Partida Rol por web

El otoño se cierne sobre el espeso bosque. La cálida brisa arrastra una vieja hoja caduca. La recoge en su caída y la mece lentamente por los cielos. Recorre varios metros por encima de densos bosques, ajenos al cambio de estación y empieza a descender en dirección a una vieja torre de planta cuadrada en medio de un claro. La perezosa tarde parece que mantiene en letargo a sus habitantes, pues apenas puede verse movimiento en su interior.

El soplo de aire, caprichoso, acerca la hoja a una ventana del primer piso. Limpiamente la traspasa y aterriza en un suelo de piedra, desgastado. Delante hay un extraño baúl. Es oscuro como el carbón, viejo, carcomido y rematado por remaches de metal plateado. En su interior parece que sí que hay movimiento. Un terrible estruendo, movimiento de lo que parecen pequeños muebles y pequeñas vocecillas chillonas despiertan la curiosidad de un gato negro, que sale de las sombras e intentando otear el interior del baúl a través de su cerradura.

Mientrastanto, en el interior del baúl los lutines han apartado sillas, camastros y mesas para dejar espacio para Goblop, que ha anunciado una noticia muy importante. Ha hecho sonar la Campana de la Llamada y ha reclamado atención subiendo a una silla.

- Os confesaré una cosa. He descubierto que el amo cumplirá 250 años esta misma noche. ¿Qué os parece? Como Portador de la Campana y superior vuestro creo que deberíamos prepararle una fiesta sorpresa. ¡No todos los días se cumple un número tan redondo de años!. Eso sí, necesito la ayuda de todos vosotros ya que hay mucho trabajo por hacer. ¿Qué me decís? ¿Que no está en vuestro contrato? Está bien, pues espero que os pudráis en la mazmorra revisando vuestras cláusulas mientras el resto disfrutamos de una agradable fiesta. ¿Que os lo habéis pensado mejor? Así me gusta. Bien, pues comencemos.

-Démosle al viejo la fiesta que se merece. ¿Por dónde empezamos, Goblop?¿Preparamos ya la comida? Una enorme e ingente cantidad de comida, que incluya frutas del bosque, sandwiches,... ¡Hummmmm!- Pequeñín se frotó la barriga con deseo mientras sus babas comenzaban a salirse de su boca.- ¡Slurp! Que se me cae la baba sólo de pensarlo...

Comida, montones de comida especial y muy rica sólo para nosotros. Nos vemos a poner ciegos, vamos a estar tan gordos que no cabremos en el baúl. ¡Qué rico!

Cuando Goblob hace sonar la campana todos los compañeros de Tormi se afanan por hacer sitio en el lugar. Unos arrastran sillas, otros mueven muebles de un sitio a otro y varios compañeros ayudan en la medida de lo posbile para acabar cuanto antes con la tarea.

Tormi se apoya en un lateral del baul mientras observa como sus compañeros acondicionan el lugar. Cuando hay espacio suficiente para que quepan todos los lutines, Tormi se acerca a sus compañeros para escuchar que es lo que tiene que decirles Goblob.

Asi que una fiesta eh!!!...piensa Tormi mientras escucha uno de sus compañeros dar ideas sobre el tipo de comida que ofrecer.

Mientras pequeñin seguía hablando de comida, Tormi desconecta durante unos segundos de la realidad intentando imaginarse la fiesta de su amo y pensando en el regalo perfecto… ¡¡¡ Una bomba fetida!!!... ese seria el mejor regalo de cumpleaños, si señor.

Pero por desgracia, seguramente no dependería de el elegir el regalo para su amo.

Un suspiro se escapa de Tormi cuando vuelve a la realidad y comprueba que pequeñin todavía sigue hablando, esta vez con la baba cayéndosele de Sandwiches y demás exquisiteces para el paladar.

Dagamo escuchó atento lo que Goblop tenía que decir, últimamente estaba un poco perezoso, sin embargo la idea de poder emborracharse y comer hasta reventar le hizo cambiar de idea. ¡Yo prepararé mi famosa sopa de rana, sí, nos vamos a poner las botas!

