Partida Rol por web

La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Prólogo I

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06/12/2017, 22:10
Director

La chica que estaba en recepción te miró cuando te acercaste. Había un nuevo herido, o al menos antes no te acordabas de los lamentos de un hombre de mediana edad que llevaba su propio dedo en un tarro de cristal con hielo. Iba con un par de amigos que mencionaban algo sobre que lo había hecho muy bien, que había ganado la apuesta. Obviamente debido a la imbecilidad patente no se lo habían metido dentro, aunque si le habían aplicado una compresa para que dejase de sangrar. 

Lo siento, aun no- te pidió con la mano la cartera mientras te seguía escuchando- ¿no lo conocía entonces? comprendo- la abrió viendo la identificación de la ciudad. Una tarjeta con un chip electrónico de fondo morado y los bordes negros. Una foto, unos datos generales, vivienda y fecha de nacimiento, también su grupo sanguíneo y la marca de que era humano en la esquina inferior derecha. Empezó a rellenar un formulario- la policía tendrá que llegar en breve, diez minutos como mucho, deberá de darle a ellos las explicaciones pertinentes, pero no se preocupe- alzó la mirada que se cruzó con la tuya- ha hecho bien en traerlo y que se le atendiese.- Te indicó tras ese susurro que te sentaras a esperar. 

A los diez minutos contados entraban dos policias con sus trajes azul ni claro ni oscuro, de un color medio, camisetas cortas, pantalones ajustados, que más parecían modelos de algún antiguo sitio que policías de verdad. Aunque claro, tu desconocías como eran las cosas antes, para ti, esto era lo normal. Con la pistola en el cinto se identificaron con el guardia de la entrada, que os señaló y se acercaron a vosotros, aunque particularmente a ti. Uno era algo bajito, rapado, pero de facciones cuadradas de mediana edad, y sus primeras arrugas. El otro, era más joven y se notaba que tenía unos cuantos arreglos en la cara por lo fina de su nariz y su nula barba, ni marca de tener una. Te pidieron una declaración de lo que había sucedido, pero no ahondaron demasiado, lo justo como para hacerse una idea de lo ocurrido. Tomaron los datos de tu gimnasio y preguntaron si había dejado daños por el seguro, por lo demás, ellos ya se harían cargo de la situación. 

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07/12/2017, 21:56
Marc Darder

La estupidez humana no conoce límites, esa es una de las primeras cosas que aprendió, especialmente desde que llegó a Sevilla, y lo cierto es que, rara era la semana en las que no tenía veía un suceso que lo corroboraba. Pensó en decirles algo sobre la mano, pero se lo pensó mejor, seguro que se lo tomaban a mal, y lo último que quería era darle una paliza a tres idiotas... en las circunstancias en las que se encontraba.

Negó confirmando el hecho de que no conocía al chico, y asintió cuando dijo que tendría que hablar con los polis, ya lo suponía. Luego sonrío de forma muy suave cuando ella le susurró gracias, no estaba seguro de si llegaría a tiempo se sentó junto a Rafalin, y le contó la misma versión que le contó a la chica, que sería la misma que darían a la policía, no quería que relacionasen el nombre de Amalia con el chico de momento, luego ya se vería, lo primero era que sobreviviera.

Tras la conversación con la policía, con la versión “oficial” ya contada, tuvo claro que no iban a esforzarse mucho por el asunto, un chico del barrio que se había enemistado con quien no debía y lo había pagado. Tampoco los culpaba por no hacer más, en realidad era complicado para ellos hacer más, al menos en la mayoría de las ocasiones, después de todo, también tenía sus familias.

