano que servia la cerveza terminando por decir, pero deja el barrilete, nos va a hacer falta.

Los humanos y Gogri se dirigen hacia el final de la calle, mirando al rededor buscando alguna posada acojedora. Gogri senala con un dedo una enorme estatua, a la que irremediablemente todos admiran mientras se acerca descubriendo los fantasticos lugares que van ha encontrar. En un pedestal de granito de unos tres metros de altura,sobre este hay encima un enano de unos cinco o seis metros de altura porta un hacha en la mano y la cabeza de un dragon en la otra. A su lado hay un musico que toca un instrumento inverosimil parecido a una guitarra de cuatro cuerdas, y un tambor en su estremo, su companero narra la historia del valeroso Skalf matadragones. La version en este caso esta llena de sangre, sudor y oro, alardeciendo la capacidad y el juicio enano por encima del de los demas, y de como se hizo rico gracias al la fuerza y el ingenio.

Multiples comerciantes venden desde sus puestos improvisados toda clasa de utensilios, fruta y comida preparada al instante que llena el lugar de miles de olores, donde tambien puede destacarse el olor a sudor, tierra y fuego. Algunos lugares comienzan a encender velas o antorchas para iluminar porches. Desde donde estais al lado de la enorme escultura, veis una posada, muchos enanos y humanos entrar por sus puertas. En el porche hay un cartel con un dibujo de un pico sobre una montana de pepitas de oro. Parece un sitio tan bueno como cualquier otro donde poder dar fin al hambre.

Un enano controla la puerta, y a diferencia de muchos otros establecimientos y puestos aquie nadie intenta obligar con suculentas promesas los bolsillos de nadie. Los clientes entrar y salen tranquilamente. Por lo que escuchais al rededor el lugar se llama "el botin del minero". Ahora que estais en la calle se escuchan muchas cosas, y comenzais a entender las preocupaciones de los que os rodean.

Tendi mi mano a la carta que me entregaban, la lei un a vez y comprobe que el simbolo que firmaba la misma era de verdad de mi amigo Kragg. Volvi a leer la carta mientras me sujetaba el monoculo, al parecer aun habian cosas que podian sorprenderme gratamente, pero viendo el escueto mensaje estos senores enanos no venian por un viaje de placer.

-Vamos a negociar, podrias traer la puerta, pide ayuda a algun otro.- hice un gesto con la mano para que dejara el barril en donde estaba -trae otro barril de abajo en un rato, ese barril es muy pequeno casi es de noche, ... o son mis cansados ojos- masajee las cejas y los ojos con un ruido de succion ocasional, mientras esperabamos en silencio.

El mozo fue presto y trajo literalmente una puerta de madera y metal que encajo perfectamente en las visagras, cerrando la habitacion, la llave quedo en su interior.

Me levante y puse los dedos en determinados puntos de la estancia, comprobando que no hubiera nadie en ese momento espiando la conversacion y al parecer no era asi, normalmente habia que avisar si se necesitaba algun ojo alerta, habia clientes que no se merecian la confianza de esta casa, pero seguian siendo utiles si traian buen genero. -Soy Brakkenn Barbapiedra especialista orfebre, controlo todas las piedras preciosas que se encuentran en esa casa y las taso personalmente, tambien trabajo para mi propia familia aqui en este Karak.- toque nuevamente algunos puntos en la pared comprobando los diminutos agujeros imperceptibles e invisibles. - hoy he tenido un largo dia y tengo intencion de terminar en un rato para ir a comer y descansar, pero me tomare un rato en atenderos, y saciar vuestras necesidades, espero que tengais buen genero.- anadi picando un ojo.

-Estamos a solas, por lo que leo debo prestaros ayuda con urgencia y celeridad, - cerre la puerta con la llave y tome asiento nuevamente, bebi un trago corto y volvi a dejar la jarra -ayudar a Kragg* a sido siempre un honor y no faltare a mi honor, si os ayudo a vosotros es como ayudarlo a el mismo asi que aqui me teneis soy todo oidos- junte los dedos entre ellos para luego entre lazarlos mientras crujian en algunas articulaciones. La curiosidad aun no me habia asaltado, pero temi que llegaria ha hacerlo.