- ¡Pero va a dar mucho trabajo! ¡Y no hay mucho tiempo! - se queja Yark, hasta que lo piensa mejor tras escuchar a sus compañeros hablar de comida. - Aunque... ¡en una fiesta siempre hay chocolate! ¡Y golosinas! ¡Me apunto! Yo puedo... yo puedo ¡preparar algun juego! - dice frotandose las manos pensando ya en las travesuras que podrá llevar a cabo.

Los ojitos de Gilitrutt se iluminaron al escuchar las palabras de Pequeñín.

- ¿Frutas del bosque? ¡Dulces, rojas y fresquitas! - exclamó juntando sus manitas con emoción - Yo puedo decorar con flores y lianas, ¡quedará taaaan bonito! - sus ojos se transformaron en una pequeña rendija de tanto que sonreía.

- Entonces yo me encargaré de la piñata, podemos poner un asquerosoy repugnante unicornio para que nuestro amo aseste golpes con una vara hasta reventarlo. Luego caerán todos las golosinas que queráis e incluso las dulces y frutas del bosque. Qué os parece? Yo puedo ir a comprarla, pero si pesa mucho tal vez necesite ayuda.

Quién se viene, eh? Quien se viene?

Rasputín estaba muy alegre pues iba a ser el primer cumpleaños que celebraba junto a su nuevo jefe y podía ser una buena oportunidad de conocer a más diablillos.

Goblop carraspea desde lo alto de un libro abierto a modo de tarima.

- ¡Chicos, chicos, chicos! Calma que lo tengo todo preparado. Os encargaré un par de cosillas sin importancia y cuidadito con meter la pata. Ya sabeis que el maestro está en la torre, encerrado en su laboratorio. ¡No debe sospechar nada! Bien, dicho esto, os comento. Falta preparar y poner guirnaldas en el jardín y enviar invitaciones a los amigos del amo. Si surge algún imprevisto ya veremos cómo lo solucionamos. Y recordad: ¡Rudesindus no debe sospechar nada!

Aaaay, ayayayay! dice al principio Guspierku, demasiado excitado como para hilar un pensamiento coherente. La perspectiva de la fiesta sorpresa le parece absolutamente genial, pero enseguida empieza a pensar en todas las cosas que podrían salir mal, y los accidentes que podrían ocurrir, y empieza a temblar incontrolablemente, mientras busca un lugar posible para esconderse. 

Pero la curiosidad le puede y enseguida está en todos lados, escuchando y enterándose de todo.

¡Yo puedo llegar a todos los sitios muy rápido y llevar recados! -dijo totalmente emocionado.

- Bueno, pero lo primero de todo que tenemos que hacer será limpiar el lugar no, Goplob? No podemos recibir a todos los invitados y dejar esto como está no? Yo puedo encargarme de limpiar el polvo, soy todo un experto haciéndolo!

Luth correteaba de aqui para alla, y de arriba para abajo, sin estarse quieto por un segundo buscando desesperadamente algo que hacer, escuchando las ideas que tenian los otros y hilando las suyas propias.Muy pronto fue que el dejo de corretear para mostrar una expresion muy seria y con la mirada gacha, por ultimo levanto la mirada sonriendo y grito:

-Yo quiero encargarme de los juegoooooos!!-

De la nada corrio para buscar diversos tipos de entretenimiento para la fiesta, con una sonrisa en la cara.

- Haced lo que queráis pero las guirnaldas deben estar preparadas y las invitaciones listas. Porque sabéis escribir, ¿verdad? El papel para ambas cosas había pensado que lo encontraremos en el laboratorio o en la biblioteca. El amo tiene mucho papel, no creo que le venga de un poquito. Para enganchar las guirnaldas usaremos agua y harina, que creo que queda algún saco en la sala del diezmo o el almacén. Y en cuanto a la tinta para escribir las invitaciones... Pues no sé. Quizá en el taller.

Goblop, pensativo, muestra una cara de esfuerzo desde lo alto de su libro.