Tengo que ir a ver a Amalia, para asegurarme de que todo está bien esa ahora mismo era su prioridad número uno pasaré por el dojo y borraré la palabra que escribió, ¿tú había oído alguna de ellas antes? Le repitió las dos palabras, por si acaso, el saber popular de su amigo le fuera de utilidad y luego iré a ver a Amalia, pero necesito que te quedes aquí, por si el chico despierta, o... bueno, tal vez puedas convencer a la chica de que te llame al dojo en cuanto tenga alguna noticia a Marc le preocupaba la salud del chico, pero también la de su amiga y en cuanto pueda tendré que ir al super en este punto le enseñó el ticket que había encontrado en la cartera e intentaré averiguar algo más sobre esas palabras quizás en la biblioteca, quizás J.D pudiera saber algo... no le gustaba deber favores, pero las cosas eran como eran.

Sin darse cuenta ya estaba inmerso en una investigación, sobre todo porque si de verdad lo que había dicho el muchacho sobre el ataque a Amalia...

¿Quién coño es capaz de hacer que te automutiles de esa manera?

Probablemente lo mejor fuera no saberlo nunca...

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12/12/2017, 07:06
Director

Tu vete, yo intentaré camelarme a la enfermera a ver si consigo que me llamen cuando sepan algo, si no...me quedaré por aquí una hora más y luego me tendré que ir a casa, que será la hora de la cena.- Y aun le quedaba limpiar el coche...suspiró solo de pensarlo pero no te puso muchas pegas. Respecto a los nombres o palabras solo se encogió de hombros, no tenía ni idea, tampoco se había fijado en exceso, le preocupó más el hecho del chaval y la sangre. 

Le enseñaste el ticket y el te miró sin entender-¿y esto es?- Hombre, algo tenía que ver, pero como no le habías contado lo de la cartera aunque el ya lo había visto y había supuesto que la habrías revisado por lo menos. Eras un bribón a veces. 

Te fuiste porque era lo que pensabas hacer, sin tener muy claro como empezar con las horas que eran. Quizás lo mejor sería el dojo, como bien le habías dicho a Rafalín. Te despediste y volviste andando, bajo las luces de esa parte del barrio llena de anuncios pequeños en los puestos tiendas de la zona, que brillaban como fantasmas en mitad de las callejuelas que pasabas por alto, creyendo ver en algún momento lo que no eran luces, si no el reflejo oscilante de una forma en el aire al final, junto con el sonido de una canción lenta e infantil de alguno de los juguetes con musica de bebe. La gente había aprendido a no mirar a esos sitios, a no prestarle atención, porque lo que tu creías haber visto de refilón, esos grises de forma al final del oscuro y húmedo lugar no eran más que alguna de las entidades que tenía hambre, buscando el aperitivo ya fuese en forma de miedo, o de carne humana. 

Pobre del que revisase más allá de algunos puntos. Había entidades tan corruptas que ni el martes del carnaval les cortaba el paso, eso si, tenían que dejar que la pieza, el animal llegase hasta ellos, no podían cazador activamente. 

Diez minutos después, ya estabas en la puerta del Dojo. 

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12/12/2017, 11:27
Marc Darder

A todo se acostumbra uno...

Era un dicho muy cierto.

Los peligros habían existido desde siempre, la vida estaba rodeada inevitablemente de muerte, ese no era realmente el problema, lo que de verdad asustaba a Marc era aquellos que no valoraban la vida... esas cosas del final de los callejones eran depredadores, pero no mataban por diversión, ni siquiera por placer, sino por que así era su naturaleza, probablemente no eran ni conscientes de lo que realmente estaban haciendo. No, a esas cosas no las temía más de lo que temería a un animal, otra cosa muy diferente eran aquellos a quienes no les importaban el precio de sus desmedidos deseos o ambiciones.

Abrió la puerta del dojo y entró en él.

De inmediato sus ojos se posaron en la sangre derramada, y pronto se desviaron a las letras escritas en el suelo... se tocó los ojos, haciendo un puente con el índice y el pulgar sobre la nariz...emaduya...!joder Marc!, eres idiota... ayudame...ayudame...un escalofio sacudió todo su cuerpo al descubrir el significado de las letras escritas, primero en la barriga del chico y luego en el suelo ¿quién pide ayuda? ¿Amalia? Imposible, ¿el chico? No tendría sentido, podía haberlo hecho con palabras... alguien pide ayuda a través del chico, pero de una manera tan intensa o retorcida que este se automutila...no puedes ser tú Amalia...