- Por todos los demonios del Averno, espero que todo salga bien. Sinó, ¡el amo nos hará devorar por las criaturas del pozo una vez más! Si queréis fregar el suelo, montarle un juego o lo que sea, hacedlo. Pero que no se entere Rudesindus! Ya veréis lo que vamos a reir. Cuando todo tenga que estar listo, haré sonar la campana y nos reuniremos todos de nuevo dentro del baúl. ¿Entendido? Pues vamos allá.

Con un chasquido de dedos, Goblop abre la tapa del baúl y empieza a salir de él con esfuerzo... esfuerzo aumentado por la dificultad de transportar la pesada Campana de la Llamada.

Yo ire en busca de la tinta!!!... exclama Tormi sin titubeos...Seguire el rastro de su inconfundible olor a rancio y traere toda la tinta necesaria para rellenar todas y cada una de las invitaciones para la fiesta sorpresa de nuestro amo.

¡Perfecto, yo conozco bien la biblioteca, me encargaré de buscar esos papeles para las invitaciones! En cuanto se abrió la tapa del baúl Dagamo echó a volar torpemente pero veloz hacia la biblioteca. ¡Acordaos de tener cuidado con el gato chicos!

-Yo redactaré las invitaciones. He aprendido a coger la pluma con los pies y las manos y deslizarme hasta escribir bien a tamaño humano. Van a quedar preciosas.

Dicho esto se preparó para una intensa sesión de pensado. Las invitaciones deberían quedar bien preparadas y escritas en poco tiempo.

"Querido amigo de nuestro Señor y Amo...". No, muy rebuscado. "Persona afín al Mayor Mago de Todos los Tiempos...". Tampoco. ¿Cómo le gustaría que quedasen?...

-Oye, tú.- Se dirigió hacia uno de los novatos.- Sube al palomar y traeme una pluma gordota y bien lustrosa para escribir.

Luth rapidamente dejo los juegos para despues y dijo: -Bueno, entonces yo ire por un saco de harina al almacen. Sera muy divertido!.-

Tras decir esto emprende su camino hacia el Almacen, comenzando por la tarea de salir del baul. -Que dijo ese sobre un el gato? Bueno, no lo se, pero cuando vuelva voy a preparar los juegos...siii sera genial!.- Pero al ver a Goblop tener dificultad para salir con la campana decide ayudarlo y luego emprender camino.

-Me pregunto si tambien tendremos que regalarle algo al amo...aunque no creo, la fiesta sera suficiente verdad?-

Ante la mención del jardín, Gilitrutt no puede evitar soltar un gritito de emoción.

- ¡Yo prepararé las guirnaldas! ¡Y pondré farolillos de colores! - dice con los brazos en alto y con un tono de voz demasiado agudo - ¡Podemos aprovechar y hacerlas de papel de colores! ¡Y con flores! ¡Será tan divertido! - acaba con una risita interminable.

Todo el mundo parecía dispuesto a ayudar, vagabundeando cada uno por una parte diferente del castillo. Tal vez no era buena idea ir sola por allí, ya tenía demasiadas cicatrices del maldito gato.

- ¿Alguien me acompaña a hacer las guirnaldas? - pregunta de forma disimulada.

Gilitrut, yo voy contigo, soy incapaz de coger grandes pesos y quizá mi experiencia te ayude a formar unas guirnaldas maravillosas. Seguramente sea el mejor lugar donde un veterano como yo pueda ayudar. Que ganas de celebrar el cumpleaños del señor, él y yo somos de la misma quinta.  A ver si algún día celebramos una fiesta como esta para mi.

Vamos Gilitrut, te acompañaré!! Y entonces tomó sus largas manos para quedarse colgado del borde del baúl y con las piernas colgando gritó: POR DIOS, QUE ALGUIEN EMPUJE A ESTE VIEJO DIABLILLO, HAGAN EL FAVOR!

- Ai, ai, ai - las patitas de Goblop patean el aire mientras el lutín intenta salir del baúl, apoyado al borde del mismo con su gruesa tripa.

Plaf! Goblop cae al exterior y el silencio invade la habitación. Al menos hasta que un grito rompe la espera y la sombra de una cola negra y peluda se desplaza en dirección al lugar que, con toda seguridad, habrá caido el Portador de la Campana.