Se dio prisa en coger las llaves de la camioneta de reparto que tenía aparcada un par de calles más arriba. Se suponía que solo podía usarla para trabajar, y normalmente era una regla que respetaba, pero en este caso, tenía prisa por llegar al hospital donde yacía su amiga.

¿Quién sino me iba a pedir ayuda?

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13/12/2017, 18:47
Director

Cogiste la camioneta y poco mas de media hora después estabas aparcando en el parking del hospital donde estaba Amalia. Aquella mole de cemento blanca te saludaba con aire ausente en mitad de la noche. Ventanas con luces en su mayoría apagadas sesgaban el cielo, brillando como pequeñas esperanzas en los que sin duda ya entre esas paredes no las tenían. Un hospital, siempre era mitad templo de vida, mitad cementerio y una pequeña parte un alto en el camino. 

Entraste tras pagar lo adecuado, pasaste cerca de un grupo de familiares que lloraban en silencio casi a algún muerto o que poco le faltaba. Al entrar por el Hall las luces te cegaron, dejando la tienda a la derecha, luego la cafetería, los ascensores frente a ti, y la recepción a la izquierda. La alta cúpula falsa de la que prendían las luces en formas de focos estridentes apenas formaban sombras en aquel lugar. Avanzaste hacia el ascensor, porque tu ya sabías donde estaba ella. Y aunque quizás no fuesen horas de visita, el celador que solía estar por las noches a veces te conocía y te dejaba pasar, aunque poco rato. Nunca más de quince minutos fuera de hora. También ayudaban los billetes al apretarle la mano, claro. 

Más cuando ascendiste, cuando entraste en la habitación aprovechando que no había nadie. Te encontraste con una cama vacía. Limpia y pulcra. ¿Donde demonios estaba Amalia?

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13/12/2017, 21:47
Marc Darder

Conocía el camino de sobra, aunque eran muy pocas las ocasiones en las que había usado la camioneta para venir. Aprovechaba para venir corriendo, mantenerse en forma era algo básico para él, y la noche, a pesar de todos los peligros, le gustaba, se había acostumbrado a ella desde que descubrió que no necesitaba demasiadas horas de sueño para encontrarse como nuevo al día siguiente.

Habitualmente se tomaba su tiempo en subir, charlaba un rato con el celador, Tomás, un tipo agradable, que adoraba el baloncesto, y Marc se esforzaba en enterarse de las noticias relacionadas cuando visitaba a Amalia. Esos diez minutos de charla no eran lo que le permitía entrar, eso era obvio, pero le gustaba llevarse bien con la gente que le hacía favores que no tenía porque hacerle. Pero ese día tenía prisa, y apenas si se paró antes de recorrer el conocido camino a la habitación de Amalia...

¿Pero qué coño? Se quedó plantado como un pasmarote en el centro de la vacía estancia Obviamente no es una puta casualidad ni de coña, todo esto empezaba a ser demasiado raro, incluso en una ciudad donde casi todo al menos un poquito raro...

Preguntar por ella a alguien en la planta era una opción, pero se suponía que él no debía estar aquí, además, no quería que lo relacionaran con su búsqueda al menos en estos momentos, así que sopesando las opciones, el siguiente paso lógico era ver si había sido la propia familiar que la había trasladado, pero no le apetecía llamar a Elena, sino habían sido ellos los que la habían trasladado sin duda se preocuparía, pero por otra parte, no decirselo no sería justo.

Sacó del bolsillo de su pantalón vaquero, se había puesto ropa en el dojo antes de venir, y buscó el número del contacto cuyo nombre era únicamente una n mayúscula, así la había catalogado sin tener un motivo claro.

Lo marcó.

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14/12/2017, 10:26
Director

Marcaste, la llamada sonó pero no lo cogió nadie saliendo el contestador de voz que tan siquiera se había molestado en cambir y disponía de la monótona voz de la chica de la compañía

"En estos momentos no puedo atenderle, por favor puede dejar un mensaje después del pitido de señal. Gracias. Piiii.."

Notas de juego

se había puesto ropa en el dojo antes de venir

Ui ui ui, pero es que ya habías salido del dojo en este post...procura ponerlo de antes, por esta vez vale pero a la siguiente sigues por la calle ensangrentao perdio.  

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14/12/2017, 10:39
Marc Darder

Mierda...

Hola Elena, soy Marc, llámame cuando puedas, sólo quiero preguntarte una cosilla. Gracias.

Dejó ese mensaje en el contestador, la verdad es que no tenía muchas esperanzas de que le devolviera la llamada, pero lo peor era que estaba comenzando a preocuparse de verdad.

No perder el control, siempre mantener la calma.

Abandonó la vacía habitación y buscó el puesto de enfermería que controlaba la planta, alguien tenía que haber para ocuparse de los pacientes que estaban en el lujoso hospital. Si no había nadie, siempre podía echar un “discreto vistazo” a ver si encontraba algo referente al traslado de la paciente de la habitación cuatrocientos cinco.

Si había alguien... pues... improvisaría.  

Notas de juego

Si, lo sé, si hubieras puesto alguna referencia a su ropa no lo habría puesto, pero como no lo hiciste y se olvidó en el post anterior, XDD pues por eso lo puse. 

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14/12/2017, 10:46
Director

Cuando saliste había una enfermera en la zona del celador que te habías cruzado un par de veces. Muy jovencita, apenas recién salida de la escuela creías tu. No rondaría ni los 18, y la verdad es que para esa edad apenas tenía retoques. Estatura media, pelo castaño oscuro recogido en una trenza lateral, nariz recta pero fina y unos ojos castaños verdosos envueltos en varias capas de rimmel -Buenas noches- se mostró un poco extrañada ante tu presencia, pero no pareció alarmarse. -¿Puedo ayudarle en algo? Ya no es hora de visita me temo...

Notas de juego

Yo no se de que me hablas XD

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14/12/2017, 11:14
Marc Darder

Buenas noches Marc le dedicó una media sonrisa, agradable, pero sin ninguna exageración, había cosas que odiaba hacer, y en general, se mantenía bastante firme en sus creencias sé que no es hora de visita, pero supongo que no es la primera vez que me ve por aquí hizo una mueca de culpabilidad yo al menos a usted la recuerdo comentó como si fuera imposible no hacerlo.

Dio un paso hacia a ella, sólo para hablar más bajo Por mi trabajo no puedo venir a otras horas, y sólo me quedo quince minutos le explicó como si fuera lo más normal del mundo vengo a ver a una amiga, la paciente de la habitación cuatrocientos cinco, Amalia ella la conocería si trabajaba aquí pero hoy me he llevado la sorpresa de encontrarme la habitación vacía... y... joder...¿no habrá...? la idea de la muerte de Amalia no se le había pasado por la cabeza hasta este momento, su subconsciente la había rechazado de plano, pero era una posibilidad, una para la que no estaba preparado. La cara de ansiedad que se instaló en el rostro de Marc no fue en absoluto fingida... ¿sabe algo de ella? Verá, su familia y yo no nos llevamos muy bien... no les caigo bien, y si le ha sucedido algo, no me lo han dicho el aspecto del mago era suficiente para ver que no estaba entre los más pudientes de la ciudad, todo lo contrario por favor... el tono era mitad súplica, mitad orden, fruto de la nueva “realidad” que su cabeza acababa de concebir como posibilidad. 

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14/12/2017, 11:23
Director

Te miró como si te intentase atravesar, ese acercamiento aunque leve por tu parte la puso a la defensiva. Amalia 405, si, la conocía, claro que si.

Con una sonrisa un poco forzada ahora su gesto se volvió de alguien que no podía o debía de decir o hacer algo- se le ha dado el alta...-miró al suelo- se la han llevado a una dirección donde estará en reposo lejos del bullicio, creían que ya no tenían que tenerla aquí mas tiempo en su estado. 

Pero que yo sepa está igual que siempre, solo que han decidido no tenerla mas en una habitación de hospital. 

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14/12/2017, 11:49
Marc Darder

 Al ver que la chica se sentía un poco incómoda, volvió a retroceder, pero no dejó de mirarla en ningún momento, cuando dijo que le habían dado el alta, dejó escapar el aire que había estado conteniendo cuando se había temido lo peor...si seguía viva había esperanza, aunque la situación no le cuadrase en absoluto.

¿Y no sabrá adonde se la han llevado? Preguntó a sabiendas de que era una pregunta complicada ¿Sabe si ha sido su hija Elena quien lo ha ordenado? Esa era una cuestión más sencilla, y casi más importante es la única que tiene la capacidad de decidir un asunto como el del traslado dejó claras dos cosas, o quiso hacerlo. Que conocía bien a Amalia y a Elena, y que si no había sido ella quien había autorizado el traslado, la cosa no había sido muy legal... y tranquila, esta conversación quedará entre usted y yo tenía que hacer que confiara en él, podía usar magia, si, pero prefería reservarla.

Me llamo Marc, Marc Darder, y trabajo en un gimnasio en Los Remedios era información muy fácil de averiguar, nunca se había ocultado, pero imaginó que el hecho de que se presentara ayudaría a que la chica lo creyera, al fin y al cabo, no le había dicho prácticamente nada que no fuera cierto. 

- Tiradas (1)
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14/12/2017, 12:30
Marc Darder
- Tiradas (1)
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14/12/2017, 12:33
Director

Podríamos decir que la atosigaste un poco por su rostro, tantas preguntas, tantas palabras de una persona que aunque conocía no era una asiduo por lo que ella sabía. El hecho de que dijese que no se llevaba bien con la familia tampoco ayudó. Aun así, cuando le diste tu nombre y dirección parece que se pensó algo. 

Escribame su teléfono y sus datos de contacto...- te dio un papel a rellenar como consentimiento de información.- Y firmelo- sonaba a que si intentabas algo te iba a denunciar. No podías culparla. Una vez estaba todo hecho y ella lo revisó suspiró y te apuntó una dirección que reconocías...la misma que venía en la documentación del chico. Exactamente la misma. 

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14/12/2017, 12:47
Marc Darder

Por supuesto, rellenaré los datos...y firmaré.

No tenía en problema en hacerlo, y en cuanto vio la dirección que le había dado, no tuvo ninguna duda de que había hecho lo adecuado.

De nuevo le asaltó la misma sensación de urgencia que la que tuvo en el gimnasio.

Muchísimas gracias...le dijo con sinceridad Amalia es alguien muy importante para mi, sé que no tenía porque darme esa información la miró con una sonrisa franca estoy en deuda con usted colocó los brazos rectos, pegados a su cuerpo, e inclinó ligeramente cabeza y cuerpo hacia adelante en un respetuoso gesto.

Le esperaba su camioneta y un nuevo punto de destino.

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14/12/2017, 12:49
Director

Casi cinco minutos después de llegar y dar vueltas por aquella zona diste con la entrada al dichoso y pequeño edificio viejo de cuatro plantas que cuadraba con la dirección. Resulta que estaba en un callejón que tapaban unos cubos dela basura que recogerían en algún momento. El ruido llegaba entre los pitidos de los coches por querer llegar antes a casa y las mil voces cascadas de la gente pasando por el inicio del callejón, viviendo sus vidas en mitad de la calurosa noche. 

Un portal pequeño, de una puerta de metal ya tocada por el óxido y los años sin ser lijada y barnizada estaba ante ti. Los porteros marcaran las plantas, solo había 4 letras por cada y no había nombres ni apellidos. Eso solía estar dentro siempre, no por fuera. No al menos que fueran lugares con algo mas de calidad. 

El portal parecía abierto, porque alguien no lo había cerrado del todo, dentro no había luz.

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14/12/2017, 13:12
Marc Darder

Era un sitio de mierda, eso era obvio, un lugar en el que Amalia nunca se hubiera dejado trasladar, no de manera voluntaria, salvo que... de alguna manera, aquel chico supiera que ella estaba en peligro y hubiera decido ayudarla, pero entonces, habría sido totalmente estúpido dar la dirección auténtica.

Tal vez sea una trampa para unos posibles perseguidores... si, ya me estoy poniendo en lo peor.

Aparcó cerca, por si había que salir por patas, una acción poco honrosa pero muy necesaria en ocasiones debería haber cogido la katana... pero ya era tarde, confiaba en sus propias manos y en su magia para salir de los problemas, aunque prefería no tenerlos, por muy raro que fuera dado la vida que había escogido.

El cuarto derecha era su objetivo, pero antes de entrar, adaptó su visión a la patente ausencia de luz, también le hubiera gustado activar sus sentidos, pero tenía que conservar la fuerza por si era más necesaria, en vista de una posible emboscada. Con cuidado, se adentró en el portal, buscando las escaleras y con todo el sigilo del que fue capaz, que tampoco era demasiado, sobre todo dadas las circunstancias actuales.  

- Tiradas (1)
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14/12/2017, 13:17
Director

Activaste alguna que otra cosa, mientras por fin podías ver un poco más en el interior de aquel portal antes de adentrarte. Era pequeño y oscuro, los buzones no estaban allí y el ascensor en el lado derecho era lo único que funcionaba, las escaleras estaban cortadas por varias señales de obras. 

Había varios interruptores de la luz, uno al lado de la entrada y otro a la izquierda del ascensor. El mismo que ahora bajaba hasta ponerse como todos, en la planta baja. 

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14/12/2017, 13:40
Marc Darder

Los ojos de Marc había sufrido un ligero cambio, su azul se habia vuelto más oscuro y la pupila se había contraído hasta ser prácticamente invisible, un cambio sutil y que resultaba de difícil de ver para los demás salvo que se encontraran muy cerca, pero la forma en que le permitían jugar con la oscuridad para abrirse paso a través de ella.

Maldijo en silencio cuando vio las escaleras cortadas, y estaba sopesando alternativas para subir cuando oyó el ascensor acercándose a la planta en la que él se encontraba. En este sitio no tenía pinta de vivir mucha gente, así que decidió ocultarse por si acaso...

Se escondió lo mejor que pudo entre las sombras a la vez que dejaba que su consciencia se expandiera en busca de cualquier presencia extraña, la forma en la que había actuado el muchacho en el dojo no tenía nada de natural...pero nada salió del ascensor, lo cual confundió todavía más al mago. Finalmente, cuando estuvo seguro de que no había nada a su alrededor, se armó de valor y pulsó el botón de llamada. 

Sino había otra manera de subir... joder Elena, para que luego me digas que no hago nada por tu madre... las escaleras rotas y el ascensor operativo. ¿En qué mundo vivimos? 

- Tiradas (2)
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14/12/2017, 18:05
Director

La puerta se abrió y casi te deja ciego la luz del interior del ascensor. Tenías varias opciones, o dejabas lo que te habías hecho o ibas con los ojos entrecerrados y rezando que no hubiese tanta luz en aquel lugar al que ibas. Porque así no ibas a poder seguir. Apenas podías ver bien el interior, sabías que no había mucho, ni un triste espejo, porque no te reflejaste y como todo en ese edificio, parecía viejo y pequeño.